Presenta/n: Gabriela Fridman, Etel Novacovsky - En el Sympo APA 2021" /> *A la conquista del cuerpo equivocado. "1000 cuerpos", mil goces * - El miércoles 03 de noviembre a las 19,00 PM - <strong>Presenta/n: </strong>Gabriela Fridman (APA), Etel Novacovsky (APA) - En el Sympo APA 2021
 


A la conquista del cuerpo equivocado. "1000 cuerpos", mil goces
Propuesta N° 066
miércoles 03 de noviembre / 19,00 PM

18:00 NY / 17:00 PE, EC / 16:00 MX / 22:00 POR / 23:00 SP, IT

Zoom Finalizado

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Presenta/n: Gabriela Fridman (APA), Etel Novacovsky (APA).



Resumen

Como material clínico haremos una lectura psicoanalítica del testimonio subjetivo de Miquel Missé tomado de su libro “A la conquista del cuerpo equivocado.” Si bien no se encuentra en análisis, leemos en su escritos un sujeto que se interroga, encontrando en él una forma de singularidad trans.






Ampliación/Descripción

A la conquista del cuerpo equivocado.

¨1000 cuerpos¨, mil goces:

Lic. Gabriela Fridman, Lic. Etel Novacovsky

 

A modo de material clínico haremos una lectura psicoanalítica del testimonio subjetivo de Miquel Missé (M.M., sociólogo y activista trans), testimonio tomado principalmente de su libro “A la conquista del cuerpo equivocado”.

¿Por qué M.M.? Si bien es alguien que no se encuentra en análisis, leemos en su escritos un sujeto interrogándose . Encontramos en él una forma de singularidad trans.

M.M. se pregunta:

 

¿El cuerpo es el lugar en el que se expresa el malestar, pero es la fuente del malestar trans?

¿Aquello que soñamos para nosotros mismos, es un deseo innato, o el deseo está en la cultura?

¿...me pregunto por qué nadie me dijo que una sexualidad era posible en ese cuerpo?

¿...por qué los deseos que se eligen tienen menos valor que los que se presentan como innatos?

La diferencia de los sexos es un tema desde el origen del psicoanálisis. Es abordada más allá de la diferencia anatómica. La naturaleza no nos  sirve de norma. A partir de los desarrollos freudianos es posible una subversión subjetiva que da cuenta de un orden no  natural para la vida sexual de los hablantes , “todos los individuos humanos en virtud de su disposición bisexual y de la herencia mosaico combinan en sí características tanto femeninas como masculinas de modo que la masculinidad y la feminidad puras no pasan de ser construcciones teóricas de contenido incierto” (Freud, 1925). Dos anatomías, dos sexos y un solo significante del sexo: el Falo.

Desde Freud, la sexualidad no es biológica ni cultural, es traumática. El sujeto busca lo que no tiene inscripción posible en el inconsciente. Lacan introduce con las fórmulas de la sexuación un modelo totalmente innovador. Según éstas, el hecho de ubicarse de un lado o del otro de la sexuación no implica nada de la elección de objeto. En el lado todo él ubica hombres y mujeres y en el lado no todo también.  La diferencia entre la posición masculina y femenina es en relación al goce por la vía de la lógica . Las fórmulas de la sexuación no responden a un binarismo. Todo ser hablante puede inscribirse en ambos lados.

Los psicoanalistas recibimos y alojamos en transferencia al sujeto con su propia demanda, y malestar. La clínica es siempre un desafío. Debemos “escuchar” las voces de los cuerpos sufrientes y excluidos , acompañarlos en sus invenciones subjetivas en el camino de “llegar a querer lo que desean”. El sujeto puede no querer saber nada de su elección inicial, rechazarla en el sentido de la represión y recubrirla de identificaciones. Una posición ética permite  escuchar su demanda y lo que esta encubre.

 “La clínica debe consistir no sólo en interrogar al análisis, sino en interrogar a los analistas, de modo que éstos hagan saber lo que su práctica tiene de azaroso…” (Lacan 1977) y urge a los analistas a que den sus razones.

Dice M.M.: “…asistimos a la legitimación de la posición trans…  Formo parte de la generación de gente que vivimos los procesos de fagocitación de la transexualidad, cuando no sabíamos qué nos pasaba y nos derivaban al psiquiatra con los que no teníamos un vínculo terapéutico: no teníamos confianza. .. era un examen… Eso falseó para siempre y generó una relación incómoda entre las personas trans y los profesionales de la salud mental…

En el título hablo de la experiencia trans y no de la identidad trans, con una cierta intención. Y es que lo trans puede ser una identidad para alguna gente pero en cualquier caso es una cosa que a uno le pasa, es una experiencia que uno vive y después cada uno la nombra, la interpreta y se ubica de distintas maneras. Hay gente trans que se ubica en una identificación muy fuerte de lo trans, hay gente que desea abandonar eso y ser percibido como un hombre o como una mujer y que lo trans no tenga nada que ver con su vida; hay gente para la que es algo así como un episodio que le sirve para entender cosas de sí mismo, pero luego no es algo particularmente que articule su propia subjetividad. En cualquier caso es una experiencia, que para alguna gente es una identidad”.

Es interesante el significante experiencia y no de identidad trans ,  va mas allá de la autopercepción,  de un yo autónomo. La experiencia, al concernir al cuerpo, está ligada a elección de goce.

Lo que caracteriza al transexual es esa “extraña certeza” de haber nacido con una falsa anatomía (“cuerpo equivocado”). Está convencido de no ser del sexo que su anatomía le atribuye, una certeza que se impone. Cabe preguntarse si esta certeza no viene a funcionar como un tapón contra la angustia; su estatuto, en todo caso, sigue siendo un enigma. Es importante abrir un tiempo de comprender.

"Siento la extraña sensación de qué me han robado el cuerpo. De hecho, siento que nos lo han arrebatado a las personas trans en general. Es una sensación que tengo, no pretende ser una verdad …  se nos ha impuesto una interpretación única. Me refiero a que para explicar nuestro malestar se nos ha dicho que no deberíamos haber nacido en este cuerpo pero que podemos lograr el adecuado con tratamientos hormonales y algunas intervenciones quirúrgicas."

Algo de su decir aparece cuando sostiene que “el principal ladrón de mi cuerpo soy yo… quería conquistarlo de nuevo abrazarlo muy fuerte y decirle que sentía haberlo abandonado”.

“El diagnóstico trans…  te reconoce en un momento vital en el que a tu alrededor parece que nadie entiende qué sucede. Y a la vez, también te desresponsabiliza porque no es una cuestión que dependa de tu voluntad. La trampa del cuerpo equivocado y que no se especifica cuándo acaba el tratamiento, y la realidad es que el tratamiento no acaba nunca. Ni las personas trans ni nadie llega nunca a tener el cuerpo definitivo de hombre o mujer, básicamente porque ese cuerpo no existe…Cuando empecé mi transición era todavía adolescente. Mi madre, mi padre y mi hermana finalmente se dejaron atravesar por mis interrogantes con generosidad y valentía. Frente a mis preguntas devastadoras del tipo “mamá qué pasaría si no soy un hombre ni una mujer”, ella no tenía respuestas…No se puso delante, se colocó a mi lado para atravesar la tiniebla. Mi madre como todo mi entorno, asumió que la solución era cambiar mi cuerpo.”

M.M. se pregunta por su ser. La pregunta es del orden del sujeto del inconsciente donde no hay inscripción hombre-mujer.

“Tengo una hermana única, dos años mayor que yo. En nuestra adolescencia éramos, según los estándares sociales, dos chicas muy masculinas. Hoy en día mi hermana se hizo una mujer adulta muy masculina y yo soy un chico trans bastante poco masculino… (ella logró despistar a los ladrones de cuerpos, a mí me desvalijaron) … Cuando empecé mi transición, mi padre me decía muchas veces que no hacía falta que modificara mi cuerpo. Me parecía que él no entendía nada, pensaba que si modificara mi cuerpo le estaría decepcionando… pero a la vez su contrapunto fue trazando una ventana imaginaria en mi pared…

El episodio Travolako fue una de las experiencias más brutales de mi vida…

Un paraíso repleto de playas escondidas fue el escenario… me angustiaba pensando qué narices haría yo al llegar al agua. Levanté la cabeza y miré a mi alrededor sentí que esa escena me transformaría para siempre, las categorías de género se habían desvanecido. Había 1000 cuerpos posibles, cuerpos que no había visto nunca antes y a la vez que se parecían tanto al mío. Cuerpos trans en el agua desnudos y vestidos entre carcajadas y cremas solares. No recuerdo nada más de aquel día, no recuerdo si me bañé, sólo recuerdo que fui feliz”.

Hay en este pasaje una habilitación de su goce singular, un acontecimiento de cuerpo. Hay una variedad múltiple de verdades de goces que no se clasifican como patológicas. Y es con respecto a esta diferencia que los psicoanalistas  intentamos salir de la cosificación haciendo jugar una posible incertidumbre.

“El malestar que uno acumulaba no siempre se restituye automáticamente tras modificar el cuerpo. Saldremos ganando si nos ponemos del lado de nuestro cuerpo y lo defendemos con uñas y dientes. Al otro lado del muro no nos espera el cuerpo no equivocado, el cuerpo que nos corresponde realmente, el que merece la pena ser vivido. Al otro lado del muro hay un abismo en el que nunca se sabe con certeza dónde queda el cuerpo deseado si uno ha llegado a él. A veces es como dibujar una ventana en lo que ahora solo es un muro y dejarla abierta”.

A través de las palabras de M.M. asistimos a su viaje vertiginoso, su viaje trans, que si bien transforma las características secundarias de su cuerpo, nos deja sin saber qué es el sexo como tal para el sujeto que lo experimenta como alteridad radical.

Palabras claves: transexualidad, experiencia trans, sexuación, goce, testimonio, cuerpo equivocado.

Bibliografía:

Freud, S. Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos (1925). Ed. Amorrortu, 1976

Lacan, J. Apertura de la sección clínica (1977), Ornicar 3. Ed Petrel, 1977.

Missé, M. A la conquista del cuerpo equivocado. Ed. Egales, 2019.