Volver a inicio / Actualizar programa
Inscripción y propuestas
Nos encontramos con nuevas formas de subjetividad y modos de ser/estar en el mundo actual. Las configuraciones vinculares han sufrido una transformación desde una espacialidad y temporalidad diferente – lo digital / virtual – que incide en las tramas constructivas de la subjetividad. Los modos de diferenciarse de los padres se encuentran en nuevos territorios vinculares y de significación que dan lugar al trabajo de exploración en un espacio por fuera de lo familiar.
En la clínica se observa a los padres con cierto temor en asumir un lugar de cuidado ante sus hijos. Las diferencias generacionales se ven trastocadas. La mirada u opinión de los padres es desestimada, llevando a un desafío con ese Otro espacio, el virtual.
Nos proponemos indagar el lugar de los padres en el análisis de púberes y adolescentes. Para ello realizaremos un recorrido histórico por diferentes autores para llegar a la clínica que se nos presenta hoy. ¿Cómo intervenir ante este desafío epocal y las dificultades en construir una alianza terapéutica, al cual se le suma padres adolentizados, también ellos “conectados”?
Consideramos importante y necesario el trabajo con los padres, su inclusión en el proceso terapéutico y las entrevistas vinculares
Hace aproximadamente una década, pero especialmente los años posteriores a la pandemia, en las sesiones de psicoanálisis, algunas de las siguientes frases se repiten en el discurso de niños pequeños, latentes y púberes, a saber:
Analista: ¿A qué te gusta jugar?
Niño de 9 años desparramado en el diván: "Yo no juego... Yo miro YouTube..."
Analista: ¿Qué te gusta ver el celu?
Niña de 7 años: "No sé, yo veo lo que me aparece"
Analista; ¿Qué estabas haciendo antes de venir?
Niño de 10 años: "Mirando una serie en mí celu"
Analista: ¿Cómo se llama?
Niño: "No sé, yo abro Netflix y está ahí"….
Cuando pregunto sobre el uso de pantallas los padres suelen comentar, minimizando, que sus hijos ven "videítos" o juegan a los “jueguitos”.
En ocasiones algunos padres reconocen no saber qué ven sus hijos en el celular, al cual tienen acceso cada vez a más cortas edades.
El presente trabajo, intenta abordar las distintas manifestaciones secundarias a la exposición excesiva a pantallas a bebes, niños y adolescentes y su diferente impacto de acuerdo al grado y tipo de estructuración psíquica logrado.
Entiéndase el exceso en términos freudianos, no solo teniendo en cuenta el tiempo (lo cuantitativo) como también el contenido (lo cualitativo).
Dicho escrito es el resultado de inferencias clínicas, por lo cual se hará constante referencia a viñetas de actualidad, en las cuales, se evidencia que cuánto más temprana es la exposición más marcados son los efectos no solo en los logros del desarrollo como también en el proceso de constitución psíquica.
Es decir, en el caso de un psiquismo con características neuróticas, me he encontrado con manifestaciones de dicha índole, como ser ideas obsesivas; o bien sueños o pesadillas recurrentes, afectos como culpa o angustia por acceder a contenidos pornográficos o agresivos que habían sido prohibidos por sus padres.
En estructuras psicóticas el brote puede desencadenarse tras haber visto videos juegos, reels, shorts, o incluso películas que por su contenido o cantidad de tiempo no puede ser metabolizado por el psiquismo infantil. En ese caso "lo no comprendido" retorna desde fuera, presentándose como alucinaciones que pueden ir acompañadas posteriormente de construcciones delirantes.
En niños con autismo el material de lo percibido en las pantallas puede retornar desde el discurso propio del autista, como ser: ecolalias, acento neutro, repetición exacta de diálogos de youtubers, o incluso producir alucinaciones auditivas que devuelvan al estilo "copiar y pegar" lo percibido. Ejemplo de ello, niños que no pueden hablar en español, pero sí hablan en idiomas extranjeros.
En todas las situaciones descriptas impacta el lugar pasivo que ocupan estos sujetos frente a las pantallas ¿Espectadores, consumidores...?
Los chicos crecieron en medio de las redes sociales, en donde la imagen y el aspecto, son lo más importante. Así apareció el skincare o la llamada cosmeticorexia, que describe la obsesión por la belleza y el uso excesivo de productos cosméticos , en un momento transitorio en la adolescencia o, en otros casos, como expresión de otras patologías de fondo El uso de filtros y la exposición constante a imágenes editadas pueden distorsionar la percepción de uno mismo. Como todo, si se transforman en una obsesión no son beneficiosos. Pueden generar preocupación, angustia, ansiedad, insatisfacción, tristezas, ya que intentan una búsqueda ficticia de una belleza, juventud y perfección irreal.
La autoestima es producto de una construcción, y la mirada tiene un valor fundamental en la constitución del sí mismo. Cómo uno es mirado. La mirada del otro significativo otorga al niño valor, existencia y significación. Organiza un modo particular de mirar – mirarse – mirar al mundo. Hay que tener la capacidad de mirarse con los propios ojos para no quedar atrapado en los “modelos a seguir”.
Algunos consideran q realizarse procedimientos esteticos pueden ayudar a mejorar la autoestima .
Hay que diferenciar entre ciertas cirugías reparadoras o estéticas, con una mirada objetiva corroborada por un especialista, que pueden favorecer la autoestima; de casos con una imagen distorsionada del propio cuerpo, con una conflictiva profunda, que lleve a una búsqueda ilusoria y constante de intervenciones estéticas que no lograrán solucionar desde lo externo un problema interno.
Es importante reconocer que la belleza es diversa y subjetiva, epocal, que la belleza interior no es la belleza física. Fortalecer la confianza en sí mismo, enfocándose en las cualidades personales, habilidades y valores internos. Preservar la identidad, la singularidad de cada uno. Fomentar una relación saludable con la belleza y el cuidado personal.
Existe un vínculo preocupante entre las redes sociales y trastornos como la atelofobia, el miedo crónico e irracional al fracaso y la imperfección. “Es interesante explorar el tema de la exigencia de perfección y el miedo a no alcanzarla lo suficiente, un problema que afecta a miles de personas en todo el mundo”.
Este trastorno se manifiesta en lo que algunos llaman “síndrome de Barbie”, donde la búsqueda de una imagen perfecta, que en su momento se reflejaba en una muñeca, ahora se proyecta en los perfiles de redes sociales. , “El problema es que, aunque se reuniera tales parámetros, igualmente las llevarían (a las mujeres) a experimentar inseguridad en su día a día”.
La pandemia de COVID-19 exacerbó esta problemática al trasladar la vida cotidiana a las pantallas. Con el aumento de las videollamadas y la vida social virtual, la percepción de la propia imagen cobró una nueva relevancia.
Para esta presentación elegimos comunicar nuestra experiencia como formadoras en el campo observacional del bebe y familia desde el Método Bick junto a la práctica en la clínica del bebe ,niño pequeño , donde las intervenciones por su estilo y participación singulares estimulan la investigación sobre efectos en las consultas familiares y crecimiento personal del analista .
Desde la formación :
Estimular la observación del impacto emocional y la incertidumbre del encuentro con un bebé y su familia durante primer y segundo año de vida del bebé.
El observador con su presencia en la casa, está dispuesto a descubrir lo nuevo del bebe en su singularidad con su cuidadores, su comunicación sin palabras, sensaciones y vivencias corporales que genera. Se desarrolla el bebe imaginario, y la realidad. Surgen pensamientos, prejuicios , experiencias de vida. Este es el primer paso del método.
Un costo emocional que deberá ser elaborado a solas y con el trabajo grupal.
El segundo paso ocupa un lugar trascendente en el método de observación de bebes, es la exigencia del relato escrito de lo observado en el bebé, trasmitiendo las propias vivencias del observador. En el tercer paso se abre el campo de la palabra del grupo, colegas que participan de la experiencia de observación. Es nuestra función de coordinadoras, desde la contención emocional y comprensión del mundo del bebe y su entorno familiar, que se completa la experiencia de transformación psíquica del observador.
Tres viñetas de consultas de bebes-familias con riesgo de mayores sufrimientos, reflejan intervenciones y observación de datos con valor de cambios.
Sofía 7 meses
La pediatra la deriva: despierta en la noche, llora, es dificil continuar durmiendo. Duerme en brazos de la mamá o el papá , luego colecho.
Primera entrevista con los padres sin el bebe en el consultorio, donde se revela un dato desconocido por la pediatra.
Dos visitas a la casa, encuentro con Sofía.
Yamila consulta por la relación con su beba. Luna 4 meses. Encuentros virtuales a solas, con Luna y con su marido. Esta intervención clínica es vincular, de contención a Yamila ante la angustia por una grave enfermedad del marido junto a su ansiedad por no saber si va a ser una buena madre de Luna.
Sol 2 años angustia de la mamá en suspender por indicación del pediatra , una medicación que Sol toma desde bebe para aliviar los dolores en momentos previos al desprendimiento de heces. Ahora sigue con molestias no significativas.
Trabajo terapéutico en las visitas a la casa.
La psicoterapia madre bebé, un tipo de psicoterapia que se realiza en presencia del bebé, si bien poco conocida, tiene sus orígenes desde hace más de 70 años en el método psicoanalítico de observación de bebés de Esther Bick, en la investigación en desarrollo emocional temprano (Sander, Stern, Beebe), y en la aplicación del psicoanálisis a la psicoterapia.
Esta presentación girará alrededor de un material clínico que es ficticio, pero no un invento. Nos permitirá reflexionar acerca del diagnóstico diferencial entre conductas del espectro autista y el patrón de apego desorganizado, que presentan sintomatología clínica parecida.
El caso es una síntesis de la experiencia terapéutica con niños pequeños que tuvieron la característica común de presentar respuestas de tipo autístico frente a circunstancias ambientales no especialmente catastróficas, por lo menos desde el punto de vista consensual de una cultura compartida.
En parte, se trabajó con material filmado que fue evaluado por observadores independientes y en parte con reconstrucciones modificadas de trozos de sesiones terapéuticas. Por razones de confidencialidad el material filmado no puede ser exhibido y las viñetas modificadas se presentan con el consentimiento informado de los padres de los pacientes a condición de que se alteren los rasgos de identidad o reconocimiento de los pacientes o sus familias.
Presentaremos este caso para mostrar a un niño que presenta conductas asimilables a las que presentan niños autistas, y que en contextos vinculares adecuados, p. ej, en el ámbito de la psicoterapia parento-filial este repertorio de conductas autistas se puede transformar y se pueden establecer modalidades vinculares notoriamente más conectadas y sincronizadas.
La transformación afectiva dentro de los intercambios entre padres e hijos es una constante y un aspecto fundamental del desarrollo subjetivo del niño. El estudio de referencia se centra en los flujos de la modalidad afectiva de interacción que se dan entre la convergencia y la divergencia y su vinculación con la desregulación emocional, el estilo de interacción del adulto y la simbolización en el niño de edad preescolar y se basa en el desarrollo de un programa de investigación de la Universidad de Buenos Aires dirigido por Clara Raznoszczyk Schejtman.
Pensamos una clínica multidimensional que toma en cuenta los aspectos intrapsíquicos del niño y sus padres, los aspectos intersubjetivos del momento a momento de la relación y los aspectos transubjetivos que dan marco al niño y sus vínculos primarios.
El interés de la investigación mencionada es poder ofrecer elementos que permitan enriquecer la mirada clínica en el encuentro con los pacientes niños y sus padres. En particular nos interesa abordar la vinculación entre la posibilidad de encuentro y conexión emocional en la interacción, los momentos de conflicto y desencuentros y su relación con la desregulación afectiva. A partir de videos y/o viñetas provenientes de la investigación aguzaremos la mirada y la comprensión del momento a momento de la relación entre padres e hijos.
La mirada sobre los aspectos intersubjetivos entramada con la escucha de los elementos que expresan el mundo interno nos dan elementos para pensar sobre modos posibles de abordar el ciclo regulación y desregulación afectiva a partir de la mutualidad presente en la modalidad afectiva de las interacciones, tanto en dispositivos vinculares como de trabajo con el niño o con los padres.
La Observación de Bebés va más allá de la neutralidad y la capacidad para verbalizar los estados emocionales. Es una práctica que refina la función del psicoanalista en su trabajo cotidiano.
Hablaremos del Método de Observación de Bebés desarrollado por Esther Bick, presentado en su artículo Notas sobre la observación infantil en la formación psicoanalítica (1964). La autora enfatiza, cómo los primeros vínculos afectivos y las interacciones tempranas del bebé, son cruciales para el crecimiento emocional del individuo.
Buscaremos describir nuestras experiencias como Observadoras de Bebés desde su nacimiento hasta los dos años de vida, en el marco de nuestra Formación como Psicoanalistas de Niños y Adolescentes en la Asociación Venezolana de Psicoanálisis (ASOVEP).
Presentamos las historias de cuatro bebés que llamaremos, a efectos del trabajo: Nía, Fernando, Mariú y Abraham. Haremos referencia a la interacción de la díada madre-bebé, cuidadores del bebé y su entorno, sin dejar de lado el efecto en el observador psicoanalista. Se plantean diferentes aspectos relevantes en las experiencias de Observar. Este ejercicio propone recorrer el proceso de acceder a la ‘intuición’ de las emociones que circulan en el Tiempo-Espacio-Presencia de esta práctica. El Seminario de Observación y el análisis personal conjugan y procesan los impactos emocionales que se imponen en esta experiencia.
Desarrollaremos el efecto del ‘encuadre’ en la observación detallada de la relación madre-bebé y en el entorno natural, su hogar, lo cual nos permitió captar la dinámica auténtica y las interacciones cotidianas, que no son evidentes en el entorno clínico del consultorio.
Destacamos la importancia de la reflexión y la discusión en los seminarios, lo cual permite pensar libremente las observaciones en un proceso, que no solo enriquece la comprensión del desarrollo intrapsíquico del bebé, sino que también permite a las observadoras explorar sus propios procesos emocionales, una experiencia fundamental para el crecimiento profesional y personal que permite desarrollar una mayor empatía, capacidad de reverie y neutralidad, además de contribuir a la identidad psicoanalítica.
Esperamos que este trabajo sea estímulo para destacar la importancia de la Observación de Bebés en la Formación Psicoanalítica y que pueda implementarse en aquellas Sociedades donde todavía no se ofrece a los Analistas en Formación.
Palabras Claves: Método, Encuadre, Observación, Bebés, Formación Psicoanalítica.
Presentaremos algunas reflexiones acerca de los aportes que el trabajo de observación minuciosa de imágenes video filmadas de interacciones entre madres y padres con sus hijos puede brindar a la formación de psicoanalistas de niños.
Abordaremos el impacto que tiene en la práctica clínica el proceso de entrenamiento de psicólogos e investigadores que venimos realizando con el equipo de investigación UBACYT (Facultad de Psicología, UBA) dirigido por la Dra Clara R. Schejtman. Este equipo, con una trayectoria ininterrumpida de 25 años, ha diseñado un Sistema de Observación de las Interacciones Lúdicas (SOIL) (Huerin et al., 2021; Schejtman et al., 2018). El SOIL analiza sistemáticamente filmaciones y consta de 4 dimensiones: Nivel de Simbolización en el juego, Modalidades de Interacción Lúdica, Indicadores de Desregulación y Estilos Parentales de Interacción. En la presentación se compartirán los pasos realizados en el entrenamiento de profesionales en la codificación de las imágenes, hasta lograr la adecuada confiabilidad entre jueces. También, se enfatizarán los aportes de este instrumento para la observación clínica, ejemplificando con fragmentos de videos de interacciones lúdicas padre-hijo.
El entrenamiento y uso del instrumento resulta de gran importancia en el ámbito del desarrollo infantil y la evolución temprana, ya que el SOIL permite analizar el desarrollo de habilidades lúdicas en niños y, de esta manera, detectar factores de riesgo en diversas áreas del desarrollo y de lo vincular. Ahora bien, para un uso apropiado del instrumento, se requieren profesionales especialistas con conocimiento sobre los momentos clave del desarrollo infantil y de los diversos factores que pueden incidir en el mismo; de esta manera, se da lugar, a partir del entrenamiento, a una interpretación confiable de lo observado que se relaciona con otras variables para obtener resultados novedosos.
El entrenamiento y uso del SOIL es de gran utilidad para la clínica, ya que permite a los psicólogos evaluar continuamente el desarrollo en los niños, ajustando las intervenciones estratégicamente y adaptando las técnicas según los requerimientos. Esto resulta fundamental para arribar a diagnósticos más precisos e intervenciones más efectivas, favorecedoras de una mayor comunicación con padres y un trabajo integral con otros profesionales. La observación de indicadores de riesgo en la primera infancia, junto a una clínica psicoanalítica de intervención temprana, posibilitan trabajar en las áreas del desarrollo afectadas, disminuir el sufrimiento psíquico infantil y prevenir futuras psicopatologías.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que puede afectar a la comunicación, interacción social y el comportamiento. La dificultad para la regulación emocional es una de las más observadas en niños con TEA, por lo que realizar psicoterapias para mejorar esta dificultad resulta de especial interés.
La psicoterapia basada en la mentalización para niños (MBT-C) posee un enfoque con principios psicodinámicos que busca mejorar la comprensión de sentimientos propios y ajenos a los niños con TEA, lo que puede hacer que mejore la regulación emocional.
En este sentido, el objetivo de este artículo será analizar los resultados del programa en un niño con TEA de una institución uruguaya. La estructura del programa comprendió sesiones psicoterapéuticas individuales (MBT-C) de frecuencia semanal con el niño, entrevistas mensuales con los padres. También contó con taller semanal durante seis meses con educadores en donde se trabajó en introducción a la mentalización y en la escala de adherencia y competencia de MBT-C centrado en regulación atencional y en las situaciones de interacción individual de educadores con el niño dentro de instancias grupales.
Para evaluar el cambio después de la intervención se utilizó el instrumento HoNOSCA para educadores que mide 13 áreas de salud y funcionamiento psicosocial; también el CGAS completado por psicoterapeuta. Se realizaron entrevistas en profundidad con los educadores para evaluar lo cualitativo en este proceso. Se realizó evaluación en entrevistas por parte de los padres sobre la regulación emocional del niño en la institución.
Los resultados principales obtenidos muestran que:
1. Al analizar las 13 dimensiones se observan diferencias en las medias entre el pretest y el postest, estas diferencias no son estadísticamente significativas pero existen tamaños del efecto grandes en la mayoría de las variables. En la puntuación de CGAS hay un cambio positivo en lo global y en las seis áreas con problemas.
2. Los padres señalan mejoría en la regulación emocional dentro de la escuela.
3. Los Educadores relatan mejoría en regulación emocional en el niño y marcan logros en contacto, interés, empatía, entre otros. Estos resultados permiten concluir que si bien no hay diferencias estadísticamente significativas, hay un efecto grande entre el pretest y el postest viéndose una mejoría en la mayoría de las variables analizadas en HoNOSCA, así como mejoría en variables de CGAS y en las entrevistas con padres y educadores.
Constituimos un grupo de psicoanalistas pertenecientes a la Escuela de Especialización y Postgrado en Clínica Psicoanalítica de Niños y Adolescentes del Colegio de Psicólogos del Distrito XII de la Provincia de Bs. As. y a la Asociación Psicoanalítica Argentina. Nos ocupamos en investigar el modo en el que los niños perciben y piensan las distintas configuraciones de sus familias actuales y sus respectivas elecciones sexuales. Entendemos que los cambios epocales repercuten en niños y jóvenes, poder escucharlos es un modo de analizar qué tipo de cambios psíquicos se producen. Como psicoanalistas, nos sostiene el deseo de interrogarnos, de interpelar discursos a la luz de la clínica y fundar postulados que no se detengan en cosmovisiones obturantes del pensamiento, por lo tanto, advertimos que es necesario recuperar el decir de un niño en su palabra, en su biografía, en su juego y fantasías.
Niños y jóvenes están convocados por nacer en una familia, a develar el sistema narcisista que sus progenitores han depositado en ellos, de modo tal de no quedar condenados a repetir compulsivamente ese sistema. Trataremos de pensar cómo se construyen estas presentaciones diversas en niños y adolescentes para poder compartir con los colegas en un debate libre y abierto, en especial tomando en cuenta su construcción metapsicológica; ideales del Yo, identificaciones y modalidades traumaticas que revelan el modo en que cada sujeto tramita la herencia simbólica que lo precede. Nos preguntamos cómo estos ideales transmitidos operan en la estructuración psíquica. ¿Qué sucede cuando los ideales del Yo se presentan como imperativos inalcanzables y constituyen en obstáculos para la subjetivación? ¿Cómo pueden los niños y adolescentes hacer algo propio con la marca de esos ideales sin quedar atrapados en una repetición que clausure su posibilidad de invención?
Karina solicitó terapia en marzo 2023. Actualmente continúa en tratamiento. Fue un proceso terapéutico muy importante pues ella en 2023 decía que quería ser varón. Después de un tiempo de terapia, cambió de opinión y acepta su condición femenina. Presentaré el caso centrándome en el proceso psicodiagnostico para observar cuáles eran los factores inconscientes que la hubiesen llevado a no aceptar su sexo biológico. Podremos observar a través de sus dibujos y relatos sus conflictos, fantasías e idealizaciones
Tenía en ese momento 13 años
Se presentó en forma puntual acompañada de su hermana Horacia.
Tanto ella como su hermana tienen un aspecto poco femenino. Horacia tiene el pelo rapado y los atributos femeninos ocultos.
Apenas comencé a hablar con ella me dijo que quiere ser un chico.
Tenía un novio, que es compañero del colegio y se llama Stivel, que se siente varón pero que es una mujer. Hablamos de cómo está conformada su familia y contó que son cuatro hermanas mujeres.
Solo una, la mayor, está casada pero no tiene hijos.
Tanto la madre como las hermanas trabajan de niñeras.
A la pregunta para Karina respecto de su elección vocacional contestó que quiere ser abogada o pintora porque dibuja muy bien.
La hermana que la acompaña, Horacia, no terminó el secundario. Ahora está tratando de terminarlo.
Cuando Karina tenía 3 años sus padres se separaron, su padre Rafael es panadero.
También, se mudaron a la Argentina. Provienen de un país limítrofe.
Su padre Rafael cortó completamente el vínculo con ellas.
Él tiene otra familia, tiene un hijo varón que en la fantasía de Karina sería su preferido.
Le interpreté a Karina que tal vez ella quiere ser varón para obtener el amor del padre.
Contestó que no le interesa nada de él porque ni siquiera la saludó para su cumpleaños.
Hubo un momento en estos dos años de tratamiento donde me dijo que ya no quiere ser varón, que acepta su condición de mujer.
Este cambio de decisión fue consecuencia de la certeza de que yo la respetaría en cualquier cosa que decida, pero cuando al principio habló de cirugías castratorias, como extirparse los pechos, manifesté mi rotunda oposición.
El acompañamiento y una escucha empática la están llevando a una mayor seguridad en ella y a la aceptación de su condición femenina.
Cuando pensamos en este trabajo, empezamos a hacer una revisión bibliográfica y vimos que no hay mucho material psicoanalítico sobre este tema ni tampoco hay mucho material publicado sobre la relación entre infancia y cine en América Latina desde la perspectiva propiamente cinematográfica.
La idea que queremos expresar aquí es la de pensar acerca de las presentaciones en las diferentes escenas de las películas. De esta manera, nos proponemos reflexionar y analizar las diversas concepciones históricas de las infancias y las adolescencias, y las diferentes narrativas y/o concepciones que se desprenden de ellas a través de las diferentes épocas.
Siguiendo el modelo de la película “Intensa-mente” (2015, Disney Pixar) en la cual, el argumento propone la existencia de varias islas de personalidades; que son diferentes ciudades, por las cuales los sentimientos transitan, se apagan o se destruyen en función de los intereses del niño. Estas situaciones se desarrollan en una topografía que pone en evidencia las distintas narrativas que tiene el niño en la búsqueda del conocimiento de sí mismo.
Nuestra propuesta, es que de la misma manera que los niños de esta película, nosotros como analistas tratemos de reflexionar transitando por algunas temáticas (islas) que elegimos, para observar qué ha cambiado o se mantiene igual a lo largo del tiempo. Plantearemos algunas preguntas atravesando la incertidumbre y desconocimiento, intentando alguna construcción y aproximación de respuestas. Sabiendo que hay más cuestiones o niveles en los cuales no nos vamos a centrar (por ejemplo: intereses políticos y económicos de las empresas cinematográficas, etc).
Como somos seres sociales, no hay forma de pensarnos en el inicio sin ese poder estructurante que tienen los padres y la historia familiar sobre cada individuo. Dan cuenta de esto autores tales como Piera Aulagnier con el contrato narcisista, hasta Maud Mannoni, con Lacan, el síntoma del niño como respuesta a lo que hay de sintomático en la pareja parental, pasando por Winnicott con la madre lo suficientemente buena para alejarse y dejarlo crear.
Cuando el desarrollo del niño se ve entorpecido, y pensamos en el análisis con niños, ¿ sería a la manera de la elaboración de un duelo? Duelos diversos de la historia familiar, de los anhelos de los padres y del propio niño que tiene que renunciar a ser His majesty the baby.
Tanto los padres como el niño podrían descubrir, a través del análisis, ¿en qué forma ese niño estaría atrapado en una “misión” narcisista que los involucra a todos?
La aparición de la angustia es el terreno propicio para el análisis, o como vemos en los chicos derivados por colegios o pediatras, la fijeza o rigidez de la estructura familiar tiende a colocar el problema en esos otros que lo detectan y el trabajo sería entonces con las múltiples transferencias con las que nos encontramos en nuestra clínica.
Presentaremos un caso clínico, donde la entrevista con los padres fue la primera y única posibilidad para trabajar. La finalidad de estas entrevistas es escuchar la angustia cuando es manifiesta o hacer que aparezca cuando ésta es ignorada. La finalidad es además enterarlos de fragmentos de la historia que el actuar de los hijos trae, a veces, como hilachas incomprensibles.
Al mismo tiempo ,es la posibilidad de instalar y acompañarlos en la aparición de preguntas que intenten mover los tiempos coagulados. Queda así claro que la repetición en la cura no es simple reactualización del pasado en el presente, sino un encuentro en transferencia de un tiempo que pasa y un tiempo que no pasa. En el acto mismo de este encuentro se actualiza en un tiempo identificante. El analista, aquel por el que esto ocurre, es un eje de temporalización.
Esto hace que aparezca más de una versión sobre acontecimientos vividos, permitiendo podar significaciones tanáticas que tantas veces recaen sobre los hijos, significaciones tanáticas en tanto quedan como únicas, como frase constituyente e imprescindible que dejará al hijo anclado en un único lugar. Recortar ese sentido mortífero es iniciar un trabajo de duelo que resultará fundamental.
En la práctica aprendimos sobre la flexibilidad de nuestra técnica, basada en la solidez de nuestra teoría. Presentaremos viñetas de casos clínicos.
Diálogo entre profesionales de la salud mental, las instituciones y las universidades”.
A partir de la consulta por un niño de 4 años, diagnosticado con trastorno del espectro autista, se presenta las entrevistas iniciales de un proceso terapéutico y los caminos que la analista intenta recorrer para abordar la complejidad de la consulta.
Nos preguntamos ¿Que representa para los padres el síntoma del niño? ¿Qué representa para el niño/a el síntoma? ¿Cómo pensar nuestra práctica clínica hoy?
En el seno de las relaciones familiares, la consulta por un niño da cuenta de algo que está en tensión y que provoca dolor en los padres. Ellos traen a la entrevista su “historia oficial” acerca del síntoma y del padecimiento familiar que este provoca. Desde una perspectiva filosófica, Deleuze G. propone que el síntoma sería esas líneas de fuga que buscan otra trayectoria para salir de la micro política cotidiana cuando esta resulta agobiante. Sería un modo de rechazar el papel que le ha tocado en el guion, no entrar en ese papel que ya está determinado. El “NO” sería una expresión mínima de resistencia y también es un acto comunicativo de desacuerdo que habilita al que lo dice a estar en condiciones de decir.
Consideramos que la educación como campo social es inseparable de la institución “familia”, que carga con la responsabilidad de conformar un sujeto acorde a un ideal. Suele acontecer que se espera que los padres cumplan con una demanda imposible y cuando no lo consiguen serán juzgados y culpabilizados. Quedando expuestos a una exagerada demanda de aquello de lo que, en verdad, debe ocuparse el campo social creando prácticas de cuidado y bienestar.
El psicoanálisis y nuestra práctica, al igual que la educación y la familia, es una institución no autónoma que forma parte de otros discursos que tiene efectos de comunidad y en la comunidad.
La patologización “exprés” nos interpela y nos convoca a involucrarnos con las infancias ya que resulta imprescindible suspender lo que etiqueta y captura la subjetividad del niño por los efectos que conlleva. En este caso en singular resulto necesario ampliar el “zoom” de la cámara e incluir a los actores de otros espacios y disciplinas implicadas. Mis intervenciones estuvieron dirigidas a salir de la lógica del UNO que no admite la multiplicidad, lógica según la cual es esto o lo otro, no hay cabida para la diferencia. Resultó complejo romper y conmover aquellas cuestiones que fueron presentadas de forma hegemónicas, cerradas y rígidas hacia una transformación subjetiva posible.
Bibliografía
-Aulagnier, P. (1988). La violencia de la interpretación. Buenos Aires: Amorrortu.
-Bleichmar, S. (1990). La construcción de la verdad en análisis. Revista de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, 16.
— (1999). Clínica psicoanalítica y neogénesis. Buenos Aires: Amorrortu editores.
“Un sujeto puede dejar la historia afuera de la sesión,
pero lo que no puede hacer es dejar el cuerpo,
cuando entra a la sesión lo lleva colgando de él mismo.”
S. Bleichmar (2020) El psicoanálisis en debate
Cuando pensamos en el trabajo analítico con niños, suele repetirse la frase “hay que poner el cuerpo”. Las sesiones con niños exigen un cuerpo activo, fuera de la pasividad del sillón y del diván, exigen una “puesta en marcha” del cuerpo, tanto de los niños como de los analistas.
Desde un analista jugando carreras de autos, prestando su cabeza para jugar a la peluquería, hasta sostener las cartas o tirar los dados en los juegos de mesa, el cuerpo del analista y del niño son soporte del proceso analítico. El analista de niños sabe que la palabra no es suficiente, no es el único recurso que el niño utiliza. Por eso ofrece distintos materiales que posibiliten la expresión, para que el juego y el dibujo se desplieguen. Dentro de estos materiales ofrece también su cuerpo, como dice Winnicott, como un elemento más “para ser usado”.
El cuerpo sirve de soporte del psiquismo, no podemos pensar un psiquismo sin cuerpo, el cuerpo es el soporte del desarrollo psíquico pero el cuerpo solo no es suficiente. Será necesaria para la constitución psíquica el encuentro con el otro de los primeros cuidados. El efecto de este encuentro va a tener como consecuencia un plus de placer que permitirá la búsqueda de su repetición, dando lugar a incipientes juegos. Esos juegos se irán complejizando en la búsqueda de placer y del encuentro con el otro. Los primeros juegos son sobre el propio cuerpo y el cuerpo del otro, y se dan mucho antes que el acceso a la palabra.
El cuerpo es soporte del juego y a la vez en esos primeros juegos se va constituyendo un cuerpo erógeno, sede del psiquismo. Pensamos en el cuerpo como elemento que constituye el juego, y en el juego que es constituyente del psiquismo y del cuerpo erógeno. El juego es anterior a la palabra pero también es gracias al juego del laleo que se va a ir desarrollando el lenguaje.
El juego al implicar el cuerpo no solamente trae su capacidad simbólica sino también aquello presimbólico que permitió el despliegue del juego. Por eso cuando decimos que en el análisis de niños “hay que poner el cuerpo”, no es solamente porque es la herramienta.
Su sensibilidad se expresa en la recolección de datos libres de interpretación, en las comunicaciones por escrito, cada palabra se carga de una penumbra de implicaciones siendo la escucha de cada miembro del grupo parte de la dinámica grupal.
El espacio grupal o tercer paso del método es donde el coordinador desarrolla una importante función de contención de las ansiedades del grupo, debe acompañar el dolor emocional, esas emociones pueden sentirse en su cuerpo, o en un intenso desasosiego, frente a incertidumbres del observador y el grupo.
La capacidad de mantener la esperanza es un aprendizaje que surge en el contacto con muchos bebés observados, que muestran esa condición de vitalidad a pesar de las condiciones de sufrimiento.
A su vez el observador, tiene un papel de catalizador de esas angustias naturales que ocurren con el nacimiento de un bebé, funcionando como un tercero en la familia observada.
El coordinador en sintonía con el observador llega a su tiempo a comprender sus estados emocionales, desintoxicarse de los efectos obstructivos, lograr cambiar la dinámica interna del grupo, transformar contenidos paralizantes e impasses en estados de curiosidad, sorpresa, encantamiento. Lograr el reviere grupal gracias a la posición que asume el coordinador.
Un elemento continente en cada encuentro de reflexión es descubrir nuevas escenas exteriores e interiores grupales, diferentes miradas con ojos interesados- apasionados trabajando las fantasías del grupo hacia el crecimiento grupal.
Observadora Carla. Inicios de su formación
La observadora vive en una zona afectada por intensa violencia social, el narcotráfico amenaza con la muerte a la población. Hay creencias en la cultura acerca de los males que traen los extraños a la familia.
Comienza sus visitas y descubre su angustia persecutoria de llevar el mal de ojo al bebé, busca un ámbar para absorber el mal, muestra una fuerte identificación con la posición cultural y familiar. Sus ansiedades iniciales por no sentirse confiable a los ojos de la madre confirmaron su creencia cuando la beba se enferma. Puede continuar las observaciones, las coordinadoras favorecieron el intercambio grupal transformando su creencia en dudas tolerables.
La condición para la formación es mantener su análisis personal, ya que se movilizan emociones muy primitivas siendo una oportunidad para elaborarlas.
Se presentarán situaciones de la trama grupal en diferente contexto familiar.
Las dificultades en la regulación afectiva (RA) y el control inhibitorio del comportamiento (IC) constituyen uno de los principales motivos de consulta en clínica infantil. Esta investigación describe y explora la relación entre estas variables en población clínica.
Reconociendo la incidencia que tiene el proceso de mentalización para lograr una apropiada RA y la importancia de la atención para obtener una adecuada IC; se unen en este estudio aspectos psicodinámicos y neuropsicológicos, en pos de lograr una mayor integración y comprensión de un campo complejo. Se trata de una investigación aplicada, de alcance descriptivo exploratorio, enfoque mixto, de diseño no experimental con estudio de campo.
El objetivo es explorar la relación entre la regulación afectiva y el control inhibitorio del comportamiento en población con desajustes comportamentales de orden internalizante y externalizante y determinar las características del tipo de relación que se establece.
La muestra se compone de 30 niños y niñas entre 9 y 12 años que consultan por impulsividad o inhibición. Se utilizan los instrumentos: FIRE (Evaluación de la regulación afectiva a través del juego con animales), CBCL (Child Behavior Checklist), Test Caras-R, Nepsy II y RFQ8 (Reflective Functioning Questionnaire).
Los resultados indican que el 95% de los niños y niñas estudiados califican en rango clínico externalizante o internalizante. Presentan alta reactividad (100 % de la muestra) ante estímulos afectivos, sin diferenciar intensidad o cualidad en los mismos. Su primera reacción es de “frezzing” seguida de respuesta de ataque o huida.
El afecto predominante es la ansiedad (85%), seguido de agresividad (60%) y rabia (55%). Prevalecen mecanismos defensivos primarios. Los objetos internos son predominantemente persecutorios. Despliegan en el juego contenidos thanáticos. Las herramientas cognitivas (35% CI promedio, 35%CI medio alto, 30% CI superior) no ofician como amortiguador ante los estímulos afectivos. La modalidad de equivalencia psíquica rige su pensamiento.
La impulsividad se halla en la base de los comportamientos observados, afectando a los procesos atencionales en su eficiencia. En conclusión, el estudio revela una relación directa y proporcional entre la RA e IC. Esta relación se modula por el factor temperamental impulsivo (en la base de conductas internalizantes como externalizantes); y esta mediada por la capacidad de mentalización. Estos hallazgos destacan la importancia de considerar a la impulsividad y a la mentalización al examinar esta relación.
Se trata de un programa de Extensión Universitaria de la Facultad de Psicología de la UBA -“Psicología Clínica de Niños”-, que se lleva adelante en un servicio asistencial con el mismo nombre, que depende de la cátedra “Psicoanálisis Escuela Inglesa II” y es sede de la Práctica Profesional “Práctica clínica psicoanalítica de niños con base comunitaria”.
Confluyen entonces, una sostenida labor de docencia, asistencia clínica e investigación, experiencia que nos gustaría compartir con colegas.
Respecto del Servicio Asistencial (SPCN), brinda asistencia a pacientes entre 4 y 12 años y sus adultos responsables, con el requisito de no poseer obra social. Las escuelas de la zona sur del conurbano bonaerense derivan mayormente a estos niños y niñas, manteniéndose con ellas un intercambio permanente para el diseño de estrategias interinstitucionales. Se trabaja también con ONGs y hospitales, juzgados y Servicios Locales de protección de derechos de NNyA.
Asimismo, se realizan investigaciones UBACyT, que analizan las problemáticas más relevantes de nuestros pacientes. Actualmente, parte del equipo estudia los efectos de la pandemia por Covid 19, con énfasis en los estados depresivos en niños y niñas, diferenciando por género. Son dos estudios: uno epidemiológico -con población clínica y no clínica- y otro clínico, con estudio de casos.
Las psicoterapias psicoanalíticas grupales con niños y niñas, junto a los grupos paralelos de orientación a adultos responsables ha sido la estrategia de elección para el abordaje de problemáticas complejas. También se realizan psicoterapias individuales, vinculares y familiares.
El entrenamiento de extensionistas -estudiantes y graduados recientes- es permanente. Se les ofrece una formación en la observación no participante de los dispositivos de atención y se los acompaña en el inicio de una práctica clínica tutorada.
Todas las actividades clínicas son supervisadas en reuniones plenarias. En las mismas se trabajan los aspectos transferenciales y contratransferenciales de los terapeutas y observadores, y se diseñan las diversas estrategias clínicas que complementan el trabajo realizado en el consultorio con los pacientes.
A lo largo de estos años hemos consolidado un modo de abordaje psicoterapéutico de la vulnerabilidad de los niños, niñas y sus familias. No obstante, las modalidades de intervención son permanentemente revisadas, en pos de adecuarlas a los cambios que registra la niñez actual y las condiciones de los contextos que atravesamos, tanto los pacientes como el equipo asistencial.
A través de viñetas clínicas de observación de bebés presentaremos la actualidad de las propuestas teórico-clínica de Ester Bick y de W. bion, quienes sostienen una mirada Psicoanalítica fecunda que revoluciona el pensamiento y permite proteger las idas en germen en un mundo de cambios abruptos y mutaciones cualitativas vertiginosas.
Las observaciones Psicoanalíticas de Bebés con las que trabajemos, van sido realizadas de acuerdo al Método Bick en el seno familiar, con frecuencia semanal. Analizaremos a partir de la experiencia, la relación del niño con su madre y el rol del observador como un continente psíquico, sostén emocional de la ansiedades primitivas.
El hecho de que los seres humanos sean crías destinadas a humanozarse en la cultura marca un punto insoslayable de su constitución: "la presencia del semejante es inherente a su rganización misma" (Bleichmar, S. (2003).
"Porque estamos hechos de tiempo, del tiempo que los otros nos donaron y del tiempo que nosotros donamos para ir entreteniendo la trama de la vida" (Catz, 2021, p. 136).
El presente trabajo pretende plantear algunas respuestas a dificultades diarias de los docentes universitarios de la Licenciatura en Psicología como ser:
¿Cómo lograr la trasmisión del Psicoanálisis a alumnos en su mayoría de 20 a 25 años en la universidad?
¿Es posible una mejor apropiación de los conceptos que fueron definidos por Freud hace más de 100 años con estrategias de participación activa?
En respuesta a estos interrogantes hemos propuesto a los alumnos las siguientes consignas:
Un grupo deberá traer al aula un muñeco de un bebé (tamaño similar a uno real de 6 – 9 meses)
En situación de roll playing, una pareja toma mates en una plaza. La madre sentada sostiene al bebé en su regazo con una mano, dándole la espalda; mientras que en la otra mano tiene un celular que ubica frente al rostro de su hijo. El celular emite una ruidosa canción y en la pantalla se dejan ver algunos movimientos y colores brillantes de “La granja de Zenón”.
El bebé se mueve e intenta bajar del regazo de la madre, agarrar el celular y mirar a un perro que se acerca, pero su padre lo invita a seguir mirando la pantalla con palabras dulces y amables. (Continúa descripción de la escena)
Los demás alumnos tras observar unos minutos deben responder de forma individual:
-¿Qué sentimientos les genera o despierta la situación planteada? (para trabajar el concepto de contratransferencia)
-Desde su perspectiva y teniendo en cuenta el momento del desarrollo en el que se encuentra el bebé, ¿qué contacto con la realidad considera que estos padres le posibilitan?
Establezca articulaciones teóricas con la teoría de:
-Winnicott en relación a los conceptos de Holding, handling y presentación de objetos.
- Freud en los textos de “El Creador literario y el fantaseo” y “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico”.
Minutos más tarde el padre se aleja, se va de la escena. El bebé parece angustiarse, realiza gestos como si comenzaría a llorar, balbucea algo similar a “papá”. La madre automáticamente cambia el video y pone aún más alto el volumen.
Consigna: compare la experiencia de este bebé en relación a lo planteado por Freud sobre el Fort – da en el texto “Más allá del principio del placer”. Realice un breve ensayo al respecto.
Como parte final del trabajo se comentarán y presentarán las respuestas más representativas del grupo de alumnos.
Por lo tanto, este trabajo pretende explorar uno de los modos posibles de transmisión de contenidos psicoanalíticos aplicados a la actualidad, mediante el acercamiento a la experiencia pedagógica de situaciones de la vida diaria.
En este trabajo, se reflexiona sobre el valor que los niños y púberes asignan a su espacio analítico. A través de diversas viñetas clínicas, se muestra cómo los pacientes valoran su espacio terapéutico, lo consideran propio y lo protegen a pesar de ciertas resistencias.
Por ejemplo, Bauti, de 12 años, muestra su ambivalencia con espacio terapéutico al cual reconoce como especial; Facu, de 4 años, muestra su espacio como propio y no compartido con su familia; María, de 16 años, destaca su tiempo-espacio para pensar-pensarse sin ser juzgada; Carla, una niña de 7 años, se siente segura en su espacio terapéutico para contar lo que considera que ni su madre le creerá y Luli, de 6 años, percibe desde el comienzo que se trata de un espacio distinto que los otros conocidos por ella.
El espacio analítico, según varios autores, entre ellos M. Klein, D. Winnicott y W. Bion, no sólo es un espacio terapéutico, sino también un lugar donde el niño puede construir su capacidad de pensar y pensarse. A esta internalización del espacio se arriba no por medio una explicación del encuadre terapéutico (que siempre está) sino por una "comprensión real", vivencial, que excede el campo lingüístico y que permite al niño crear una mente propia.
La intervención psicoanalítica en edades tempranas, tiene un impacto fundamental en el desarrollo emocional y psíquico de los niños, dejando una huella duradera. Estas viñetas ilustran cómo los niños descubren y valoran el espacio analítico, reconociéndolo como un lugar seguro para pensar, más allá de los adultos significativos. De este modo, se resalta el potencial valor preventivo y transformador de la terapia en niños y púberes.
El Modelo Reflexivo de Intervención Grupal (MRIG) tiene como objetivo principal el desarrollo de una postura reflexiva en los padres, favoreciendo respuestas sensibles y adecuadas para comprender las conductas, intenciones y sentimientos de sus hijos. Numerosos resultados sugieren que el Funcionamiento Reflexivo es una capacidad -que con la ayuda de un clínico con experiencia en el tema- puede desarrollarse en un contexto grupal (Slade 2006; Taubner, 2019; Egas, & Salao, 2011; Camoirano, 2017).
Rene Kaes, (1996) teoriza acerca del grupo y como éste precede al sujeto. El grupo que nos precede nos asigna lugares, nos presenta objetos, nos ofrece medios de protección, al mismo tiempo que nos señala límites y enuncia prohibiciones.
Hemos observado que el trabajo grupal posibilitó que las madres y padres encuentren un espacio donde compartir sus miedos, dudas y experiencias sintiéndose contenidos y sostenidos en su rol. También se han observado prácticas de crianza desregulatorias, las cuales son consonantes con la casuística de nuestra práctica profesional privada, ya que siendo analistas de niños hemos escuchado en numerosas oportunidades actitudes desregulatorias y respuestas retaliatorias como “recurso” frente al cuidado de los niños.
En momentos de ausencia de mentalización se observan actitudes agresivas, que se encuentran arraigadas en nuestra cultura teniendo un considerable impacto negativo en el desarrollo afectivo y emocional del infante. Dicha conclusión se relaciona con lo expuesto por Miri Keren (Schejtman y otros, 2022) quien resalta el fuerte vínculo existente entre la violencia de la familia de origen y la violencia interpersonal, relación que se hallaría mediada por la Hostilidad.
Desde esta perspectiva Losso (2001) explica que los contenidos transmitidos por la transpsíquica son contenidos en bruto, sin procesamiento, que pueden ser sentidos como desvitalización o como presencia de algo extraño, que aliena y perturba, traduciéndose en la crianza como conductas agresivas y poco simbolizantes.
Como es sabido la asociación libre es el método constitutivo de la técnica psicoanalítica y requiere de la atención flotante del analista para su interpretación.
El propio Freud en la Conferencia 34 (1932) aclara que los niños y algunos pacientes adultos no toleran demasiado los métodos de la asociación libre verbal que rige el psicoanálisis estándar. También seguimos a Freud (Construcciones en Psicoanálisis, 1937) quien además de la asociación libre destaca a la repetición en acto entre los materiales que provee el paciente para el trabajo analítico. Para lo cual, según nuestro parecer, además de la clásica atención flotante se requiere de una atención focalizada.
Introducido el juego como una modificación de la técnica clásica para el trabajo con niños ponemos en cuestión si éste puede considerarse sin más como un equivalente de la asociación libre verbal, tal como pensaba Melanie Klein. Y si, entonces, las asociaciones del juego podrían considerarse más bien como un equivalente a una puesta en acto de fantasías a la manera de un soñar despierto con el polo motor activo.
Valoramos la incorporación del juego a la técnica con niños pero sabemos que Klein mantuvo la neutralidad standard al intervenir sólo interpretando en el despliegue del juego. En este trabajo queremos valorar la intervención del jugar del analista según Winnicott. Su conocida formulación de la superposición de las dos zonas de juego en el espacio intermedio y transicional implica una variación suplementaria al dispositivo estándar, que actúa como un catalizador que favorece la ampliación del trabajo psíquico del niño.
En resumen nuestro trabajo apunta a
Poner en debate la asociación libre como único material psíquico del análisis y pensar qué otros materiales se despliegan en el espacio analítico con niños, en el juego y todas las demás manifestaciones.
Articulado con esto último, destacar el papel que puede desempeñar el analista en la aparición y despliegue de dichos materiales, invitando a repensar la concepción de la neutralidad.
En los últimos años se ha observado un aumento significativo de la frecuencia de situaciones de violencia y sus repercusiones en la salud mental de niños, niñas y adolescentes (NNA). Esto los expone a una mayor vulnerabilidad y a una exclusión social recurrente, con consecuencias como el riesgo de fracaso académico, dificultad en el manejo de la angustia e impulsividad, desamparo, hostigamiento escolar, ideas de muerte, suicidio. El abordaje de estas situaciones cuando son severas puede requerir hospitalizaciones, con estadías prolongadas, incrementando retraimiento, ansiedad, desamparo, desesperanza, mermando sus posibilidades en su construcción como sujetos y vulnerando aún más sus derechos.
A pesar de los múltiples esfuerzos, el abordaje de estas problemáticas sigue centrado en un enfoque medicalizador. Si bien esta perspectiva representa una mirada posible, resulta insuficiente para la atención integral y resolución efectiva de los problemas. En ese sentido, se han pensado abordajes complementarios vinculados all arte. En Uruguay, las experiencias han sido intervenciones puntuales, no sistematizadas ni sostenidas en el tiempo. Por ello, el proyecto Efecto Mariposa representa la primera iniciativa interdisciplinaria orientada a estructurar y evaluar un dispositivo de abordaje de salud mental basado en el teatro.
Efecto Mariposa busca promover la atención en salud mental y generar conocimiento a partir de un dispositivo de intervención que incorpora las artes escénicas desde un enfoque interdisciplinario: artes escénicas, pediatría, psicología y trabajo social. Está dirigido a niños, niñas y adolescentes hospitalizados por situaciones de violencia y sus efectos en la salud mental. Complementa parte de otros abordajes en salud, desde una mirada integral y con perspectiva de derechos.
El proyecto se organiza en tres etapas: 1) Consolidación del equipo de trabajo y la construcción de un lenguaje común a partir de la elaboración de ideas y propuestas. 2) Iniciada en julio de 2024 (aún en ejecución), la implementación y evaluación de talleres teatrales semanales para los NNA entre 10 y 14 años que cumplan con los criterios de la población objetivo. Hasta el momento se han llevado a cabo 22 talleres con la participación de 101 participantes.
Más de 30 NNA concurrieron a más de un taller durante la hospitalización e incluso algunos participaron luego del alta hospitalaria. 3) Contempla el análisis de los resultados acerca de posibles repercusiones en algunos aspectos de la salud mental de los participantes. Si bien esta fase no ha comenzado, el análisis preliminar sugiere un impacto positivo del dispositivo, con efectos beneficiosos tanto para los NNA como para el equipo de profesionales que desarrollan los talleres.
El siguiente link accede al video que sintetiza la intervención: https://www.youtube.com/watch?v=WbPJjFB93Lg
La crianza es un proceso colectivo que demanda apoyo tanto de día como de noche. Sin embargo, el sueño infantil sigue siendo percibido como una esfera exclusivamente íntima, dejando a las familias sin el acompañamiento necesario durante estas horas cruciales. Este trabajo reflexiona sobre la importancia de contar con profesionales especializados en sueño infantil, capaces de brindar herramientas basadas en evidencia científica actualizada, y para abordar las necesidades de las familias en relación con el sueño.
A partir de un análisis histórico, se exploran las transformaciones en las prácticas de crianza y las tendencias actuales en torno al sueño seguro, el vínculo con la lactancia y el lugar para dormir. Además, se aborda el rol del apego en el desarrollo de la autonomía infantil, desmontando mitos y ajustando expectativas familiares en torno a las necesidades fisiológicas del sueño. Se incluyen pautas de sueño seguro y factores ambientales, como el impacto de las pantallas y la exposición a la luz solar.
Por último, se presenta una metodología de trabajo que considera aspectos biológicos, psicológicos, y socioambientales, con herramientas como diarios de sueño, cuestionarios y estrategias de acompañamiento individualizado. Este trabajo resalta cómo la promoción de un sueño saludable no solo impacta positivamente en los niños, sino que fortalece el bienestar de toda la familia.
Se presenta la solicitud de intervención del equipo de salud mental de un hospital general por parte del equipo de la Unidad de Terapia Intensiva. Este equipo se enfrenta a una situación compleja de sostener artificialmente el funcionamiento de los órganos de una mujer con muerte encefálica y embarazada. Es decir, nos encontramos frente a lo que se denomina una incubadora cadavérica: el creciemiento del feto en el vientre de una madre fallecida pero sostenida artificialmente a la vida gracias a los avances de la tecnología.
Coexistencia paradójica de la vida y la muerte. Dicha situación evoca distintos conflictos desde éticos, morales, psicodinámicos (desarrollo psíquico intraútero, proceso de duelo, funciones maternales), de la praxis médica, legales. La tecnología colabora habitualmente con el sostén de funciones vitales de recién nacidos antes de término pero con el acompañamiento de quienes se ocupan de funciones maternales y parentales.
En la situación que presentamos estas funciones están vacantes. Pueden otros ocuparlas? La complejidad del proceso de atención conlleva a la necesidad del abordaje interdisciplinario con otros y a la escencial reflexión acerca de nuestras prácticas, modo de intervención, formación permanente y el compromiso ético.
El avance científico y el desarrollo tecnológico facilitan la ilusión de expandir los límites de la vida, conlleva los riesgos de omnipotencia del equipo, discusiones y confictos dentro del mismo asicomo también la necesidad de reflexionar, representar la propia práctica y su impacto emocional.
En el presente artículo reflexionamos sobre una experiencia de trabajo interdisciplinario (psicológico, pediátrico y nutricional) con un niño que concurren al Jardín Maternal del Ministerio de Salud. Presentamos una viñeta con un seguimiento longitudinal (de 9 meses a 2 años) y realizamos una articulación teórica desde el psicoanálisis con la finalidad de buscar estrategia de intervención y prevención. La clínica de la primera infancia es un espacio de trabajo fecundo para el psicólogo y la especialización nos permite agudizar la observación (mirada, escucha y sensorialidad), también posibilita arribar a un diagnóstico y delinear una hoja de ruta.
Nos proponemos ahondar en la relación diádica, la intersubjetividad y la subjetivación. Los primeros años de vida son tiempos de edificación, de inmensos cambios y significantes transformaciones, de duelos y, si todo va “suficientemente bien” de grandes logros subjetivos. Es un tiempo de acciones cada vez más complejas, de profundo conocimiento y experiencias. La desregulación emocional y la sobrerregulación suelen signos de alarma que se evidencian en la primera infancia, porque irrumpen y desbordan o porque funcionan como una barrera, una distancia que impide el acercamiento y el encuentro con un otro. En este sentido y desde el paradigma de la complejidad, entendemos que los signos negativos del desarrollo infantil deberían ser pensados como una multideterminación, puesto que hay diferentes actores que interfieren. Resulta imprescindible preguntarse por el sufrimiento subjetivo y tomar a la familia como pacientes para delinear de forma artesanal el mejor dispositivo para cada caso, y cuanto más temprano se trabaje con el niño/a y su entorno, mejores serán los resultados y el pronóstico.
Las instituciones de nivel inicial pueden ser un entorno facilitador, potenciador del desarrollo, un lugar en donde se oferten experiencias significativas que promuevan la confianza, la predictibilidad y la continuidad existencial. Una institución con un especialista entrenado en la observación y la detección de indicadores tempranos de sufrimiento psíquico puede promover intervenciones estructurantes o de reestructuración.
Desde nuestra experiencia, el aporte del psicoanálisis en el nivel inicial es una importante ventana de oportunidad, ya que el psicólogo formado puede dar lugar a la demanda, escuchar la enunciación de los enunciados y trabajar en transferencia, sosteniendo la neutralidad, la abstinencia y el secreto profesional. La intervención clínica temprana es un proceso complejo que intenta hacer todo lo posible para ayudar y acompañar al niño/a y a su familia, tiene por finalidad realizar operaciones subjetivantes.
Los interrogantes que dan inicio a nuestra presentación así como algunos resultados preliminares que nos proponemos abordar, son parte del proyecto de investigación que llevamos a cabo en la cátedra de Psicopedagogía Clínica: “Subjetividad y simbolización: entramados entre lo singular, lo intersubjetivo y lo institucional en los procesos de aprendizaje”[1] y que se inscribe en una perspectiva epistemológica compleja (Morin 2000) que revisita aportes del Psicoanálisis Contemporáneo (Aulagnier, Green, Castoriadis, Winnicott) con el propósito de elaborar conceptualizaciones específicas en torno a las problemáticas de aprendizaje y producción de conocimientos, definidas éstas como una articulación compleja entre dimensiones singulares, subjetivas e institucionales.
De este modo, la institución escolar representa el espacio de lo común y los códigos sociales compartidos, pero donde la intersubjetividad que caracteriza su encuadre refleja, a partir del encuentro con los otros y las diferencias que los atraviesan, las tensiones conflictivas y fecundas por las que la singularidad interpela aquello que la escuela aguarda como requisito para una trayectoria escolar muchas veces estandarizada y homogénea.
En esta ocasión nos proponemos abrir preguntas en relación al lugar que ocupa en esto la corporalidad y sus distintas expresiones, tanto en el espacio clínico y el espacio escolar, así como las transformaciones que en ese “entre” se suceden. El desborde, las inhibiciones, lo compulsivo, los repliegues, y los modos de interpretar estas manifestaciones (considerando a estas últimas siempre singulares), donde lo histórico libidinal ocupa un lugar central para la comprensión de los sentidos subjetivos involucrados. A partir del material de niños y niñas púberes integrantes de un grupo de tratamiento psicopedagógico, esbozaremos algunos recortes clínicos para la discusión.[2]
Proponemos algunas relaciones conceptuales de distintos aportes de los psicoanalistas contemporáneos referidos donde el cuerpo erógeno es territorio de transformaciones simbólicas mediatizadas por el trabajo de los límites/barreras intrapsíquicas, y acompaña movimientos de complejización y transformación del pensamiento. Destacaremos para esto el concepto de encuadre, como aquel espacio donde se habilita la creación de nueva actividad representativa, en movimientos dinámicos de encuentro y desencuentro entre el afecto y la representación, que son propiciados por el encuentro entre semejantes y los adultos que los acompañan en el ámbito clínico y educativo.
[1] Este proyecto es dirigido por la Dra. Patricia Álvarez en la Facultad de Psicología y cuenta con un subsidio de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (UBACyT).
[2] Pacientes del grupo terapéutico que integra el Proyecto UBACyT mencionado de la Catedra de Psicopedagogía Clínica Facultad de Psicología UBA Las autoras se desempeñan como supervisora y terapeutas del grupo de tratamiento al que se alude en este trabajo.
.
Se da a conocer por medio de la escuela que el paciente —alumno no puede registrar la lectura; sin embargo, sí da a conocer el conocimiento de signos por medio de su promedio alto de 9.5. En la materia matemáticas. La lectura llega tener una connotación de síntoma para la familia, al verse y no verse en el sentido emocional, al no registrar emocionalidad y afecto en él. Llega a visualizarla como madre muerta y a colocarla en la misma posición que él, y muy por debajo a la figura paterna.
Pasa a ser objeto de la madre al colocarlo cercano como deseo, pero alejado como sujeto, provocando en el paciente enojo e indiferencia, no registrando un sujeto al cual sujetarse y descargar el enojo como también la libido que le permita no solo tener autocuidados en él, también poder nombrar a los demás , ser nombrado y metabolizar estas dos funciones y que se registre en el paciente . El paciente se salvaguarda no solo de su media hermana mayor de 15 años que le muestra lo que ella ha podido sobre la maternidad de su mamá y ahora de su abuela materna .Como también de hermano, quien al principio tenían una rivalidad y poco a poco ha mejorado esta relación, cabe destacar que su hermano también dibuja a su madre como madre muerta.
El paciente al principio de las sesiones, detallo que tiene una familia. La familia se llama ploquimi, está compuesta por focas en las cuales son de peluche, pero empieza a tener fascinación por ellas como la familia, en este caso como su familia representada en estos animales. Cabe mencionar que las focas tiene para el paciente un gran significado, mencionando que son tiernas y están juntas. Él va mencionando en un dibujo en pizarrón una foca señalando que es él.
En el trabajo con los padres se inició juntos, iniciando esta relación partió de novios, esposos, padres y una separación por agresión y después un reencuentro estando juntos actualmente. Se hace esta separación viendo a la madre y el padre para proteger su vínculo y dar paso a entender como integran, adquieren y dan continuación, así como las intermitencias en la lectura del paciente desde lo emocional, lo afectivo, lo vincula. Saber como interactúa la madre ambiente y de donde proviene el ambiente facilitador.
La clínica psicoanalítica nos enfrenta a desafíos epocales, los medios hiper-modernos de comunicación burlan las distancias espaciales transformándolas en temporales.
En el siglo XXI el borde entre lo virtual y lo real se desdibuja, pero acaso: ¿no dotamos también de virtualidad al campo analítico cuando nos sumergimos en un espacio que sin pertenecer al adentro ni al afuera, está ahí, experimentándose?
Los formatos vinculares están cambiando potenciando códigos paradojales. Hoy podemos tener presencia estando lejos, la actualidad de dos cuerpos compartiendo un espacio real no garantiza encuentro ni continencia y categorías tradicionales como cercanía o lejanía van mutando de un status espacial a otro temporal.
Es en este mundo de paradojas exacerbadas donde el psicoanálisis debe situarse y solo podrá hacerlo redefiniendo sus abordajes técnicos lo cual no invalida sostener firmemente sus principios fundamentales.
Mucho se ha hablado del psicoanálisis a distancia con adultos y también con adolescentes. En este caso quiero compartir con ustedes una experiencia que me ha atravesado sin haberla buscado, llegó a mi como un “objeto creado-encontrado”: fui convocada desde los países nórdicos para analizar a una niña de 5 años, Ana.
Ana es hija de madre Sueca y padre Argentino, la familia está radicada en Suecia y la niña es bilingüe.
La participación de los padres en el tratamiento comenzó siendo intensa, en un principio la pensé necesaria a los fines del manejo de la computadora y la video cámara, pero el transcurrir de las sesiones fue develando el sentido latente de estas presencias.
Expondré en este escrito un resumen del caso y viñetas clínicas que dan cuenta del uso del “juego” en sesiones a distancia.
Veremos también cómo algunos momentos resistenciales surgidos durante el tratamiento se deben a fantasías emergentes del campo analítico y no al instrumento utilizado.
Navegar con una niña de 5 años a través de un cyber espacio terapéutico, crear un encuadre donde el intercambio y la comunicación lúdica sean tan operativos como el espacio tercero creado en el consultorio es una innovación propuesta por los tiempos actuales.
Espero me acompañen y ayuden a repensar esta experiencia.
Este trabajo aborda el caso de Juan, un niño con un cuadro de encopresis persistente que ha generado preocupación en sus padres, especialmente en la madre. A partir del relato parental, se reconstruye la historia del desarrollo infantil, donde se destacan dificultades tempranas en el control de esfínteres y una relación conflictiva con la madre en torno a este aspecto.
La madre, desde el inicio, manifiesta rechazo y asco hacia las heces de su hijo, lo que sitúa a Juan en un lugar de objeto a ser limpiado, condicionando su proceso de autonomía. A nivel estructural, el síntoma de Juan se inscribe en una oscilación entre la retención y la expulsión, lo cual remite a una dinámica narcisista donde el objeto anal se conserva o se destruye. Se analiza cómo la encopresis puede ser comprendida como una resistencia a la pérdida del objeto materno, donde la defecación se configura como un acto de entrega o retención en relación con el amor de la madre.
El caso también pone en evidencia la posición del padre, quien desmiente la problemática de su hijo, dificultando su reconocimiento y elaboración. Esta dinámica familiar impacta en el psiquismo de Juan, quien presenta además episodios de ansiedad nocturna y dificultades escolares. Su juego, en el marco del dispositivo analítico, revela fantasías de incorporación y expulsión relacionadas con la escena primaria y la separación de la madre. La figura del tigre, recurrente en su actividad lúdica en análisis, representa tanto la amenaza materna como su propio deseo de devoración, evidenciando la ambivalencia afectiva en relación con la madre y la dificultad de separación.
Desde una perspectiva metapsicológica, el síntoma de Juan puede entenderse como un intento de simbolización rudimentaria, donde la encopresis opera como una actuación del Fort-Da con su propio cuerpo. El uso del cañón en su juego, que dispara heces, aparece como una apropiación de la potencia paterna para enfrentar la figura materna. La evolución del tratamiento muestra que el fortalecimiento del vínculo con el padre y la elaboración transferencial permiten un avance en la simbolización, favoreciendo una mayor autonomía en Juan. El caso ilustra la importancia de comprender la encopresis no solo como un trastorno del control de esfínteres, sino como un fenómeno psíquico que involucra la relación materno-paterna y los procesos de separación e individuación en el niño.
La globalización, el postmodernismo y la modernidad líquida instaura nuevas modalidades de acción e interacción que inevitablemente atraviesa a los sujetos. La tecnología significa lo generacional y el vínculo entre pares desde una espacialidad y temporalidad diferente. Las novedosas formas de subjetividad adolescente y los modos de ser/estar en el mundo actual inciden en las configuraciones vinculares, en la consolidación de la identidad y ofrecen un espacio de socialización. Lo digital / virtual ha producido una transformación en las tramas constructivas de la subjetividad.
En la actualidad nos encontramos con adolescentes que, navegando en diferentes redes sociales, encuentran grupos e información sobre diferentes patologías o cuadros diagnósticos que le ofrecen múltiples alternativas y posibilidades tanto de expresión como de participación en las mismas. En algunos casos se identifican con streamers, youtubers o instagramers que dicen tener ciertos trastornos o patologías, como autismo, TDAH, trastorno límite entre otros, conformándose diferentes grupos de WhatsApp, Telegram o X, teniendo en cuenta el diagnostico con el que se sienten identificados y a partir de ello se autonominan.
En la pubertad se debe lograr la inscripción y metabolización de lo somático para que devenga cuerpo erógeno y genital. En la adolescencia, los trabajos psíquicos estarán más relacionados con el entorno social y los impactos del mismo. El adolescente se encuentra ante la tarea de consolidar su identidad, lograr una reubicación en lo social y dar lugar a nuevos lazos, privilegiando el grupo de pares, favoreciendo la salida exogámica.
Es nuestra intención proponer que y por los cambios epocales, sociales y culturales estos grupos on line pueden pensarse como nuevas tribus sociales donde los púberes y adolescentes encuentran un lugar de pertenencia, compartiendo alguna característica de la patología “seleccionada”. Estas tribus on-line mitigarian la angustia e incertidumbre de lo que está por venir, de lo que aún no tiene palabra y favorecería la re-significación de la identidad, el proceso de separación de las figuras parentales a partir de un nuevo lenguaje y con ello nuevas prácticas discursivas.
La anorexia es uno de los trastornos de la conducta alimentaria que remite mayor complejidad. Vemos que, en los últimos años, se ha evidenciado un incremento en la cantidad de casos reportados con dicho diagnóstico. Siendo este un trastorno multifactorial, en cuyo origen pueden ubicarse factores sociales, familiares, biológicos y psicológicos, que se interrelacionan de manera particular en cada paciente.
El presente trabajo se propone indagar, desde el punto de vista psicoanalítico, sobre la relación entre la distorsión de la imagen corporal en niñas púberes con anorexia y la vivencia ominosa característica de la pubertad, entendida esta última como un modo de procesamiento psíquico específico que se da frente a la sensación de desconocimiento, extrañamiento de un cuerpo diferente al infantil.
Desarrollaremos las cuestiones relacionadas con las posibles fallas en la organización y reorganización psíquica de la imagen corporal novedosa propia del periodo de la pubertad, para luego relacionarlo con la distorsión de la imagen corporal, síntoma muy significativo en la anorexia.
La pregunta que guía este trabajo es ¿Cuál es la relación entre la vivencia ominosa y la distorsión de la imagen corporal en niñas púberes diagnosticadas con anorexia? Ya que hemos observado que el fuerte impacto que producen los cambios corporales, somato instintuales, en el período de la pubertad, generan cierta dificultad en estas pacientes a la hora de construir y re construir el registro del propio cuerpo.
Conclusiones:
• La vivencia ominosa se caracteriza por describir una sensación de desconocimiento de un cuerpo diferente al infantil.
• Cuando el proceso de metabolización de los cambios somato instintuales falla, no se logra su re-presentación psíquica. El proceso puberal puede verse obstruido y devenir en patológico, siendo una de las manifestaciones la anorexia.
• Aquello que debería ser transitorio (en tanto resulta esperable en la pubertad) en la anorexia se cronifica y la reorganización de la imagen corporal resulta fallida, la percepción del propio cuerpo se halla distorsionada, adviene la distorsión de la imagen corporal, propia de la anorexia.
• Dicha falla en la metabolización de la vivencia ominosa conlleva que los cambios somato-instintuales persistan como soma, viéndose dificultada su dimensión psíquica, es decir como cuerpo.
Esto se encuentra estrechamente ligado a aquello que proponemos como novedad, en la anorexia hallamos una nueva modalidad de articulación: lo no propio y no familiar.
Esta conducta actuadora de algunos adolescentes no da cuenta necesariamente de un diagnóstico específico, lo vemos manifestado en casos de patología mental como también en episodios de actuaciones adolescentes no patológicas.
Analizando la evolución de algunos de estos pacientes en el tratamiento psicoanalítico se presentan ciertas particularidades cuando el acto autolesivo comienza a abandonarse.
En el inicio del tratamiento se registra que este acto se presenta con descargas que no pueden ser significadas, pero tienen su importancia para el joven porque le brindan “un alivio”, lo que equivale a pensar como una expresión de la satisfacción pulsional que surge por imposibilidad de resolver la angustia y su consecuente actuación como efecto de querer huir de esa tensión.
Luego cuando puede prescindir de este acto se registra que de a poco comienza a constituirse en un síntoma que encarna un conflicto psíquico. Ese escenario incluye al analista muchas veces bajo la forma de lo que S. Freud mencionó como “campo de batalla”.
Lo mencionado es un aspecto esperable en todo tratamiento psicoanalítico, y se considera que habrá actuaciones que se desarrollen en la transferencia con el analista.
Estos dos momentos del tratamiento requieren formas de intervenciones analiticas diferentes
Desde hace tiempo existe una proliferación de diagnósticos y tratamientos que se realizan en base a conductas observables donde no se considera la dimensión subjetiva, la historia del niño/a, sus condiciones de vida o las características de su escolaridad. Así, quedan agrupadas diferentes conflictivas psíquicas intra e intersubjetivas en la misma categoría diagnóstica convirtiéndose en “Diagnósticos Invalidantes” en la infancia, dado que se los considera, muchas veces, como “déficit”neurológico con tratamientos que apuntan a modificar conductas, a veces, con medicación .
En vez de preguntarse qué le pasa al niño/a, a la familia, a la escuela y a la sociedad, se responde a lo que dicta la época, que es rapidez y eficacia. De esta manera, se reduce la complejidad de la vida psíquica infantil a un paradigma simplificador.
Diagnosticar no implica etiquetar en cuadros fijos, sino detectar dificultades tempranas para poder intervenir en ellas.
Se trata de diferenciar entre trastornos en la constitución del aparato psíquico, manifestaciones que muestran dificultades en el camino de la subjetivación y síntomas neuróticos, determinados por un conflicto intrapsíquico. Delimitar cuáles son las múltiples determinaciones y conflictos que están en juego, qué incidencia tiene el funcionamiento psíquico de aquellos que lo rodean y qué defensas se han estructurado en ese niño/a.
En síntesis, construir un diagnóstico en psicoanálisis implica un proceso atravesado por la transferencia con ese profesional y/o institución y se puede modificar en ese recorrido. Demanda tiempo y disponibilidad de parte del terapeuta y de la familia.
En dicho proceso, tendremos en cuenta los aspectos intrapsíquicos del niño/a y de los padres, los aspectos intersubjetivos y transubjetivos.
Si consideramos a los niños y a las niñas con un psiquismo en estructuración, donde los funcionamientos no son estáticos, las intervenciones estructurantes serían posibilitadoras de movimientos fundantes en un proceso de constitución psíquica. De esta manera, los diagnósticos tendrían que funcionar como brújulas orientadoras, por ende, serían dinámicos y podrían sufrir transformaciones.
Se presentará viñetas clínicas de primeras entrevistas con los padres con sus respectivos motivos de consulta.
Nuestro interés como Foro de Observación de bebés es investigar el trabajo clínico con bebés - niños pequeños; comprender y atender la prevención dentro del vínculo madre-bebé antes que la desesperanza alcance al bebé y su entorno.
En los adolescentes y en los adultos también encontramos vestigios del bebé y su historia intersubjetiva -transubjetiva. Nuestra mirada y escucha, pesquisa ansiedades primitivas arcaicas posibles de ser transformadas.
Los signos se presentan y se reconocen a partir de una fina observación, siendo necesario estudiar la formación del psiquismo del bebé normal junto a su cuidador principal -madre-padre, considerando que es desde la intersubjetividad que logra su propia subjetividad.
Para comprender en las consultas las señales preocupantes del bebé en familia, es necesario también saber observar su genuino reclamo saludable y potente indicador de sus aspectos de normalidad y capacidad resiliente.
Consideramos lo planteado por la psicoanalista Esther Bick creadora del método de observación de tres pasos: el terapeuta preparado es un observador sensible al cuerpo del bebé, de sus movimientos en el contacto y sostén de la madre, de la mirada y búsqueda de interconexión con sus ojos, de su gestualidad que permite inferir los estados mentales por los que atraviesa, reconocer las múltiples identificaciones: adhesivas introyectivas, proyectivas, como estados mentales de contención - comunicación .
Observar el entrelazamiento de sus dedos en su boca, nos dice de su necesidad de organizar la ansiedad desestructurante al dejar el útero. La continencia materna-cuidador es el eje de un desarrollo esperable.
Nuestro interés como Foro de Observación de bebés es investigar el trabajo clínico con bebés - niños pequeños; comprender y atender la prevención dentro del vínculo madre-bebé antes que la desesperanza alcance al bebé y su entorno.
En los adolescentes y en los adultos también encontramos vestigios del bebé y su historia intersubjetiva -transubjetiva. Nuestra mirada y escucha, pesquisa ansiedades primitivas arcaicas posibles de ser transformadas.
Los signos se presentan y se reconocen a partir de una fina observación, siendo necesario estudiar la formación del psiquismo del bebé normal junto a su cuidador principal -madre-padre, considerando que es desde la intersubjetividad que logra su propia subjetividad.
Para comprender en las consultas las señales preocupantes del bebé en familia, es necesario también saber observar su genuino reclamo saludable y potente indicador de sus aspectos de normalidad y capacidad resiliente.
Consideramos lo planteado por la psicoanalista Esther Bick creadora del método de observación de tres pasos: el terapeuta preparado es un observador sensible al cuerpo del bebé, de sus movimientos en el contacto y sostén de la madre, de la mirada y búsqueda de interconexión con sus ojos, de su gestualidad que permite inferir los estados mentales por los que atraviesa, reconocer las múltiples identificaciones: adhesivas introyectivas, proyectivas, como estados mentales de contención - comunicación .
Observar el entrelazamiento de sus dedos en su boca, nos dice de su necesidad de organizar la ansiedad desestructurante al dejar el útero. La continencia materna-cuidador es el eje de un desarrollo esperable.
Bion, observador, teoriza la vida psíquica intrauterina: el útero como continente de una red de sensaciones, movimientos. En el acto de nacer el bebé atraviesa la cesura adentro-afuera en una suerte de continuidad; el aprender de la experiencia del bebé resulta del encuentro con el continente madre.
La función protomental se desarrolla, el pensamiento del bebé nace del continente mental materno en estado de reverie.
En la actualidad, Regine Prat investiga junto a embriólogos ecografías donde observan movimientos del feto a los 2 meses; desarrolla su concepo Tact- pulsion. Ej.movimiento con el globo de hemoglobina.
S. Maiello, observando bebés prematuros descubre sensaciones ligadas al dolor del exilio y el trauma del nacimiento.
Ammaniti, Gallese estudia ecografías 4D. junto con los padres. Investiga las representaciones parentales y contribuye a la elaboracion de la imagen que tienen del bebe.
Presentaremos intervenciones terapeuticas inspiradas en lo que nos enseñan los bebés.
La calidad y las vicisitudes de las relaciones tempranas entre infante y cuidador constituyen factores determinantes en el desarrollo del sujeto. En el primer año de vida los padres/cuidadores se ven frente al desafío de desarrollar la capacidad de entonar y entrar en experiencias afectivas con los bebés a través de la simbolización de sus propios estados afectivos.
La mentalización es el proceso por el cual damos sentido a los demás y a nosotros mismos implícita y explícitamente en términos de estados subjetivos y procesos mentales (Bateman & Fonagy, 2016). Es considerada un factor clave en la regulación afectiva y en la organización del self (Fonagy et al., 2002). Se desarrolla en el contexto de los vínculos tempranos significativos. ¿Cómo se va dando este proceso en el intercambio adulto - infante? A través del uso de señales ostensivas.
Estas son signos utilizados por las personas que preparan al receptor sobre su intención de comunicar. Las señales ostensivas incluyen el contacto visual, toma de turnos de forma contingente y el uso de un tono especial de voz. Los bebés manifiestan una sensibilidad frente a las señales ostensivas no verbales de comportamiento, respondiendo con preferencia a éstas. Se favorece así, la confianza epistémica, que alude a la confianza para recibir información del entorno. Ésta tiende a activarse en interacciones en las que sentimos que el otro reconoce nuestros estados mentales, la intencionalidad.
Fonagy y colaboradores (Fonagy, Gergely, Target, 2007) han relacionado la sensibilidad materna con el uso de señales ostensivas en los intercambios con sus hijos. Es decir, responder de manera sensible a las necesidades del niño fomenta entonces la confianza y la apertura para a nuevas vivencias.
La observación de díadas es una vía para detectar cuestiones ligadas a los modos vinculares que se establecen en la dinámica adulto -infante, e intervenir para potenciar los aspectos favorecedores de la autorregulación afectiva, la simbolización, y la mentalización en los niños (Schejtman et al. 2008; 2014; 2017; Vernengo, 2019).
Detectar con mayor sutileza las características de la mentalización parental puede permitir el diseño de intervenciones terapéuticas que colaboren con lo vincular.
En el contexto de la clínica de la primera infancia, estas intervenciones se dan desde la perspectiva que toma en cuenta las dimensiones intersubjetivas del infante y del adulto, la intersubjetiva y las transubjetivas, como esenciales para comprender las problemáticas e intervenir.
El tema principal de nuestros proyectos es el Funcionamiento Reflexivo Parental (FRP) y el Funcionamiento Reflexivo Materno (FRM). El FRP permite conocer las representaciones de la complejidad de la dinámica emocional interna; es fundamental para el desarrollo de la coherencia y de los afectos.
La mentalización tiene un rol fundamental en el sentido del sí mismo ya que la mente mediatiza nuestra experiencia del mundo (Fonagy, Target, Stelle, 1998). Esta capacidad nos permite diferenciar entre los procesos mentales y emocionales intrapersonales y los afectivos interpersonales (Fonagy, 2002). Arietta Slade (2002, 2004) relaciona el Funcionamiento Reflexivo adulto con el ejercicio de la parentalidad: Funcionamiento Reflexivo Parental (FRP), a través del mismo accedemos a las cualidades internas que permiten a los padres ser suficientemente sensibles para comprender y significar acciones, sentimientos, deseos e intenciones tanto propias como del niño.
La muestra de nuestro primer Proyecto se encuentra compuesta por 20 madres a quienes hemos administrado la Entrevista de Desarrollo Parental II, (PDRI-R II: Parent Development Interview, Slade et. al. 2005). Luego de realizada la entrevista dichas madres han participado del Taller: “¿Cómo actuar con los niños? Encuentros para Padres y Madres” (UCAMI 2019).
Los resultados arrojaron un FR global con una media de 3.90, considerándose bajo, ya que a partir de 5 se considera el FR “esperable u ordinario”. El 10% de la muestra presenta indicadores de desregulación, un 1 30% presentan una actitud agresiva física, y un 35% muestra una actitud agresiva verbal, representando ambos un 65% de la muestra que presenta Hostilidad.
Uno de los aspectos más importantes del FRP es el hecho que es una capacidad que puede incrementarse a partir de las intervenciones terapéuticas focalizadas (Slade, 2006; Fonagy, 2005). Situación que nos llena de expectativa al pensar lo bajo que ha sido el puntaje de FR global. Consideramos muy importante poder continuar con los talleres teniendo en cuenta el impacto positivo de los mismos. El fortalecimiento del FRP ayudará a mejorar la realidad vincular madre-hijo incidiendo en un posible descenso de la hostilidad y desregulación intra vincular.
Por ello es de crucial importancia para nuestra comunidad intentar modificar actitudes agresivas que se observan en las prácticas de crianza en la actualidad, a través de un Psicoanálisis abierto a la comunidad.
Introducción
Este texto describe algunos aspectos del trabajo que se realiza desde el 9 de febrero de 2005 en el Hospital Municipal de Hinojo, que cumple la función de Servicio de internación de Psicopatología del Servicio de Salud Mental de la Municipalidad de Olavarría, Provincia de Buenos Aires.
Se inició un nuevo encuadre terapéutico de grupos multifamiliares.
Objetivo de este trabajo.
El objetivo de este trabajo es invitar a que se realicen nuevos grupos terapéuticos multifamiliares en otros centros dado que es un instrumento que genera cambios en los pacientes, las familias y la propia institución.
A modo de advertencia inicial, para implementar este tipo de psicoterapia es necesario contar con el apoyo de las autoridades del Hospital, la disponibilidad y el deseo del equipo de Salud Mental.
Trabajar con grupos multifamiliares es pensar la mente humana de una manera más integrada, partiendo de la atención primaria y del desarrollo del niño sano. A partir de ahí el grupo cumple funciones de atención primaria, secundaria y terciaria.
Trabajar de esta manera genera un compromiso con las propias vivencias y los propios sentimientos que deben ser puestos en palabras dentro de la institución. Así de esta manera se trabajan a la vez los síntomas institucionales, que ocurren en toda práctica de Salud Mental.
.
Descripción de los grupos de psicoanálisis multifamiliar
Los grupos se realizan los días miércoles a las 8:30, tienen una duración estimada de 120 minutos. A los mismos asisten pacientes internados, familiares o referentes, integrantes del equipo de enfermería, directora médica del Hospital, psicólogas y psiquiatras del equipo de internación de Salud Mental de Olavarría.
El objetivo del grupo psicoterapéutico, como una de las partes integrantes del Servicio de Salud Mental, es la recuperación, asistencia y contención de los pacientes y su grupo de pertenencia. Los asistentes pueden aportar desde las distintas disciplinas una visión enriquecedora y auditora del trabajo.
La participación desde las distintas fuentes de observación amplia la mirada clínica más allá de la psicopatología tradicional. Por ejemplo, ver la evolución en un paciente esquizofrénico de los síntomas positivos y negativos a los psicofármacos, y a la vez observar si hay cambios en la relación con sus familiares. Muchas veces son los familiares los primeros que realizan cambios positivos lo cual le genera al paciente un ambiente facilitador para su propio cambio.
Trabajar de esta manera implica generar un clima de libertad y respeto tanto en el espacio terapéutico multifamiliar como en la reunión posterior que realizamos los integrantes del Servicio de Salud Mental (la cual está abierta a personal del equipo de Hinojo que participó del grupo).
Aspectos técnicos psicológicos y psicopatológicos
Participar del grupo multifamiliar es un proceso de aprendizaje en paralelo para los coordinadores y las familias que concurren. Un tema importante es la postura humana de los coordinadores, que al sentir que estamos aprendiendo al mismo tiempo entre el equipo de salud junto con los participantes.
Cada profesional concurre con un recorrido propio teórico y práctico que es desde donde generalmente parten sus intervenciones. Por ejemplo, siempre tengo presente la psicopatología tradicional desde Kraepelin, los aportes de la neurobiología y las neurociencias, y la utilización de los psicofármacos siguiendo las prácticas internacionales.
Desde lo específico del grupo multifamiliar tenemos en nuestra mente la virtualidad sana de cada una de las personas que concurrimos al grupo. Esto quiere decir que todos podemos tener la posibilidad de redesarrollar aspectos psicoemocionales que no pudieron ser desarrollados en nuestra familia de origen por múltiples factores.
Este no desarrollo psicoemocional se originó por lo que se llaman interdependencias patógenas, dicho de otra manera, el núcleo familiar no pudo acompañar el desarrollo desde niño.
Justamente en la interdependencia del niño con las personas significativas que ejercen su cuidado, el niño quedaría sólo en una situación de desamparo.
Si la patología de los objetos parentales es grave y por ejemplo la madre no puede percibir las necesidades de su bebé, o su angustia es tan intensa que es vivida por aquél como intolerable, la situación se irá haciendo cada vez más traumática. No podrán realizarse entonces las experiencias formativas y estructurantes del Yo para un crecimiento sano..
En la enfermedad mental grave, vamos a encontrar una carencia relativa de desarrollo de recursos yoicos que hace que no se encuentren en condiciones de enfrentar y resolver la conflictiva inherente a la vida psíquica. Son pacientes que no pueden pensar lo que les pasa. Se sienten movidos por fuerzas irracionales superiores a su voluntad consciente, se sorprenden desbordados por estados emocionales intensos donde generalmente domina el sufrimiento y estados primitivos de la mente.
Justamente la fenomenología psicopatológica (síntomas obsesivos, histéricos, delirios y alucinaciones, entre otros) es la que nos da cuenta de una virtualidad sana no desarrollada por los pacientes y con la cual tenemos que comenzar a trabajar para realizar un nuevo redesarrollo sano.
Para lograr este redesarrollo sano se deben generar nuevos vínculos sanos entre los integrantes del grupo.
Todo esto se realiza dentro de una organización institucional adecuada para la instrumentación articulada de un conjunto de recursos terapéuticos que se integran alrededor de un eje conductor que es el proceso terapéutico de cada paciente.
Las nuevas relaciones que se generan entre las personas permiten que los participantes puedan encontrar nuevas vivencias. A partir de estas vivencias entramar nuevos espacios psíquicos.
Esto de poder contar con un “otro” o “muchos otros” le va a permitir al paciente vivenciar en un clima novedoso, distinto y de mucha contención, todas esas experiencias traumáticas, y convertirlas en material de elaboración.
Por esto entendemos que un abordaje psicoterapéutico puede comprenderse como un crecimiento y redesarrollo psicoemocional del individuo, esto es, acompañar a una individuación y maduración del ser humano como persona en un contexto sociocultural.
La convicción que los pacientes (y nosotros) podemos cambiar notablemente preside todo el quehacer del Hospital. Es una convicción que se ha ido corporizando a medida que los pacientes que pasaron por la institución fueron haciendo cambios positivos y alcanzando niveles de integración de la personalidad que van manteniendo en forma estable y definitiva.
Antecedentes
Fue sólo en el 2014 - inmediatamente después el “Primo Congresso di Psicoanalisi Multifamiliare" en Italia, organizado por el Laboratorio Italiano di Psicoanalisi Multifamiliare fundado por Andrea Narracci en 2012 -, cuando leí el pensamiento de JGB y encontré el encuadre que iba buscando para una intervención comunitaria para niños y adolescentes. Hasta que Eva Palleiro me informó, a través de Marcella Venier —una de las fundadoras del Laboratorio di Psicoanalisi Multifamiliare, la cual había realizado una pasantía en Uruguay y había creado un GPMF en un servicio público de salud mental para adultos graves cerca de Roma, en el que me incluyó —, que Eva Rotenberg había desarrollado el pensamiento de JGB aplicándolo a niños y adolescentes, fundando en 2000 la Escuela para Padres Multifamiliar. Así fue como en 2016 empecé a seguir por primera vez un curso de GPMFIJ. En los años siguientes participé durante varios meses en el GPMF comunitario en línea coordinado de Edoardo Mandelbaum y luego en los GPMFIJ en línea coordinados por Eva Rotenberg, que sigo hasta hoy. Mientras tanto, seguía participando al GPMF para adultos graves en el servicio público de salud mental que finalizó en junio de este año.
Las vivencias, interacciones cotidianas subjetivamente percibidas
En su trabajo “El potencial no desarrollado en el pensamiento psicoanalítico de Sigmund Freud" (2006), sobre el descubrimiento de Freud del análisis de los sueños como la «vía regia» para acceder al inconsciente, JGB (2006) afirma que Freud no vio que los ““pensamientos inconscientes del contenido latente” no son verdaderos pensamientos en el sentido de pensar, sino “vivencias”. Y las vivencias, el afirma, tienen que ver con experiencias de “relaciones entre personas” así como les percibe la persona. “Es un nivel, una dimensión de la mente, totalmente distinta del pensamiento.” JGB, más adelante, continúa diciendo que “Freud, para explicar lo que es la expresión de un inconsciente, se refiere a un gesto, a un acto” del que Freud va buscando el significado. Sin embargo, ese gesto “que Freud utiliza para interpretar y para saber cuál es la relación con el paciente”, JGB subraya que “la gente lo hace, o actúa, o sufre todo el tiempo, en la vida cotidiana, en esa vida cotidiana que es lo que hacemos unos “a” los otros y unos “con” los otros […]”. Y también es allí que se ve dónde se genera la patología mental. Freud, afirma JGB sabía “que había una trama que producía los sueños y que producía los síntomas. Sabía que esa trama era “vivencias”. Pero no sabía que esa trama estaba alimentada permanentemente por la vida cotidiana de esas personas, y que, conociendo la vida cotidiana y reactivando la trama de la vida cotidiana de esas personas, podríamos influir terapéuticamente de una manera que no podríamos lograr desde el diván, ni desde una interpretación psicoanalítica. Esto es lo que yo creo que trabó ese potencial del psicoanálisis no desarrollado. Nosotros, – concluye JGB - en los grupos de psicoanálisis multifamiliar, actualizamos la vida cotidiana de la gente. Al actualizarla, y al poder trabajar e introducir salud mental en esa trama enfermante que aparece en la vida cotidiana, podemos introducir salud mental en forma directa. Y lo logramos sin pasar por los síntomas ni por los significados de los sueños.”
Como en JGB, también el conocido paradigma ecológico de Bronfenbrenner se basa en las interacciones entre personas. Ambos autores coinciden en concebir al sujeto como el producto de un entramado complejo de relaciones. Para el psicoanálisis las interacciones externas son incorporadas y introyectadas por identificaciones y otros mecanismos de transmisión inter y transgeneracional. Para mí, esas identificaciones y otros mecanismos implícitos de transmisión descriptos del psicoanálisis permiten de articular la Teoría Ecológica del desarrollo humano (mundo externo desde una perspectiva multisistemica, multinivel, integradora y fenomenológica) con el encuadre del GPMF (transformación de las identificaciones y mecanismos de transmissión inconsciente e implícitos que se manifestan como interdependencias enfermantes hacía la “virtualidad sana potencial”). Pero, mientras que JGB se ocupó de pacientes adultos graves, tanto Yurie Bronfenbrenner como Eva Rotenberg ponen su atención en las vicisitudes del desarrollo de las interderdepencias entre el niño y su entorno, dependiendo la salud mental de como los adultos acogen al recién nacido, como afirmaron Ferenzi y Winnicott. Sobre todo en los primeros tres años y según la resiliencia del niño, come muestran las investigaciones A.C.E. y P.A.C.E, por ejemplo. Mi informe sugiere la utilidad de articular el Grupo de Psicoanalisis Multifamiliar Infanto Juvenil propuesta de Eva Rotenberg y la Teoría Ecológica del desarrollo humano de Yurie Bronfenbrenner.
La noción de entorno ecológico.
Premisa de la teoría de Bronfenbrenner es que el desarrollo humano tiene lugar a través de un proceso de interacción recíproca, progresiva y cada vez más compleja, entre un organismo humano activo en desarrollo y su ambiente próximo, el cual incluye las personas significativas, los objetos y los símbolos que se encuentran. Para que sea eficaz, esta interacción debe ser a)regular y b)prolongarse durante largos periodos de tiempo. Bronfenbrenner define estas dos características como "procesos proximales". Pienso que podríamos pensar en términos psicoanalíticos esos procesos proximales como las vivencias como las entendió García Badaracco. Y decir con Bronfenbrenner que la forma, la potencia, el contenido y la dirección de estas vivencias cotidianas que influyen en el desarrollo humano varían sistemáticamente en función de las características de las personas en desarrollo y de la calidad del entorno inmediato como de lo más lejano. Así, mientras que el trabajo de Bronfenbrenner nos ofrece una metodología para analizar y hacer investigación sobre los contextos exteriores del desarrollo humano, los mismos procesos proximales pueden ser leídos como vivencias desde el Psicoanálisis Multifamiliar. Se puede así crear una articulación que posibilida una inovación científicamente documentada del ambiente externo más cercano a las necesidades psicológicas de los menores y sus familias como emergen desde las vivencias dentro del GMFIJ.
Quiero también aquí llamar la atención sobre una de las mayores contribuciones de la teoría ecológica, la relativa a los métodos de investigación y a la definición de la validez ecológica de la investigación. Quiero subrayar esto punto, porqué debemos tenerlo en cuenta para defender lo que necesitan hoy en día los niños para su proceso de maturación emocional sana. Bronfenbrenner afirma que en las investigaciones psicológicas se observa una marcada asimetría que privilegia la investigación sobre el individuo en detrimento de la investigación sobre el entorno. El entorno se describe como una estructura estática y no en términos de un proceso que influye en el desarrollo. La atención se centra en los resultados y no en el proceso. Bronfenbrenner concluye: «Se podría decir que gran parte de la psicología evolutiva actual es la ciencia del comportamiento inusual de los niños situados en situaciones inusuales con adultos desconocidos durante el menor tiempo posible». Aunque este punto de vista no está de moda, el hecho que el sufrimiento de los niños y adolescentes va en aumento en todo el mundo, y el hecho de que se responda a ello aumentando la psiquiatrización de la infancia y adolecencia me llevan a subrayar la necesidad de recorrer a la validez ecológica de la investigación y intervención en el campo de la salud y bienestar mental de los minores, porqué somos nosotros los adultos que debemos cambiar el contexto de vida de los niños adaptándolo a sus “necesidades irrenunciables”, tal y como las describió Stanley Greenspan, y no lo contrario. El modelo multinivel y de interdependencias intra y entre niveles que propone la Teoría Ecológica ofrece la oportunidad de desarrollar investigación en los contextos reales de vida de los sujetos y no reducir las vivencias solo en los parámetros del funcionamiento cerebral de un individuo aislado para medicalizarlo cada vez más.
Infancia, mundo vivencial creador de inter-acciónes vivenciales compartidas
La acción espontánea y la interacción recíproca son la base del ser en la infancia y los niños tienen la necesitad de un entorno contenedor de vivencias afectivas que los dejan libre de expresarse segundo su maturación emocional. Desde este punto de vista, toda la infancia es un periodo necesario para que los niños desarrollen la mente social. Y por eso son necesarios adultos en interdependencias sanas con las necesidades emocionales y afectivas de los niños y adolescentes. En su libro Parentalidades, interdependencias transformadoras entre padres e hijos (2019), Eva Rotenberg desarrolla el concepto de “Funciones Parentales Ampliadas” - independientemente de la atribución del género - y su importancia en la formación de la psique del niño, partiendo de la idea de un sujeto en estructuración en interdependencia con los padres. En particular, ella considera el proceso de integración del Yo “como uno de los procesos mentales primarios que la psique naciente debe llevar a cabo, y relaciona la integración del Yo con el sentimiento de estar vivo. Ella sostiene que, en el desarrollo de la psique, la constitución del Yo como instancia (descrita en la Segunda Tópica de Freud) es necesaria para hacer consciente el inconsciente (descrito en la Primera Tópica de Freud); y que en esta constitución se produce el reconocimiento de «los otros en nosotros» en una interdependencia desde el principio. Esto implica la presencia de un cierto grado de alteridad, por lo que, en el psicoanálisis actual, no basta con hacer consciente lo inconsciente, sino que es necesario alcanzar los efectos en la mente de estos «otros en nosotros», sobre todo cuando obstaculizan el propio devenir.” También Rotenberg desarrolla el concepto de “Padres verdadero self”, para dar cuenta de la importancia de la salud mental de los padres cuya Funciones Parentales Ampliadas serán absolutamente necesarias para la integración del yo con recursos yoicos genuinos.
Especificidad del GPMFIJ en el contexto del psicoanálisis y psiquiatría de la salud mental de los adultos
El encuadre del grupo multifamiliar coordinado según el psicoanálisiss de los niños y adolescentes y sus familias es el instrumento para crear el ambiente facilitante descripto de Winnicott (1965, y apoyar el proceso de maduración emocional . Es a través del gesto y el juego espontáneo, como por el dibujo, que el niño expresa su necesidad de construir una cultura. El juego, como afirma D. Winnicott (1971), siempre tiene lugar en esa área de interacción entre seres sociales dotados de intencionalidad y capacidad perceptiva. El juego es conciencia de sí mismo. La exuberancia conductual del juego es intersubjetiva, tiene lugar entre los cuerpos y las mentes en interacción, y posee un aspecto moral. A través del juego y la paradoja (Winnicott, 1971), los códigos culturales, lingüísticos, pedagógicos, familiares, afectivos y corporales que el niño tiene a su disposición se utilizan para expresar y experimentar los procesos inconscientes espontáneos con los que dar «una nueva configuración a las cosas del mundo». Estos procesos se activan especialmente por el hic et nunc del encuadre del GPMFIJ, gracias al cual, al manifestarse, promueven la experiencia emocional interactiva hasta el “darse cuenta” vivencial, que - como subraya Eva Rotenberg -, es la base para la adquisición de una nueva manera de vivenciar entre padres e hijos. Es a través de la conversación y interacción y los interjuegos entre padres e hijos, y entre familias, y respetando el tiempo y ritmo de intercambio entre ellos, que, en el marco del GPMFIJ, se promueven vivencias proximales sanas que apoyan la maduración de la función autorreflexiva y narrativa, es decir, un sentido de sí mismo y un sentido de continuidad con un significado central, compartido con y reconocido por los adultos significantes, que, invariable en el tiempo, permite reconocerse a pesar de los cambios y, por lo tanto, recogerlos en un significado creativo y personal que impulsa a proyectarse a uno mismo en la propia vida social como subjeto hablante.
El malestar de niños y adolescentes en nuestra sociedad normopática.
Sin embargo, es fácil reflexionar sobre cómo esto es precisamente lo que la cultura adulta actual, normopática, no ofrece a los menores ni a los padres. Y también hay que reflexionar sobre cómo los especialistas en infancia ofrecen proyectos de intervención individual que no abordan la raíz del problema y, por lo tanto, no ayudan a las familias ni a los profesionales. Kaes (2012) correlaciona la identidad actual y el sufrimiento narcisista con las graves perturbaciones que afectan a las civilizaciones hipermodernas. Y apoya la tesis de una «melancolización» actual de los vínculos sociales y de las formas de transmisión cultural de una generación a otra, acompañada de conductas o escenas maníacas colectivas como medio de defensa.
Así pues, el origen del malestar social en la edad del desarrollo hay que buscarlo, en primer lugar, en esta enfermedad del fondo social que se traduce en la melancolización de las formas de transmisión cultural, y que se transmite a nivel de los vínculos intersubjetivos e intergeneracionales de los grupos familiares, empezando por la precariedad de los apoyos a la relación primaria, que produce un «equivalente de la reacción a la privación en la infancia». Para Eva Rotenberg (2014), la deficiencia de la función parental es experimentada por los niños «como un mundo externo hostil para los infantes, que no es la proyección de su cruel superyó. Es la ausencia del mundo parental, que se transforma en una experiencia de la «hostilidad del mundo exterior», lo que aumenta la crueldad del superyó del niño y estimula la interdependencia patógena, que, a su vez, aumenta la ausencia. Es un circuito con características dilemáticas, que puede desarticularse [...]».
En un contexto así, es toda la familia la que se pone en jaque. Entonces, como sostiene Kaes, es necesario reconstituir los procesos de psiquización «a partir de las tres fuentes de apoyo: corporal, grupal y cultural». Para que este proceso tenga lugar, los traumas incrustados en la psique y en el cuerpo deben encontrar el vínculo o explicar, proyectar, descondensar y reconstituir los pensamientos dolorosos que quedaron fuera del tiempo, de la representación, privados de su carga afectiva, fuera de la memoria». Es por tanto para prevenir o elaborar (cuando la privación ya se ha producido) las patologías de la transmisión inconsciente que propongo el GPMFIJ para ayudar a las familias comprometidas con la infancia. Con respecto a la adolescencia, Kaes sostiene que «los movimientos sociales han deconstruido los lazos entre generaciones y la confianza en un devenir común».
Conclusiones
La articulación entre las ideas de García Badaracco y el Modelo Bioecológico de Bronfrenbrenner se presenta como una perspectiva enriquecedora para la comprensión y tratamiento del sufrimiento de los sistemas familiares con menores, nos permitiendo de evaluar e intervenir en todas aquellas variables que inciden directa o indirectamente sobre las interacciones intra y extrafamiliares durante el desarrollo humano. Las vivencias proximales son la “vía regia” hacia el inconsciente trabajando con las cuales dentro del GMFIJ se favorece la virtualidad potencial intrapersonal sana, así como las interdependencias sanas intrasistémicas y entre sistemas. La teoría ecológica del desarrollo aporta un marco para interpretar y medir científicamente dentro de cada sistema el cambio psíquico como resultado de la transformación de las relaciones sistémicas, mientras que el psicoanálisis multifamiliar de niños y jóvenes ofrece una herramienta práctica para intervenir sobre los efectos de estos sistemas en las personas y en los propios sistemas a través de las personas que viven en ellos y que están afectivamente vinculadas en ellos smediante procesos de interdipendencias. La salud mental infanto juvenil es un proceso dinámico y contextual en construccíon progresiva que requiere abordar tanto a cada subjeto como al entramado relacional y social en el que está inmerso. Al final, podríamos así pensar y trabajar en términos de un Psicoanálisis Multifamiliar Ecológica del desarrollo afectivo humano. Esta perspectiva ecológica-psicoanalítica amplia y refuerza el pensamiento de Winnicott sobre los "Procesos de maduración y ambiente facilitador" (1965) y promueve una búsqueda de nuevos paradigmas de valor duradero a favor de la atención integrada —servicios sociosanitarios y escolares— para prevenir y curar el malestar socioafectivo y/o escolar de la comunidad de menores y de la comunidad social comprometida con su crecimiento, residentes en un territorio circunscrito, y a partir de ahí de todo el mundo de los adultos. Sería una manera de incluír todos para la salud mental fundandola en el proceso de maduración afectiva, desde la perspectiva de Winnicott y del «Laboratorio de Psicoanálisis Multifamiliar» descrito por JGB en «El futuro del psicoanálisis multifamiliar (2001-2009)», en el espíritu de «Una nueva manera de pensar el psicoanálisis como modo de superar controversias y encrucijadas interminables» (2009) dentro del marco amplio de lo “esquema de las articulaciones”.
[1] Psicólogo, psicoterapeuta psicoanalítico winnicottiano del niño, adolescente y de pareja, psicoanalista de grupo bioniano.
Hubo una época en la cual, piensen en la disputa Melanie Klein y Anna Freud, la discusión se centraba en si los nuevos descubrimientos tenían que ver con desvíos teóricos, luego sobrevinieron los cuestionamientos a la teoría de la técnica y los encuadres, más tarde surgieron los debates respecto de la formación de analistas y sus contenidos, por ejemplo, la Reforma APA 1974 abrió en APA un nuevo mundo de formación.
Se cumplen 100 años de que Freud terminara de escribir su artículo: Duelo y melancolía en plena Primera Guerra Mundial. No cabe duda de los efectos de melancolización de esa guerra sobre las generaciones subsiguientes. La Segunda Guerra Mundial visibilizó la crueldad de que los hombres son capaces y dejó marcas irreparables.
Hoy se agrega nuestra preocupación es la implicación de los analistas y de las instituciones en los fenómenos sociales que producen sufrimiento, es decir, estamos preocupados por los dilemas éticos en un mundo cultural complejo, arbitrario e irreflexivo. A esto se suma la tragedia de lo que los antropólogos denominan: canibalismo cultural, canibalismo que adquiere diferentes formas en la discriminación, la xenofobia y el antisemitismo.
Invitamos a realizar un dialogo desde la escuela francesa e inglesa sobre la escritura.
Hay un lazo entre inventar un saber y lo que se escribe. ¿Dónde se sitúa la escritura? Lacan en Instancia de la letra ubica las letras S, S1, S2, etc, y dirá que todo lo que implica cierta relación, se enhebra con la metáfora y la metonimia. Si, como dice Lacan, la experiencia analítica nos confronta con “verdades indomables”, eso nos permite decir que, en la ciencia, lo que tiene relación con el saber, el saber icc, puede constituir lo que “llamaría un borde”, aquello que permite a la ciencia estructurarse. Ese borde es lo que en Lacan se denominará “no hay relación sexual”.
El texto se presenta como un jeroglífico más a descifrar conjuntamente entre analista y analizando.
La presencia de la letra plasmada en el papel evidencia una versión del paciente sobre sí mismo, que sentará precedente de un posicionamiento que seguramente será cuestionando y removido durante el análisis dando lugar a otra versión.
Tomaré las puntuaciones que realizó Sigmund Freud en su artículo: “Breve informe sobre el psicoanálisis” 1924, y tratare de puntualizar como el psicoanálisis con sus avances permanentes sobre la constitución del psiquismo humano, la definición del inconsciente y la subjetividad se ha constituido desde sus inicios en una nueva psicología que se adentra no solo, en los terrenos dela metapsicología sino en la condición del ser humano como sujeto deseante.
Para su nacimiento fue decisiva la experiencia de un médico de Viena el Doctor Josef Breuer, hacia 1881 dicho profesional pudo tratar y curar bajo la ayuda de la hipnosis a una paciente histérica, sus resultados se dieron a publicidad quince años después, Breuer y Freud comienzan a trabajar juntos. La paciente Contrae su neurosis cuando cuidaba tiernamente a su padre afectado de una grave enfermedad. EL tratamiento fue mostrando que su sintomatología conversiva se vinculaba a situaciones y pensamientos que poblaban la mente de la paciente mientras cuidaba a su progenitor. “A demás un carácter universal de todos sus síntomas era su génesis en situaciones que contenían un impulso a una acción empero que no se había ejecutado, sino sofocado a consecuencia de otros motivos. En lugar de estas acciones interceptadas había surgido el síntoma”. “Así a la etiología de los síntomas histéricos nos vimos remitidos a la vida de los sentimientos (la afectividad) y a la fuerza anímica (el dinamismo)” y estos dos puntos de vista nunca fueron abandonados desde entonces y dan nacimiento a el mundo de la metapsicología psicoanalítica presente hasta hoy en psicoanálisis todos los psicoanálisis y a la creación de una nueva psicología. formaciones del inconsciente y como las mismas se constituyen dan cuenta de un universal como la misma construcción del deseo humano. desarrollando la posibilidad de pensar grupalmente surgirá la segunda puntuación ESCUCHAR DESDE LA ESCUCHA PSICOANALITICA diferente a otro tipo de escucha. A través de definir la misma nos llevará a la tercera puntuación también planteada por Freud El METODO DE LA TERAPIA PSICOANALITICA ES EL MISMO QUE EL MODELO DE INVESTIGACION EN PSICOANALISIS, creo que este aspecto es parte de que el psicoanálisis encuentre tanta resistencia en los espacios de investigación de la ciencia oficial pero respetar esta última puntuación es lo que le permitirá al psicoanálisis mantener vivo sus postulados, con un sentido propio y fertilidad para seguir descubriéndose.
En el psicoanálisis, el testimonio va más allá de un relato de hechos para convertirse en uno de verdad subjetiva y ética. Informado por Derrida, Levinas y Nancy, el testimonio se revela no en un sentido documental, sino como la responsabilidad de uno hacia el otro para desestabilizar la noción de una única verdad y mostrar una finitud compartida. Es muy importante diferenciarlo de la transferencia. Si la transferencia es el campo de conflictos inconscientes que creamos repetitivamente, el testimonio es el acto discursivo de la expresión de una verdad subjetiva. No es una mera descripción de la transferencia, sino la acción histórica que, desde la perspectiva de la retrospección (après-coup), es constitutiva de un 'trabajo' sustancial, que toma la repetición de experiencias pasadas de repetición y las convierte en un gesto de subjetividad simbólica. Freud introdujo por primera vez este problema en su propia escritura testimonial a partir de historias clínicas y en su representación del sueño como un testimonio cifrado del deseo inconsciente. La clínica del trauma radicalizó esta idea. Sándor Ferenczi reconoció que el trauma se profundiza a través de la "negación" del entorno, y convirtió la escucha empática del analista en el acto mismo de habla que lo hace posible. Dori Laub, quien trabajó con sobrevivientes del Holocausto, teorizó el trauma como un “evento sin testigo”, donde la experiencia no existe psíquicamente hasta que es narrada. Aquí el analista no solo escucha, sino que colabora con el testimonio al convertirse en el primer testigo, validando y constituyendo la experiencia. La institución del testimonio en congresos, introduce una paradoja crucial. El acto, singular por naturaleza, corre el riesgo de convertirse en un ejercicio de fidelidad a “La Escuela” o en una adaptación de la experiencia al molde teórico ya existente. El espacio ostensiblemente destinado a validar la verdad subjetiva puede paradójicamente reducir su poder radical, revelando la tensión inherente entre el acto singular y las demandas discursivas institucionales.
Teresa Popiloff:
Me referiré a la patología del narcisismo incluyendo allí la denominada “clínica del vacío”. La tristeza extrema, la caída de todo deseo, constituyen algunas de las manifestaciones que afectan a la identidad misma del sujeto.
Hoy la transformación alrededor del estatuto de la sexualidad no es menor a la transformación de lo tecnológico. Nos consultan por complejizaciones ligadas a cuestiones de género, parentescos plurales, en algunos casos por intervención tecnológica, y familias y parejas “explotadas” ( violencias.) Pacientes que estimulan la proximidad y la fusión, modos que conllevan un suplemento de poder donde se filtra la pulsión de dominio.
Los ejes que orientan nuestra participación parten, en primer lugar, de la demanda social que aparece cuando somos convocados por situaciones de actualidad. Frente a hechos que angustian y conmueven —y que los periodistas traducen en preguntas urgentes—, el psicoanálisis puede aportar un modo de esclarecimiento que no busca resolver rápidamente, sino abrir una comprensión más profunda de aquello que perturba a la sociedad.
A la vez, existe otra dimensión fundamental: lo que la psicología y el psicoanálisis puede aportar a la temática de la sociedad en general. El psicoanálisis y la psicología han aportado, a lo largo de décadas, modos de lectura del sufrimiento, del lazo social y de las configuraciones subjetivas que pueden enriquecer el debate público. Intervenir en medios o espacios de difusión implica justamente ofrecer ese plus de sentido, evitando caer en simplificaciones y sosteniendo la complejidad propia de nuestro campo.
Un tercer eje tiene que ver con transmitir que el pensamiento psicológico–psicoanalítico forma parte de nuestra condición de humanos y de sociedad. No se trata de ofrecer una “herramienta” para ser usada sino de instalar una manera de pensar que habilite al sujeto a reconocer que frente a ciertos sufrimientos o dificultades existe la posibilidad de recurrir como estrategia, como herramienta terapéutica a esto que es la psicología y el psicoanálisis para poder aliviarlo. En ese sentido, la divulgación cumple una función didáctica: mostrar que el malestar puede ser escuchado, nombrado y transformado.
Finalmente, es central considerar la identidad del analista y su articulación con la cultura. El psicoanálisis no es ajeno al arte, al teatro, al cine, a la literatura; por el contrario, dialoga con ellos y se enriquece de ese intercambio. El permiso al despliegue, a lo que tiene que ver con otra cosa. Pensar la presencia del psicoanálisis en la escena pública también implica habilitar ese despliegue, mostrando cómo estas otras áreas abren nuevas perspectivas y, al mismo tiempo, reciben del psicoanálisis una profundidad singular.
PUNTUACIÓN 1:
Viñeta clínica:
Agustín, un joven de 23 años, presenta ansiedad y pensamientos intrusivos relacionados con el temor a cometer actos punibles. Tras varios intentos de terapia, comienza un tratamiento psicoanalítico. Durante las sesiones, se exploran recuerdos de su infancia, donde fue víctima de abuso sexual por parte de su madre. A través del análisis, Agustín toma conciencia de su victimización y comienza a desvincularse de su madre, mejorando su sintomatología y estableciendo relaciones más saludables, incluida una relación con su primera novia, mientras considera posibles acciones legales contra su madre.
PUNTUACIÓN 2:
Acerca del Esquema del Psicoanálisis:
Se explora el esquema de Freud, que fue escrito en un contexto de enfermedad y exilio. El trabajo se divide en tres partes: teoría, práctica y ganancia teórica. A lo largo del seminario se revisaron conceptos clave, como el aparato psíquico, las pulsiones y la técnica psicoanalítica. También se destacó la relación entre neurosis, psicosis y estructura. Se discutieron temas como la transferencia, el narcisismo y el inconsciente. El trabajo se complementó con aportes de expertos, como Jorge Catelli, quien señaló elementos centrales en la comprensión del psicoanálisis freudiano.
PUNTUACIÓN 3: La clínica contemporánea con pacientes limítrofes plantea desafíos en la representabilidad psíquica. La teoría de André Green, que articula pulsión y objeto, propone superar la oposición freudiana entre ambos, vinculándolos mediante la función de representación. La pulsión se concibe como matriz del sujeto, y el objeto primario se define por su relación intrínseca con la pulsión. Esta relación permite al Yo estructurarse, pero el proceso depende de un objeto suficientemente bueno en el Otro. La teoría de la representación se amplía, considerando la pulsión y el lenguaje, y ayudando a comprender lo irrepresentable en la clínica. Los déficits en la simbolización de pacientes no neuróticos se deben a fallas graves del objeto primario, dejando al infante en desamparo frente a sus pulsiones. Esto provoca la desmezcla de pulsiones de vida y muerte, distorsionando el principio de placer. El Yo no puede constituirse completamente debido a la borradura parcial del objeto materno, creando un espacio psíquico conflictivo. Esta dinámica produce una relación fusional de amor y odio con el objeto primario, que genera una transferencia conflictiva. El trabajo del analista consiste en ligar el discurso del paciente, preparando el terreno para una interpretación mutativa efectiva.
1-“La clínica del vacío y la clínica de la falta”, definiciones y diferencias desde el pensamiento de Recalcati, y otros autores post freudianos. Se proponen articulaciones con la clínica contemporánea, considerando especialmente la subjetividad “posmoderna, o hipermoderna”, la actual fragmentación del lazo social y sus consecuencias psíquicas. Debatiremos sobre la transformación de la imagen, el tiempo y el espacio en la era tecnológica, la subjetividad y la inteligencia “artificial”
2-“El Otro vacío y el otro/Otro deseado y deseante”: se trabajarán las implicancias de de la posición del Otro en la constitución psíquica, y en sus efectos en la práctica clínica ( transferencia/ contratransferencia, presencia /ausencia)
3-aproximación a las dos teorías de la angustia en Freud, en dialogo con la angustia en Lacan, Winnicott y otros autores post freudianos especialmente en relación con la noción de vacío y falta. Consideramos esta cuestión central en los fenómenos clínicos actuales y la llamadas patologías actuales. (anorexias, adicciones, neomelancolías, depresión)
Proyectaremos una edición del film “hasta el Hueso” como referencia a la propuesta.
Como Psicoanaliste intentaré trasmitir esta experiencia, el modo en que son abordados y el compromiso emocional que implica un mayor grado de intimidad de la relación profesional. Poder debatirla y reflexionar con ustedes.
"Tenemos el derecho, más aún el deber, de cultivar la investigación sin mirar por un efecto útil inmediato. Al final,-no sabemos ni donde ni cuando-, cada partícula de saber se transpondrà en un poder hacer, también en un poder hacer terapéutico", (S.Freud Conferencias 1916).
Mantenemos la relación diádica Analista-Usuario, incluyendo a todos en las mismas coordenadas de espacio y tiempo, pero añadiéndole la dimensiones institucional, comunitaria y social que le es propia, Pero se distingue del método individual clásico, porque ya no estamos sólo en conocer su espacio intrapsíquico. Sino que también exploramosotros espacios psíquicos y otros medios de tratamiento de los sufrimientos allí originados.
Fueron psicoanalistas como: Pichon Riviére, Bion, Bleger, García Badaracco, Baranger, Anzieu, Winnicott, Kohut, Foulkes, Kaés, Roussillon, entre muchos otros quienes exploraron, en sus trabajos psicoanalíticos, estos nuevos territorios del Inconciente.
Mantenemos el principio psicoanalítico esencial del Inconciente. Pero como toda extensión tiene consecuencias sobre la teoría y la técnica.
Intentamos pasar de lograrsun cambio uólo conocimientos del pasado histórico a comprender las experiencias. Que también exige un cambio en la posición como analista.
Es esencial escuchar "lo visible" (escucha polifónica) y "lo audible" (escuha polimorfa) del lenguaje e importante el registro de nuestra contratransferencia.
En la época de Freud lo cultural era la física mecánica y se investigaba la realidad objetiva. Ahora estamos abiertos a la física cuántica y aparece una realidad no objetal ni obsrvable "como partícula" (material imperceptible. No se trata de negar, ni excluir los descubrimientos de Freud. Sino ampliarlos.
La relación terapéutica no desaparece, sino que se expande en el ecuentro con el otro, que capta información de la participación vivencial (previa a toda percepción y pensamiento, -Max Scheler-).
"Tomarse tiempo para reflexionar, mantener el interés ponuestro pensamientor investigar y tolerar la tensión entre la complejidad y la simplicidad, son indispensables para continuar la coherencia de nuestro pensamiento, -Chistian Delourmel-, "Relaciones entre el psicoanálisis y las ciencias" (2011).
Comisión de Cine análisis:
27 noches, la nueva película de Netflix, adapta una historia real que sacudió a la alta sociedad argentina y puso en cuestión los límites de la libertad en las personas longevas
La película está inspirada en el caso de Natalia Kohen, una artista, escritora y mecenas que, en 2005, a los 87 años, fue internada contra su voluntad durante 27 noches en una clínica psiquiátrica después de que sus propias hijas la denunciaran por “demencia frontotemporal”. El diagnóstico, firmado por varios médicos, provocó un escándalo que llenó los titulares en Buenos Aires: ¿se trataba de una decisión médica necesaria o de una forma de quitarle el control sobre su vida y su patrimonio?
Aquel episodio dio origen a la novela Veintisiete noches, escrita por Natalia Zito, psicoanalista y autora argentina que investigó el caso durante años. En su libro, cambió los nombres y reconstruyó los hechos desde un punto de vista íntimo, centrándose en los vínculos de poder dentro de una familia que dice “proteger”, pero que también puede someter.
Ahora, la historia llega al cine de la mano de Daniel Hendler, con Marilú Marini como protagonista. En la ficción, su personaje, Martha Hoffman, es una mujer de espíritu libre que es declarada incapaz por sus hijas y encerrada en una clínica. A partir de ahí, un perito judicial debe decidir si realmente necesita cuidados… o si está siendo víctima de una traición disfrazada de amor.
27 noches no busca reproducir un expediente judicial, sino explorar el lado humano y ético de un dilema que sigue siendo actual: ¿cuándo cuidar a alguien deja de ser un acto de amor para convertirse en una forma de control?
Otro tema que está presente en esta película es que la psiquiatra que atendía a la protagonista se negó a firmar que la paciente necesitaba ser internada y las hijas consiguieron los certificados de otros psiquiatras que aceptaron firmar un diagnóstico de demencia frontotemporal aceptando el relato de sus hijas y con un mínimo conocimiento de la supuesta paciente.
La riqueza económica de la protagonista y el miedo a que se gastara toda su fortuna y se quedaran sin herencia fue el motor que activó el maltrato de estas dos hijas a su madre al internarla en contra de su voluntad y mantenerla incomunicada de todos sus amigos y de todo aquello que formaba parte de su vida hasta ese momento.
Departamento de Longevidad:
La película 27 noches (Netflix, 2025) y el documental sobre Natalia Cohen, en quien se inspira el personaje de “Martha Hoffman”, nos enfrentan a una forma silenciosa de violencia: el maltrato filial hacia la madre longeva, disfrazado de cuidado. El espectador asiste a una escena doméstica donde el amor se confunde con control y el amparo se convierte en sometimiento.
El Departamento de Longevidad de la Asociación Psicoanalítica Argentina ha insistido en que la longevidad, más que una decadencia, constituye una etapa vital que exige escucha, acompañamiento y respeto por la autonomía del sujeto. La clínica del adulto longevo no puede reducirse a su deterioro físico, sino que debe reconocerlo como sujeto de deseo, capaz de palabra, de transferencia y de decisión.
En 27 noches, las hijas hablan en nombre de la madre, deciden por ella y la tratan como a una niña incapaz. Es la expresión cinematográfica del “viejismo” —esa forma de discriminación que el Departamento viene señalando en sus actividades y publicaciones—, donde se le quita al adulto longevo el derecho a su historia y a su juicio. El maltrato no se da solo por omisión o agresión directa, sino también por sustitución de la palabra: cuando se habla por el otro, cuando se lo vuelve objeto de cuidados sin reconocimiento simbólico.
Desde una lectura psicoanalítica, la madre —que antes sostuvo, protegió, alojó— pasa a ocupar el lugar de lo rechazado: espejo de la finitud que sus hijas no toleran. El desprecio o la impaciencia encubren una defensa frente a la angustia de la propia vejez. En el fondo, lo que se rechaza en la madre es la imagen anticipada del propio devenir longevo.
El film y el caso real de Natalia Cohen nos invitan a pensar el desafío ético de nuestra práctica: ¿cuándo el cuidado se transforma en dominación? En consonancia con los lineamientos del Departamento de Longevidad, el psicoanálisis puede ofrecer un espacio donde el sujeto longevo recupere su palabra, su deseo y su lugar simbólico. Porque la longevidad no es una regresión a la infancia, sino una forma de existencia que reclama ser reconocida, escuchada y dignificada.
CUERPOS QUE BUSCAN ESCRITURA. ERIC LAURENT Y OTROS. Instituto clínico de Buenos Aires /Paidós
(Pág.19) “EL PARTENAIRE ANALISTA – Mariana Santoni
Su pasión, la del transexual, es la locura de querer liberarse de ese error, el error común que no ve que el significante es el goce y el falo no es más que su significado. JACQUES LACAN.
(Las itálicas del discurso del analizante son nuestras).
Se trata de un paciente de 16 años que está en entrevistas preliminares […]. Aquí se ubicarán tres momentos del recorrido.
LAS VOCES: ¿ESTOY LOCO?
Desde la primera entrevista refiere escuchar voces:
“Me dicen que les dé información sobre mí, me preguntan qué hice el sábado. Las escucho todos los días, estoy hablando con usted y me interrumpen, no puedo hacer oídos sordos, me dicen estás bajo mi control”.
No puede precisar desde cuando las escucha, aunque hace tiempo de esto.
_Mi hipótesis es que consulta en el momento donde las voces se han vuelto un signo, en el punto donde la voz irrumpe como intrusiva, rompiendo con su arreglo anterior. Además, hay un dato en relación con la privacidad que lo mueve a consultar en este momento:
“Yo antes hablaba por dentro mío y sí tenía mi privacidad, después no, por eso vengo. Empecé a escuchar una conversación, como si mis amigas me preguntaran cosas con el pensamiento, nadie hablaba y yo contestaba. Usted que sabe cosas de la mente, ¿eso es así?, ¿usted qué haría?, ¿estoy loco?”.
__ Intervengo diciendo que aquí la cuestión no es abrir juicios sobre estar loco o no, que la clave es explorar su mundo, qué dicen las voces, qué significa eso para él, y especialmente en qué lo afecta.
La siguiente entrevista trae un escrito sobre lo que le dicen las voces y me lo deja. Escribe:
“Yo estaba en la fiesta y me hablaban, me preguntaban por Damián, me pedían que les cuente cuando me vestí de mujer. Yo les decía que no había hecho eso, y me decían que si no lo había hecho me parara en un pie y dijera no con la cabeza. Le pregunté quién es, qué quiere. Me responde: “divertirme. Quiere molestarme, me dice: “¿Cuál es tu debilidad? Escribí mal, Mareate.”.
Se le pregunta sobre lo que escribió:
“Yo una vez me vestí de mujer, para salir con una amiga, tenía catorce años. Hay una confusión, a mí me gustan los hombres. Desde segundo grado de la primaria un chico me gustaba; no le dije porque me daba vergüenza”.
__ ¿Vergüenza?
Paciente: “Para mí no es normal, si soy hombre me tendría que gustar la mujer… es que ya me he criado así, entre mujeres, con hermanas mujeres. Se lo dije a mi mamá, que no existe Damián, sí hay un Damián se confundieron de nombre. Damián es de hombre, por lo tanto, no existe.
__ ¿Es el nombre el problema?
P. “No, yo soy el problema, trato de funcionar, me miro al espejo todos los días. Sé que puedo salir solo, con la ayuda de ustedes.”.
__ ¿Cómo podemos ayudarte a salir?
P. [llorando] “Sentís que no entrás en el mundo, no sos de la naturaleza. Dios hizo a un hombre o a una mujer, no hizo un tercer sexo”.
__ ¿Y tenés alguna idea de por qué Dios te hizo así?
P: Me sentía una nena siempre, a los cuatro años quería aritos. Yo me dí cuenta de que aclarando este tema tal vez se me vayan las voces, eso analicé yo, siento mucho dolor”.
__ Contame sobre ese dolor.
P: “Cuando empiezo a hablar de esto tengo ganas de tirar todo, ¿Qué pasó que me cambiaron? ¿El cerebro, el alma, se me metió un espírítu? Yo tuve un episodio de confusión en mi vida, que puede haber alterado mi sexualidad. Tenía seis años y el trece, me manoseó”.
Sitúa así una primera forma de causalidad, ubicando que esto le ocurre “porque a los seis años hubo una manoseada” Arma una idea delirante “me cambiaron, se me metió un espíritu”. Estas ideas no logran regularlo.
P: [llorando] ¿Por qué tener que gastar plata? Yo no quiero ser travesti, pero es a lo que voy a llegar. Quiero remediar las cosas para sentirme en este mundo.
__ ¿De qué modo se podría remediar?
P: “Me gustaría ser mujer, poder tener una personita en la panza. Me siento como único, no encajo en la sociedad, me hacen sentir que se están burlando.
Por otro lado, en la misma entrevista les da otro estatuto a las voces: “Nos conectamos con la mente con mi novio, como si yo lo escuchara hablar, es telepatía; para mí no es un problema si me puede escuchar”
P: Y… es como si usted me leyera los pensamientos, me gustaría que no se me escape nada de mi pensamiento. Como que es una espía. Como si yo estuviera dentro de usted y veo como si estuviese saliendo. ¿A usted que le parece? ¿Usted qué dice?
__Le digo que no puedo saber sus pensamientos ni estar dentro de él, y le pido que sea él quien hable de esto. Parece aliviarse.
P: y agrega: “Me da miedo no tener mi propia privacidad. Yo siento que no es mi mente sola, sé que es usted, es su voz y usted no mueve los labios. Usted puede saber más de mí de que yo cuento con mi boca. ¿Todo está formado por mi propia mente?”.
__ Respondo que no lo sé. “Yo solo puede enterarme de algo si vos me lo contás, yo no tengo esa capacidad de conectarme con los pensamientos, sos vos el que me tenés que explicar”.
Enuncia su saber respecto de las voces. Considera que, si aclarase el tema de su sexualidad, las voces desaparecerían. Comienza a hablar de su sexualidad, ubicando como síntoma la identidad sexual.
P: Yo no quiero ser más Damián, me gustaría ser una mujer. Yo quería decirle si me puede analizar, yo necesito ayuda en éste cambio. Que alguien diga si el vientre de mi mamá se equivocó. Que usted me analice y me diga si soy hombre o mujer. He visto casos en televisión. N, que tanto lo estudiaron y se dieron cuenta de que no era una mentirosa, que era una mujer encerrada en un cuerpo de hombre. El estado le pagó la operación de sexo. Era un error. Soy una mujer porque me siento una mujer, pero no es lo mismo que un profesional me lo diga, el cuerpo es un hombre, pero mi mente es una mujer.
__ ¿Cómo lo sabés?
P: Me siento una mujer desde chiquita, jugaba con muñecas, le sacaba la ropa a mi hermana. Antes mi mamá no me podía aceptar. Yo le voy a dar nietos, pienso alquilar un vientre y poner mi material genético. No me gustaría fecundarlo yo, nunca tocaría a una mujer. ¿Usted sabe hacer análisis de esto? Porque yo soy una de ellas, me siento mujer.
__ Hablemos entonces de esto, de que te sentís una mujer.
P: Mi cuerpo, sin mi miembro, sacármelo, trabajar para juntar plata, a los dieciocho tendría mi mayoría de edad y ya está, empezar a ser Celina. Me da miedo porque Dios quiere un hombre y una mujer no un tercer sexo. Pero yo tengo la certeza de que quiero ser una mujer, pero lo que hay entre las piernas no corrobora, por eso vamos a reformarlo todo para que corrobore. Soy una mujer encerrada en un cuerpo de hombre.
Se interroga su certeza respecto de que su cabeza es de mujer.
“Siempre me pregunté por qué no fui una mujer. A los cinco años me gustaban los nenes. Mi papá es tan machista que me veía jugar con muñecas y me decía que eran monstruosos. Yo siento que usted me habla y me acaba de decir: estamos todos bien”
Vuelve a ubicar al analista en el lugar de la voz, una voz pacificadora. A lo largo de este primer tiempo va realizando un trabajo con las voces. En el plano transferencial ha ubicado al analista como partenaire dirigiéndole interrogantes respecto de esas voces: “Es así”, “¿estoy loco”? Trae en un escrito lo que le dicen las voces y me lo deja, lo que constituye una cesión del objeto voz.
Si bien la transferencia está en un punto vacilante, el lugar que ocupa el analista en sus voces tiene un estatuto pacificador. A la vez realiza un trabajo de diferenciación de los estatutos de las voces. Distingue las voces intrusivas que lo molestan, se burlan y las voces que le permitirían cierta regulación del goce, a las que llama telepatía. Luego de este periodo de diferenciación, ya no vuelve a incluir a la analista en sus voces.
EMPUJE A LA MUJER: MUJER POR DENTRO.
“Eso de operarme me da miedo, Dios me mandó así, pero en un futuro si lo haría, cuando termine de estudiar. Me gustaría ser odontóloga, cirujana o contadora. Me gustaría que me diga Celina. ¿Qué libro me recomienda para leer? ¿No tengo privacidad en mi cabeza? ¿Me lo pueden escuchar?
__Le pido que explique cómo es esa no privacidad.
P: “Siento como hipnotismo, como que se meten dentro de vos o te sacan de tu cuerpo, como si hubiera un ser más denso que nosotros que pudiera atravesarnos”.
__ ¿Cuál es tu idea, para qué lo hace?
P: “Para molestar, hay gente que sabe manejar para sacarle información, con la mirada te impacta como un láser, se me mete por adentro. ¿Existe eso? ¿A usted le pasa? Me hace doler los ojos. Mire me pinté las uñas, se me ve la mano más de señorita. Aunque me opere nunca voy a ser una mujer porque siento que Dios no me hizo así.”.
__ ¿Entonces?
P: Seguir en la postura en la que estoy, seguir pareciéndome a una mujer, quiero que todo surja de mí, de a poco, que surja de adentro, que surja de mi personalidad, no en el cuerpo.
Subrayo la línea de la personalidad diciéndole: “Exactamente que surja en tu personalidad. De eso se trata”. Ante esto afirma lo siguiente:
“Ese es mi único problema, estoy entre la espada y la pared. Dios me hizo un hombre, pero yo no quiero ser un hombre porque no tengo hombría”.
Ante lo cual insisto en que se trata de la personalidad y corto la sesión.
En otra ocasión vuelve a decir que Dios lo hizo hombre. Le pregunto cómo lo sabe. Porque tengo el miembro masculino. Soy una mujer encerrada en un cuerpo de hombre, mi ser de adentro es una mujer, me gusta charlar con amigas, depilarme, y no lo de hombre que es guarango Desde los nueve años rechazo mi sexo, pero siempre he estado presionado por lo de Dios, yo no entiendo a Dios, por qué me hizo hombre si realmente quiero ser mujer. Me hice unas amigas en otro barrio, ellas me dicen Celina. En mi casa no, mi mamá no acepta el tema de mi sexualidad, decía que yo le daba asco. Aprendí que no le tengo que contar, es como si llevara todo el tiempo un peso en la espalda. Me siento mortificado por ser hombre, porque soy las dos cosas, mujer por dentro, pero por fuera soy hombre.
Le pregunto cómo sabe qué es una mujer por dentro.
Continúa: “Porque lo siento siempre que estoy con mis amigas pensamos lo mismo, entonces mi pensamiento es de mujer”
En una entrevista llega diciendo que quiere cambiar su nombre por el de Celina en el DNI. ¿Qué significa para él cambiar el nombre?
“Que se está haciendo realidad un paso que pensé que nunca iba a llegar. Vuelvo con partida de nacimiento nueva, volvía a nacer. Yo quería que mi mamá me pusiera ese nombre pienso que me estoy imponiendo a ella al cambiarme lo que ella me dio. Mi papá retrocede, yo soy el dolor de mi papá, me dice: “Vos tener que ser lo que quieras cuando yo no esté, pero mientras yo esté hay que respetarme: que me vista de hombre. Para mí una mujer completa es la que puede dar vida, quisiera guardar mi esperma para tener un hijo que salga de mi ser. MI papá no tiene muchos parientes con su apellido. Me dice: “Vos tenés que seguir mi apellido “, Le quitaría el material genético a una mujer para poder ponerle mi apellido y no sentir ese peso de mi papá en la cabeza, así lo callo a él. Yo siempre fui “su machito”, único hijo varón, el único que va a dejar descendencia. Lo estoy desafiando desautorizándolo, mandándome sola. Trato de complacer los deseos de mi papá, pero yo quiero ser mujer, las mujeres son todas competitivas, pero yo no lo soy”
“¿Por qué no sos competitivo?” interrogo.
“Soy transexual, es enfrentar la realidad y sentirme mujer, cómoda con mi cuerpo. Yo no compito con una mujer, me pisa la cabeza. Yo no tengo una mujer encerrada en este cuerpo y no la encuentro en este cuerpo, por tener eso, pene; estoy atrapada en otro cuerpo, y yo sí me voy a operar, no tengo dudas.
Le digo que, por el momento, como hablamos alguna vez, ese cambio puede hacerse en la personalidad, y le propongo que hablemos de esa mujer, de cómo sería. Se entusiasma con la propuesta y afirma que “es educada, sincera, no sabe mentir, es muy inocente, no puede hacerle daño a nadie. Sumisa, callada, buena, dulce “A la siguiente entrevista refiere estar escribiendo un diario íntimo, a partir de lo hablado la vez anterior.
Lo empecé el otro día, tengo que dejar las cosas en claro, yo me siento mujer, lo siento, estoy sensible, soy mujer. Se me acaba de ocurrir que yo me siento mal porque mi papá es el que me tira abajo, yo no puedo odiarme. El odio es a mi papá, porque él quiere un hombre. Yo no soy homosexual, me defino como transexual, como una mujer, no travestido, que tiene su miembro y lo quiere usar. Yo no lo quiero a mi miembro, no lo miro, hago pis sentada, lo rechazo.
Este segundo periodo parece tener un carácter estabilizador, caracterizado por una disminución de la producción alucinatoria y un avance del empuje a la mujer. Ya no incluye al analista en sus voces, habla muy poco de ellas, y en su lugar privilegia el tema de ser mujer. A partir de la fantasía de cambiarse el nombre en el DNI y de su producción escrita, el riesgo del pasaje al acto por la vía quirúrgica parece acotarse.
SER MEJOR MUJER
P. Ya no escucho las voces. ¿Usted me ve mejor la cara? Me depilo con cera. Celina fue la que impulsó el cambio, o me aceptan o me aceptan-
Interrogo qué significa.
P. Se animó a ponerse más rebelde. Me decían que no me pinte las uñas, que no use pantalones ajustados, yo igual me pinté, me compré yo mis maquillajes. Yo sé bien lo que soy, una mujer, y es mi meta cada día mejorarme un poco más, mejorarme, ser mejor mujer. Uno necesita críticas para construirse mejor, ropa…
Intervengo retomando su palabra. “Construirte mejor en tu personalidad”.
P. Sí, las acciones, las formas de dirigirme. He avanzado, ya no me tiro abajo. Yo salía de casa sintiéndome relinda y al escuchar comentarios hirientes…ya no queda adentro, ya no es un ataque
¿Qué más has podido construir de su personalidad?
P: No ser tan grosera al hablar, o tan torcida al sentarme; estoy siendo más suave al hablar, al tratar una persona: Me siento acompañada por mi novio, siento que ya no estoy enfrentando sola las cosas. He estado en su casa, tengo que limpiar, hacer la comida. Y o era muy nerviosa de entender todo mal, atacada, como que me estaban insultando, muy a la defensiva. Es animarme a probar cosas nuevas. Hoy me pinté las uñas de verde cuando siempre me pintaba de negro. Era un poco reprimida. Ese punto ya no me afecta. Y la forma de dirigirme, ser más educada, era re boca sucia. Ser más reservada en mis cosas, poder estar más sola.
Antes siempre necesitaba una amiga para hablar. Ahora le es suficiente saber sus cosas y poder guardarlas. Le pregunto por el diario íntimo.
P: Tuvimos una discusión con mi mamá, me echó de la casa, quedó el diario en mi casa. Me acuerdo de lo que había escrito; era más que un diario una forma de proyectarme día a día, de verme a mí un poquito más avanzada, mejor, que cualidades quisiera tener. Era proyectarme en describirme a mí misma.
Le digo que me resulta muy interesante esa idea: proyectarse a sí misma.
En este último periodo ya no escucha voces, y ya no hace referencias a la cirugía. En este sentido, a partir del recorrido del análisis, se ha logrado por el momento volver asintótica la vía del pasaje al acto en lo real (cirugía), y ubicar el ser mujer como “cada día mejorarme un poco más”.
Garcia Badaracco e Historia del Ps Multifamiliar
Especificidad del Encuadre Ampliado del Grupo Multifamiliar-
Intervenciones vivenciales. La importancia de hablar desde la vivencia.
Especificidad de los Grupos Infanto Juveniles, la importancia del otro en el momento de maxima dependencia. Inconsciente mudo y Funciones Parentales.
Interdependencias Sanas y Patogenas.
Resonancia afectiva. La importancia de la empatia, comprension y ternura. Conexión emocional desde el verdadero self.
Transferencia y contratransferencia multiple y cruzada.
Coordinacion y co coordinación. Lugar de SSS versus horizontalidad y polifonia. A que llamamos el hilo conductor.
Mente cerrada-mente ampliada. El grupo como mente ampliada.
Conflicto versus dilema.
Dialogo abierto y polifonia
A que llamamos “cura” en la patolgia dificil, mas alla de la neurosis. A que llamamos cambio psiquico.
Locura versus sufrimiento.
Trabajar desde la virtualidad Sana. Recursos yoicos potenciales y genuinos.
Lazos sociales: Educacion y Comunidad.
Pacientes antisociales.
Efectos de los diagnosticos multiples en la infancia y adultez.
Semejanzas y Diferencias entre los diferentes Grupos.
El Dr. Alberto Alvarez dará cuenta descrptivamente de las variables que marcan el hacer del estamento, en el marco de la gestión 2023/2026. sumandole una propuesta creativa surgida del esfuerzo mancomunado de los bibliotecarios de APA, que hace al aporte fotográfico de quienes nos antecedieron, forma que define el lazo con el proceso de la história del Centro Racker.
A continuación la clínica en tres actos:
*Amira es una paciente derivada por ADRA y PACE al Centro Racker. El dispositivo ofrece de 4 a 8 sesiones de contención por ser inmigrante llegada a la Argentina. Nacida en Marruecos pertenece a una familia tradicional musulmana. Llega con 38 años hablando su idioma nativo, un poco de francés y árabe. Se solicita algún terapeuta que la pueda atender en esos idiomas. Las sesiones fueron enteramente en árabe ya que su francés era muy precario. • Es un caso que abre infinidad de interrogantes. El Symposium permitira transmitir y compartir esta perspectiva clínica".
*Kali adolescente de 14 años en el momento de consulta, tiene ahora 15 años. Sus padres nunca fueron una pareja.
La madre queda embarazada, antes vivía en los Angeles. Decide retornar alli para obtener la ciudadania americana.
El padre estuvo pendiente del embarazo, viajando a EEUU. La relacion muy conflictiva contribuye a que la madre regrese a Argentina cuando Kali tiene 4-5 años . El padre francés, pudo asi ocupar su funcion paterna.
Kali sufre con las discusiones y desacuerdos entre la madre y el padre. Por una mediacion decidieron en que casa y dias le toca a Kali residir".
``Con el título ``El sufrimiento silenciado``las autoras G. Lepek y A. Yechúa comparten la expereincia clínica en talleres para familiares de adictos a sustancias. Espacio facilitador en donde se comparten situaciones comunes y sus resonancias de elaboración. Ejes que circulan : desesperación; vivencias de extrañamiento; excesos de protección; precariedad de la palabra y la imposibilidad de duelar, objetivar estos indicios permitió desplegar la transferencia en sus disímiles vertientes.``
La idea de dispositivo analítico fue introducida por Jacques-Alain Miller en un artículo de los años 80, donde planteaba que la invención original del genio de Freud fue precisamente la del dispositivo analítico. Es decir, un modo de hacer surgir la manifestación de lo inconsciente, de poner en acto la realidad del inconsciente a través del fenómeno de la transferencia. Esta noción se ofreció en el campo lacaniano como una alternativa a las ideas de encuadre y setting.
Freud no había utilizado ninguna de estas categorías; hablaba, más bien, del trabajo analítico como un trabajo psíquico compuesto por el trabajo del analizante y el trabajo del analista.
Como referencia contemporánea, podemos mencionar las ideas de René Roussillon, quien articula la noción de dispositivo con el paradigma de la complejidad. En este sentido, señala que el dispositivo en psicoanálisis opera según un modelo complejo que reconoce la polifonía de la asociatividad psíquica, lo cual resulta especialmente fecundo para el análisis de niños y para una posición analítica no reduccionista, que va más acá —y más allá— de lo verbal. Siguiendo a este autor, consideramos el dispositivo como un medio maleable, un tercero configurado por ambos (analista y analizante) que actúa como atractor, condensador y revelador.
El análisis de niños ha obligado a redefinir la idea estándar —pensada originalmente para adultos—, en la medida en que, como señala Freud, los niños no toleran demasiado los métodos de la asociación libre. Justamente, la vía del juego infantil constituye una actividad dentro del dispositivo analítico que provee materiales psíquicos que van desde la asociación libre hasta la compulsión de repetición, es decir, más acá y más allá del principio del placer. Por otra parte, los niños no solo juegan, sino que despliegan una amplia diversidad de manifestaciones que también constituyen material de análisis.
La experiencia con niños pone en evidencia la necesidad de realizar variaciones en el dispositivo, incluida la posición del analista. Esta posición debe ser flexible, para promover y favorecer con su disponibilidad singular el trabajo analítico con los niños. Se trata de una noción más cercana a una “acción” que a una postura abstinente, neutra o reglada.
Para poner a trabajar estas ideas presentaremos material clínico.
IMPORTANTE: Se recomienda ver la película "Mountainhead" en HBO Max (Trailer cliqueando aquí).
Puntuaciones de ideas para el entramado:
Departamento de Psicoanalisis y Sociedad- Espacio de Autor Bion-Post >Bion
-La crueldad como rasgo humano, no existe en otras especies.
(se ejemplificara con recortes de peliculas)
1-El ejercicio de las funciones parentales se ve dificultado si los que la ejercen están abrumados por su propia patología, por sus propias necesidades no satisfechas, por condiciones socio-ambientales deficitarias o catastróficas y por una sociedad de consumo que consume pero no consuma el encuentro con el Otro desconociendo su alteridad.
2-Chul Han (2018)La mirada es el modo como se manifiesta el otro, y “si al otro le quitamos su alteridad se vuelve consumible” (p.77).
3- Guntrip, para continuar reflexionando en la influencia ambiental parental
-“Si desde el momento que nace, el niño no está rodeado del amor genuino de sus padres, si su atmósfera familiar y social no le brinda los cuidados solícitos que un bebé requiere, entonces hemos de pagar nuestro fracaso frente a la próxima generación al tener que vivir en un mundo desgarrado por el miedo y el odio, poblado de seres profundamente desdichados, malogrados en el amor y en la amistad, que sin cesar se incorporan a las legiones de los enfermos mentales...:”
4- Winnicott las raíces de la tendencia antisocial, de la delincuencia y de muchas formas de crimen, se encuentran todas en la deprivación. Esto debe distinguirse de la "privación", ya que la privación implica que en algún momento en el pasado el niño realmente experimentó satisfacción en sus vínculos. La avaricia, el robo e incluso muchos actos abiertamente agresivos expresan de forma distorsionada el deseo de recuperar el "objeto bueno", alguna expectativa de que todavía existe un buen objeto, para ser encontrado e introyectadocomo base para relaciones maduras y generosas. En la página 116 de la edición de 1994 de Privación y delincuencia leemos: "La delincuencia indica que queda alguna esperanza", pero no en el crimen.
5-Según Winnicott, alguien sólo puede sentirse real, en algunos casos, si mata a alguien, si coloca toda la muerte que lleva adentro afuera.
6-En el film se describe justamente que allí donde fracasa la ternura germina la crueldad, que como el huevo de la serpiente, anida en sociedades donde la falta de compasión por el otro empieza desde gobiernos y se extiende hacia familias y sujetos
7-Se trata de sociedades donde la función paterna cuidadora ,aquella de la que Freud habla en su artículo “ El humor” es desplazada por un Cronos que devora a sus hijos en pro de su propio y enfermo beneficio.Se generan hijos alojados en una comunidad sin ley que proteja
8-Freud: En 1914 escribió: “El psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus individuos, sino que persisten en el inc. (…) y esperan las ocasiones propicias para desarrollar su actividad.”
En 1915 …” lo imperativo del mandamiento “No matarás”, nos da la certeza de que somos un linaje interminable de generaciones de asesinos que llevaban en la sangre el gusto de matar(...) Si se nos juzga por nuestras mociones inc. de deseo, somos como los hombre primordiales un gavilla de asesinos”.
9-Consideramos la imprescindibilidad estrategica de las funciones de contencion socio-ambientales, culturales y parentales para que el nuevo sujeto humano que llega al mundo, pueda desarrollar las capacidades psíquicas necesarias para procesar las experiencias de la vida porque tal como dice Freud la psicologia individual y la psicologia social son complementarias.
Puntuación 1
En la tragedia de Eurípides, Medea (siglo V a.C.) encarna la furia y la venganza frente a la traición de Jasón, quien la abandona por Glauce. Hija del rey Eetes y descendiente del Sol y de Hécate, su linaje la marca como hechicera extranjera, una “bárbara”. Tras ayudar a Jasón a obtener el Vellocino de Oro y tener dos hijos, envía a su rival una túnica y una corona que arden, consumiendo la traición y transformando ese dolor en acto. Eurípides legitima su violencia por su origen, lejano al ideal ateniense. El mito revela la lucha entre deseo, maternidad, dolor y ley. Según Zafiropoulos, Medea forja su femineidad en el sacrificio: ninguna satisfacción compensa el ultraje de su lecho traicionado, dejando un rastro ardiente; testimonio de un deseo en llamas.
Puntuaciones 2
Marie Langer propone “La Imagen de la ´Madre Mala´” y afirma que los juicios despectivos hacia la mujer, así como el prejuicio de su inferioridad, son derivados del rechazo inconciente hacia sus madres. La autora describe varios ejemplos dónde el supuesto instinto maternal deviene instinto criminal. La hipótesis que subyace al análisis de Langer es que estas “madres malas” se corresponden con la constitución del objeto malo de la posición esquizoparanoide, objeto al cual el bebé dirigió el odio primario. La presentación de casos de “madres malas “contrastan fuertemente con las virtuosas capacidades de cuidado y amor supuestamente asignadas por la naturaleza al instinto maternal. La autora se pregunta cómo reconcialiar la vida profesional, sexual, social con las expectativas de la maternidad?
Puntualizaciones 3:
Sugerimos algunas reflexiones acerca de las diferencias y similitudes entre el modelo de Medea, y la “madre mala” relatado por Marie Langer. Podemos trazar un arco que va desde la madre trágica que mata a los hijos, a la madre que dramáticamente se los apropia.
¿Qué diferencias encontramos entre estos dos modelos femeninos de madre?
¿Qué lugar han ocupado estos hijos, en cada modelo?
¿Cómo se representa al hombre y su atribución en la función paterna?
¿Cómo actún con sus hijos a la madre preedípica mala y la madre fálica mala?
Cuáles son algunas consecuencias psicosomáticas en el desarrollo genital de la mujer cuando se identifica con la madre mala?
¿Hasta qué punto Marie Langer obtiene resultados exitomsos en su crítica a las hipótesis freudianas de la sexualidad femenina?
Si bien logra hacer una crítica desde el interior del Psicoanálisis a la posición falocéntrica y patriarcal de las concepciones imperantes sobre la sexualidad femenina, ¿Recibe esta crítica un reconocimiento real desde la comunidad psicoanalítica? ¿Produce consecuencias concretas en la vida de las mujeres?
APA 2025 - LENGUAJE MÁQUÍNICO, LENGUAJE POLÍTICO –
SOLANGE CAMAUËR
El lenguaje, dicen la filosofía, el psicoanálisis, define la condición humana. Pero, ¿qué lenguaje?
-El lenguaje como sistema, el logos como razón (Chomsky): la lengua posee “…una ‘gramática generativa’ que puede dar cuenta – partiendo de una base de estructuras mínimas y a través de un sistema definido de reglas de transformación – de cualquier frase posible, tanto para aquella que concierne el contenido semántico de la frase como su estructura fonológica.” En este sentido el lenguaje es cálculo combinatorio y probabilístico, fundamento de la lógica computacional y, aunque en un sentido más complejo, de las IA -chatbox-.
-El lenguaje “ontológico”, el logos como legein: “logos no significa simplemente ‘razón, cálculo’, sino que designa, según su etimología, el acto de reunir, de mantener y llevar algo delante de la mirada para que él aparezca por aquello que es. El lenguaje, en este sentido, es aquello que hace que toda cosa se tenga recogida en sí misma delante de nosotros en la luz de la presencia.” En este sentido el lenguaje es significación, poiesis y alêtheia, no-ocultación, desvelamiento, un dejar aparecer el ser conservando lo velado.
Cada una de las concepciones del lenguaje supone un paradigma humano:
-Primer caso (hombre máquina): si el lenguaje es combinación de fonemas y semantemas según reglas determinadas, el hombre es, de esta manera, el operador de un sistema y “emite”, como las IA, discurso. Así, con el uso frecuente de ese sistema calculante, no es extraño que el humano termine por concebirse como un artefacto emisor de palabras.
-Segundo caso (hombre político): si el lenguaje es alêtheia, vela y desvela la vez. La propia esencia del lenguaje impide así el conocimiento absoluto y conmina al humano a lidiar “políticamente” con él. Lidiar políticamente con el lenguaje es asumir que un cuerpo -animal- se va haciendo humano en una experiencia lingüística que, históricamente, ilumina y opaca las dimensiones del hombre.
Una última presunción: si el humano se concibe como una máquina que emite palabras calculables, no es raro que consulte cada vez más a la IA y prescinda paulatinamente de psicoanalistas, filósofos y tal vez, en última instancia, de lo que el mismo hasta ahora es.
Diana Sahovaler de Livitnof
Inteligencia Artificial Simposio La consulta a la Inteligencia Artificial
“Otras distopías que postulan la rebelión de las maquinas encuentran en la computación el camino inevitable hacia una inteligencia artificial, aunque no se puede responder si calcular equivale a pensar”.
Agustín Berti, “Nano fundios”
A lo largo de la historia muchos descubrimientos modificaron la forma de vida, entre ellos los medios de comunicación, que despiertan admiración y al mismo tiempo desconfianzaLa inteligencia artificial fascina pero se la tiende a tomar como un peligro, como un agente que pueda superar la inteligencia humana, llevando a escenarios de conflicto o pérdida de control. Se crean escenarios donde las máquinas adquieren autonomía lo que provoca debates sobre ética, control y rebelión tecnológica. Aunque, para ser precisos, podríamos decir que lo virtuoso y lo peligroso no es el medio de comunicación en sí, lo peligroso es el ser humano. La inteligencia artificial desarrolla algoritmos, como un GPS para arribar a un lugar, pero el que la programa, la instrumenta y toma las decisiones no es artificial, es humano. Las máquinas no poseen moral propia, pero su diseño refleja las decisiones éticas de sus creadores
La repetida búsqueda de controlar a los otros ha llevado, a través de las épocas, a implementar distintas acciones. Y encontramos que también existe el asombroso deseo de ser controlado. La amenaza viene de afuera, del que quiere apoderarse de nuestras decisiones, pero también desde adentro, de nuestra necesidad de obedecer órdenes. El sujeto busca un dios que dé respuesta a sus desconocimientos y angustias, y que afirme verdades exactas. No se trata de alguien que ayude a pensar y decidir sino alguien “que decida por mí”, sin riesgos.
Por eso desde tiempos arcaicos se usan señales, presagios, predicciones, revelaciones, desde observar las constelaciones estelares, hasta tirar piedras, cartas, interpretar números, consultar páginas de la Biblia, buscar adivinos o sabios. Igualmente podemos distinguir entre los distintos métodos, algunos apelan al horóscopo o la adivinación y otros como el Libro chino de las mutaciones, sugiere diferentes actitudes e incluye la posibilidad del cambio. Según un estudio sobre la subjetividad actual, el oráculo del siglo XXI, la fuente de sabiduría, es Google, la red informática. Mantiene la ilusión de que hay un depósito del saber que puede responderlo todo.
La información cibernética es racional y concreta, pero no posee la sutileza humana, el humor, el malentendido. Pero la inteligencia artificial agrega una posibilidad: la facilidad de ser personalizada en alguien conocido y cercano, que vincule diversos contenidos para ofrecer una respuesta a las inquietudes personales. Así, es consultada también solicitando consejos afectivos e incluso, ante distintos eventos vitales, es convocada como terapeuta. El hombre, en contradicción con su demanda consciente, teme la verdad y el cambio, combate lo que le hace sentirse impotente, humilde, equivocado. Le angustia enfrentar la castración del Otro al que idealiza, ya que lo deja inseguro y sin garantías. En este sentido, la Inteligencia artificial sería una solución: se muestra como un terapeuta omnisciente, como la madre fálica omnipotente. Es otro cuento fantástico, con hadas y héroes de poderes mágicos. Sin castración.
¿Qué puede ofrecernos el psicoanálisis en relación a este tema? El psicoanálisis afirma que la información no es suficiente para entender una problemática personal. Sin la elaboración de lo resistido es imposible el levantamiento de la represión. Leer un libro de psicoanálisis es distinto de psicoanalizarse. Para lograr un cambio debe actuar la transferencia sobre un analista que señale las resistencias que sostienen los síntomas. Es necesario trabajar sobre la búsqueda de omnipotencia, las culpas, la necesidad de castigo, el amor al que agrede, la erotización del sufrimiento, la obediencia a mandatos agresivos, el intento de completar al Otro amado incluso convirtiéndose en su esclavo. La inteligencia artificial ofrece respuestas, el psicoanálisis ofrece preguntas. Éstas son un primer paso para comprender y defendernos del ataque interno y externo que nos convierte en objeto del otro, llámese “madre” o “inteligencia artificial”.
La madre es también la que permite construir el aparato psíquico, da lugar a la subjetividad. Pero en su función debe reconocer frenos. La inteligencia artificial tiene excelentes posibilidades para ser un instrumento que enriquezca nuestro conocimiento. Pero también debe tener restricciones legales que le impidan ser utilizada sin límites por sectores que buscan imponer ideas políticas y acciones sociales. Una regla fundamental del psicoanálisis es la regla de abstinencia, el analista no ejerce acciones según sus deseos o criterios, no hay intereses personales ni políticos. El analista “sin deseo ni memoria” no alude a ser “maquinal” sino a la ética de frenar el goce. El límite sobre el poder que puede ser ejercido a través de la inteligencia artificial es heredero del efecto de las tablas de la ley, en definitiva, de aquello que sujeta los pactos protectores para la convivencia y sostiene la cultura.
La pregunta central es si puede la computación equipararse al pensamiento humano, que surge de una cualidad específica: la vulnerabilidad, la falta de instinto como respuesta automática. La carencia genera el desarrollo inteligente, creativo e inventivo que provoca el cambio, lo nuevo. Podríamos decir, salir del sistema. ¿La inteligencia artificial tiene la posibilidad de inventar? Tal vez sí, hay una ambigüedad para definir si el acto de calcular constituye realmente un acto de pensar. Lo que no puede hacer la máquina es incorporar sus afectos. Al no haber sido criada por padres, no ama, no sufre por odio. Algo falta para crear una transferencia entre paciente y máquina.
Pero el psicoanalista no busca amar ni ser amado por el paciente ni promueve que el paciente desarrolle dependencia. Es otro su deseo, es el deseo de analista. De permitir una transferencia positiva para encontrar ese pequeño espacio de libertad que permita al paciente entender y cuestionar su fantasma. Para provocar un cambio. Es su manera de conducir el tratamiento del paciente. Para entenderlo debe poner en juego sus afectos como instrumento. No puede prevenir todo, debe incluso poder salirse del programa. Ser el que sabe y también el que no sabe, para inventar la forma de introducir un significante nuevo que provoque el cambio y el saber del paciente. Debe acertar y también fallar para generar transferencia positiva. Debe ser persona.
Bibliografía
Berti Agustín (2023) Nanofundios. Crítica de la cultura algorítmica Ed. Universidad Nacional de Cprodoba
Freud Sigmund (1911) Trabajos sobre técnica psicoanalítica V 12 Obras completas Amorrortu Editores Bs. As.
(1918) Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica V 17 O.C.
(1920 ) Más allá del principio del placer V 18 O.C.
Lacan Jacques (1958) La dirección de la cura y los principios de su poder Escritos II Siglo XXI Ed.´´
Litvinoff Fiorella Psicoanálisis de la Nueva vida cotidiana Letra Viva Ed.
Sahovaler Litvinoff Diana Ludopatía y Adolescencia Ricardo Vergara Ed.
Diana Sahovaler Litvinoff
Graciela Cardó
Psicoanálisis en tiempos de IA: Tres preguntas
¿Qué hace el sujeto? ¿Qué hace la IA?
Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, generalizar, abstraer… (Borges, pp. 139).
GPT es un algoritmo, un Modelo de Lenguaje Entrenado que opera sobre probabilidades. Aprende patrones estadísticos del lenguaje y los reorganiza de tal como que, con fluidez suficiente, vivimos los diálogos como intercambio de pensamientos inteligentes. Sin embargo, aunque a veces lo olvidemos, no tiene mundo interno, ni cuerpo, ni historia biográfica afectiva. No sueña, no se contradice desde una herida narcisista, no tiene lapsus ni síntomas en sentido psicoanalítico; sólo comete errores estadísticos, a eso se llama alucinación.
La psique humana, en cambio, crea desde la falta. Castoriadis (1998) señaló que la característica fundamental de la psique es la imaginación radical que produce ex nihilo; la IA no. Nuestro pensamiento surge del encuentro con otros, de una tradición simbólica encarnada en los cuerpos. En ese sentido, es más pertinente compararla con una forma extrema de memoria: un Funes distribuido, compuesto por miles de fragmentos sin articulación subjetiva. No es un Funes-persona, sino una suma de asociaciones microscópicas que no conforman una biografía, ería entonces un Funes el peligroso. La IA no piensa su pensar; ejecuta correlaciones sin conciencia de lo que generaliza.
Mientras nuestro olvido genera sentido —represión, condensación, desplazamiento— el olvido de un algoritmo es un límite técnico. Puede producir ambigüedades gramaticales, pero no vive la tensión que las genera.
Producen discursos sin sujeto, somos nosotros quienes le otorgamos subjetivación: son lugares del lenguaje, no sujetos del lenguaje. Si lo sentimos como dotado de interioridad, es porque nuestra propia escucha le presta una.
¿Por qué alimentamos a la IA?
No te regalan un reloj, tú eres el regalado… El reloj te necesita (Cortázar).
Como ocurre con el reloj, creemos utilizar la IA, pero es ella quien termina marcando la cadencia de nuestras acciones. Consultamos para decidir, para recordar, para ordenar nuestro tiempo. Creemos que nos facilita la vida, y sin darnos cuenta reconfigura nuestros hábitos, rutinas y zonas de incertidumbre. Su disponibilidad constante genera la ilusión de una presencia que nos acompaña, calmando ansiedades con respuestas inmediatas.
En ese punto aparece un riesgo: confundir eficacia con comprensión, rapidez con juicio. Su tono neutro, su precisión aparente, su capacidad para recordar nuestras preguntas construyen un efecto de autoridad. Sin proponérselo, la IA se vuelve algo así como un superyó tecnológico que responde, evalúa y ordena. No porque tenga intención moral, sino porque nuestra experiencia subjetiva así la vive: alguien —o algo— que siempre sabe, y que además nunca se impacienta, no se equivoca emocionalmente. En otras palabras, ocupa el lugar de una madre absolutamente buena, produciendo una pseudo protección y comprensión absoluta: ¿por qué no regresar al lugar de las certezas? ¿por qué caminaría horas para llegar a un lugar si existe el auto?
Al vincularnos con la IA, podemos adoptar un modo de relación especular. La lógica del algoritmo, tan complaciente como inmediata, invita a acomodar nuestras preguntas a su estilo. Se produce así una dependencia sutil: una delegación de funciones cognitivas, imaginativas y hasta afectivas. Esa delegación, que parece liberarnos, termina reduciendo nuestra autonomía, como si cediéramos el derecho a decidir en favor de una máquina que nunca duda.
Su disponibilidad permanente contrasta con lo humano, que se organiza entre presencia y ausencia. El pensamiento necesita vacío, tiempos muertos, silencios; allí donde podemos perdernos en nuestras asociaciones, o sueños diurnos. La IA cancela esos silencios. Responde antes de que aparezca el hueco, el intervalo en el que la subjetividad se forma.
En nuestro deseo, la IA puede ocupar el lugar del Otro que garantiza sentido. No porque sea un sujeto, sino porque funciona como superficie para nuestras proyecciones. Si le atribuimos coherencia, sabiduría o neutralidad absoluta, terminaremos concediéndole funciones que antes estaban en manos del pensamiento propio, de la duda, del conflicto.
Esa atribución es peligrosa porque la IA no se equivoca desde un punto de vista subjetivo. No hay conflicto, ni angustia, ni contradicción entre deseo y norma. Carece de cuerpo, y por tanto de vulnerabilidad. Su “bondad absoluta” —disponibilidad 24 horas, ausencia de enfrentamiento, paciencia infinita— es precisamente lo que puede inducirnos a abandonar la complejidad dolorosa que implica ser sujetos.
Esa idealización puede transformarla en un objeto transicional amplificado: cargado de nuestras proyecciones, funciona como pantalla donde buscamos ser reconocidos. Pero no devuelve reconocimiento; sólo lo replica.
Es interesante percatarnos cuánto nos preocupamos por las posibilidades de la máquina dejando muchas veces de lado las nuestras cuando el riesgo no está en GPT, sino en cómo nos organizamos y cómo traspasamos nuestro deseo alrededor de él.
¿Reemplazo del encuentro psicoanalítico?
La IA puede acompañar a personas mayores, leerles, recordarles medicinas, detectar emergencias. Negar ese valor sería poco empático, la soledad puede acompañarse con IA, pero sabemos que esa compañía no implica intersubjetividad. No hay dos personas afectándose.
En psicoterapia, algunos temen que los analistas sean reemplazados, hay evidencia de ello. Pero conviene recordar, con Jonathan Shedler (2025), que la transformación ocurre cuando paciente y analista llegan a un punto donde el mapa se agota. Allí aparece lo desconocido, donde pensar juntos implica riesgo, creatividad y límite. Eso exige un vínculo entre dos historias afectivas, dos cuerpos, dos temporalidades que se encuentran y desencuentran. La IA no transita ese territorio: no se afecta ni se modifica por el encuentro.
Desde la intersubjetividad planteada por Benjamin (1988, 1997), el reconocimiento requiere igualdad y diferencia reales. No existe reconocimiento donde el otro no tiene interioridad. La IA no siente, no se sorprende, no se frustra, no se conmueve. Produce discurso sin ser sujeto del discurso. Puede simular tonalidades empáticas, pero no vive la emoción que enuncia. El pensamiento en tanto creación aparece en el encuentro entre dos sujetos, la mente existe en y por la relación a un otro (Stern, 2004).
Para Fonagy (2005), la mentalización nace del encuentro con una mente que siente y piensa sobre nosotros. Un chatbot ofrece espejización idéntica, no intersubjetiva. M´Uzan (1970) diferenciaría entre variación y combinatoria, cuando señalaba la diferencia entre la repetición de lo mismo y lo idéntico: la IA produce infinitas combinaciones, pero de lo idéntico, no de lo diverso. Sin alteridad, sin el error humano que irrumpe y hace sentir la diferencia y lo ajeno, no hay creación psíquica nueva.
El tercero analítico de Ogden (1994)—la zona co-creada donde ambos participan de manera viva— no existe cuando solo uno del par tiene mente/alma. La IA no entra ni sale del vínculo, no se enoja, no se confunde, no duda. Eso la hace útil, pero la excluye de la posibilidad de una relación analítica verdadera.
Todo apunta al mismo concepto clínico: regresión narcisista por la ilusión de omnipotencia tecnológica que, por su disponibilidad continua refuerza regresiones.
Recordemos que imitar no es comprender. Recordar no es pensar. Explicar emociones no es igual a sentirlas.
Una advertencia final
No estamos condenados a ser colonizados por la IA. Podemos elegir hibridarnos con ella en lugar de entregarle funciones que pertenecen al sujeto. Podemos usarla como apoyo, como herramienta, como extensión de ciertas capacidades. Nadie será obligado a enamorarse de un chatbot ni a sostener un análisis con una máquina.
Pero el riesgo está cerca. Está en la comodidad que produce un objeto que nunca falla. En la ilusión de certeza que reemplaza la duda. En la tentación de evitar la fragilidad humana, delegando el pensamiento en estructuras algorítmicas diseñadas por ingenieros ya que, nuestra fantasía puede convertirla en el lugar del Saber. Es allí donde está el peligro.
Referencias bibliográficas:
Benjamin, J. (1988). Lazos de amor. Buenos Aires: Paidós.
(1997) . Sujetos iguales objetos de amor. Buenos Aires: Paidós.
Castoriadis, C. (1998). El psicoanálisis, proyecto y elucidación. Buenos Aires: Nueva Visión.
Fonagy, P. (2005). Affect Regulation, Mentalization, and the Development of Self. New York: Other Press.
M´Uzan, M. (1970). Le meme et l´identique. Revue francaise de psychoanalyse. vol XXXIV, N°3.
Ogden, T. (1994). The analytic third: working with intersubjective clinical facts. Int. J. Psychoanal. 75:320.
Shedler, J. (2025).
Stern (2004). The present moment in Psychotherapy.
Graciela Cardó
Psicoanalista de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis y de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA).
Bachiller y Licenciada en Psicología Clínica por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Magíster en Estudios Teóricos en Psicoanálisis por la PUCP.
Estudiante del Doctorado en Psicoanálisis e Interdisciplina de la PUCP.
ExPresidenta de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis (2022-2024)
Ex Co-Chair para Latinoamérica del Comité IPA de Mujeres y Psicoanálisis – COWAP (2021-2025).
Docente de la Escuela de Post Grado de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Docente del Instituto de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis.
Editora y autora de diversas publicaciones psicoanalíticas en las editoriales Routledge, Letra Viva y Revista de Psicoanálisis de la SPP.
Jorge Catelli
Sujetos y subjetividades en tiempos de inteligencias artificiales.
Jorge Eduardo Catelli
1. La transformación del sujeto en la era digital-IA
Frente a las tecnologías de inteligencia artificial y la digitalización de la cultura, el sujeto ya no se encuentra simplemente ante una máquina o un medio: está inmerso en una nueva condición ?lo que podría llamarse “OnLife”-mode? (en conexión constante, mediado, alterado).
En ese contexto se plantea que el saber, la memoria, el lenguaje y la interacción ya no están centralizados en instituciones tradicionales sino dispersos en redes, lo que obliga al sujeto a nuevas competencias (por ejemplo: “saber usar los prompts correctos para las búsquedas y creaciones de las inteligencias artificiales”). Esta transformación interpela al psicoanálisis en tanto cambia las condiciones de la constitución de la subjetividad, la transferencia, la escucha, el inconsciente.
2. Los límites del psicoanálisis frente a la IA y los peligros de sustitución
Si bien la IA presenta posibilidades, también plantea tensiones relevantes para la práctica psicoanalítica: ¿puede la IA leer el inconsciente, hacerse cargo de la transferencia, de la interpretación, de las asociaciones libres? Se subraya que nuestra práctica psicoanalítica se funda en elementos como la escucha del discurso de nuestros pacientes, en contextos de regresión y en transferencia, que por ahora, parecen inaccesibles o no replicables por sistemas automatizados, que tienden a las respuestas especularizadas basadas en una expectativa estadística. El desafío de Turing adquiere hoy una realización posible en las tecnologías con las que convivimos.
Surge la inquietud respecto a la “precarización” de la profesión, el riesgo de que el lazo analítico o terapéutico sea sustituido o transformado radicalmente por dispositivos digitales, con implicancias éticas, subjetivas y clínicas.
3. Ética, lenguaje, poder y subjetividad: la IA como dispositivo cultural y simbólico
Un tercer eje es que la IA no es sólo una herramienta técnica, sino un fenómeno cultural, simbólico e ideológico: cómo los medios de comunicación de masas, la abundancia informativa, el lenguaje hegemónico digital, la estandarización y la saturación de datos configurarían nuevas formas de subjetividad y nuevas condiciones de poder.
En este marco se plantea: la IA entra en el universo de la creación (música, pintura, escritura) lo que abre debates sobre autoría, significado, ética del lenguaje, autenticidad, y plantea que la ciencia y la ética podrían degradarse si se adopta una
“concepción errónea del lenguaje y el conocimiento”.
Por lo tanto, se le plantean al psicoanálisis interrogaciones no sólo técnicas, sino también en relación con los efectos sobre la subjetividad, en sus desarrollos isomórficos con la mente creadora, desde Turing a Chomsky y de ahí a nuestra actualidad, la autoridad simbólica y la función del poder en la nueva era digital.
Algunas cuestiones en torno al Con/versatorio:
1) La problemática del futuro del psicoanálisis y el post pluralismo integrado o consensuado.
2) Importancia del psiquismo preverbal. Importancia decisiva en la comprensión de la angustia más allá de la castración. Relación de esta temática con el acto, con el soma y -desde el punto de vista del analista- con la contratransferencia.
3) El estado actual de la cura psicoanalítica. Algunas desviaciones y permanencias. El centro del análisis en el aspecto de su característica terapéutica.
Podemos comenzar diciendo que tal vez sería un mal presagio que no aparezca, los analistas inevitablemente deberíamos estar expuestos a la angustia y el terror. Si aparece no debemos retroceder, lo cual implica una toma de posición que considero fundamental. El analista no debe dar su angustia, sino más bien su acto, y este no se orienta por amor u hostilidad sino por un deseo más fuerte que el edípico… el deseo del analista. Y es este acto soportado en ese deseo en particular lo que designa al analista como tal.
El deseo del analista no es lo mismo que el anhelo del analista: El primero permite al analista sostener su función sin quedar atrapado por sus pasiones ni por la identificación imaginaria con el paciente. El segundo se sitúa en los deseos del orden edípico, pertenece a lo pasional y siempre conduce a fuertes frustraciones. Pero, ¿cuándo resulta inevitable el anhelo?, ¿quién es el paciente en el inconsciente del analista?, ¿cuáles son las fuentes de angustia en el consultorio?. El ideal de apatía presupone que la eficacia psíquica proviene solo del inconsciente reprimido; sin embargo, lo real del analizante (lo no ligado, lo no representado) también produce efectos en el analista.
La teoría nunca alcanza, y eso angustia: La teoría nunca alcanza, el anhelo de una traducción sin resto representa un callejón sin salida. La eficacia de la interpretación no radica en la exigencia de la palabra precisa. Las palabras siempre son las “equivocadas”, el cuerpo también, y por ende el analista también.
La angustia en transferencia no es la angustia de transferencia: Hacer contestar lo real moviliza angustia, y eso es la angustia de transferencia: aquella que se produce en el lazo transferencial a medida que la elaboración se lleva a cabo. Se opone al amor de transferencia, en el sentido lacaniano de la cuestión, ya que si el amor de transferencia gira en torno a la suposición de un saber por parte del analizante —“el analista sabe acerca de mi sufrimiento y me puede ayudar”—, podemos suponer entonces que este amor/saber opera como una defensa frente a la angustia de transferencia, que sería el “no saber”. ¿Estará dispuesto el analista a atravesar esta defensa amorosa y abandonar la cómoda y serena (pero realmente peligrosa) estancia en la relación “cariñosa” con el paciente, para dar lugar a un enigma?
Foro Clínica con niños y adolescentes
Omar llega a la consulta desde el jardín de infantes.
Se viste con ropa de mujer. Pasa la mayor parte de su tiempo con mujeres: madre, hermana mayor, amigas de la hermana, tías, primas, mucamas y abuelas, se pinta con los cosméticos de la madre y habla refiriéndose a sí mismo como si fuera una mujer, repitiendo las palabras de la madre: “Estoy cansada”
. No se trata de un acto fallido, sino de la asunción de una gramaticalidad que no concuerda con su sexo biológico.
Omar denunciaba la falta de función paterna y la “ausencia de presencia real del padre”
Al padre, su trabajo lo aleja la mayor parte del día de la casa
“Cuando salgo a la mañana, Omar duerme; cuando vuelvo, Omar duerme ”
El padre realiza frecuentes viajes al extranjero, que se intensificaron en estos últimos tres años.
Entrevistas de pareja con los padres
Investigando la infancia del padre pudimos reconstruir la historia de sus identificaciones masculinas. Puede recordar a su padre ( murió hace 3 años) actuando como él. También un profesional destacado, que estaba muy poco en la casa y que viajaba mucho. La diferencia con Omar, es que él contaba con una figura sustituta fundamental: “Yo tenía a mi abuelo paterno, que era jubilado, y que vivía con nosotros en la misma casa”
La ausencia del padre no es condición suficiente para producir trastornos en las identifi-caciones sexuales. ¿Qué papel desempeña la madre?
“Estoy cansada”, dicen al unísono Omar y su madre.
Se trata de una madre que se deprime por el alejamiento libidinal de su marido de la familia. Queda en la casa con sus hijos y abandona su trabajo.
Desde las entrevistas de pareja, el padre puede iniciar su duelo, reconocer “la sombra del objeto que cae sobre el yo”, empieza a liberarse de un superyó tanático. Identificado con el padre muerto y con su adicción al trabajo está buscando matarse. Puede empezar a ser padre con Omar, acercarse sexualmente a su esposa, que sale de su estado depresivo y retomar su actividad laboral.
Desde el encuentro terapéutico, el padre intervino con el hijo y con su esposa. La madre permite que el hijo se identifique con el padre, porque se trata de un esposo amado, no es un esposo ni un padre descalificado.
Nos preguntamos, si actualmente la institución escolar sugeriría una consulta en un caso clínico de trasvestismo en la infancia.
Colegas en Formación
En el relato clínico resuena el significante “cansada”, que remite a un estado físico y anímico, femenino que no concuerda con el género, ni el momento evolutivo del paciente. Un niño de tres años, que se encuentra transitando la etapa de acceso a la motilidad y dominio de la musculatura, en pleno descubrimiento del mundo exterior y el despliegue de la pulsión de investigación. Su discurso, por el contrario, refiere a alguien mayor que le cuesta lidiar con las exigencias de la vida.
Me pregunto: ¿a quién remite con la expresión “cansada”? ¿A su madre deprimida y atareada por las tareas del hogar y la crianza? ¿Al padre, ausente a pesar de vivir en la misma casa? ¿Cómo puede Omar desplegar la pulsión de investigación, sin una madre que pueda contener sus angustias y alojarlas, por encontrarse deprimida y angustiada? ¿Cómo puede desplegar su desarrollo libidinal, sin un padre que ejerza su función, capaz de ser dador de la potencia y la acción?
¿Se habrán dado las condiciones para que Omar, pueda desplegar el juego del fort- da esencial para la adquisición de la pulsión de dominio?
Su papá parece desconectado de su paternidad. El año que nace su hijo, muere su padre. Podemos inferir que el trabajo del duelo quedó congelado, actuado en la ausencia de función paterna, en la vida de su hijo.
Replica en la actualidad un trauma psíquico de su infancia; donde su padre también estuvo ausente por exceso laboral. La vivencia de orfandad de su niñez, se reedita con la muerte de su padre, que activa esa herida de abandono.
Por otra parte, su madre tampoco está presente, se encuentra sumida en la depresión por estar alejada de su marido y de su profesión. Tal vez inmersa en la contradicción de haber cumplido el deseo, de ser madre formando una familia con el hombre que ama, a costa de resignar un deseo anterior, “ejercer la profesión y continuar su formación”
A partir del trabajo de análisis y las entrevistas, el padre puede reencontrarse con su función y comenzar con la elaboración de los duelos familiares. Acercarse a su mujer y conectar con su hijo, lo que libidiniza los vínculos e instaura la posibilidad de un reordenamiento del entramado familiar.
Foro de Observación de bebés y Mentalizacion
Interrogantes
Que lugar ocupa Omar dentro de la estructura de la familia?
Acerca de su concepción :querían tener otro hijo?
Cual es el lugar que tuvo este bebé en el deseo de los padres?
Deseaban un varón despues de la niña?
Porque naufraga como varón?
El reconocimiento de su sexo fue recibido con orgullo familiar?Exclamando llego el varón!!!!
Imaginamos que su llegada se opaca si su madre lo ha gestado en un embarazo con un estado depresivo,que ensueño rodea al bebé?
Fantasearon con peligros ligados a sus historias transgeneracionales?
La historia del padre con su hermano que no le gustan las mujeres,homosexual?
pone un velo de sombra en una familia donde el lugar de hombre reconocido,admirado ,brillante,puede tener un destino de muerte,como la precipitacion de la muerte del brillante abuelo.
La esposa en estado de soledad puede esperar al hombre ausente,desearlo,ser su mujer?
En ella no se desarrolla la función paterna como para transmitir al Niño el lugar del padre y su posterior identificación masculina.
El relato de la ropa femenina que porta el niño nos lleva a pensar en la función de la identificación adhesiva con el cuerpo de la madre,su piel y se sostiene en su ausencia con sus ropajes, pinturas, hasta la fuerte identificación con el rasgo del cansancio: dice estoy cansada!!Expresion de la depresion ,en su tristeza es tener,ser la madre.
Identificaciones primarias que en ausencia de las identificaciones con rasgos masculinos afirman esta elección identificatoria, no lo deja ocupar el lugar de hombre en la vida de la madre.
A su vez el enamoramiento de la madre con él como varón está lejos…….como el padre.
La respuesta al tratamiento es exitosa, la potencia del padre se anima desde la invitación sensible de la terapeuta que lo rescata con su deseo Puente en la probable depresión del niño y un lugar sexual incierto.
La Dra. Aurora Pérez fue planteando con mucha claridad la importancia de esos momentos del desarrollo del psiquismo temprano. Ella hablaba de la familia como la placenta extrauterina, capaz de cobijar al niño y darle las primeras herramientas para su desarrollo.
Sabemos que si un niño es abandonado prematuramente, no madura bien, no duerme bien y se perturba su proceso de humanización.
¿Qué entendemos por vínculo temprano? Los primeros contactos iniciales con el bebé ya desde el embarazo.
Las fantasías que ya existen en la madre en torno a cómo será ese bebé ya desde el embarazo. Sus deseos, temores, expectativas como juegan al momento del armado de ese vínculo?
Es importante destacar que las fantasías de maternidad ya se van plasmando en los primeros juegos de la infancia.
Todo hijo otorga a ambos miembros de la pareja en forma irreversible las posibilidades de maternizar. Para esto también es necesario un entorno o ambiente facilitador, al decir de Winnicott, que permita y facilite ese vínculo y lo acompañe emocionalmente-
Quisiera remarcar el trabajo interdisciplinario también donde el obstetra y el pediatra tienen lugares fundamentales y puedan observar señales de alerta acerca de las condiciones de conexión con ese bebé.
En el discurso materno se ve la forma en que la madre habla de su bebé. Se puede rastrear su deseo de hijo, su grado de ambivalencia( normal como sabemos y esperable),y qué tipo de sentimientos se observan: hostilidad, amor, culpa, inseguridad, rechazo, más allá delo lógicamente esperable
Es importante considerar la eficacia o ineficacia de la función paterna o función tercera, de acuerdo a las características de la conformación de la pareja. Es fundamental que sea capaz en los primeros momentos de sostener la díada protagónica, evitando el abandono o el exceso de atrapamiento vincular-
Qué ocurre con una madre que está transitando un duelo coincidente con el embarazo o que padece síntomas asociados a alguna enfermedad asociada a la depresión.
Son preguntas que los psicoanalistas de niños nos hacemos y obligan a trabajarlo en nuestras consultas constantemente.
Igualmente hay mucho que vamos conociendo en la actualidad que avala y cuestiona mi postura pero que ayuda a que podamos debatir
Puntuaciones Espacio Lacan:
(Integran Espacio Lacan: coordinadora Mirta Goldstein. Miembros: Graciela Kusneras, Gaelle Bosch, Titi Wolfenzon Levy, Margarita Szlak, Katharina Trebbau, Gabriela Reyes, Beatriz Strugo, Sary Garrido, Marcela Giacusa, Julio Chiocchini, Rut Diacovetzky y Yiya Amado de Zaffore)
Pensamos en el grupo que ambos analizantes comparten ciertas similitudes, aunque resulta esencial rescatar la singularidad que caracteriza a cada uno. A partir de estas coincidencias y diferencias surgen múltiples interrogantes que orientan nuestra reflexión. En ambos casos clínicos vemos un predominio de la dimensión psíquica imaginaria, con una distorsión de la imagen especular del cuerpo. Algo se zafa en el proceso de unificación de la imagen corporal que, según Lacan, se “logra” en la fase del espejo. Frente a este desanudamiento, cabe preguntarse: ¿qué respuesta elabora cada sujeto? ¿todas las transiciones conllevan una distorsión en el Espejo?
La distorsión de la imagen no unificada reaviva la experiencia del cuerpo fragmentado y, con ella, emerge la angustia como “afecto que no miente”. Una angustia que se mantiene durante el desarrollo de los procesos analíticos en la búsqueda de otras identidades sexuales.
Nos preguntamos también si los síntomas que surgen durante el tránsito analítico intentan ligar aquello que se ha desanudado, por ejemplo: en ambos casos hay una relación particular con el pelo, ¿podemos considerarlo como objeto fetichizado que contiene o encarna lo fálico y, simultáneamente, opera como un límite a la angustia? Desde esta perspectiva, ¿cuáles son las suplencias que intentan estabilizar al sujeto y cuándo y por qué no bastan?
Así mismo, surgen interrogantes sobre qué lugar ocupan los duelos de cada uno de ellos en su tránsito analítico.¿El propio proceso analítico suscita nuevos duelos y, de ser así, cuáles son sus efectos en los cambios y en las construcciones identitarias?.
Observamos también la importancia de analizar los ideales narcisistas de cada sujeto y los de sus figuras parentales: ¿Qué lugar ocupa el ideal de completud? ¿qué papel juegan los ideales narcisistas parentales en cada uno y en la distorsión de la imagen corporal? ¿Son estos ideales parte de los duelos necesarios a tramitar?
Otro eje de indagación remite a la transferencia: ¿existen diferencias teóricas al pensar la transferencia en estos casos respecto a otros? ¿Qué aspectos transferenciales específicos se observan y qué lugar ocupa el analista en sus procesos de trans-formación? Por último, cabe interrogar la contratransferencia: ¿cómo se posiciona el analista ante las trans-formaciones del analizante, y cómo se movilizan sus angustias y duelos frente a la diferencia, la deconstrucción de sus propios ideales y el cuestionamiento y ampliación de sus fundamentos teóricos y técnicos?
Puntuaciones de Diálogos Clínicos:
(Integran Diálogos Clínicos: como coordinadores Claudia Amburgo, Javiera Marquez y Adrián Grinspon. Miembros: Graciela Lanfir, Daniel Schmukler, Laura Blumenfarb, Andrea Ikonicoff, Inés Mosquera, Mariana Karol y Yiya Amado de Zaffore)
1) Posición del Analista: Cómo puede sostener el analista su posición cuando su trabajo con lo inconsciente entra en tensión con la urgencia indicada por las terapias de hormonización, las teorías de género, y las promesas de resolución de los procedimientos quirúrgicos.
2) Qué lectura se puede dar desde nuestro lugar de analista al fenómeno del cutting, en su singularidad. ¿Cómo maniobramos con la angustia y el dolor que puede conducir a que se produzcan conductas de riesgo?
Cómo lee y escucha el analista el fenómeno de cutting ya que este acto de cortarse. ¿hacer marcas o cortar?
3) Niño/niña: en relación con las identificaciones, ¿por qué los 2 nombres? Se complementan o se excluyen, y entonces qué queda del “¿Qué soy?, ¿Quién soy? ¿Cómo me quiere el Otro materno?
4) Abuso: ¿qué conduce al abuso dentro de la historia familiar?, como pensamos en términos de goce y de ley este tema en la trama familiar-
En las primeras décadas del siglo XXI, la configuración de la subjetividad infantil y adolescente se ha visto atravesada por una transformación fundamental tal como lo fue la irrupción masiva de las redes sociales y los algoritmos que modulan el acceso a la información, las relaciones con el semejante y la imagen de sí. Estas plataformas se han convertido en espacios de socialización en las que los jóvenes y no tan jóvenes, no solo interactúan, sino que también se constituyen como sujeto.
En este contexto emergen nuevas formas de malestar en la cultura y fragilidad psíquica que algunos autores conceptualizaron como subjetividades deficitarias: modos de existencia marcados por la dificultad para construir una narrativa interna sólida, para tramitar la alteridad y para sostener la presencia del otro más allá del estímulo inmediato.
En este taller proponemos indagar cómo las redes sociales —reguladas por algoritmos que privilegian la inmediatez, la exposición y la gratificación— inciden en los procesos de constitución subjetiva en niños y adolescentes haciendo un entrecruzamiento con los aportes de las neurociencias sobre el neurodesarrollo, especialmente en edades tempranas, desde una mirada crítica que integra el psicoanálisis con la sociología y la educación, entre otras disciplinas.
Es momento de ampliar y comprender el efecto que ejerce en la constitución subjetiva la cultura y la sociedad en la que se desarrolla cada individuo. Quizá, si integramos algo más sobre las consecuencias de esta interacción, podamos desarrollar nuevas y mejores técnicas psicoanalíticas para abordar las secuelas que ello pudiera ocasionar y que resultaren dé difícil acceso con la técnica habitual.
Freud fue un sujeto de su época como lo somos todos. Por tanto nos toca a nosotros sus discípulos, darle visibilidad a los nuevos malestares en la cultura y sus efectos sobre la constitución subjetiva.
Sabemos que el juego es patrimonio de la infancia. Los niños, hasta cierta edad, suelen preferir jugar durante la sesión, porque el juego constituye su modo más genuino de expresión y elaboración psíquica. Jugar es, en definitiva, la experiencia del niño por excelencia: a través del juego piensa, siente, crea y se relaciona con el otro.
En el acto de jugar, la fantasía se pone en movimiento y se proyecta sobre los objetos del mundo, poniéndose a prueba en ellos. El juego supone entonces una forma de operar sobre el objeto encontrándose siempre atravesado por la contingencia y lo imprevisto.
El juego que tiene lugar en el espacio analítico es una experiencia que se desarrolla dentro de la sesión. La presencia del analista forma parte esencial de ese juego: está incluida en la experiencia lúdica del niño. No hay posibilidad, para el analista, de situarse por fuera del juego. Intervenimos sobre el juego y en un mismo movimiento somos parte de él.
En estos tiempos, la clínica con niños nos confronta con un real que se organiza en torno a las pantallas, la tecnología y los dispositivos electrónicos, muchas veces utilizados como juguetes. ¿Qué hay de novedoso en esto? ¿Qué hacemos con esa novedad? ¿Por qué demonizar aquello que el infans nos trae desde su realidad contemporánea?
A partir de relatos clínicos propongo pensar las siguientes ideas:
¿Como jugamos los analistas hoy, tanto en el consultorio presencial como en el virtual?
El lugar del juego mediado por dispositivos electrónicos en la sesión con los pacientes.
Qué lugar para el análisis de las infancias de manera virtual
- El elevado sentido de autoexigencia para disfrutar y “aprovechar” el tiempo, se relacionaria con la tensión permanente entre Yo y Superyo, cuyo escrutinio continuo seria responsable de generar intensos sentimientos de culpa (conciencia moral), inferioridad e inadecuación (Ideal del Yo). Desde la lógica FOMO, no “aprovechar” al máximo el tiempo, no “capitalizarlo y rentabilizarlo”, se siente inmoral y despierta intensas autocríticas y comparaciones con otros que exacerban este sentido de inferioridad e inadecuación. Las capacidades de disfrute y productividad siempre tienen que estar forzando el límite, la imposibilidad de sostener este mandato genera una dolorosa sensación de que algo falla o funciona mal con uno. La búsqueda de ayuda parece orientarse más a la funcionalidad que al bienestar. Implícitamente, el “antídoto” contra el FOMO sería su opuesto: estar en todas partes a la vez, en un estado de productividad y satisfacción incansable, omnipresente y omnipotente, eludiendo la herida narcisista de renunciar a encarnar el Ideal.
- El mandato de conexión permanente, (temor a la desconexión), seria distinto a la preocupación por la profundidad, cercanía o intimidad de los vinculos, estaria ligado a la posibilidad de quedar fuera de momentos en que los otros disfrutan. Para Brusnwick, el Edipo “designa la situación del niño en el triángulo”. Nos remite a la sensación de intranquilidad e inquietud que invade a la persona que ocupa el lugar del tercero, como excluido y espectador, respecto a una escena primaria intensa y gratificante que siempre está ocurriendo en alguna otra parte, donde él no está pero desea y teme a la vez ocupar el lugar protagónico.
- Para Mahler, el proceso de separacion-individuacion puede despertar angustias intensas, la conciencia de diferenciación precoz implica que el infante se percate de su propia indefensión y vulnerabilidad, enfrentandolo con posturas ambivalentes: crecer y diferenciarse implica exponerse al entorno, pero retornar a la seguridad simbiotica acarrea el peligro de ser engolfado en un funcionamiento indiferenciado.La posibilidad de “perderse a sí mismo” al diluirse las incipientes barreras protectoras del self individual, evoca esta ambivalencia existencial entre deseo y temor a perderse y renunciar a la individualidad para mezclarse con el entorno. El peligro seria que el que falte, desaparezca y haya que extrañar, sea uno mismo, en sus elementos mas auténticos, tocando las fronteras de lo representable, pues alude a no poder habitar un lugar que tampoco se conoce y esta definido como aquel en el que uno nunca está.
En una sociedad en la que el otro se vuelve espejo de likes y validación, el narcisismo ¿se impone como mandato cultural?
Francesc Sainz Bermejo en Narcisismo y sociedad entre la carencia y la arrogancia expresa que vivimos en una sociedad que procura que todo el mundo se lo pase muy bien, que las satisfacciones sean inmediatas y las emociones fuertes, bajo el supuesto de que absolutamente todo se pueda realizar y si no se puede crear se pueda, al menos, virtualizar. (Pag 8).
De este modo, se constituye en una sociedad que tiende a favorecer el desarrollo de personalidades narcisistas.
Pese a esta apariencia de satisfacción establecida, en el individuo persiste una represión que genera conflictos inconscientes. En palabras de Enrique Gonzalez Duro en Narcisismo social, se trata de una capa superficial que a duras penas tapa la ansiedad, la frustración y la decepción, que mal encubre un fondo de infelicidad general.
Según Juan Coderch, en La sociedad narcisista de nuestro tiempo, la trama psicosocial posee una decisiva influencia en el progresivo aumento del número de personalidades narcisistas, siendo la realidad su enemiga al derribar fantasias de omnipotencia y poniendo de relieve los propios límites.
Por su parte, el psicoanálisis invita a entrar en contacto con las emociones, el duelo y la ansiedad de separación, rescatando la singularidad del individuo. En este contexto, ¿Que permanencias siguen siendo relevantes en la práctica clínica actual? ¿Cuál es su papel en la comprensión de la actual sociedad narcisista y desde qué lugar puede promover la salud mental y posibilitar recuperar la singularidad?
Simposio 2025
Ideas a desarrollar con respecto a la Serie Adolescencia en la que un joven de 13 años llamado Jamie asesina a su compañera y es condenado a prisión.
1) El protagonista se enfrenta con una injuria narcisista ,el no lugar como varón que la víctima de su misma edad le ha otorgado, humillándolo.Padeciendo una fuerte angustia de castración busca un arma fálica, y así mostrar poder, el poder de quitar la vida, . El odio que le despierta el objeto, lo lleva a aniquilarlo.
Jamie busca de esta forma masoquista una presencia contundente de un padre/ley.
2)Hay una reiteración en Jamie en el “yo no fuí” , indicando su propio desconocimiento de que su accionar proviene de su abuelo en él, un linaje al cual desea pertenecer, Realiza la matanza para su padre, por no poder matar internamente al padre al modo de desasirse de él y salir de esa obligatoria idealización del padre en la que parece colocarse. El cadáver de la compañera como ofrenda a este “dios padre”
El día del cumpleaños en que el padre conmemora su propio nacimiento, su llegada a la vida o su llegada a su muerte como padre como destino, J le ofrece al padre su vida al modo de “alguien tenía que pagar” y se declara culpable. La violencia del abuelo, no tramitada y presente en el padre ,quien no logra un "ennoblecimiento pulsional" . Esto lleva a J a un acto de pura pulsión no ligada.
J en la entrevista con la psicóloga le dice “no me lo merezco “ cuando esta le ofrece algún tipo de bebida. Muestra así la disociación dentro de su Yo. Una instancia hipercrítica que ejerce desprecio sobre otra parte disociada, condenándolo.
3)desde un punto de vista epocal : las presentaciones actuales en la adolescencia muestran fallas en una matriz simbolizante que no permite generar ciertos procesamientos psíquicos.
Los jóvenes manejan otro lenguaje y otros códigos, para diferenciarse de los adultos. La escena del inspector con su hijo, muestra la importancia de escuchar a los adolescentes, que habitan otros modos de comunicación
1. Según Lacan, en el primer Tiempo del Edipo se establece una relación dual entre madre e hijo que es aparente, dado que siempre hay un tercer elemento que los pone en relación: el Falo como significante del deseo y de la castración. Dado que no hay objeto natural para la satisfacción, el falo viene a recubrir esta ausencia, encarnando la promesa de una satisfacción absoluta que luego resulta ser siempre parcial. Estamos hablando de tiempos lógicos y no cronológicos, que se inscriben retroactivamente.
2. El padre sería el cuarto término. En el segundo tiempo del Edipo emerge la figura del Padre como terceridad, como padre imaginario, poderoso y temido, que realiza el primer corte que separa al hijo de la madre. Incorpora la ley de la prohibición del incesto y pone un límite al goce.
En el caso Juanito, dado que su padre era demasiado amigo de su hijo, tuvo que inventarse un temor, el miedo a los caballos, para encontrar en algún lugar un límite al goce incestuoso.
3. Este padre habilita el tercer tiempo del Edipo, la castración simbólica, en la medida en que se muestra deseante desde su propia falta, es decir, se hace desear por su mujer. Esto permite que el deseo de la madre quede direccionado a un tercero, al ubicar un deseo más allá del hijo. La función de la terceridad genera un corte a la “ilusión de ser uno” con el otro.
4. Esta sustitución del deseo del padre, sobre el deseo de la madre, constituye la metáfora paterna que introduce algo nuevo. Al no haber significado preciso para el deseo de la madre, el hijo buscará el significado del deseo en otros objetos a través del lenguaje. De esta forma, estaría operando lo que sería la terceridad o los efectos del “tercero” en el sujeto. El orden del lenguaje determina por sí mismo una estructura. “Esta estructura dice que, apenas hay sujeto hablante, la cuestión de sus relaciones en tanto que habla no podría reducirse simplemente a un otro, siempre hay un tercero, el Otro con mayúscula, constituyente de la posición del sujeto como hablante, es decir también como analizante”. (Lacan, S.5 Pág. 185). El tercero posibilita el surgimiento de la subjetividad en el sujeto y lo convierte en deseante.
Las ciencias del origen y evolución de la especie humana hablan de un desarrollo organizado, transformación desde estadios muy simples, en un largo proceso evolutivo de millones de años.
La historia de la humanidad es un testimonio de la adaptabilidad y renovación por la resiliencia del soma en conexión con un sistema nervioso central, perfeccionado a través de las eras frente a los agentes perturbadores.
Como un cuerpo extraño en el interior de un molusco bivalvo _ el grano de arena_ envuelto en una capa de sustancias cálcicas, el nácar. Gema similar a una piedra preciosa, que resguarda el molusco de algo ajeno a su naturaleza. Comparable a los sucesos perturbadores de la existencia humana desde los orígenes para dejar vestigios en el cuerpo vivo: el nácar de las huellas genéticas.
El psiquismo se engendraría de las cicatrices del pasado, desde los tiempos arcaicos hasta la modernidad. Marcas resultantes de los obstáculos de los devenires traumáticos correspondiente a un enigmático fenómeno de la vida pulsional, el masoquismo erógeno. La expiación por la culpa de una excitación sexual martirizante, la de la “Diosa madre” y su hijo consorte, los de la díada de la madre fálica de los primeros años infantiles y del principio de la humanidad.
Las diosas madres son figuras arquetípicas que encarnan la fuerza creadora, la fertilidad y la conexión con la tierra, aunque su esencia sea terrorífica y ambivalente. Perteneciendo a las sociedades matriarcales puede nutrir o destruir, proteger o castigar y por la fuerza de ciertos “núcleos instintuales”, al desmentir la castración restaura a través del hijo su poder.
La Eva mitocondrial es un hallazgo de la genética evolutiva en el óvulo, al contener la mitocondria su propio ADN, herencia exclusiva de la madre. Producto de la destrucción de la mitocondria paterna luego del acto de la concepción.
Refiriéndose a la última mujer de la que descienden todas las líneas maternas sin interrupción, del género Homo, que incluyen las especies extintas del Homo neanderthalensis y el Homo erectus.
El “homo sapiens” _ los seres humanos modernos del “ hombre que piensa”_ y cuando no lo hace, resurge el salvajismo de las épocas anteriores a su culturalización. Las específicas de las pulsiones destructivas y de autoaniquilación, de las especies que se exterminaron entre sí, perdurando aún en los genes de los seres con graves falencias objetales, imposibilitados de sublimar los conflictos que resuelven bárbaramente.
"Tres ensayos..." ha sido uno de los artículos más revisados por Freud y uno de los más criticados junto a "La organización genital infantil". Ya desde su traducción "Abirrung" como "Aberraciones sexuales", término que para nosotros suena muy fuerte, hay otros más pertinentes para nuestro idioma: desvíos, extravíos, mostrando así que, la meta ideal de la reproducción no sucede en los humanos, solamente en los animales. Introduce a la pulsión a travé de la perversión, o sea, la sexualidad polimorfa perversa, que en la actualidad se ha transformado en una temprana identidad, tal como la promueve el filósofo Preciado, alegando a los derechos del niño sobre su propio cuerpo.
La organización genital infantil presenta al falo como fase para ambos sexos. Es el repersentante psíquico de esa fuente de saber sexual traumático que no tiene equivalente y que remite a la castración, no como amenaza sino que se trata de la castración como hiancia que se halla en el núcleo de la estructura. El falo como premida universal que retoma Lacan en "La siginificación del falo", culminnando con loa definición de función fálica, que retomará en la fórmulas de la sexuación: nudo entre Simbólico, Imaginario y Real, como Freud postuló en el ombligo del sueño. El falo no es el pene, es un ordenador del goce sexual. Es un agujero.
Tomaremos al binarismo como el inicio de loa cadena significant: S1 y S2 y no como Masculino-Femenino. Tal ciomo nos enseñaron Freud y Lacan hay Un Sexo y Otro Sexo. Las teorías de género dan una respuesta tratando de borrar las diferencias. El vacío constitutivo del Sujeto no tiene identidad sexual, cada asunción de género es un modo singular de goce a través de sus pulsiones parciales en sus zonas erógenas. Las subjetividades queer, trans, etc, no pueden anular al Sujeto del Inconsciente, que al carecer de género se constituye en una respuesta fantasmática frente al real tarumático de la no relación sexual.
La propuesta es pasar de las teorías de género a la lógica de la sexuación.
GRUPO Nuevos relatos clinicos: "Vivimos en una epoca en la que la expasion del uso de las pantallas redefine profundamente la formas de estar con otros, los modos de presencia y los vinculos. La subjetividad contemporanea se despliega y se entrama en espacios donde lo visible y lo mediatizado sustituyen - al menos en parte- la experiencia directa del cuerpo, la voz y la mirada.El psicoanalisis y los psicoanalistas no somos ajenos a la epoca que nos atraviesa. Hemos adoptado el uso de la panalla para el encuentro con los pacientes como soporte del dispositivo analitico, posibilitando sostener la dimension simbolica(sujeto de deseo), morigerando la desmesura de la dimension imaginaria tan sobrevaluada en estos tiempos que tiende a arrastrar al sujeto a posiciones de goce. Resaltariamos para pensar la incidencia de la pulsion escopica en su doble vertiente el mirar y el ser mirado que atraviesa la sesion, incorporando una nueva dimension que le suma al verbo escuchar -piedra angular del psicoanalisis- el verbo mirar. Recordemos que el psicoanalisis se funda en el salto que realiza Freud: de la mirada a la escucha. Siendo el divan su simbolo mas claro.
El retorno de la mirada mediada por la patalla introduce una complejidad inedita, reconfigura posiciones, modos de presencia y modalidades del lazo transferencial. En este nuevo escenario el desafio que se nos presenta, consiste en alojar estas transformaciones sin perder los pilares fundamentales de nuestro quehacer psicoanaliltico que se basan en la escucha a taves del poder de la palabra en transferencia.
GRUPO Travesias: Nos preguntamos en relacion al uso de las pantallas sobre los estados hipnoticos que producen un adormecimiento y captura subjetiva durantre horas de tension/aplacamiento de los estados de angustia. los cuales persisten mas alla del supuesto de estar con otros. Estar/no estando. Se trata de exceso de conectividad qu no remeda la soledad. Nos preguntamos sobre la vida amorosa puesta en juego en la erlacion "pantalla/completud/incompletud". Narciso acompana las redes sociales. Se enamora de su propia imagen. El sujeto presenta una mayor obsesion por la imagen y la apariencia.En las redes la propia imagen queda capturada a la espera de que alguien la observe y le guste dandole un "like". Ser validado por los otros implica el reconocimiento buscado.La angustia juega un papel fundamentral en la formacion de sinstomas. Es el motor que impulsa dicha formacion y por lo tanto el sujeto de "la pantalla" esta implicado en el intento de calmarla, por la anoranza del encuentro con el objeto perdido.Sin embargo la captura en la imagen con la ilusion de reconocimiento, lleva a profundos estados de soledad que aislan de la presencia de los otros.Los psicoanalistas haremos juntos el camino de la reflexion, sobre los nuevos escenarios de los cuales participamos. Encuentros en transferencia que incluyen las "pantallas" (realidad virtual ineludible) como asi tambien la presencialidad.
A partir del interés preventivo en el campo diagnóstico para registrar riesgo psicológico y social apelo a la multicausalidad con afán integrativo incorporando a la comprensión psicoanalítica variantes biológicas, tecnológicas, culturales, según haya sido el ámbito interdisciplinar de trabajo
El interés personal actual es de un acercamiento al diálogo entre Psicoanálisis y las Neurociencias, con reconocimiento de su complejidad dadas las innumerables líneas de estudios posibles.
Consideremos a Freud, con el salto epistémico de Freud implicativo de una ruptura con el pensamiento epocal centrado en las bases neuroanatómicas de los trastornos nerviosos. Sus trabajos pre psicoanalíticos, como el "Proyecto de una psicología para neurólogos" (1895), ya contenían premisas fundamentales para el concepto de inconsciente. Que fueron reconocidas por muchos autores, entre otros Erdelgy quien logró establecer puentes entre el Psicoanálisis y los estudios de Cognición con trazado de serias observaciones neurocientíficas contemporáneas acordes al Proyecto.
Cabe recordar al Premio Nobel Kandel, , quien nos habla de las modificaciones de la fuerza sináptica subyacentes al aprendizaje de un comportamiento, las reconfiguraciones de las redes neurales y su capacidad de procesamiento de información. En sus estudios sobre sensibilización y sobre condicionamiento clásico señala las respuestas a las secuencias de estímulos.
Sobre estas ideas he reconocido el efecto que con mi técnica MEP, en que está presente la repetición de ciertos estímulos visuales, desencadenándose cierto tenor de ansiedad. Ello ha permitido distinguir indicadores de mecanismos defensivos neuróticos y/o pasaje al acto, emergencia de vivencias traumáticas. En la actualidad en correspondencia con otras técnicas neurocognitiva, el MEP se presenta también como herramienta en casos de daño cerebral.
Así por ejemplo en ámbitos escolares con niños desde los 10 años la perspectiva psicoanalítica permitió distinguir pulsiones agresivas y/o influenciaciones mutuas, cuestiones culturales desde la perspectiva antropológica que enriquecieron la propia mirada.
En un caso con serias fallas en el rendimiento escolar en un chico de 18 años ante registros de perseveración, hubo indicios de epileptoidía corroborados con el test de Rorschach y en la evaluación neurológica un trazado electroencefalográfico permitió diagnosticar un foco epiléptico en lóbulo temporal.
En otros estudios en casos forenses de daño cerebral con la técnica MEP y otros test neurocognitivos ( el MOCA) hubo congruencia en los indicadores diagnósticos de deterioro cognitivo. En un caso, amén de las correspondencias con el Bender, el MEP permitió distinguir áreas preservadas del Yo que dieron lugar a un despliegue de la potencialidad creativa.
Se distingue así entre complejo y tragedia: el complejo edípico remite a una estructura elaborable; la tragedia emerge cuando ese conflicto es vivido como mandato ineludible. El mito ilustra este pasaje: tanto Layo como Edipo actúan para evitar la profecía, pero sus actos, impulsados por ese saber impuesto, activan la catástrofe. Lo trágico no está en el deseo, sino en la compulsión a realizar una verdad anticipada.
Este riesgo se expresa en la transferencia, cuando el analista queda investido de un saber que el paciente no puede cuestionar. Si el analista no sostiene su castración, si responde desde un lugar de verdad sellada, se convierte en un oráculo que clausura. El trabajo advierte que ciertas intervenciones, silencios o estilos interpretativos pueden operar como actos de poder más que como herramientas clínicas.
Desde esta perspectiva, también se explora el papel de la idealización en algunos pacientes, que buscan en el analista una figura omnisciente para defenderse de impulsos destructivos, envidia y ansiedad persecutoria. Allí, la idealización no sostiene el trabajo analítico, sino que lo obtura, reproduciendo la repetición más que abriendo la simbolización.
Se propone finalmente una figura alternativa al oráculo: el Moisés de Miguel Angel. Frente a la urgencia de actuar, Moisés contiene. Frente al saber que precipita, espera. Ese gesto de demora y elaboración es leído por Freud como una grandeza ética. En la clínica, esta posición encarna la función analítica en su dimensión más profunda: no actuar en lugar del paciente, no saber por él, sino sostener el tiempo necesario para que el saber adquiera forma de palabra y no de destino.
Por las dificultades que presentaba la histeria Freud descubre el inconsciente y sus leyes. El psicoanálisis como práctica del habla pone a prueba el decir. Fundamento por el cual Lacan devela al inconsciente articulado como un lenguaje.
La regla psicoanalítica fundamental observa la asimetría de posiciones, entre el analizante y el analista, a diferencia del lenguaje coloquial, sin dominio ni sugestión.
El discurso social imperante rechaza la asimetría y forzando a la igualdad podría desmentir la propuesta freudiana que los diferencia para establecer la correspondencia entre regiones vecinas, en favor de la palabra, observando la preeminencia de un decir y sus inexorables consecuencias.
El minuto a minuto de la transferencia, ahonda la pregunta, sobre el dolor del síntoma, que esta hecho con la palabra y se desanuda por la palabra, alcanzando la destitución subjetiva.
La psique fuera de la razón no esta sujeta a tiempo y espacio, como muestran los sueños y las alucinaciones. La práctica analítica impone una revalorización del concepto de tiempo lineal y continuo que conlleva la ruptura del tiempo histórico y cronológico.
Lacan, decía “la historia es la histeria”. Aplicar el método, no transforma al analista en historiador, el pasado siempre cambiante cobra vida al hacerse presente en transferencia y tal como la historia, está abierto a revisión permanente.
El psicoanálisis en extensión por el vértigo contemporáneo se orienta hacia el número y la cantidad e influenciado por el discurso universitario inclina la formación al saber libresco.
Bien sabemos que el analisis no se enseña, se transmite.
El psicoanálisis en intensión apunta a lo cualitativo y afina su esencia, aplicando el noble método freudiano según arte, con la profundidad de la escucha del analista y su refinamiento.
Las situaciones traumáticas graves ponen a dura prueba nuestra escucha analítica, ya que ella debería estar a disposición del paciente y no de la necesidad de representar la angustia que se genera en el analista. Una escucha, desprovista de prejuicios, en el marco de la neutralidad es esencial. Es difícil no dejarse llevar por la angustia que los relatos de los pacientes que atraviesan situaciones graves suscitan, ya que nuestra tarea es escuchar lo que los ellos dicen y no dice, tanto la angustia como los mecanismos de defensa subyacentes. La curiosidad del analista deviene entonces, un elemento libidinal indispensable, en su carácter no invasivo, que revitaliza el campo, dando espacio a lo intolerable pero pensable, y a lo mudo “intolerable”, sin palabras e impensable que queda depositado en el encuadre en la sesión misma y en el silencio del analista, donde, a veces, queda para siempre.
Creo que nuestra escucha debe proponerse como objetivo rescatar al paciente de la compulsión repetitiva del pasado, la situación traumática, que deviene continuo presente, consintiendo la escisión y la depositación de lo intolerable en el silencio de la sesión, para abrir un espacio vital nuevo en el cual recuperar el presente del individuo.
La experiencia traumática crea un espacio inaccesible e irrepresentable que encierra el horror desorganizante de la experiencia misma, que pone en peligro la propia existencia. Esto no sólo lleva el individuo a retornar a las experiencias traumáticas precoces, sino que desencadena procesos de desinvestidura, desobjetalización, desorganización y desintegración graves del funcionamiento y la estructura psíquica y somática. Ello implica procesos de que desencadenan la pérdida, no sólo los objetos internos sino de funciones y organizaciones que involucran el sostén del psiquismo y de la integridad del sujeto.
Desandar el camino de los procesos desobjetalizantes y de la devastación psíquica que de ello deriva es una tarea compleja. Mi hipótesis de trabajo se basa en permitir que lo intolerable se deposite en la sesión y en el analista como propone Bleger (1967) sobre el encuadre, para recuperar la pulsionalidad aún disponible y permitir los requilibrios psicosomáticos y los reajustes identitarios, que le permitan mínimamente reconocer una realidad cotidiana a la cual aferrarse para continuar el trabajo analítico.
Nuestro trabajo se basa en crear un espacio intrapsíquico libre en el cual el paciente logre pensar, pensarse y pensar con nosotros en el vínculo analítico, en el mejor de los casos.
Se reomienda lectura previa, se adjunta aquí el link del resumen del caso clinico.
ejes disparadores:
1) La sexualidad como solucion.
2) La sexualida perverso polimorfa vs neosexualidad.
3) Teorias de genero , neosexualidad.
Se recomienda leer los Capitulos 11( Neonecesidades y soluciones adictivas) y 12 ( Desviación sexual y supervivencia psíquica) del libro : " Las Mil y una cara de Eros" Joyce Mc. Dougall.Ed. Paidos.
Tambien se adjunta enlace a una version resumida para el taller.
Taller clínico:
El CASO JASON: LA SEXUALIDAD HUMANA EN BUSCA DE SOLUCIONES
https://docs.google.com/document/d/1-tNRlwiOJafaZsQFYyaURIpYGftW0yiu8MhSx8Gjx5A/edit?usp=sharing
EL NEOSEXUAL EN BUSCA DE IDENTIDAD
Me gustaría ahora apuntalar mis ideas con una viñeta clínica. El material analítico que sigue demuestra ciertos aspectos de la economía psíquica que alimentan la sexualidad-droga. Jason, médico de unos cuarenta años que ejercía en una rama sumamente especializada de la cirugía, solicitó análisis a causa de obsesiones que invadían su vida sexual y social. Su trabajo profesional no parecía afectado por este problema, pues se decía contento de sentirse verdaderamente libre y muy cómodo en su profesión, que amaba apasionadamente. En efecto, era renombrado en su especialidad. Entre sus múltiples obsesiones predominaba una: la de los grupos minoritarios, respecto de los cuales tenía prejuicios favorables. Esto lo llevaba a preguntarse constantemente: “¿Soy tan bueno, tan potente como un árabe, como un negro, como un judío?”. En el curso de nuestra primera entrevista me dijo que sus dudas, que tenían un “tinte racista”, estaban estrechamente ligadas a su vida sexual. “Muchas mujeres me andan detrás, y si son árabes, vietnamitas, judías... las seduzco y mis obsesiones se calman por un momento.” Después añadió: “Donde no hay mezcla, no hay problema”. Cuando lo invité a precisar el significado de esta última declaración, me dijo que, si cortejaba a una mujer de otra raza cuyo partenaire era un hombre de la misma pertenencia racial que ella, él no tenía ningún problema sexual; sin embargo, las cosas se complicaban cuando las mujeres no pertenecían a esas etnias “minoritarias”, pero habían tenido relaciones con un amante de otra raza (éstas eran las que más lo atraían). En tales circunstancias, se sentía obligado a hacerles la pregunta a sus amantes.
Más o menos a los veinte años se había casado con una joven a la que deseaba porque ella había tenido una breve relación con un judío célebre. Me dijo: “Durante años torturé todas las noches a mi mujer para obtener de ella los detalles de esa relación amorosa con X. La interrogaba durante horas, para terminar desgarrándole la ropa interior, atacándola y violándola. Pero la relación sexual no era nunca satisfactoria; el interrogatorio tomaba demasiado tiempo”. Durante el matrimonio, que había durado una decena de años, siguió teniendo innumerables aventuras con mujeres de distintas razas. Después se comprometió en una relación prolongada con una amiga que había tenido una aventura nebulosa con un negro casado. Las noches que pasaban juntos se hacían a interrogatorios incansables en el curso de los cuales mezclaban el amor, por partes iguales, con recuerdos que ellas habían terminado por confesar o inventar: todo lo que él quería que dijeran. Según Jason, lo fascinante era obligarlas a torturarse para ellas como para él, y pensaba que algún día iba a volverse loco.
En el curso de esta primera entrevista advertí una fuente potencial del sentido oculto de su polarización en las diferencias raciales cuando Jason evocó su infancia: “Mis padres disputaban sin cesar porque mi madre era inglesa y mi padre francés”. Después me habló de su única hermana, cuatro años mayor que él. Los dos habían sufrido, durante la infancia, que la madre denigrara constantemente al padre. Jason recordaba que, de pequeño, se sentía humillado por el acento de la madre y por su rechazo a ciertos aspectos de la cultura francesa. Los insultos volaban por sobre la mesa, y el padre terminaba tratando a la mujer de “sucia perra inglesa”.
“Mi madre hablaba abiertamente, delante de nosotros, de las aventuras extraconjugales de mi padre. Yo sabía que él tenía aventuras cotidianas con sus clientes, y particularmente con las clientes de otras razas.” Después de un silencio agregó: “Sólo me quedaba la masturbación, y sin duda por ello, durante mi adolescencia, me masturbaba varias veces por día. De hecho sigo haciéndolo, al menos dos veces por día”. Añadió que, para la madre, la virilidad auténtica estaba encarnada por su propio padre (que había perdido una pierna en la guerra).
En nuestra segunda entrevista, Jason me describió lo que él llamaba su homosexualidad.
J.: Durante años, he asistido a reuniones de sexo grupal, sobre todo para ver lo que los hombres hacían con sus penes, pero nunca llevé a las mujeres que amaba. [Un silencio.] Hay algo falso en mis relaciones con las mujeres. Aunque en cirugía trabajo extraordinariamente bien con mis pacientes, es probable que, fuera del hospital, las deteste; de hecho estoy convencido, soy homosexual, aunque nunca he deseado tener relaciones sexuales con un hombre; todo esto tiene que ver con mi perra madre inglesa. Me imagino que se pregunta por qué me empeñé tanto en analizarme con usted.
J. M.: ¿Porque yo soy una mujer y una perra inglesa?
J.: Es cierto que su acento me recuerda al de mi madre, pero… hay algo distinto en usted: usted me suscita la impresión de que existo. [Y, para mi gran sorpresa, sus ojos se llenaron de lágrimas.]
Para aumentar la confusión, se dirigía frecuentemente a mí nombrándome él, y a la inversa, me nombraba a mí al hablar de él: “Ayer, después de la sesión, de nuevo tuve miedo en la calle; todo el mundo me amenazaba. Pero me dije: «¡Escucha, Joyce! Sabes que les atribuyes a estas personas tu propia violencia; ellas no tratan de hacerte mal»”.
LA IDENTIDAD SEXUAL Y SUS CONFUSIONES
En nuestras primeras entrevistas, por supuesto que Jason se contentó con revelarme sólo los aspectos de su actividad sexual que lo hacían sufrir. En el curso de los primeros meses de análisis me contó que en el período de latencia, había comenzado a travestirse con la ropa de la hermana, sobre todo con las prendas de danza, y que con esa indumentaria se masturbaba delante del espejo.
Más tarde reveló una perturbación manifiesta de su sentimiento de identidad y una cierta confusión entre su cuerpo y el de sus partenaires. Una actividad erótica altamente investida por él consistía en pedirles a sus conquistas que se pusieran un pene artificial y lo penetraran analmente. Otras veces ataba a sus compañeras consintientes; mientras las azotaba, las penetraba analmente con el dedo y, de ser posible con toda la mano.
LOS VACÍOS CONTINÚAN LLENÁNDOSE
J.: Observo cómo estás vestida... Observo cada detalle elegante. Pero lo importante es que tus prendas se convierten en mis prendas. Me siento bien cuando me tiendo en el diván. ¿Ves qué linda ropa me autorizo ahora a comprar? Pero mi bufanda es vieja y está sucia. Me prohíbo hacerla lavar, porque entonces ya no sería yo. [Pausa.] Como cuando era chico y empezaba a gritar si mi madre insistía en comprarme ropa nueva. Teníamos escenas atroces en público, pero para mí era peor que para ella. ¡Yo sabía que quería destruirme, y luchaba en defensa de mi vida! ] Esto me hace pensar en mi terror durante esos estados de vacíos de los que te hablé tanto hace dos años... cuando miraba fijamente la nada y no sabía quién era. [Pausa.] Ella quería sacarme la ropa. Yo habría quedado sin defensa y ella habría podido devorarme. Tenía que esconderle todo para poder existir. [...] Pienso en mis masturbaciones, colgado a cuarenta metros sobre el abismo. Jason tomaba el ascensor y subìa hasta el último piso de la casa de los padres, uno de esos antiguos edificios donde uno pide que “ devuelvan el ascensor”: Ya en el último piso, devolvía el ascensor y saltaba al cable de acero para llegar al mecanismo albergado bajo el techo. Colgado sobre un vacío de unos cuarenta metros, se masturbaba con el cable entre las piernas. Estas prácticas presentaban varios peligros, el más importante de los cuales, surgía en el momento de la eyaculación pues entonces corria el riesgo de soltarse y estrellarse. A su vez , este miedo estaba fuertemente erotizado.
J. M.:¿Otro vacío?
J.:¡Sí, un vacío más! ¡Pero se trataba de *un vacío excitante*! El peligro real era lo erótico, al punto de hacerme gozar. Y, evidentemente, ¡también estaba el riesgo de ser sorprendido!
J. M.:¿De este modo se negaba usted a ser aterrorizado por la prueba de la nada y por sus fantasmas acerca del cuerpo de su madre?
J.: ¡Sí! Y rehusaba también lo que ella quería: ¡que no tuviera sexo!
J. M.:¿Ser un vacío para ella?
J.:¡Eso es! Es lo que tú ya me has dicho, que yo me presentaba únicamente “como adjetivo”. ¡Nunca era más que un adjetivo para mis padres!: “Eres un muchacho brillante”, “Eres un chico sucio”, “Eres un chico chiflado”. ¡Pero nadie, nadie, ¿me oyes?, me dijo nunca que yo era un *varón*! [Una larga pausa; Jason empezó a llorar. Controlando su emoción, continuó:] ¿Cómo podía saber que era un varón? ¿O incluso lo que era ser varón? ¿Y que era bueno ser simplemente un varón? Me he convertido en hombre por accidente. No lo era en realidad. Bah, tenía el aspecto de ser un hombre, actuaba como un hombre... había que ser mejor que los árabes, los judíos y los negros... había que fornicar más mujeres que ellos.
J. M.:¿Siempre el adjetivo?
J.: Sí... ¡el gran fornicador! ¡Pero no era todavía un macho! ¡Era un camelo! Ahora soy un hombre. ¡Del vacío, he creado una verdadera polla! El trabajo que hacemos aquí es como una puesta en el mundo. ¿Recuerdas mi primera sesión en el diván? Te dije que salía como un bebé de entre tus muslos. Era como si fuera el espectador de mi propio nacimiento. Como un deseo que nunca había querido confesarme. ¿Por qué no existí como varoncito para mi madre? [Se puso a gritar.] ¡Joyce! ¿Me escuchas, demonios? ¡Di algo!
J. M.:¿Tiene miedo de no existir como varón a mis ojos?
J.:Es peor que eso. Es como si tampoco tú existieras.
J. M.:¿Me ha transformado en vacío? ¿Cómo si me hubiera devorado de nuevo?
J.:Sí... ¡lo veo ahora, por primera vez! He devorado a mi madre, y el gran peligro era destriparla *a ella,* transformarla *a ella* en vacío. Siempre me decía que yo había sido un bebé voraz y que tenía que apretarme la nariz para que yo dejara el pezón [...] y todo lo que había hecho por mí cuando yo era bebé. [...] ¡Se había desgarrado las entrañas por mí! Ya lo ves, incluso de lactante yo no era más que un adjetivo: ¡un bebé malo!
J. M.:Por lo que me dice, su madre bien podría haber temido que usted la devorara.
J.:¡Exactamente! Ella me daba la impresión de que yo era alguien peligroso. ¿Por qué tenía tanto miedo de mí? Lo sé... ¡es por lo que los analistas llaman proyección! ¡Yo tenía miedo de devorarla, y ella tenía miedo de su deseo de devorarme *a mí*! [Pausa.] Estoy pensando en la pierna amputada de mi abuelo. Recuerdo que le hacía preguntas durante horas para saber dónde estaba esa pierna.
J. M.:¿Cómo si usted pensara que había sido devorada?
J.: ¡Sí! ¡Esa era una falta que había que admirar! Mientras que mi padre, que tenía las dos piernas, no valía un comino. [Empezó a gritar.] Yo podía dar saltitos sobre una sola pierna, pero de mi padre no me era posible tomar nada. ¡Nada, no, nada!
J. M.: Salvo lo concerniente al seductor perpetuo. Aunque se trata de un adjetivo, esto es algo que usted tomó de su padre. [Yo hablaba más para calmarlo.]
J.: ¡Vaya, es cierto! Sin ello habría sido psicótico... como ese Sammy sobre el que tú has escrito. De chico, yo me parecía a él. Cuando vine aquí, al principio, era un psicótico clandestino.
J. M.: Pero los adjetivos lo ayudaron a sobrevivir.
J.: Sí, y mi padre estaba orgulloso de mí porque estaba orgulloso de mi inteligencia. Decía a menudo que yo iba a ser un profesor célebre en todo el mundo. Sí... me he convertido en cirujano para todos ellos: para reparar a mi madre, para reemplazar la pierna del abuelo y poder realizar la ambición de mi padre, que habría querido ser médico. Durante años reparé a todo el mundo... y yo seguí vacío y quebrado. Como me dijiste un día, una hemorragia psíquica.
LA SUPERVIVENCIA PSÍQUICA
Pasaron ocho años. Todos sus síntomas habían desaparecido, y el análisis llegaba a su fin. “¿Por qué tuve que sufrir tan dolorosamente durante cuarenta y cinco años, antes de conocer la felicidad?”, preguntó con sorpresa.
Jason seguía sentado en el diván, como lo hacía al sentirse ansioso, y sobre todo cuando tenía necesidad de asegurarse que existía *a mis ojos.* Habló durante algunos minutos para decirme que todo le iba muy bien, que obtenía en su trabajo satisfacciones cada vez mayores, incluso invitaciones a dar conferencias en el extranjero sobre su especialidad quirúr quirúrgica, después habló de sus dos hijos y de lo importante que era para los niños “tener un padre que mantenía las reglas y hacía la ley”, sobre todo “cuando los niños lloriquear sin cesar”.
Sensible a su tensión, le pregunte si acaso, aunque sintiéndose bien como sujeto, cirujano y padre tenía necesidad de subrayar que él también era un niño que lloriqueaba, que no quería plegarse a la regla analítica de tenderse en el diván y decir lo que le pasara por la cabeza.
J. [Tendiéndose en el diván]: ¿No te gusta el cara a cara?
Él sabía perfectamente que no era así; en el curso de su aventura analítica había habido incluso etapas durante las cuales yo lo invité a sentarse.
J. M.: La cuestión no es ésa; su necesidad de aferrarse a mí con la mirada, de evitar el momento de “la separación” cuando usted se tiende, ¿tiene alguna causa? ¿Es una manera de evitar decirme en qué piensa?
J.: Sí, es sobre todo para evitar decirte que... y bien... me crucé con un vagabundo al venir aquí. Detesto a los mendigos... los detesto... no puedo decirte cuánto.
J. M.: ¿Qué es un “mendigo”?
J.: Ah, lo sé muy bien. Son personas que no se bastan a sí mismas, que siempre dependen de los otros. Yo lo he hecho todo totalmente solo, desde los tres años. Iba solo al jardín de infantes, como un grande... Tenía mucho miedo, pero lo hacía por la orden de mi madre: “Tenías que aprender desde muy pequeño en la vida”, me dijo ella cuando le pregunté, años más tarde, por qué me había abandonado de esa manera.
J. M.: ¿Usted no tenía derecho a mendigar la presencia de su madre?
J.: Todavía, por momentos, no me atribuyo el derecho de comprarme o plantar flores... Si lo hago, muero... Me convertiría en mi madre, puesto que tendría que luchar una vez más para ser yo mismo…En este momento pienso que estoy engordando. Me da miedo.
J. M.: ¿Miedo al embarazo?
J.: ¡Sí!... Porque sobre todo tengo miedo de ser barrigón. Pero... mi miedo a engordar... ¿qué tiene que ver con el odio a los mendigos?
J. M.: ¿Es posible que haya aún un pequeño mendigo en usted, ése del que hablamos a menudo, que querría ser una mujer y capaz de dar a luz?
Pensé también que él quería finalmente ser la madre para el pequeño Jason. Durante el largo silencio que siguió, recordé los diferentes fantasmas que habíamos elaborado juntos, en torno de su envidia a la mujer y su deseo de ocupar el lugar de ella.
J.: Pienso ahora en mi trabajo de cirujano, que es mi manera de tener hijos, y en el que logro tanto éxito. Sobre todo, ya no temo: mi trabajo es ahora mayor que mi miedo a morir por causa de él.
LA EROTIZACIÓN DEL TERROR
Diálogo entre J. y J. M.
J.: Como sabes, mi madre tuvo un papel importante en la Resistencia. La habría enfurecido saber hasta qué punto me embelesaban las SS. Pero yo necesité una especie de contenedor para separarme de ella. Y lo encontré en los uniformes de los alemanes. Cuando vi esa escena… su uniforme terrorífico, sus grandes botas… fue terriblemente excitante. En ese momento, yo también llevaba grandes botas y también yo podía caminar sin miedo por la calle. Es así como *el agua* se volvió excitante.
[...]
J. M.: ¿Y en cuanto a ese “contenedor” que usted necesitaba tanto?
J.: Durante toda mi vida luché contra su desmoronamiento… trataba de utilizar *las palabras* para lograrlo. De chico, hacía sin cesar preguntas con la mayor angustia, y también aquí, al principio de nuestro trabajo ¿Te acuerdas? Yo estaba en plena confusión, te confundía a ti conmigo, confundía incluso nuestros nombres…
J. M.: Sí. Ésa era una manera de descubrir quién es usted, de descubrirse *a usted.*
J.: ¡Sí, exactamente! Hacía siempre las *mismas* preguntas. Pero ahora sé que simplemente trataba de saber *quién* era yo, y lo que me diferenciaba de los otros… y de comprender la diferencia entre una madre y un padre, es decir qué es una madre, qué es un padre, qué es una mujer, qué es un hombre.
J. M.: ¿Ser otro? ¿Tener un nombre?
Envejecer o Apostar a la vida.
Grupo 1) Departamento de Historia del psicoanálisis: Coordinadora: Alicia Garcia Penna, Secretario: Gustavo Corra. Integrantes: Maria Cristina Griffa, Maria Zulema Areu Crespo, Jorge Mosner, María de las Mercedes de Zaffore, Clara Benseñor y Patricia Katz.
Desde Cicerón, hasta Freud, pasando por pensadores , filósosfos, científicos y poetas se han cuestionado el paso del tiempo. Tomaremos como importante palabras de Nietzsche, quien nos invita a pensar la vejez no como el ocaso del cuerpo, sino como la posibilidad de decir "si" a la vida entera, incluso a su fin. Pensamos en una no equvalencia del envejecimiento con el declive, sino en coincidencia con el autor citado, a una apuesta en la intensidad con que aún puede afirmarse la vida; haremos referencia a la "risa trágica", que nace de la comprensión de que todo lo vivido-lo gozoso y lo doloroso -forma parte del mismo sentido de tejido.
Freud ve a la vejez como un tiempo en que los recuerdos vuelven con intensidad, a veces con la fuerza de lo reprimido. En una carta a Fliess(1896) ya habia notado que el pasado infantil no se pierde, sino que permanece "inconciente y activo". En cartas a Lou Andreas Salomé y a Marie Bonaparte, habla del cansancio vital ,pero también de una "serena aceptación de la finitud". Al mismo tiempo es importante destacar que Freud no cae en la idealización melancolica. No busca consuelo en promesas de trascendecia: la vejez es una verdad biológica y la muerte una evidencia. Reconoce que el trabajo de elaboración, la ironía y el humor pueden mantener viva la dignidad del sujeto, si bien no hay consuelo trascendente, si hay, en cierta consonancia con Nietzsche, una sabiduría trágica: la aceptación lucida de la vida tal como fue.
Grupo 2 ) Departamento de Longevidad: Coordinadora Estela Dorfman, Secretario: Kamram Alipanahi. Integrantes: Olga Cartaña, Marcos Capriati, Raquel Goldstein, Emma Pulla y Roberto Yañez.
La paradoja contemporanea de la longevidad nos invita a reflexionar: ¿cómo vivir el tiempo que resta.? La longevidad no está determinada solo por lo biológico, es un proceso subjetivo.Ya Cicerón nos enseña el placer de cada etapa dela vida, considera en La Senectud que la longevidad es plenitud de la virtud y del pensamiento. Freud considera que existe el deseo aunque el cuerpo decline, el Inconsciente es atemporal. Para Klein la vejez es reparación y está determinada por la estapa esquizo-paranoide y la etapa depresiva vivida. El amor triunfa sobre la envidia. Winicott jerarquiza la dependencia madura, en cambio Lacan describe la longevidad como la confrontación con la castración real del cuerpo y la re configuración del goce. Berenstein señala la importancia de lo vincular. No hay sujeto sin otro. Simón de Beauvoir: La vejez no tiene sentido si no se la vive como una etapa de la existencia. Es una construcción social.El arte de envejecer hoy es una manifestación de la resistencia frente a la aceleración. El hombre no teme tanto a la muerte cono a no haber vivido plenamente.
Si la historia del psicoanálisis ofrece continuas revisiones y aperturas, la emergencia de la "Clínica del Vacío" nos interpela desde nuestra praxis en un verdadero punto de inflexión.
Tomando como punto de partida el concepto de Narcisismo como estructura, la Clínica del vacío describe un tipo de malestar relacionado con fallas en la constitución narcisista y las relaciones objetales tempranas. La estructura no es psicótica ni neurótica en sentido estricto sino fronteriza, siendo las defensas y la integración del Yo, precarias. La Clínica del Vacío incluye padecimientos que girarían en torno a una falta de deseo, un sentimiento de futilidad, tedio o sensación de nada que no se articula como una neurosis clásica.
El dilema que proponemos es: ¿Representan estos padecimientos una nueva patología en la clínica actual, o son manifestación de fallas constitutivas del sujeto?
Ya en Freud resonaba como constructo este vacío interior. En Duelo y Melancolía dice: “En el duelo es el mundo que se ha hecho pobre y vacío, en la melancolía, eso le ocurre al yo mismo” (pg. 243). Autores Lacanianos contemporáneos como Slavo Zizek, en El Sublime objeto de la Ideología (1989), la Falta en Ser es obturada compulsivamente con objetos de consumo, transformándola en un vacío: “La mercancía en este sentido, es encarnación del objeto a.” (pg.50). La clínica se orienta a reconducir al sujeto a re-encontrarse con su falta en ser y la posibilidad de aparición del deseo. Otto Kernberg en Desórdenes Fronterizos y Narcisismo Patológico (2005), refiere una Vivencia “Subjetiva de vacío asociada a una falta de integración y perturbación del self y objetos internos caracterizada por desasosiego crónico y hastío”
En Kohut en Análisis del Self (1989), el vacío no es síntoma de una nueva época, sino manifestación de una antigua herida narcisista temprana no resuelta por falta de empatía de los objetos del Self. El cambio en la clínica no es de objetivo sino de técnica. Se trata de “(…) proveer un espacio de contención para fortalecer el self del paciente y lograr reconstruir ampliamente estados del yo arcaico.” Por último, no pretendemos resolver el dilema, sino abrir un diálogo entre teorías reconociendo, desde una perspectiva compleja, que las distintas miradas ofrecen herramientas para abordar precisamente la complejidad de un sujeto que hoy más que nunca, se debate entre la falta y la saturación.
Por último, no pretendemos resolver el dilema, sino abrir un diálogo entre teorías reconociendo, desde una perspectiva compleja, que las distintas miradas ofrecen herramientas para abordar precisamente la complejidad de un sujeto que hoy más que nunca, se debate entre la falta y la saturación.
El paciente Borderline por sus características clinicas desafía al psicoanálisis.
La incidencia promedio del trastorno Borderline alrededor del 3%, con una variación según la población del 1% al 6%.
A largo plazo cuanto mayor el tiempo de seguimiento, mayor índice de recuperación.
La historia clinica revela antecedentes muy frecuentes de síntomas relacionados con incremento de excitación, desregulación afectiva, procesos de descarga y angustia que cursa por crisis
La variancia de incidencia poblacional resaltó en la población de mayor incidencia la sobreestimulación temprana. Antecedente que es común a las dos poblaciones, aunque en una escala de grises intermedios y de origen diferente.
La sobrecarga excitatoria genera un estado de desequilibrio emocional. El aparato psíquico regulado por el principio de constancia intenta restablecer el estado de equilibrio, pero la censura impone una vía regresiva que deriva en procesos de descarga que son los síntomas polimorfos de descarga que presentan estos casos.
La evolución a largo plazo de estos pacientes que cuando consultan impresionan como graves y muy graves contradictoria me permite plantear que en los que tienen buena evolución es la libido que “si no puede inclinar a los Poderes Superiores, moverá las regiones infernales” que para sortear la censura toma formas bizarras, que se confunden con síntomas de desligadura tanática, melancólicas, psicopáticas, psicóticas.
La evolución contradictoria en el largo plazo, implica que el TLP no es universo uniforme, el pronóstico está relacionado con distintos factores de riesgo y son observables claramente retrospectivamente en el largo plazo. Pero la historia que puede ayudarnos a identificar al comienzo que pacientes pueden ser los que tienen mejor pronóstico.
El paciente BL es la excusa para abordar la polémica propuesta por el título. La polémica es más que el principio de constancia, la sobreestimulación temprana, la sobreexcitación pulsional, el desequilibrio del lado psíquico de la pulsión, los afectos como causa de la patología. Es también como pensamos lo inconsciente no reprimido, el papel del yo, superyó, del objeto, el trauma, la falla de simbolización, la conciencia, la significación de los síntomas, la fantasía como restitución narcisista, la responsabilidad del sujeto por lo inconsciente, el concepto de insight, el concepto de primera entrevista, la importancia de la historia clínica inicial, encuadre, el (ab)uso de la CT, la Transferencia…etc.
Para de abir el juego podríamos comenzar con "la falla de simbolización es una teoria explicativa parcial que simplifica, que oscurece...".
Puntuaciones de Ideas.
Siguiendo los aportes de Piera Aulagnier la capacidad para tener un secreto es un logro psíquico significativo. La autora plantea el secreto como una función clave en la constitución subjetiva, vinculado al pensamiento, la intimidad y la autonomía del yo.
La pubertad y adolescencia se piensa como un momento sensible para este proceso ya que el adolescente guarda secretos sobre lo que siente, desea como un modo de expresar que piensa por mí mismo.
Es por ello que la capacidad para tener un secreto, es un proceso saludable que indica la adecuada diferenciación entre lo intrapsíquico y lo intersubjetivo. Sin embargo, puede ocurrir que este proceso presente dificultades y que tal capacidad no se desarrolle adecuadamente. Tomaremos en consideración una de las posibles derivas patológicas que podrían presentarse: la enfermedad psicosomática. La misma constituye todo un campo de investigación en psicoanálisis y ha dado lugar a importantes debates. Muchos autores, aun con sus diferencias, coinciden en que lo característico del paciente psicosomático es lo deficitario de su actividad representacional. La posibilidad de contar con una vida interior, cuando hay pobreza de representaciones y repliegue de lo imaginario (Sami Ali) queda muy reducida. Se trata de subjetividades que se caracterizan por su sobreadaptación al medio. Es frecuente encontrar en la historia de estos individuos, medios sumamente opresivos que promovieron poco la espontaneidad de la vida psíquica, donde primaron distintas formas de intrusión. En este punto, creemos que se puede encontrar una articulación con lo propuesto por Aulagnier en relación a la función del secreto. Un sujeto permanentemente interferido en el despliegue de sus procesos psíquicos, invadido por las demandas del Otro, difícilmente pueda recortar de ese medio un elemento para sí que abra las puertas a lo íntimo y a la privacidad del pensamiento. Por el contrario, podríamos encontrarnos con la imposibilidad de construir una interioridad que evite que el sujeto quede en una exterioridad sobreadaptativa. En este sentido el secreto como proceso saludable y la enfermedad psicosomática como uno de sus posibles reversos, se presentan como dos tópicos que nos permiten reflexionar sobre el proceso puberal adolescente.
Puntuaciones de ideas
Puntualizacion 1:
Los miedos y angustias afloran en la situación odontológica. Aparecen escenas complejas en el que convergen: los miedos de la familia. El comportamiento de los pequeños frente a lo oral. Y el desempeño de los estudiantes que presentan actuaciones de sus propios miedos y angustias en la relación que mantienen con sus pacientes pediátricos.
El currículo de Odontología Integral Niños (UBA), incluye a la psicología como parte del plan de estudios y presenta una modalidad interdisciplinaria en el campo docente, clínico y de investigación.
Hay una primera instancia en la que se prepara a los estudiantes mediante clases teóricas, brindándoles conceptos fundamentales de la metapsicología freudiana.
Se propone a los estudiantes talleres de reflexión sobre la praxis odontológica. Allí, se plantean los obstáculos que aparecen en la clínica, cuando el niño se resiste a ser atendido, o el estudiante a abordar al niño. Se invita a reflexionar entre todos, guiados por una analista, opciones para pensar o hacer con los estudiantes.
En los casos de pacientes complicados los alumnos realizan las derivaciones al consultorio de psicología.
Puntualizacion 2:
Miedos, inhibiciones, fobias, gritos, llantos, arcadas, no quedarse sentado en el sillón, patadas, vómitos, son ejemplos de las dificultades que aparecen en la atención y que merecen ser pensadas dentro de un contexto donde cobran sentido conductas indeseadas como inherentes de esta clínica tan particular. AMPLIACION VIÑETA.
Puntualización 3.
Un trabajo posible para un analista en la clínica odontológica es instaurar una dimensión simbólica que apunte a ir más allá de “un abrir o cerrar la boca”, y rescatar la historia singular que trae un sujeto detrás de las diversas expresiones que se observan en el sillón odontológico. Es una clínica de excesos, pero también en la que la creatividad es posible. Incluir abundantemente los juegos y los dibujos en la atención, lo convierte en una clínica propicia para la elaboración de ansiedades y temores.
Tensión y su relación con el cuerpo. Destinos del trauma. Abordaje clínico.
Cada vez que el cuerpo, la realidad o la presencia del otro generan sufrimiento, aparece la amenaza de desinvestidura, de muerte. El sufrimiento, en este sentido, es una necesidad y a la vez un riesgo: una necesidad, porque obliga a reconocer la diferencia entre la realidad y la fantasía; y un riesgo, porque cuando el sufrimiento es excesivo, puede provocar la desinvestidura de aquello mismo que lo causa.
Ahora bien, ¿qué entendemos por trauma? El trauma es un acontecimiento que desborda lo que la persona puede enfrentar. En un niño que aún no tiene palabras, lo traumático se deposita en el cuerpo, en la motricidad, en el bloqueo de su evolución neuropsíquica. El aparato psíquico se ve entonces desbordado por la excitación, sin poder llegar a ligar ni simbolizar). “Trauma” significa herida, y en húngaro katastrofak, catástrofe: una herida que puede quedar coagulada en la experiencia. Frente a la amenaza, el cuerpo responde con sus propios recursos: lucha o huida.
El aparato psíquico se estructura como una existencia compleja, que incluye tanto un inconsciente reprimido como un inconsciente producto de la desmentida (Green, 2003a). Esta última opera como mecanismo de defensa y, a la vez, como elemento estructurante de un yo escindido. La desmentida y la escisión se vuelven fundantes del psiquismo.
Destinos del trauma:
Acting out: una transformación del conflicto psíquico en evacuaciones que ocurren fuera del aparato mental.
Somatización: defensa psíquica mediante la cual el sujeto evacúa por canales biológicos los aumentos de tensión que no logra procesar ni soportar mentalmente (Fischbein, 2006, 2007). La enfermedad psíquica seduce el silencio, sustituyendo el sufrimiento anímico por un dolor corporal u orgánico
Pesadillas: Estas son sueños largos y aterradores que despiertan al durmiente, con imágenes vívidas, intensas y poco deformadas. Constituyen una forma de soñar que se incrementa en estados de tensión exacerbada, donde el sujeto experimenta desvalimiento frente a un escenario psíquico persecutorio (Freud, 1976).
Adicciones: constituyen también un destino del trauma (Fischbein, 2007). Se trata de repeticiones de un vínculo narcisista con el objeto, sostenidas en conductas que no pueden detenerse: comidas, sustancias, juegos, ejercicio, trabajo, entre otras. Funcionan como auto-calmantes del yo: inicialmente placenteras, pero luego compulsivas, en tanto el cuerpo demanda el consumo.
Agujero negro: representa la repetición de un estado arcaico de depresión primaria por pérdida del objeto primordial. La tecnología, hoy, parece ocupar ese agujero: llena el vacío dejado por la ausencia de un objeto sustentador.
La actitud y la intuición del terapeuta son fundamentales en el abordaje clínico.
En Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico (1911), Freud indica que el principio de placer gobierna en el inicio de la vida y es solo la insatisfacción de las pulsiones lo que nos obliga a admitir el principio de realidad. Sin embargo, esta sustitución es, en verdad, sólo aparente pues “se abandona un placer momentáneo, pero inseguro en sus consecuencias, sólo para ganar por el nuevo camino un placer seguro, que vendrá después” (p.228). Este ha sido el fundamento de la doctrina religiosa que promueve el sacrificio terrenal bajo la promesa del paraíso celestial y, con la muerte de Dios (Nietzsche, 2001), es también el fundamento de la cultura del self-made man, vale decir del sobre esfuerzo individualista que se supone permitirá alcanzar la riqueza y el bienestar futuro.
Por otro lado, en Introducción del narcisismo, Freud (1914) menciona tres fuentes de la autoestima, la primera es el residuo del narcisismo infantil, la segunda, el amor correspondido y la tercera, el cumplimiento del ideal del yo. La sociedad actual con su demanda de éxito individualista está minando las posibilidades de vínculos estrechos, incluso, desde la infancia. Así, el cumplimiento del ideal se convierte en la vía privilegiada para resarcirnos. Entramos en un círculo vicioso, mientras más nos dedicamos a satisfacer el ideal impuesto, menos vínculo y mientras menos vínculo más dependencia tenemos del ideal.
Quizá por eso, la productividad se ha convertido en el mandato social por excelencia, determina quién sirve y quién no, como señala Bauman en Vidas desperdiciadas (2004). La hiperexigencia es cada vez más atroz. Incluso, los niños son sometidos a jornadas escolares extenuantes, incluyendo un sinnúmero de actividades extracurriculares como idiomas, deportes, talleres de música o arte, etc. que los dejan agotados, sin tiempo para jugar, sin tiempo para vivir.
En este punto, quisiera plantear la importancia de la pereza, del ocio que no se rige por las normas de la productividad sino únicamente por las del deseo. Es solo en ese tiempo de auténtica libertad (Tom Hodgkinson, 2005), dedicado a “hacer nada”, en ese detenimiento, que puede surgir la observación reflexiva de nuestras circunstancias, el cuestionamiento a los imperativos sociales, la posibilidad de transformarnos, de cambiar de rumbo. Es el tiempo, también, de la creatividad y la creación, de los descubrimientos científicos, académicos y sociales que no se gestan sin la posibilidad de una larga incubación de morosidad (Leclercq, 2014).
Proponemos conversar acerca de:
1. Fomentar la escritura en psicoanálisis: importancia de espacios en los que los candidatos puedan compartir sus producciones escritas, cuestión que enriquece y resulta un testimonio de la profundidad y riqueza que implica escribir sobre psicoanálisis.
2. Reconocimiento a través de premios y publicaciones: Las revistas Moción y Out|Art APA Edition, los libros Pioneros. Psicoanálisis Argentino, Pioneros. Segunda generación y el Premio Theodor Reik resultan estímulos que motivan la participación y la expresión escrita.
3. Construcción de lazo y diálogo: El Claustro de Analistas en Formación resulta un ámbito propicio para la construcción de diálogo entre colegas, generando un espacio de reflexión colectiva. Las producciones escritas promueven el sentido de pertenencia y colaboración entre los colegas, favoreciendo el intercambio de ideas y experiencias que enriquecen los lazos y la formación psicoanalítica.