Bienvenidos al 59 Symposium y 49 Congreso interno de la Asociación Psicoanalítica Argentina
"Eros - Thanatos / Tensiones inevitables"
La temática que nos convoca a todos, no sólo identifica al presente, a la realidad conmovida, sino que está en las entrañas del descubrimiento freudiano, que no deja de desplegarse y ampliarse, sin diluirse.
Eros y Thanatos. Nunca están sueltos. Sólo la mirada especializada logra discernir aquello que la naturaleza humana pone de manifiesto de modo electrizante.
No necesito convocar a Eros, porque esta aquí, generando estos encuentros, actuando en todas las integraciones aquí presentes, sin dejar de lado, por supuesto, las tensiones inevitables de los seres humanos, como nosotros. Y Thanatos, la pulsión de muerte, de destrucción, de desinvestidura, resuena hoy en un tiempo que parece estar fuera de quicio. Porque incluso, cuando se juega el juego del carretel, no somos llevados por una pulsionalidad disociada, sino que esta trabaja en el entretejido posible de un sujeto vivo, sujeto de deseo.
El tema central que nos convoca se nos aparece iluminado por una obra llamada "Júpiter e Ío", pintada por Correggio cerca de 1532. La obra da a ver el momento en que Júpiter-Zeus, transformado en nube o en una especie de neblina, dejando entrever su cara, le arrebata la virtud a Ío ("la errante"), abrazándola y envolviéndola en un rapto erótico.
Lo dionisiaco y lo apolíneo, como opuestos que se encuentran en los cuerpos que se tocan como a través de un beso, dejan al descubierto la seducción de Eros y también del goce, lo oscuro y lo “informe” de la nube.
La puesta en escena de este enlace da a ver también, lo terrible, pero… la sublimación.
Sobre este tema, que revisita las coordenadas fundamentales del pensamiento freudiano, escucharemos hablar en este Symposium a nuestros queridos colegas, de aquí y del mundo.
¡Bienvenidos!
Gabriela Goldstein
Presidende de la APA
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Las actividades tendrán lugar desde el 2 hasta el 16 de noviembre de 2021.
Los inscriptos podrán asistir a las distinas actividades simultàneas que se realizarán por las salas Zoom de la APA.
En esta plataforma podrá encontrar las actividades por nombres de participantes, por contenido de actividad y por horarios.
En primer lugar debe inscribirse en https://tienda.apa.org.ar/Otros/59-Symposium-49-Congreso-APA
Luego recibirá los accesos de usuario y código para ingresar a las salas de Zoom, a fin de poder participar en las mismas, cliqueando el botón que aparece en cada actividad en el Programa.
Recordamos que todas las actividades serán cerradas, siendo abiertas por Facebook de la APA sólo la apertura y primer panel, a través del siguiente link: "APA | Asociación Psicoanalítica Argentina".
Nos proponemos debatir y reflexionar respecto de la temática del cuerpo en la experiencia de la virtualidad. Tomaremos como punto de partida un material fílmico que presenta la temática, a partir de lo cual ambos grupos volcaremos nuestras miradas y aproximaciones teóricas.
Los grupos participantes son:
Actualización y Contexto: (Sub-comisión de la Sec Científica de APA)
Integrantes: Agustina Fernández; Diego Luparello, Ricardo Spector, Rafael Groisman, Tessa Zaefferer; Javiera Marqués Rosas; Caludia Tapia, Carlos Tkach, Maximiliano Martinez Donaire
Grupo de Investigación de Lima (Docentes de la Pontificia Universidad Católica del Perú)
Integrantes: Pierina Traverso; Julia Velaochaga; María Graciela Cardó Soria.
Modalidad del dispositivo: TALLER
Coordinación del taller: Dra. Teresa Nora Popiloff
Talleristas:
Por subcomisión de producción escrita:
Lic. María Cristina Griffa.
Lic. Raquel Mugrabi.
Lic. Sonia Dyskant ( por claustro de candidatos).
Lic. Alejandra El Assir.
Lic. María Fernández Abella.
Participantes Invitados:
Dr. Luis Raúl Tebaldi.
Lic. Gabriela Piacquadio.
Dra Silvia Acosta.
Participantes
El taller está destinado a colegas en formación. Hacemos extensiva la propuesta a los docentes que quieran participar en la actividad.
Enfoque del taller
Escribir forma parte de un proceso que puede ser facilitado si se reflexiona sobre los diversos aspectos involucrados y se comparten las experiencias individuales.
Sugerimos que quienes se inscriban en el taller, antes de su inicio, lean el texto guía sobre la redacción de la monografía producido por la subcomisión de escritura del Instituto de psicoanálisis.
Link a texto para descargar:
Acceder a texto guía de redacción de monografía
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Propuesta impulsada por el "Área Psicojurídica", comisión ad-hoc del Centro Racker.
Espacio interdisciplinario entre Psicoanálisis y Derecho.
Coordinadora: Magis. Clara G Benseñor.
Secretaria: Lic Elda Irungaray.
Integrantes: Lic. Juana Berezin de Guiter, Lic. María I. Iribarren de Sahovaler, Lic. Mirta Marengo, Lic. Martha Nowik.
Resumen
El objetivo de la presentación es mostrar el trabajo integrado entre la justicia y un equipo de salud mental para sostener el resguardo de dos niños víctimas de abuso sexual intrafamiliar. Para ello se presentará el caso de una familia donde el padre abusó sexualmente de sus dos hijos, una niña y un varón, por lo cual la madre inició una causa judicial.
La sugerencia de la perito forense, luego de entrevistar a los niños, de la necesidad de que los mismos sean atendidos por profesionales especializados en la temática del abuso sexual infantil dió lugar a la intervención de un equipo hospitalario dedicado a la atención de menores víctimas de maltrato intrafamiliar.
Durante este proceso los hermanos relataron los hechos sufridos y asistieron a un tratamiento integral: pediátrico-social- psicoanalítico. Se presentarán distintos momentos de la intervención: las características de la solicitud del juzgado de la atención a los niños, aspectos relevantes del trabajo diagnóstico y del tratamiento psicoanalítico.
La evolución de los niños, informada al Juzgado de Familia, permitió que se mantuvieran las medidas de protección de los niños a pesar de los reclamos del padre de verlos ya que había sido sobreseído por la Justicia Penal.
Se expondrá desde la teorÃa y la clÃnica la posibilidad de re pensar esa inevitable tensión Eros-Thanatos, el dolor psÃquico y la perentoriedad observada en niños y adolescentes a través de fallas en la capacidad de simbolización y las tendencias a la descarga pulsional directa, como resultado de la cultura actual de la inmediatez y de la intolerancia a la espera, exacerbada más aun por la pandemia,
No cabe duda que Melanie Klein fue, sigue siendo y será una autora de una gran importancia, tanto técnica como teórica. Sus concepciones sobre el psiquismo temprano y su invención de la técnica del juego hicieron que el psicoanálisis ganara en comprensión y en ámbitos de aplicación ya que se pudo abordar el terreno de las psicosis y el análisis de niños. Luego de Freud, fueron Melanie Klein y Jacques Lacan quienes generaron los sistemas teóricos más sólidos y acabados. En nuestra sociedad la teoría kleiniana tuvo una relevancia superlativa a punto tal que, hasta los años setenta conformó un discurso casi hegemónico. Pero los tiempos han cambiado: nuestra Institución ha evolucionado, se ha convertido en una institución pluralista y en ella la gran mayoría de las voces psicoanalíticas se hallan representadas. Es por eso que en esta realidad pluralista de la Asociación nos proponemos un retorno de Melanie Klein como pensamiento psicoanalítico. Es verdad que nunca se ha ido del todo, que nunca ha dejado de estar presente pero creemos que es una autora suficientemente importante y su corpus teórico lo suficientemente vasto y sólido como para proponernos un grupo de analistas didactas y un grupo de candidatos generar un espacio de estudio e intercambio.
Crímenes de masa
En este trabajo reflexionamos sobre los fenómenos caóticos de masa, acontecimientos en los que los hombres son autores de hechos criminales contra grupos sociales que son vividos como diferentes. Para comprender dichos fenómenos, recuperamos los aportes de Sigmund Freud en Tótem y Tabú y en El porqué de la Guerra, como así también los conceptos sobre desarrollo del psiquismo de Blanca Montevechio y de núcleo gliscocárico de José Bleger.
En Tótem y Tabú, Freud habla sobre la construcción del psiquismo del self como emergente de la masa, donde todos eran uno para cometer el parricidio.
Blanca Montevechio se refiere a un estadío de desarrollo del aparato psíquico al que llama Dionisíaco, el cual coexiste con niveles de mayor diferenciación y de aparición posterior. Su teoría se apoya en el concepto de núcleo gliscocárico de Bleger, que hace referencia a una trama indiferenciada, sincrética y sinscicial compuesta por la diada madre-bebé con el todo, que contiene las protofantasías, herencia arcaica de la humanidad, y se caracteriza por ser caótico, violento, siniestro y no reprimido. Este núcleo se moviliza por conflictos en los vínculos con el Otro, produciendo síntomas que, generalmente, se manifiestan en fenómenos de masa, donde se pierde el self, sus intereses y se anula libertad de manera autodestructiva.
Esta estructura queda sumergida en el aparato psíquico y está presente junto a otras de posterior desarrollo y complejidad. El núcleo gliscocárico se manifiesta en el arte, en las experiencias místicas y religiosas, conteniendo y controlando los aspectos violentos. Cuando estos aspectos no se pueden controlar, aparece de manera directa en las guerras, matanzas y torturas.
En este marco, abordaremos algunos relatos sobre la matanza de indios sudamericanos y acerca del holocausto.
En una ciudad de La Pampa, una mujer ranquel, narra:
“Un tío bisabuelo fue tomado por los milicos en la campaña del desierto, lo torturaron durante tres días, que era el tiempo que según ellos tenía el indio para aprender a hablar como la gente, en español. Pasaron los tres días, comenzaron a chucearlo y maltratarlo hasta que le cortaron la lengua. Herido, se abrazó a su madre, derramando su sangre sobre sus vestiduras, un delantal blanco; murió entre sus brazos. La madre guardó el lienzo blanco con la sangre de su hijo, lo guardó en una bolsa de cuero de vizcacha. Cuentan sus descendientes que varios años después, una de las hermanas del indio sacó el contenido de la bolsa, y apareció en el lienzo la imagen plasmada del hermano muerto.”
El trauma toma el carácter de actual. Lo narrado se presenta como leyenda mítica, aparece el sincretismo con contenidos que representan el avasallamiento del pueblo aborigen y los componentes religiosos del agresor. La imagen del indio se condensa con la imagen de Cristo. La madre también es una madre como la Virgen María y su hijo un héroe sacrificado como Cristo. Este hecho traumático e histórico queda como una leyenda mítica que remite al sacrificio del hijo.
En agosto del 2002, un grupo de investigadores coordinó un taller dentro de un programa de capacitación docente en la provincia de Chaco, El Impenetrable. La población que habita en ese territorio se conforma, en su mayoría, por wichis que alcanzaron un grado de maestros auxiliares docentes. El objetivo del taller era elaborar los sucesos de discriminación que sufren los pobladores, así como fortalecer la identidad de las comunidades wichis.
En este encuentro, una de las docentes relató haber encontrado, en el terreno de su casa, huesos humanos, que creyó que eran del comandante Frías y de sus soldados. Hizo la denuncia, sin lograr interés en las autoridades del lugar. Nadie comentó el hecho tan impactante de encontrar huesos humanos. Cuando ya concluía el taller, una de las auxiliares wichi, con la cabeza gacha, voz rítmica y pausada relató: “Mi abuela lloraba, y lloraba… Cuando venían los blancos ella sabía que tenía que agarrar a los más chicos y escapar al monte… Días después volvía y encontraba a todos muertos…”. Le preguntaron de dónde era su abuela y, en lengua wichi, contestó que era de la localidad de la comandancia de Frías.
Para referirnos a las víctimas del holocausto, relataremos la novela de Osvaldo Bayer “Rainer y Minou”.
Minou es una joven judía argentina que migra a Berlín para realizar su primera película. La recibe Rainer, director del instituto de cine; ambos se enamoran platónicamente.
A partir de este vínculo, Rainer comienza a recodar los crímenes de su padre, quien llevaba de la mano a los niños que iban a ser exterminados. Encuentra una foto de una niña con un vestido bordó, una de las que llevó a la cámara de gas, la conecta con la figura de Minou y se desencadena su psicosis. Le pide a Minou que se vista de ese color porque sentía que resucitaba a la niña. Deja su cargo.
Uno de los antecedentes de la psicosis es que Rainer no podía comprender por qué a su padre lo llamaban “perro sanguinario”… “Ninguna presa se puede ocultar de ellos”. Al descubrir el significado grita: “asesino, bestia, me avergüenzo de tu sangre”.
Minou se enamora de otro hombre y él decide suicidarse, pero antes se despide de ella. Cambia la cerradura para que su hermana no entre a la casa, se mira al espejo, entra al baño, llena la bañadera, se seca, se acuesta, y se deja morir por inanición. A pesar de su pedido de yacer lejos del padre, la hermana lo entierra junto a él.
La historia de Dora es recuperada a partir de un taller realizado por una antropóloga en las comunidades nativas: Dora es una mujer tehuelche de 60 años que se comunicaba en su lengua nativa con fluidez, dejó de hablarla al casarse y la recuperó luego de los talleres realizados.
Cuenta Dora que cuando llegaron los científicos creía que habían llegado los militares: tomaron muestras de sangre, midieron cuerpos, cráneos, moldearon un mascara de yeso sobre el rostro vivo y anestesiado de su madre, dijo D-Dora- la mataron un rato.
Dora ocultaba su origen haciéndose pasar por chilena, nacionalidad menos discriminada en esa época de colonización en la que los niños eran traslados a instituciones para huérfanos. Una de las primeras cosas que se pierde en la conquista es la lengua, producto de la violencia ejercida por los conquistadores.
Nuestras reflexiones
Como consecuencia de la violencia ejercida en estos pueblos queda el dolor, la vergüenza, el sometimiento, el ultraje de la dignidad. Se construye el relato mítico como un intento de elaboración del trauma, donde, condensada y sincréticamente, aparecen contenidos de la cultura opresora. Así, el mito de la imagen plasmada en el delantal de la madre del hombre wichi queda ligado al mito de Cristo.
En las reuniones llevadas a cabo con los representantes de las comunidades indígenas, los delegados sostuvieron que no querían que en las escuelas se les enseñara Historia a sus hijos, sino que deseaban que aprendieran sus propios mitos. Pensamos que esta necesidad se debe a que dichos mitos llevan contenidos la verdad del trauma y que, por lo tanto, a partir del recuerdo se intenta continuar la elaboración de lo traumático.
En estos casos, hay aspectos de reinserción en lo social pero, también, hay un intento permanente de ligar lo traumático como una manera de sobrevivir a lo siniestro. Entendemos que en estos hechos traumáticos hay aspectos que no se pueden elaborar, sino que la única posibilidad es tenerlos presentes preservando la memoria de los pueblos, para evitar nuevas consecuencias trágicas.
Los aspectos transgeneracionales pueden salir en procura de organizar una historia y un mito. En cambio, si están obstaculizados, emergen entidades sin historia.
Consideramos que la vida en comunidad garantiza la protección, preserva el derecho a la vida y reconstituye la identidad, resguardando el aparato psíquico.
Dra. María del Carmen Cayupán
Lic. Adriana Yechúa
Mesa en dialogo "Las voces del Superyo"
Proyeccion de un monólogo de la obra Canibal (5 min)
Participacion en el dialogo Eugenia Salas, Sibila Shamah, Ariana Chorny, Lucila Winocur, Maria Angelica Pacheco y Teresa Zaefferer. (15 min)
Intercambio con el público.
Paciente 44 años, un hijo pequeño / Fragmentos.
(caso publicado)
Luego de 11 años de análisis y un diagnóstico de “inanalizable” consulta por no sentirse “verdaderamente” viva y encontrar que la gente le resultaba incomprensible.
A los 9 años fue violada por un hermano mayor aunque hoy entendía que sus problemas se ubicaban en su interior. Abiertamente expuso que no le gustaba nada de su analista a quien consultó, en cambio a su analista le resultaba simpática, franca y la consideraba como un caso desafiante.
El primer año “fue fácil” para ambas, dice la analista. Para la Paciente, porque todo la exasperaba, las interpretaciones, el tono de voz, la vestimenta, las flores del consultorio de la analista.
Paciente: “Estoy harta de Ud. y de sus cabellos rubios”.
Siempre criticaba las interpretaciones y la falta de tacto, declarándola incompetente para comprenderla.
Un día le dijo que la vivía como una madre decepcionante, que no quería o no podía ayudar a su hija a comprender la vida. La Paciente respondió que la veía como el mono de felpa de los experimentos de Harlow, haciendo referencia a las experiencias de chimpancés criados por madre ficticia, (se destacaban por la imposibilidad de establecer relaciones con otros monos).
La acusó de un ridículo optimismo para comprender sus problemas. Otro día hizo referencia a los experimentos de Lorenz donde patitos que habían perdido a su madre, seguían un zapato viejo.
Cuando la analista le dijo que ella esperaba que se conviertiera en una madre verdadera, la Paciente respondió: “Yo nunca esperé nada de nadie, pero Ud. es peor que nada…” y mirando una flores, se marchó del consultorio diciendo “los que aman a las flores debieran ser floristas y no psicoanalistas”.
En otra sesión llegó a decirle “no puede imaginar hasta qué punto la envidio, hasta qué punto quiero desgarrarla y hacerla sufrir”.
La paciente sin dejar de fatigar a su analista, la hizo cuestionar a esta acerca de la eficacia de la técnica clásica para una paciente sin insight y sin voluntad de analizarse. No obstante, esta seguía con ganas de descubrir el verdadero objeto de su rabia y frustración; la paciente seguía sintiendo mal.
La analista escribe que, luego de pensar en las cuestiones abrumadoras que ese análisis provocaba en ella (en la analista), “decidí hablarle de una eventual terminación de su análisis.”
Sorpresivamente la Paciente concurrió a la sesión siguiente diciendo: “No recuerdo de lo dicho ayer pero sé que fue una buena sesión, baje las escaleras canturreando “Auprés de ma blonde qu’il fait bon,fait bon…dormir…”.
La analista piensa en las cosas que se reunieron en su mente y decidió decirle que tenía el recuerdo claro de su cólera y descontento en esa sesión y agregó: “¿Tal vez esperaba que yo me sintiera triste en su lugar para poder irse contenta?”.
Sorprendida, la Paciente le dijo que sí, que no sabía por qué pero le gustaría “verla llorar”.
Analista: “Sería su llanto el que yo debiera verter?”.
No siguió una actitud de provocación habitual pero persistió en ella un sentimiento de infelicidad. Sorpresivamente descubrió que La Paciente rara vez expresaba sentimientos depresivos y su discurso de descontento estaba desprovisto de afecto. Esa noche tuvo un sueño:
“En una carretilla me llevaban a un puesto de policía. Un gran cartel anuncia que la Sra. Luna es buscada por asesinato. Me empujan por un corredor largo, vasto como un hospital. Estoy, pequeña, en una cama grande con barrotes. Mientras me voy, arrojo furiosamente trozos de algodón hidrófilo al suelo”.
La Paciente asocia la Sra. Luna con la analista que se supone “aclara lo que es tenebroso” y dice que el nombre del sueño es un anagrama del nombre de su madre. Los trozos de algodón recuerda que de niña, la gente decía que ella no lloraba nunca cuando su madre se ausentaba con frecuencia, dejándola largas horas con pelotas de algodón hidrófilo que ella chupaba frenéticamente hasta el regreso de su madre. Agrega: “¿Dónde estaba ella? Yo no tenía madre”.
Por primera vez, en este análisis, La Paciente “niñita que nunca lloraba”, estalló en sollozos: habría de llorar durante todos los meses siguientes.
Breves ponencias
Alberto César Cabral ( APA)
"El pasado es arcilla que el presente labra a su antojo. Interminablemente."
Voy a proponer reflexionar sobre esta bonita formulación de Borges.
- La omnipotencia de la resignificación: post-verdad, "prima gentil" del negacionismo.
- La resignificación y sus límites: los topes que lo real de la estructura opone al poder "remodelador" del nachtraglich.
- La "era de la indignación" (J.Haidt) y la exacerbación de las diferencias. Declinación del padre, fragmentación del grupo social, y la constitución de "burbujas" de opinión. De la verdad como adecuación (imaginaria) a la cosa, a la verdad como adecuación a la doxa de la propia burbuja
Elizabeth Chapuy ( APC)
Recordé un párrafo de Friedrich Nietzsche en la Genealogía de la Moral, que me atreví a intervenirlo arriesgadamente, marcando entre paréntesis las palabras que fui cambiando sobre el texto original.
Acá va:
“La tarea no es la de mostrar que el pasado (la verdad) está aún ahí, bien vivo(a) en el presente (en el decir). Por el contrario, seguir el hilo complejo de la procedencia es conservar (enunciar) lo que ha sucedido (una verdad) en su propia dispersión, encontrándose con errores, falta de apreciación, malos cálculos que han dado nacimiento a lo que existe y es válido para nosotros”. (Es finalmente) “descubrir que en la raíz de lo que conocemos y de lo que somos no hay ni el ser ni la verdad, sino la exteriorización del accidente”.
Javier García Castiñeiras (APU)
Pienso que es necesario discriminar el concepto de verdad en relación al inconsciente y al lenguaje, como imposible al que igualmente apuntamos pero sin buscar llenarlo. Y el del decaimiento de la verdad a nivel social y político, que para mí no se trata de una post-verdad sino, directamente de la mentira y las distintas formas en que ésta aparece como manipulación del otro o de los otros. En el uso político de la pandemia esto lo hemos visto dibujarse de diferentes formas, con el costo de enfermedad y muerte, pero en la historia del hombre se ha manifestado de mil formas. ¿Hay condiciones actuales que favorecen la mentira? El aluvión comunicacional, informativo y la enorme distancia que tenemos con los objetos virtuales y los acontecimientos, pueden facilitar las manipulaciones. Quizás aunque reconozcamos que la verdad no es decible ni alcanzable, igualmente sea preciso conservar la sensibilidad y disposición a dar un grito cuando nos enfrentamos a la mentira. Permite un rescate ético.
Miguel Calmón du Pin Almeida ( SBPdeRJ)
Necesitamos tener un cierto cuidado con las palabras porque como nos advierte el poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade “las palabras son siervas de extraña majestad”.
Así como en la fábula de La Fontaine, el Gallo de Chantecler, por más fuerte que sea no es capaz de despertar el sol, tampoco el agua hervirá hasta alcanzar los 100 grados, por mayor que sea la intensidad del fuego.
Retomamos así un debate que nos dice respecto hace 2500 años. Platón, en lo diálogo Cratilo, nos lleva a considerar si las palabras corresponden a las ideas desde donde provienen o si ellas se definen por la fuerza de persuasión de quien las pronuncien.
El psicoanálisis, 2500 años después, recupera y dignifica poéticamente el carácter equivoco de la palabra, su ocultamiento esencial, trayendo de vuelta la ambigüedad desde donde se operan los cambios Inter-humanos, luego donde se funda la subjetividad. Implica la opacidad, la no-transparencia, y así la posibilidad de la mentira y de la distorsión.
En el campo de la poesía, en el cual transita el psicoanálisis, las “mentidades” nos describen con perfección.
Pero, lo mismo en lo campo de la poesía y de las subjetividades, tiene que haber un punto de basta. La exigencia de un nudo entre lo colectivo y lo individual, nudo siempre misterioso y que a veces solo se hace precariamente, pues de otro modo nos quedaríamos en la consideración de los infinitos sentidos y nos perderíamos unos de los otros.
Sin la garantía que nos da la religión, la problemática del nudo entre lo colectivo y lo individual me parece central para pensar la verdad.
El decaimiento de la verdad (truth decay) es lo que promueven los gobiernos populistas y autoritarios para desmoralizar la verdad, aislándonos unos de los otros a fin de imponer el miedo y la inseguridad entre nosotros.
El sentido de las fake news es con el propósito de desatar estos nudos.
Agregado de Miguel Calmon du Pin Almeida
Miguel Calmon du Pin Almeida
Entrevista de la filipina Maria Ressa, ganadora do Nobel de la Paz en 2021, publicada en Le Monde, 17/10/2021[1].
- La señora afirma que allá de las amenazas físicas, uno de los riesgos mayores es lo de la desinformación…
- Es la democracia que está amenazada hoy en día e, más allá, es la própria idea de verdad que está puesta en causa, los factos. En toda parte, la tecnología desorientó lo sistema de información. Yo lo repito por haberlo experimentado. La tecnología ha puesto todo de punta cabeza. Ella ha tornado los factos contestables, ha puesto en cuestión la realidad que compartimos. Nosotros entramos en la era de los autoritarismos digitales. Algunos llegaran al poder gracias a eso, otros consolidaran su dominio con esas herramientas, las redes sociales, las fake news, sea en mi casa, o sea con Maduro en Venezuela y Erdogan en Turquia. (traducción libre)
Necesitamos tener un cierto cuidado con las palabras porque como nos advierte el poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade “las palabras son siervas de extraña majestad”.
Así como en la fábula de La Fontaine, el Gallo de Chantecler, por más fuerte que sea no es capaz de despertar el sol, tampoco el agua hervirá hasta alcanzar los 100 grados, por mayor que sea la intensidad del fuego.
Retomamos así un debate que nos dice respecto hace 2500 años. Platón, en lo diálogo Cratilo, nos lleva a considerar si las palabras corresponden a las ideas desde donde provienen o si ellas se definen por la fuerza de persuasión de quien las pronuncien.
El psicoanálisis, 2500 años después, recupera y dignifica poéticamente el carácter equivoco de la palabra, su ocultamiento esencial, trayendo de vuelta la ambigüedad desde donde se operan los cambios Interhumanos, luego donde se funda la subjetividad. Implica la opacidad, la no-transparencia, y así la posibilidad de la mentira y de la distorsión.
En el campo de la poesía, en el cual transita el psicoanálisis, las “mentidades” nos describen con perfección.
Pero, lo mismo en lo campo de la poesía y de las subjetividades, tiene que haber un punto de basta. La exigencia de un nudo entre lo colectivo y lo individual, nudo siempre misterioso y que a veces solo se hace precariamente, pues de otro modo nos quedaríamos en la sideración de los infinitos sentidos y nos perderíamos unos de los otros.
Sin la garantía que nos da la religión, la problemática del nudo entre lo colectivo y lo individual me parece central para pensar la verdad.
El decaimiento de la verdad (truth decay) es lo que promueven los gobiernos populistas y autoritarios para desmoralizar la verdad, aislándonos unos de los otros a fin de imponer el miedo y la inseguridad entre nosotros.
El sentido de las fake news es, a propósito, desatar estos nudos.
Rio de Janeiro, 19 de outubro de 2021.
Miguel Calmon du Pin e Almeida[2]
(mcalmon.trp@terra.com.br)
[1] -Vous dites qu’au-delà de ces menaces physiques, un des risques majeurs est celui de la désinformation…
- C’est la démocratie qui est menacée aujourd’hui et, au-delà, c’est l’idée même de vérité qui est remise en cause, les faits. Partout, la technologie a déboussolé l’écosystème de l’information. Je le répète parce que je l’ai vécu. La technologie a tout mis sens dessus dessous. Elle a rendu les faits contestables, remis en question la réalité que nous partageons. Nous sommes rentrés dans l’ère des autoritarismes numériques. Certains sont arrivés au pouvoir grâce à cela, d’autres y ont consolidé leur mainmise avec ces outils, les réseaux sociaux, les fake news, que ce soit chez moi, ou avec [les présidents Nicolas] Maduro au Venezuela et [Recep Tayyip] Erdogan en Turquie.
[2] Miembro efectivo, ex-presidente de la Sociedade Brasileira de Psicanálise do Rio de Janeiro (Rio-2).
En esta mesa teórico-clínica en la cual se brinda la posibilidad de intercambiar y pensar desde diferentes perspectivas clínicas un material clínico, en la cual la/el analista invitada/o expondrá el caso para pasar luego a un diálogo horizontal, configurado inicialmente entre los integrantes de la actividad, extensible luego a todos los presentes en la sala.
Los últimos acontecimientos de la época en relación a la pandemia parecen estar atravesados a predominio de Thánatos: contagios, muertes, pérdida de seres queridos, peleas originadas por las diferentes posiciones en relación a la misma, así como también referente a los cuidados sanitarios y hasta con las vacunas. ¿Cómo incidió esto en nuestro trabajo clínico? El análisis ofrece a través del amor de transferencia comandado por Eros, una salida posible o por lo menos una mogireración del sufrimiento.
Recordemos a Lacan cuando en 1953 nos dice:”Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de la época ¿Cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes”
¿Podemos practicar el análisis sin el encuentro entre los cuerpos, más aún, sin el diván? Pensemos en la posibilidad de seguir aliviando el sufrimiento humano recurriendo a las alternativas que nuestra sociedad nos ofrece. No es un nuevo dispositivo, es un auxilio para no abandonar a nuestros analizantes con sus conflictos a los que se suman el aislamiento y la distancia social.
Sabemos que la pieza fundamental de un análisis es la transferencia. A partir de ahí un análisis está en curso. Ya es posible sostener un acto analítico.
Freud nos advierte que nadie puede se ajusticiado “in absentia, in effigie” y esto lo garantiza la transferencia. El encuentro, de todos modos se basa en “no hay relación sexual”, fórmula lacaniana que introduce un vacío irreductible. La escucha, la voz y la mirada dan presencia del analista. Ni Freud ni Lacan hablan de cuerpos sino de presencia del analista. La modalidad virtual ofrece en estos momentos una posibilidad que de ningún modo sustituye al diván, aunque también sabemos que un diván no garantiza un análisis..
Si hay demanda de parte del analizante, si hay escucha e interpretación por parte del analista, hay deseo de analista. Lo virtual fue y sigue siendo un modo de lazo social. Lo que antes se consideraba una adicción es en estos momentos una banda de Moebius que facilita el lazo social y la continuidad de las tareas tanto educativas como laborales. El dinero, significante por excelencia está puesto en acto a través de las transferencias bancarias, donde también se observan distintas modalidades de goce.
Freud escribió durante la guerra más de 12 artículos, además de haber atendido a pacientes en modalidades poco ortodoxas: en épocas de la hipnosis fue llamado reiteradas veces para asistir a una madre que no podía amamantar a su hijo recién nacido. Había derivado la lactancia a nodrizas, pero esta vez decidió alimentarlo ella misma. Freud se valió de la sugestión hipnótica con la promesa de ser una excelente nodriza. Luego de dormirse, nada recordó de lo acontecido pero pudo asistir a su niño. Freud al ir a su casa pudo observar la relación que ella tenía con su madre. En la actualidad nosotros también lo hacemos y más aún, si atendemos niños , algún familiar aparece.
Recordemos a Catalina en Los Alpes, contándole en un paseo contándole sus dificultades de repiración, ahogos, opresión en los ojos, zumbidos y la visión de una cara horrible que la asustaba. Es allí donde Freud decidió suplantar la hipnosis por una plática ¿Podemos tomar este encuentro como el inicio del método psicoanalítico?
Para Octave Mannoni(2002) fue Fliess analista de Freud. En la carta 126 vemos como lo colocaba en el lugar del Sujeto Supuesto Saber. Freud revela la situación transferencial: se leen frases tales como “¡Tenía muchas cosas para comunicarte pero se han ido con la misma facilidad que han llegado” Dice Mannoni es cuando el analizante nos dice en el ascensor “Tenía ideas que ya se han esfumado”(p.46). Dice Freud haber descubierto el origen de su fobia a los trenes:”Ésta era una fobia de pobreza, de hambre, proveniente de mi glotonoría infantil y había sido despertada por la falta de dote de mi mujer(de lo que me enorgullezco” (carta del 21/12/1899 p.47).”Continúo sin saber lo que me ocurrió, sólo sé que tú estabas implicado” (carta del 7/7/1897 p.47).
Pero para Freud, su caso más paradigmático fue el análisis que realizó a Gustav Mahler en un hotel de Holanda (Psyciencia 2013). Mahler sufrió una serie de duelos que lo llevaron a grandes inhibiciones. Fue testigo presencial de la muerte de 6 hermanos y el suicidio de otro de ellos, pero el que más le afectó fue el de Ernest, próximo a su edad y le inspiró en su labor musical. Se sumergió en su propio mundo como evasión de la triste realidad que lo rodeaba. Padeció el carácter violento y dictatorial de su padre. A los 47 años en 1907, como consecuencia de una difteria falleció su pequeña hija Putzi a los 5 años. De inmediato padeció una grave cardiopatía que luego acabaría con su muerte. Se dedicó a ponerle música a “Las canciones de los niños muertos”. Estaba casado con Alma con quien tenía una grave convivencia matrimonial por sus infidelidades. Cuando estaba trabajando en su octava sinfonía, su esposa aborta. Dimitió como Director de la Ópera de Viena, aterrado de que su esposa lo dejara. Sumergido en una profunda melancolía, un amigo le recomienda que consultara a Freud. Canceló 2 veces la cita hasta que cuando Freud vacacionaba en el Mar Muerto pidió ayuda deseperadamente. Freud lo citó en un hotel de Holanda en la ciudad de Leiden, que casualmente en alemán significa sufrimiento. Freud manifestó que nunca había encontrado un paciente que asimilara tan rápidamente la esencia del psicoanálisis. Como consecuencia de 4 sesiones, Mahler llegó a la conclusión que siempre había buscado en su esposa a una mujer que se pareciera a su madre. Freud le dijo:”con una madre tan agobiada por un gran dolor, ud desea que su esposa sea igual a ella”.Esto fue como consecuencia que Freud escuchara María, nombre de la madre de Mahller en lugar de Mayer apellido de la esposa. Según Freud, Alma mantenía una fijación complementaria a la de su marido ”ella ama a su padre hasta el extremo de que sólo fue capaz de elegir y amar a un hombre como ud.” Mahller reconoció todos sus complejos y sus miedos y ella se buscó otro hombre por su impotencia. Freud expresó después que ningún compositor había llegado a expresar de un modo tan conmovedor la lucha entre Eros y Tánatos. Freud especuló acerca e que ciertas experiencias infantiles tuvieron una significativa importancia en la génesis de su neurosis y en la inspiración de sus composiciones. Tras este análisis con Freud, Mahller fue capaz de reincorporarse a sus tareas y aceptar un contrato para los Estados Unidos.
La cínica actual:
Las viñetas aquí presentadas han sido modificadas para respetar la confidencialidad de los pacientes.
Clara: Traeré el ejemplo de una nueva consulta durante la pandemia, sobre una púber que desarrolló una fobia a las mariposas a partir de una pesadilla donde una mariposa gigante se le venía encima para atacarla y se despierta a los gritos. Temía salir al jardín porque estaban en el aire y por todos lados. Esto quedó asociado al COVID que decía que andaba por el aire. Podemos acercar otras interpretaciones, tales como una madre invasora que la aplastaba pero fue el significante COVID el que desencadenó su padecer: COVID CO-Vida. También apareció el horror a lo femenino ya que estaba por menstruar y la madre le decía”mejor que no te venga eso porque es teriblemente doloroso”.
Dice Lacan en el seminario “La Angustia”. El niño se angustia cuando tiene a la madre siempre presente y no cuando le falta. “No es la nostalgia del seno materno loque genera angustia, sino su inminencia” La angustia de la pesadilla es experimentada como la angustia del goce del Otro. Goce sobre nuestro cuerpo aplastándonos el pecho. Es el encuentro con lo real, goce extranjero que oprime el pecho.
María: Una niña de 4 años es traída a la consulta virtual por frecuentes constipaciones que le habían aparecido durante la pandemia también con temores a ir al baño para no ver como el agua se llevaba sus heces. Llegaba a hacer bolos fecales de hasta 10 días. La ví por video llamada comenzando por los padres donde relataron duelos recientes.
Me sorprendió como pudo desplegar en la primera hora de juego su fantasía de enfermedad y su fantasía de curación tal como nos enseñara Arminda Aberastury. En su juego mostraba como se morían las amigas de sus muñecas y luego se curaban con la intervención de una doctora. Las dificultades esfinterianas comenzaron después de la muerte de un familiar que convivía con ella. Comenzó su tratamiento on line con juguetes aportados por ella. En una de las sesiones, muy contenta, prefirió hablar, contándome que el programa PAKA-PAKA, Belgrano había ganado una gran batalla en Salta y había triunfado. Luego relata que ella había hecho caca en baño y por eso estaba muy cansada, a lo que yo interpreto que ella también había ganado su batalla en el baño y por eso estaba tan cansada!
Tenemos otros casos que por razones de espacio no se han podido desarrollar, pero vemos que el significante COVID ha despertado síntomas según la singularidad de cada uno.
Para Diana Rabinovich(2020), la pandemia desató para muchos, tristeza, desamparo y angustia. Desamparo frente a la Ciencia, representante del Otro que nos cuida, dejándonos inicialmente inermes al no poder dar respuesta alguna.
Esta época implica un desafío para enfrentar la contingencia que nos atraviesa manteniendo la hipótesis del Inconciente, uno de los conceptos fundamentales del Psicoanálisis.
Por último veremos en nuevas consultas las consecuencias subjetivas que dejará esta pandemia.
Palabras claves: Pandemia-Respuestas subjetivas singulares-Transferencia-Virtualidad-Clínica
Bibliografía:
Freud S. “Trabajos sobre técnica psicoanalítica (1911-1913) Tomo XII Buenos Aires Editorial Amorrortu (1976)
Lacan J. Seminario 10 “La Angustia” (1961-1963) Buenos Aires Editorial Paidós
Mannoni O. “Freud: el descubrimiento del Inconciente” (1966) Buenos Aires Editorial Nueva Visión
“Ninguna generación es capaz de ocultar a la que le sigue
sus procesos anímicos de mayor sustantividad”
(Freud S., 1913, p.160)
En el departamento de niños y adolescentes Arminda Aberastury, nos parecen fundamentales tanto la investigación como la prevención. Por tal motivo, nos proponemos diseñar un proyecto de trabajo que pueda conjugar ambas, a través de una labor de investigación que esperamos pueda contribuir con la prevención de problemáticas que atraviesa la clínica con bebés, niños y adolescentes.
Para llevar a cabo esta labor, nos planteamos tomar la perspectiva de lo transgeneracional, ya que en el trabajo clínico con nuestros pacientes venimos observando la incidencia que adquiere esta vertiente, en relación con la producción de subjetividad y psicopatología.
En este sentido, nos preguntamos: ¿Qué es lo que el niño hereda en la transmisión intersubjetiva? ¿Se trata de una transmisión de duelos, de traumas? ¿Cómo se transmiten esas vivencias psíquicas? ¿La transmisión de los secretos familiares, "lo sabido no pensado”, repercute en la constitución del psiquismo del niño? Estos serán algunos de los interrogantes que guiarán nuestra investigación.
El marco teórico psicoanalítico del proyecto de investigación propuesto lo constituye la obra freudiana y algunos autores que han profundizado la perspectiva transgeneracional como: N. Abraham y M. Torok, H. Faimberg, R. Kaës, A. Green, C. Bollas, entre otros.
Rastreando en la obra de Freud, encontramos numerosos pasajes donde hace referencia a lo heredado de una generación a otra. Recordemos a Freud en Tótem y Tabú: “Si los procesos psíquicos no se continuaran de una generación a la siguiente, si cada quien debiera adquirir de nuevo toda su postura frente a la vida, no existiría en este ámbito ningún progreso ni desarrollo alguno. En este punto surgen dos nuevas cuestiones: conocer el grado de continuidad psíquica que se puede suponer en la serie de las generaciones, y los medios y caminos de que se vale una generación para transferir a la que le sigue sus estados psíquicos.” (Freud, 1913, p.159)
En la misma dirección, en Moisés y la religión monoteísta: “la herencia arcaica del ser humano no abarca sólo predisposiciones, sino tambien contenidos, huellas mnémicas de lo vivenciado por generaciones anteriores.” (Freud, 1939, p.96)
Las citas planteadas tienen un eje en común constituído por el concepto de “identificación”. Partimos del supuesto general compartido, que la identificación es uno de los procesos básicos en la estructuración del psiquismo, a sabiendas de que el concepto es polémico y reaviva controversias. En líneas generales, todos podríamos adherir a la idea que la identificación es un proceso que implica la internalización de objetos, dejando como resultado la asimilación de éstos en el yo. Así, la estructuración de la personalidad se basa en una serie de sucesivas identificaciones que van formando el carácter y también el superyó.
Es de común conocimiento que el concepto de identificación no sólo es una idea compleja, sino que además sufre numerosas modificaciones a lo largo de la obra freudiana.
En Psicología de las masas y análisis del yo (1921), Freud enunció que la identificación primaria es la manifestación más temprana de un lazo afectivo a otra persona. Será en El yo y el ello (1923) donde propone a las primeras identificaciones como las más universales y duraderas. Se refiere a que en la génesis del ideal del yo “se esconde la identificación primera, y de mayor valencia, del individuo: la identificación con el padre de la prehistoria personal. A primera vista no parece el resultado ni el desenlace de una investidura de objeto: es una identificación directa e inmediata (no mediada) y más temprana que cualquier investidura de objeto (Freud, 1923, p. 33)
A partir de dicha conceptualización, entonces: ¿De qué hablamos cuando nos referimos a identificación alienante? concepto acuñado por H. Faimberg ¿Se trata de otro tipo de identificación?, ¿Cuál sería su especificidad?
Faimberg (1985) se pregunta de qué manera son afectados los pacientes por la transmisión de fuerzas inconscientes que derivan de una historia familiar desarrollada en un tiempo pretérito a sus propias vidas. ¿Cómo pueden estas fuerzas ser puestas en palabras si paciente y analista desconocen su existencia?
Define un tipo de identificación narcisista inconsciente alienante en la cual tres generaciones están condensadas, "telescopadas"; y postula que este fenómeno es universal y puede ser descubierto en todo análisis avanzado, explorando los secretos de familia.
Desde los aportes de Kaës, R. (1993) compartimos su planteo en cuanto a dos formas de transmisión entre las generaciones: la primera, llamada intersubjetiva, implica la transcripción de lo que se intercambia entre los sujetos y como tal, configura un espacio de transformación y el reconocimiento de una brecha, una barrera que sostiene la diferencia.
Por esta vía, las historias de los antepasados en las sucesivas generaciones son transformadas por las subjetividades dando lugar a la aparición de sustitutos simbólicos expresados en los ideales, los mitos familiares y las metáforas comunitarias.
Kaës denomina transubjetiva, cuando se produce un atravesamiento que borra los límites del yo y del objeto, una apertura máxima de las subjetividades (quedan parcialmente abolidas) y las vivencias dolorosas se expresan únicamente a través de un lenguaje encriptado en actos en el mundo o en el cuerpo. Estos son los contenidos intramitables de los procesos pulsionales puros que no reciben ligadura por parte del psiquismo.
Adherimos a la idea de que hay ciertos núcleos que se transmiten y se incluyen en la configuración del aparato psíquico. Dichos núcleos transmitidos desde “lo sabido-no pensado” en términos de C. Bollas (1987) se presentifican en la transferencia volviéndose perceptibles para el analista, poniendo de manifiesto algún aspecto secreto de la historia del paciente.
Estas identificaciones alienantes nos remiten a la pulsión de muerte, son identificaciones tanáticas en tanto parasitan una parte del psiquismo del paciente al ser contenidos no tramitados que pertenecen a otra generación. El modo particular de presentación de este tipo de material patógeno conlleva una peculiar labor técnica por parte del analista que se ve en la situación de realizar una reconstrucción- construcción.
Los conceptos de los diferentes autores mencionados tienen un eje en común establecido por el concepto de “identificación”, que subrayamos a la hora de pensar a los niños a partir de la constitución del aparato psíquico temprano, sin dejar de lado el enfoque de lo intersubjetivo, que nos permite abordar una comprensión sobre la articulación psíquica entre padres e hijos y sus implicancias en los casos clínicos.
Desde nuestro proyecto enfatizamos analizar las identificaciones del hijo con figuras relevantes del pasado de los padres, a sabiendas de que esta tarea genera fuertes resistencias por parte de éstos, que se plasma en descreer en que un mito familiar circulante pueda estar incidiendo en la vida actual del hijo. La casuística de niños y adolescentes que nos convoca hoy en día, nos conmina a pensar en términos de tres generaciones, donde lo transgeneracional, como ya lo dice su prefijo “trans“(atravesamiento) dará lugar a lo indiferenciado, a la repetición de las modalidades de vínculos, a la clínica de lo traumático o de lo negativo, historias sin palabras cuyo lenguaje va ser el síntoma que aporta el niño.
Por esta vía el analista intenta la desidentificación del paciente al volver a situar ese contenido clivado en el momento histórico al que efectivamente pertenece. Dicho proceso produce alivio en el paciente al liberarlo del sometimiento a una historia que no le pertenece permitiéndole disponer de su propio deseo para poder elaborar un proyecto futuro que lo rescate de un tiempo circular, que conlleva la repetición mortífera propia de la alienación a las figuras ominosas del pasado histórico familiar.
Adherimos a los autores que indagan una dimensión de lo psíquico que excede el retorno de lo reprimido, por dicho motivo hoy en día trabajamos con el retorno de lo desmentido, con lo no representado, manifestaciones de la pulsión de muerte en juego.
RESUMEN
Realizamos un recorrido teórico partiendo de las ideas freudianas para repensar el concepto de transmisión en la vida psíquica temprana, articulándolas con nuevos desarrollos realizados por otros autores respecto de la herencia de contenidos de una generación a otra, haciendo hincapié en los efectos tanáticos puestos en juego.
PALABRAS CLAVES: Transmisión psíquica, Identificación primaria, Desmentida, Tánatos.
Bibliografía
Faimberg, H. (1985). El telescopaje de las generaciones. En Rev. APA Vol.42. Nro/ 05
Freud, S. (1913-14) Totem y Tabú Tomo XIII. A.E
Freud, S. (1920) Más allá del principio del placer. Tomo XVIII, A.E
Freud, S. (1921) Psicología de las masas y análisis del yo.. Tomo XVIII, A.E
Freud, S (1923) El yo y el ello. Tomo XIX. A.E
Freud, S (1934) Moisés y la religión monoteísta. Tomo XXIII. A.E
Kaës, R. (1993). Introduction au concept de transmission psychique dans la pensée de Freud. In Transmission de la vie psychique entre generations. Paris: Presses Universitaires de France.
En el presente trabajo queremos repensar la temática de lo social en la actualidad, la falta de función paterna eficaz que dé al niño el espacio potencial que le permita estructurar su psiquismo, como consecuencia de la falta de autoridad en la sociedad y en la familia característico de nuestro tiempo. Para ello partimos de la constitución psíquica temprana y de lo infantil, que entendemos como lo universal de dicha estructuración. Los diferentes aspectos del psiquismo que dan forma en cada individuo a su propia historia intrapsíquica, signada y modelada desde el vínculo, el encuentro de dos intrapsíquicos que se transforman en un intersubjetivo, un vínculo que anida, ofreciendo su mirada, su satisfacción y sus cuidados en un contexto de amor y dedicado a ese encuentro esperado, con la presencia de una función tercera que instaura el padre, para dar acceso la realidad, la frustración, el proyecto de un futuro realizable. El espacio y el tiempo, como nos dice Hilda Catz (2021) tiempo compartido, deseado, disfrutado que crea encuentro con satisfacción, y aparato psíquico, rescata al niño de un lugar que podría cristalizarse a través de la eterna necesidad de bebé, o peor aún, del rechazo del tiempo y el espacio que el bebé les roba, quitándoles la libertad de disfrutar de sus vidas.
Esto nos lleva a Freud en “Introducción del narcisismo” (1914) nos propone la fórmula de “His Majesty the Baby”, la diferencia entre una oferta identificatoria constitutiva, satisfactoria, respetuosa del hijo como otro, en el deseo de un proyecto de vida del cual pueda apropiarse, como nos dice Marucco (1980) cuando nos habla de la identificación primaria pasiva, que permita amarse como fui amado, para luego amar al otro. Y así crear un aparato capaz de relacionarse con el mundo externo, a través de un principio de realidad que pone en relación al individuo con el mundo y le da la posibilidad de apropiarse de su vida para vivirla, o, por el contrario, la falta de espacio y tiempo para favorecer los procesos de subjetivación.
Es el vínculo inicial el que se continua con la ampliación a la pareja parental, función materna y paterna integradas en la constitución psíquica. Si la cultura consumista y prestante exige la continua atención a la performance, el dinero y el consumo, la imagen y los logros inmediatos, colonizan la mente de quien no puede pensar al hijo, escucharlo y hablarlo, sino que lo usa y manipula o lo desecha porque molesta. En esta forma la debilidad de la función parental deja al niño en el lugar de las necesidades del otro y no del otro para las suyas. No se piensa en compartir, sino en dejar a los niños en el centro de la escena, pero solo en apariencia, ya que en realidad son obligados a ser el sostén de sus padres y de la familia, el centro ligante de vínculos precarios.
Sin investidura, sin protección y sin los cuidados necesarios, el niño toma el lugar de protección que no obtiene del medio y se adultiza, estructurando tempranamente su Yo, que por ende, es frágil y con prevalencia de defensas preedípicas, tratando de sobrevivir al abandono en vez de fortalecerse en el contexto de un ambiente suficientemente bueno.
Hijos suficientemente buenos que devienen sostén de los frágiles roles parentales ya que no fueron hablados, escuchados e inscriptos en una historia propia enlazada a su familia y su comunidad, ya que ni siquiera la historia familiar existe.
Reflexionemos sobre una viñeta clínica. María llega durante la pandemia y comienza un análisis online que lleva ya 6 meses en los cuales se producen cambios sorprendentes. Es una mujer casada, de 42 años, profesional exitosa, con un hijo de 8 años. No soporta más el control, las presiones, conflictos y interferencias de la madre en su vida, esta muy preocupada por las conductas extrañas del hijo mayor.
En la primera consulta habla de lo que la angustia:
“Yo no sé qué pasa con mi hijo de 8 años, está mal, estoy muy preocupada. No juega con los otros chicos, dibuja siempre lo mismo, escucha las mismas canciones, siempre los mismos personajes, está lleno de miedos, no sé qué pasa, llora siempre si tiene que esperar, come siempre lo mismo…”.
Cuenta que cuando tenía 3 años le diagnosticaron un transexualismo, en un Centro Privado, en el cual recomiendan un tratamiento psicológico. Todo surge de un dibujo en el cual se viste como una nena. Después de cuatro años de terapia presenta síntomas graves de aislamiento, exclusión e intensas dificultades relacionales. La madre comenta que, aunque se llevaba bien con el padre, quería estar siempre con ella y sentía al padre como una continua interferencia. En cada sesión habla de las conductas bizarras de su hijo.
La paciente se siente sumergida en situaciones complejas que no le permiten focalizarse sobre sí misma. Habla continuamente en un tono bajo, como si contara un secreto, como si fuera prohibido contar los hechos hogareños, y la sesión fuese un lugar en el cual confesarlos.
La analista escucha sus relatos, llenos de dudas sobre lo que estaba sucediendo con su hijo y en la medida en que pasan las sesiones, María se siente escuchada lo cual abre un espacio que la habilitan a dar crédito a sus pensamientos y preocupaciones.
El proceso analítico comienza centrándose en un discurso que lentamente se transforma en una denuncia de los aspectos más patológicos de ambas familias, la propia y la de origen. En la medida en que María puede expresar sus preocupaciones, se abre la posibilidad de pensar y reflexiona sobre ciertos detalles de su vida hogareña, introduciendo nuevos elementos a la dinámica familiar, que se traducen en cambio notables del lugar de cada uno de sus miembros.
Decide cambiar la terapeuta de su hijo, lo cual introduce nuevo material al análisis a través de los relatos que el hijo hacía de sus propias sesiones, dando forma a ciertos secretos familiares, por ejemplo, el colecho con la madre desde su nacimiento, dejando la vida de pareja limitada a momentos ocasionales.
La fragilidad de la función parental deja librado el hijo a los dictámenes culturales y familiares. Pero María no se conforma y denuncia, comienza a analizarse, y toda la dinámica familiar cambia, su madre se enoja y no se mete más en su vida. Su hijo cambia de terapeuta y ella encuentra en los relatos del hijo la coherencia que le faltaba a sus vivencias familiares.
El padre que admiraba a los profesores de dicho instituto famoso, empezó a dar espacio a las propias percepciones y a los relatos de María y del hijo, saliéndose ambos de las costumbres familiares, lo cual dio espacio a una nueva idea de vida familiar, la que ellos logran construirse.
El análisis del hijo y de la madre dieron la apertura necesaria para que se saliera de la complicidad con la cultura como forma de sostén, pero dentro de un malestar, de un situación caótica y confusa que la misma cultura les proponía. Inmediatez y etiquetas, son objetos inanimados, no simbolizantes que dan una pseudo-identidad, lejos de la simbolización subjetivante, actuada por los hijos pero en realidad falso sostén de la debilidad parental producto de sus propias historias familiares frágiles, en una eterna repetición a través de las propuestas culturales que cada época propone.
Cuando madre e hijo encuentra un espacio desde la función tercerizante del análisis, aún desde su valor catártico, ya no desde el lugar de las costumbres familiares de sus ancestros o de la cultura, sino desde sus propias percepciones de la familia. María ve el malestar del hijo y el propio y se siente ahora habilitada a decir y hablar de lo que está sucediendo en casa y ya no es sólo “lo que tiene que ser porque los otros dicen”.
Ambos buscan la forma de salir de pactos narcisistas y denegativos patológicos, conformistas, de negación de la evidencia y aceptación de lo que los demás deciden por ellos, respetando alianzas inconscientes alienantes que dejan al grupo familiar atrapado en un destino de “costumbres”.
Con la elección de un análisis, María busca cambios que no sabe como actuar. A partir de allí comienza lentamente a pensar por su cuenta, disminuyendo la angustia y la culpa, y a denunciar y proponer un cambio de rumbo en familia. El nacimiento de un ámbito familiar propio permite liberar tensión en todos sus miembros y comienzan a hablar de los problemas y a enfrentarlos.
La sociedad deviene alternativa a la confusión reinante en ámbito familiar. La confusión propia de ciertas parejas sometidas a los mandatos familiares se desliza fácilmente en sometimientos. La evaporación de los roles parentales deja a ambos miembros a merced de lo que dicen los otros, tanto la familia como los vaivenes culturales bajo la forma de contratos narcisistas y alianzas inconscientes, ya no de sostén sino de abandono.
Bibliografía:
Catz, H.: Intervención en el Departamento de niños y adolescentes “Arminda Aberastury” de APA el 2021, “Lo infantil en la clínica de niños y adolescentes hoy”.https://facebook.com/events/s/departamento-de-ninos-y-adoles/1223266864772508/
Freud, S.: (1914) Introducción al Narcisismo. En Obras completas, Vol. XIV: Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico. Trabajos de metapsicología y otras obras. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1993. (pp. 65-97).
Marucco, N.: (1980) Capítulo 3: Introducción a [lo siniestro] en el yo. En cura analítica y psicoanálisis. De la represión a la desmentida. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1999 (pp. 67-77).
En nuestra práctica institucional,(*) de formación a profesionales en la Observación psicoanalítica de bebés Metodo Bick, nos sorprenden las capacidades mentales que se desarrollan en el profesional a partir de la relación intersubjetiva que se establece con el bebe- madre-padre-cuidador.
Aprender a observar el modelo sensible de las interacciones que se realizan en la casa de la familia, requiere de mucho interés y compromiso de parte del observador, que sin participar explícitamente sugiere desde su lugar no intrusivo, cuidado y continencia emocional.
Es una experiencia real, se liga a “estar con el otro” en un campo intersubjetivo creándose una conciencia intersubjetiva.
Son momentos compartidos donde la comunicación implícita inconsciente entre el observador y la figura de la mamá-papá-bebé, se da en planos del afecto, emociones , sentimientos, pensamientos…..
El cuerpo-mente del observador registra las sensaciones sin palabras que viajan hasta ser imaginadas y transformadas en emociones para ser pensadas dentro de una mente abierta. (Bion 1977)
En el encuentro semanal con otros observadores en formación y con nuestra coordinación, se va creando una mente grupal. El tiempo de reflexión descubre procesos conscientes –inconscientes del observador y del grupo, obstáculos, acuerdos, alianzas, el objetivo es arribar a conocer el mundo intersubjetivo de la madre-bebe familia donde se produce el nacimiento psíquico del bebé.
Es transformador para la mente del observador ser continente de las vicisitudes de las pulsiones vida-muerte en la relación mamá-bebe: el bebé junto a los deseos de ser contenido para vivir, sentir la organización del self, el desarrollo del yo, siente la sensación de desintegración si el sostén materno no se cumple. Dramáticamente aparecen ansiedades de caída, vértigo, verdaderas emociones de catástrofe, muerte psíquica.
Desde la precariedad real del recién nacido, el observador con su sensibilidad no deja de sentir al bebé en su búsqueda incansable de sostén, sus ojos se prenden, adhieren al cuerpo de la madre, la piel de la madre y su piel son una sola cuando se tocan, se miran, se escuchan, se huelen. La más primitiva identificación es la adhesiva(Bick) expresión de la pulsión de sobrevivencia, de auto conservación, luego las identificaciones proyectivas comienzan la comunicación sensorial durante las mamadas, los gestos acariciadores, el calor del contacto, intercambio de sonrisas, interconectividad de la mirada.
La formación en Observación transcurre desde el día 0 de vida, a lo largo de uno, dos años , considerada pre-clínica ya que el bebe elegido se encuentra en estado “normal”, sin alteraciones físicas-o neurológicas.
¿Qué ocurre en la Pandemia?
Es posible observar al bebe y su familia sin la presencia física en la casa?
Según este Método Bick solo es considerada la formación si es presencial, en contacto con el mundo sensorio que emana de los cuerpos, sus olores , colores, ritmos y conexiones sensibles.
Como docentes y formadoras en el Método mantener el interés de los alumnos requiere flexibilizar el encuadre.
La observación on-line por video llamada, zoom permitieron otra experiencia intersubjetiva, apasionante por el deseo puesto en juego en descubrir las potencialidades del bebé- familia- observador- grupo.
De la formación en observación a la intervención clínica
Embarazo de 5 meses
Extendiendo las observaciones hacia las consultas clínicas recibimos un llamado telefónico de urgencia.
Se escucha un tono de voz quebrada con un ritmo entrecortado: cuenta de sus antecedentes psiquiátricos por ansiedad y fobias antes de su embarazo, adicta a la medicación ansiolitica no puede vivir sin ella, tuvo atención psicológica discontinuada durante la pandemia.
Se puede notar en su narrativa su angustia de no poder enfrentar las necesidades de su bebé, de no poder cuidarlo, sus temores sobre la lactancia con miedos a dañarlo por los medicamentos que toma. Expresa su lucha por la vida de su bebé y ella misma, buscando en la escucha de la terapeuta el espacio- continente seguro.
“ ..estoy volviendo de la guardia , estoy con mareos y dolor de nuca … estoy en crisis me atendió una clínica y obstetra me mandaron tranquilizantes clonazepán 0,5 ayer se me murió un abuelo yo me enteré, entre en crisis fuerte.....no lo puedo superar sola”…
“Mi marido no está, necesito hablarle me agarra fobia a la noche es como un trastorno, cuando va oscureciendo”
“Yo me desperté hace un rato porque me agarra ataque de angustia a la mañana ahora estoy muy deprimida sin ganas de nada…”
La disponibilidad para escucharla sin horarios prefijados eligiendo el contacto por pantalla o solo la voz lentamente fue constituyendo un continente para su ansiedad.
Dejarla hablar, escucharla o desde la mirada reconocer sus gestos, su silencio, era una experiencia no conocida para ella, vivía junto a sus hijos adolescentes que la aturdían con la música y un compañero que trabajaba durante la noche, no estaba en condiciones físicas de acompañarla.
La ansiedad depresiva y persecutoria se reactiva en este nuevo embarazo, apareciendo otra ansiedad más primaria: la sensación de caída, vértigo, catastrófica (Bick1968) siendo la muerte su final angustioso.
Sus sensaciones de pérdida de hoy las relaciona con la mala experiencia de otro parto, la culpa que siente por la separación de su beba prematura que necesitó de la incubadora, sin contacto.
La preocupación materna que se da naturalmente durante el embarazo se transforma en intrusiva dada la vulnerabilidad y precariedadad de su estructura psíquica y la falta de regulación- contención que puede aportarle la medicación…
El embarazo tan ligado a la vida Eros está unido a situaciones vinculadas con la muerte Thanatos .
“……cuando nació mi hija me anestesiaron, me durmieron toda quedé asustada.. me intentaban despertar ni los labios podía mover, ni las piernas para dar alguna señal, miedo a no despertarme mas….. lo veo trágico y no tengo que verlo así…….
Mis sueños ahora son del parto, a veces pesadillas….estoy asustada.”
El temor a la anestesia expresa el temor a su muerte, la pérdida de su vida.
Los tonos de voz, la gestualidad, la presencia virtual y la palabra empática de la analista moderan su ansiedad. Si bien cesa por momentos, la sombra de un parto prematuro es constante, se olvida de tomar la medicación para la presión y corre a la guardia.
En estos meses de trabajo analítico sin interpretaciones explícitas , consideramos que desde el sostén observacional se da un intenso esfuerzo intersubjetivo: estar receptivamente conscientes alojando al bebe, que al igual que ella logren llegar y sobrevivir al parto.
Mas adelante muestra la foto de una cuna para pintar ..darle color, vida, disfrutar de festejar un “baby shower” donde se la ve protagonista de su historia.
El método Bick enseña una cualidad llamada por Bion “paciencia”, la definió como un estado mental en el que el analista debe evitar aferrarse a lo que sabe para enfrentarse a lo desconocido tanto dentro de sí mismo como del analizado”.
“La oscilación entre paciencia y seguridad indica que se esta haciendo un trabajo valioso. “(Sandri).
Este punto de reflexión acerca también a la capacidad de imaginar a la madre que puede llegar a ser, lidiando con miedos naturales , no invalidantes sin descuidar su necesidad de sentirse en una base segura terapéutica confortada con cuidados sensibles. (Bowlby 1970) Este objetivo está presente en la actitud terapéutica con María.
Explorando con investigadores actuales
En las últimas décadas se han realizado diversas investigaciones sobre la maternidad y los vínculos emocionales de las madres con el feto durante el embarazo. Algunos estudios se basan en lo planteado por Winnicott (1963,1965) sobre el concepto de preocupación materna primaria. Es sabido que durante el embarazo se producen cambios de humor que oscilan entre alegría y satisfacción por el pronto nacimiento del bebe y ansiedad consciente e inconsciente acerca de la posible anormalidad del bebe y la labor de parto, o fantasías sobre el daño al feto. Cuando la madre no puede tolerar estas intensas preocupaciones, pueden existir riesgos en el desarrollo del bebe.
Desde el punto de vista clínico un síntoma importante durante el embarazo es el temor de dañar a su bebé. En el caso de madres con alto riesgo se pueden observar preocupaciones constantes durante el embarazo, siendo mucho más intensas e invasivas y pueden aparecer antes de los 8 meses, surgen temores de enfermedades o malformaciones del feto, problemas en el parto, el periodo post natal, o en una serie de repercusiones durante el nacimiento del bebe.
María entre sus temores, expresa alegría por el crecimiento de su bebé:
“Estoy por tomar la pastilla me da miedo por mi bebe pero estoy en crisis tengo q calmar”…
“…estoy media, media, siento temor al parto se va acercando el mes, me da miedito también el post, no sé si voy a estar preparada como lo voy a volver hacer si voy a tener la misma paciencia.. tengo baja autoestima…
…”muchas cosas me vienen a la cabeza felicidad ansiedad y miedos… está re grande Uziel patea, está cabeza para abajo”…
El último llamado es para contar que le dieron fecha para la cesarea, espera el día.
*(Centro de estudios J.Blejer, seminarios de Instituto APA)
Bibliografia
Bick, E.(1968) La experiencia de la piel en las relaciones de objeto tempranas. International Journal of Psychoanalysis XLIX,2-3
Bion W.R. (1977) Volviendo a pensar Buenos Aires. Paidos
Bowlby J. (1979) Una base segura Buenos Aires. Paidos
Las identificaciones en el discurso del psicoanálisis y la identidad de los discursos de género para pensar la Infancia Trans.
Lic. Mauricio Zulian
…todos los individuos humanos, a consecuencia de su disposición (constitucional) bisexual, y de la herencia cruzada, reúnen en sí caracteres masculinos y femeninos, de suerte que la masculinidad y feminidad puras siguen siendo construcciones teóricas de contenido incierto. (Freud, El sepultamiento del Complejo de Edipo., 1979)p. 277.
Realizo este trabajo de la problemática que surge de mis investigaciones respecto de la transición trans, que inicio en la realización de mi tesis doctoral y me llevan a fundar el departamento de Identidades y psicoanálisis dentro de la comisión de investigación en Psicoanálisis contemporáneo y/o Lo disruptivo para el Doctorado en Psicología USAL.
Teniendo en cuenta que no hay disciplina que cuente con el saber absoluto, y que el psicoanálisis no aborda la totalidad del individuo, nos vemos obligados a incorporar una mira transdisciplinaria. Este escrito es solo un comienzo de esa apertura, intentando un dialogo entre los discursos de género y el psicoanálisis.
El psicoanálisis, intenta hoy revisitar el Edipo para pensar las nuevas formas sexuales, pero en este camino no encuentra motivos para ubicar en su lugar el concepto de identidad, que parece ser sostenido por el sujeto cognoscente o en todo caso el Yo consciente. Pareciera producirse allí una imposibilidad de dialogo entre las disciplinas que piensan la identidad como la de género. Será además ante la inexistencia de un sujeto del inconsciente trans, como estructura o síntoma particular que la problemática parece escaparse, a los modelos del psicoanálisis.
En los discursos de género, también lo trans ha implicado movimientos, que llevan a replantear la idea de identidad, ya no pensada como un punto de llegada fijo y estructurado, sino como una identidad fluyente o fluida.
Creo que la posibilidad del cambio de sexo nos enfrente a un real nuevo. Allí donde había una ley para los psicoanalistas, hoy hay que reescribirla bajo las nuevas sexualidades construidas por disciplinas ajenas al psicoanálisis. “La anatomía es el destino” caduca bajo el riesgo de patologizar las nuevas sexualidades legalizadas, por lo menos en la argentina, a riesgo de dejar la perversidad del lado del mismo psicoanálisis.
Implica esto que el Edipo cae como baluarte teórico?, no lo creo, pero tal será tema de otro escrito, por ahora solo ubicaremos una pequeña zona de confusión al respecto de las identificaciones primarias en la obra de Freud. Y desde allí la posibilidad de repensar lo trans.
Género es una categoría compleja en la que se articulan la atribución de género como primera rotulación que se realiza del recién nacido, el rol de género como expectativas sociales sobre el sujeto que incluyen prescripciones y proscripciones. La identidad de género se puede pensar entonces como un esquema ideo-afectivo, consciente e inconsciente de la pertenencia a un sexo (Dio Bleichmar, 1984, p. 8).
Según Stoller (1968), el género es principalmente determinado por la cultura en un proceso de inscripción psíquica -identificatoria, siendo parte de la estructuración del yo en el que participan el discurso materno anterior a la etapa fálica, al que se agregará luego el padre, la familia y lo social. Para Butler (1990) el género es performativo. Criticando la idea de Foucault, en el punto en que no siendo todo discurso, el discurso de poder no traza nunca totalmente un género. Para dar cuenta de ello Butler retoma el concepto de Real de Lacan. La crítica a Foucault alcanza tamiben a Stoller que plantea una identidad genérica "inalterable" .
Es en los primeros párrafos del capítulo VII “La Identificación” que Freud plantea dos formas de identificación, siguiendo la dicotomía epocal las divide ejemplificando madre y padre. Esto es ante una investidura de objeto de la madre, de apuntalamiento (anaclítico) que es una investidura por un lado sexual, y con el padre una identificación que lo toma por modelo (Freud, Psicología de las masas y análisis del Yo., (1921) 1976), pero he aquí que si bien este comienzo escindido entre libidinización de objeto y identificación como modelo a postre según Freud se unifican.
Primer lugar donde femenino y masculino, libidinización e identificación, perderían su fijeza.
Pero agrega, “por esa confluencia nace el complejo de Edipo” (Freud, Psicología de las masas y análisis del Yo., (1921) 1976) pp99.
Por un lado la idea de confluencia podría indicar que poco importa en este punto si es Edipo de la niña o el niño porque ambos tomaran a los padres en ambos sentidos a cada uno. Por otro entonces ese origen al Edipo será que al unirse libido e identificación se han reunido ambos padres indistintamente? Más adelante agrega “la identificación es ambivalente”. Entonces antes de la entrada al Edipo no hay en el niño o niña diferencia.
Lamentablemente tras lo citado, Freud deja de hablar en términos generales para comenzar su disertación sobre el varoncito y su relación con el padre. Pero si tenemos en cuenta lo anteriormente dicho podemos pensar que es solo a modo de ejemplo.
Para Freud la diferencia entre libidinización objetal e identificación se corresponde al querer tener o querer ser respectivamente (Freud, Psicología de las masas y análisis del Yo., (1921) 1976), haciendo allí diferencias sobre si la libidinizacion recae en un objeto o un sujeto. A esto debemos agregar que un sujeto es tomado como objeto, y debemos tener en cuenta entonces que tanto la elección de objeto como la identificación implican una libidinización. Que es lo que determina la diferencia, permanece desconocido, hasta aquí. Pero lo que indica Freud es que este proceso no lo realiza el sujeto del inconsciente, el habla en este punto del Yo. A su vez indica que la libidinizacion del sujeto (la identificación) es anterior a toda elección de objeto. Esto es, el ser es previo al tener.
Al introducir en este texto el complejo de Edipo, allí se introduce la voluntad, del yo, hasta este momento la escritura no refería al Yo como voluntad , se trataba de “la identificación aspira” o la “niña recibe”, En el Edipo aparece el yo con su voluntad de amor u hostilidad hacia padre o madre, donde la sustitución de la madre para obtener el amor paterno se realiza bajo la conciencia de culpa.
Podríamos decir que por debajo de las elecciones del Yo en su voluntad, habitarán las consecuencias sintomáticas del sujeto del inconsciente. Pero el ser y el tener son atribuidos al Yo, ser trans parecería ser una cuestión del Yo, donde en virtud de la historia personal cada Trans tendrá su síntoma neurótico.
Si bien la identificación es primera respecto la elección de objeto, puede ser que de la elección de objeto se regrese a la identificación, esto es que se identifique al objeto elegido sexualmente. Y aquí una indicación freudiana pocas veces tenida en cuenta “En esta identificación, el yo copia en un caso a la persona no amada, y en el otro a la persona odiada” y agrega que en los dos la identificación es parcial, tomando un único rasgo de la persona objeto. Surge la pregunta entonces si ese rasgo puede ser la pantomima masculina o femenina o el ropaje o algún órgano como el pene o los pechos o la barba….
Indica más adelante Freud, que en estos procesos se trata de la empatía donde un Yo percibe algo de otro Yo (Freud, Psicología de las masas y análisis del Yo., (1921) 1976)pp101).
Estos planteos podrían permitir pensar las identificaciones trans como partes del proceso neurótico, pensados no desde la sintomatología del sujeto del inconsciente sino desde la estructuración del yo en sus identificaciones que conformarían una identidad. Hoy es fundamental hablar del yo, es el que tiene los conflictos, con sus vasallajes pulsiones deberes y normativas, ideales a los que se quiere parecer, con la realidad y con el otro (cuerpo).
Bibliografía
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A la conquista del cuerpo equivocado.
¨1000 cuerpos¨, mil goces:
Lic. Gabriela Fridman, Lic. Etel Novacovsky
A modo de material clínico haremos una lectura psicoanalítica del testimonio subjetivo de Miquel Missé (M.M., sociólogo y activista trans), testimonio tomado principalmente de su libro “A la conquista del cuerpo equivocado”.
¿Por qué M.M.? Si bien es alguien que no se encuentra en análisis, leemos en su escritos un sujeto interrogándose . Encontramos en él una forma de singularidad trans.
M.M. se pregunta:
¿El cuerpo es el lugar en el que se expresa el malestar, pero es la fuente del malestar trans?
¿Aquello que soñamos para nosotros mismos, es un deseo innato, o el deseo está en la cultura?
¿...me pregunto por qué nadie me dijo que una sexualidad era posible en ese cuerpo?
¿...por qué los deseos que se eligen tienen menos valor que los que se presentan como innatos?
La diferencia de los sexos es un tema desde el origen del psicoanálisis. Es abordada más allá de la diferencia anatómica. La naturaleza no nos sirve de norma. A partir de los desarrollos freudianos es posible una subversión subjetiva que da cuenta de un orden no natural para la vida sexual de los hablantes , “todos los individuos humanos en virtud de su disposición bisexual y de la herencia mosaico combinan en sí características tanto femeninas como masculinas de modo que la masculinidad y la feminidad puras no pasan de ser construcciones teóricas de contenido incierto” (Freud, 1925). Dos anatomías, dos sexos y un solo significante del sexo: el Falo.
Desde Freud, la sexualidad no es biológica ni cultural, es traumática. El sujeto busca lo que no tiene inscripción posible en el inconsciente. Lacan introduce con las fórmulas de la sexuación un modelo totalmente innovador. Según éstas, el hecho de ubicarse de un lado o del otro de la sexuación no implica nada de la elección de objeto. En el lado todo él ubica hombres y mujeres y en el lado no todo también. La diferencia entre la posición masculina y femenina es en relación al goce por la vía de la lógica . Las fórmulas de la sexuación no responden a un binarismo. Todo ser hablante puede inscribirse en ambos lados.
Los psicoanalistas recibimos y alojamos en transferencia al sujeto con su propia demanda, y malestar. La clínica es siempre un desafío. Debemos “escuchar” las voces de los cuerpos sufrientes y excluidos , acompañarlos en sus invenciones subjetivas en el camino de “llegar a querer lo que desean”. El sujeto puede no querer saber nada de su elección inicial, rechazarla en el sentido de la represión y recubrirla de identificaciones. Una posición ética permite escuchar su demanda y lo que esta encubre.
“La clínica debe consistir no sólo en interrogar al análisis, sino en interrogar a los analistas, de modo que éstos hagan saber lo que su práctica tiene de azaroso…” (Lacan 1977) y urge a los analistas a que den sus razones.
Dice M.M.: “…asistimos a la legitimación de la posición trans… Formo parte de la generación de gente que vivimos los procesos de fagocitación de la transexualidad, cuando no sabíamos qué nos pasaba y nos derivaban al psiquiatra con los que no teníamos un vínculo terapéutico: no teníamos confianza. .. era un examen… Eso falseó para siempre y generó una relación incómoda entre las personas trans y los profesionales de la salud mental…
En el título hablo de la experiencia trans y no de la identidad trans, con una cierta intención. Y es que lo trans puede ser una identidad para alguna gente pero en cualquier caso es una cosa que a uno le pasa, es una experiencia que uno vive y después cada uno la nombra, la interpreta y se ubica de distintas maneras. Hay gente trans que se ubica en una identificación muy fuerte de lo trans, hay gente que desea abandonar eso y ser percibido como un hombre o como una mujer y que lo trans no tenga nada que ver con su vida; hay gente para la que es algo así como un episodio que le sirve para entender cosas de sí mismo, pero luego no es algo particularmente que articule su propia subjetividad. En cualquier caso es una experiencia, que para alguna gente es una identidad”.
Es interesante el significante experiencia y no de identidad trans , va mas allá de la autopercepción, de un yo autónomo. La experiencia, al concernir al cuerpo, está ligada a elección de goce.
Lo que caracteriza al transexual es esa “extraña certeza” de haber nacido con una falsa anatomía (“cuerpo equivocado”). Está convencido de no ser del sexo que su anatomía le atribuye, una certeza que se impone. Cabe preguntarse si esta certeza no viene a funcionar como un tapón contra la angustia; su estatuto, en todo caso, sigue siendo un enigma. Es importante abrir un tiempo de comprender.
"Siento la extraña sensación de qué me han robado el cuerpo. De hecho, siento que nos lo han arrebatado a las personas trans en general. Es una sensación que tengo, no pretende ser una verdad … se nos ha impuesto una interpretación única. Me refiero a que para explicar nuestro malestar se nos ha dicho que no deberíamos haber nacido en este cuerpo pero que podemos lograr el adecuado con tratamientos hormonales y algunas intervenciones quirúrgicas."
Algo de su decir aparece cuando sostiene que “el principal ladrón de mi cuerpo soy yo… quería conquistarlo de nuevo abrazarlo muy fuerte y decirle que sentía haberlo abandonado”.
“El diagnóstico trans… te reconoce en un momento vital en el que a tu alrededor parece que nadie entiende qué sucede. Y a la vez, también te desresponsabiliza porque no es una cuestión que dependa de tu voluntad. La trampa del cuerpo equivocado y que no se especifica cuándo acaba el tratamiento, y la realidad es que el tratamiento no acaba nunca. Ni las personas trans ni nadie llega nunca a tener el cuerpo definitivo de hombre o mujer, básicamente porque ese cuerpo no existe…Cuando empecé mi transición era todavía adolescente. Mi madre, mi padre y mi hermana finalmente se dejaron atravesar por mis interrogantes con generosidad y valentía. Frente a mis preguntas devastadoras del tipo “mamá qué pasaría si no soy un hombre ni una mujer”, ella no tenía respuestas…No se puso delante, se colocó a mi lado para atravesar la tiniebla. Mi madre como todo mi entorno, asumió que la solución era cambiar mi cuerpo.”
M.M. se pregunta por su ser. La pregunta es del orden del sujeto del inconsciente donde no hay inscripción hombre-mujer.
“Tengo una hermana única, dos años mayor que yo. En nuestra adolescencia éramos, según los estándares sociales, dos chicas muy masculinas. Hoy en día mi hermana se hizo una mujer adulta muy masculina y yo soy un chico trans bastante poco masculino… (ella logró despistar a los ladrones de cuerpos, a mí me desvalijaron) … Cuando empecé mi transición, mi padre me decía muchas veces que no hacía falta que modificara mi cuerpo. Me parecía que él no entendía nada, pensaba que si modificara mi cuerpo le estaría decepcionando… pero a la vez su contrapunto fue trazando una ventana imaginaria en mi pared…
El episodio Travolako fue una de las experiencias más brutales de mi vida…
Un paraíso repleto de playas escondidas fue el escenario… me angustiaba pensando qué narices haría yo al llegar al agua. Levanté la cabeza y miré a mi alrededor sentí que esa escena me transformaría para siempre, las categorías de género se habían desvanecido. Había 1000 cuerpos posibles, cuerpos que no había visto nunca antes y a la vez que se parecían tanto al mío. Cuerpos trans en el agua desnudos y vestidos entre carcajadas y cremas solares. No recuerdo nada más de aquel día, no recuerdo si me bañé, sólo recuerdo que fui feliz”.
Hay en este pasaje una habilitación de su goce singular, un acontecimiento de cuerpo. Hay una variedad múltiple de verdades de goces que no se clasifican como patológicas. Y es con respecto a esta diferencia que los psicoanalistas intentamos salir de la cosificación haciendo jugar una posible incertidumbre.
“El malestar que uno acumulaba no siempre se restituye automáticamente tras modificar el cuerpo. Saldremos ganando si nos ponemos del lado de nuestro cuerpo y lo defendemos con uñas y dientes. Al otro lado del muro no nos espera el cuerpo no equivocado, el cuerpo que nos corresponde realmente, el que merece la pena ser vivido. Al otro lado del muro hay un abismo en el que nunca se sabe con certeza dónde queda el cuerpo deseado si uno ha llegado a él. A veces es como dibujar una ventana en lo que ahora solo es un muro y dejarla abierta”.
A través de las palabras de M.M. asistimos a su viaje vertiginoso, su viaje trans, que si bien transforma las características secundarias de su cuerpo, nos deja sin saber qué es el sexo como tal para el sujeto que lo experimenta como alteridad radical.
Palabras claves: transexualidad, experiencia trans, sexuación, goce, testimonio, cuerpo equivocado.
Bibliografía:
Freud, S. Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos (1925). Ed. Amorrortu, 1976
Lacan, J. Apertura de la sección clínica (1977), Ornicar 3. Ed Petrel, 1977.
Missé, M. A la conquista del cuerpo equivocado. Ed. Egales, 2019.
Las inevitables y necesarias tensiones. Hacia un pensamiento divergente.
Eros - Thanatos , ¿y/ o Keres?
Lic. Analía Inés Ungaro
Dr. Rafael Groisman
“Dios, si existe, nos engaña haciéndonos creer que progresamos, pero solo nos deja avanzar por la calle del conocimiento hasta la siguiente esquina de la ignorancia” (Aaron Ciechanover)
Introducción
Inmersos en la complejidad, abordamos la dinámica de las tensiones entre Eros y Thanatos, tanto en la mitología como en los procesos creadores. En un intento de abandonar un pensamiento lineal y dicotómico, revalorizamos lo paradojal. Una nueva mirada, permite percibir la influencia de otras fuerzas concurrentes, e incluir piezas previamente excluidas.
A partir de una matriz binaria que heredamos de Freud, tendemos a pensar las tensiones entre Eros y Thanatos como un dualismo, que eventualmente podría dar cuenta , en sí mismo , de la totalidad de los conceptos que animan nuestra lectura de la clínica y de las intervenciones con las que operamos en ella. Sin embargo , podríamos también pensar otras tensiones y/o dimensiones posibles, como por ejemplo , las que podrían establecerse entre Eros y Thanatos ,- como un par inestable pero ensamblado en un movimiento de continua amalgama y separación- , en un entrecambio (Najmanovich) con el mundo externo y el entorno natural. Más aún, si nos alejáramos del fenómeno en estudio, -si es que ésto fuera posible-, intentando ganar una perspectiva más abarcativa, podríamos observar , y simultáneamente formar parte, del campo complejo en el que numerosas disciplinas aspiran a desentrañar las variables con las que se nos presenta la realidad. Realidad que , -de acuerdo a los principios que postula Morin-, va siendo construida .
Afrodita, madre de Eros, al enterarse de que existe una mujer más hermosa que ella, - la princesa Psique- , le pide a su hijo que le clave una flecha a dicha princesa , para condenarla a casarse con un ser bestial que la haga infeliz.
Paralelamente, el padre de Psique, se horroriza cuando el oráculo de Apolo le responde que su hija, vestida de novia, debía subir a la montaña y desposar a un monstruo y no a un mortal. Llegada a la cima , la princesa es visitada todas las noches por un hombre que ella no llega a ver. Una de esas noches , al prender una lámpara, se da cuenta que a su lado , yacía el Dios del amor , encarnado en un hombre muy apuesto . Pero al besar su mano, y pincharse con una flecha , se materializa la maldición hecha por Afrodita. Si bien en un primer momento pensó en suicidarse ante este trágico destino, seguirá airosamente enfrentando los castigos impuestos por Afrodita, hasta que sucumbe , al aspirar el aire letal del cofre de la belleza . Eros, en un intento de rescatarla , extrae de su cuerpo este aire venenoso , la convierte en inmortal , y de inmediato le brotan alas de mariposa, gracias a la ambrosía ofrecida por Zeus. (¿Curiosa referencia al efecto mariposa?)
Llegamos al núcleo de este mito, donde el aliento que exhala el ser humano al morir, de forma no violenta debido a la acción de Thanatos, persiste de modo fantasmal. Culmina con la exhalación de una mariposa. Psique, al mismo tiempo que simboliza el alma y la mente, es también , hálito o aliento.
Eros y Thánatos parecen trabajar conjuntamente en un relato que , lejos de separarlos, los entrelaza en una acción donde , aparentemente, la contradicción da lugar a la complementariedad, enriqueciendo la escena.
A su vez, la no existencia se presenta de diversas formas: Thanatos , como la muerte no violenta, Keres, la versión femenina y cruel del fin de la vida , e Hypnos, que conduce al sueño en lugar de a la muerte . Se complejiza de este modo el campo, que ya no se limita a Eros y Thanatos, sino que incluye ahora a otras fuerzas.
Nos preguntamos entonces si podemos limitarnos a Eros y Thanatos, a la hora de pensar las tensiones en juego en el psiquismo .
Explorando la posibilidad de que entre las diversas fuerzas concurrentes y/o divergentes se desdibujen las fronteras , los límites, y los opuestos, encontramos que, lejos de separarse estos elementos, se integran en un relato no contradictorio , si bien paradojal. La riqueza (¿proceso creativo?) entonces, no devendría de la simplificación del cuadro, sino, por el contrario , de la inclusión de elementos en apariencia antagónicos.
No existiría tal contradicción entre Eros y Thanatos , -éste último , promotor de la muerte no violenta- , e incluso Hipnos, como una alternativa más.
Podríamos proponer entonces el pasaje desde una dinámica polarizada , a un funcionamiento con entrelazamientos no lineales e imprevisibles, en el que múltiples tendencias complejizan el campo, haciendo imposible sostener , - saltos y torsiones mediante-, una simplificación dicotómica.
Este devenir desde el relato mitológico , -en el que seres apasionados dan vida a la historia- , hacia la creación conceptual basada en la confrontación, combinación , convergencia y concordancia de fuerzas antagónicas y complementarias, comporta un giro epistemológico en la construcción teórica.
Compartimos el énfasis que según Morin (1993), es necesario para poder transformar un fenómeno evidente en un fenómeno asombroso, siendo imprescindible para ello lo que él denomina , aludiendo a la capacidad de ver de otro modo, aquello que todo el mundo ha visto ya. Es decir , lograr “una conquista cognitiva que comporta invención y creación”, que nos permita pensar aquello que nadie ha pensado, y así lograr la integración en la percepción. De este modo, se percibe lo que anteriormente resultaba invisible, aunque visto”. Esta dinámica permite la emergencia de procesos creativos, poiéticos, que agregan al ser algo que no existía.
En esta misma línea, Fiorini señala la relevancia de evitar el riesgo de ser capturados por las formas ya constituídas, a partir de un empuje creador, que nos permitirá alejarnos de lo ya establecido. Este atravesamiento de la ya dado, a expensas de un empuje, -que a juicio de Fiorini , es pulsional-, nos habilita a desorganizar las formas establecidas. El psiquismo, entonces, podrá acceder a nuevos espacios , desconocidos hasta ese momento. Espacios que este autor considera imprescindibles para dar lugar a los procesos creativos.
Si bien el término “atravesamiento” sugiere cruzar una determinada línea , -límite- , que divide y separa, una mirada contemporánea invita a concebir y a percibir esa línea como un espacio nuevo, especialmente fértil para el trabajo en interfase. De este modo, se produce una transformación no solo en la mirada, sino también en la manera de pensar y de actuar.
Lo que a su vez, tiene implicancias en la clínica. La capacidad creativa incluye y necesita el pensamiento divergente, el no sujetarse a las teorías o solo a lo consciente, y como señala Fiorini (2010 ) , tener la capacidad de integrar estos mundos antagónicos. El propio Fiorini nos convoca a cuestionarnos si existe una realidad inconsciente y otra consciente, una interna y otra externa , lo que nos remite a pensar, - paradójicamente - , si es real la realidad. Si asumimos la realidad en su complejidad , es imposible discriminar desde dónde la percibimos.
Se genera un nuevo campo de tensiones, entre lo conocido y el resto de los espacios, debido a la tendencia de lo dado a aferrarse, insistir y resistir (Fiorini, 2010).
En este contexto la paradoja pasa a ocupar un lugar central, gracias a su “potencialidad sugestiva”, a que no niega ni afirma, es tanto llena como vacía, abre un espacio de interrogación, que incluye lo inacabado y recursivo, que va más allá de la contradicción, sumiéndonos en la perplejidad.
Fernández Moujan (1994) señala la existencia de un espacio vital, con una actitud modesta y desprejuiciada de teorías, germen de lo que denomina “cura por la creatividad”.
Nos preguntamos si esta modalidad de la cura, podría aplicarse también al propio psicoanálisis, que en lugar de afianzar su identidad en un temeroso encierro dogmático, pudiera abrirse a lo posible , en la búsqueda de herramientas para afrontar los desafíos epocales.
Así como la revisión del mito, nos permite abrir y salir de la dualidad, lo paradojal, lejos de clausurar, abre a nuevos sentidos y posibilidades, que pueden desplegarse simultáneamente. La paradoja, de esta forma, resulta más enriquecedora que la simple contradicción. Y de acuerdo a ello se piensa lo posible , como lo nuevo, lo incierto , y como una apertura a otras alternativas, - insospechadas hasta ese momento- , germen de la creación de nuevos proyectos. (Fiorini).
Proponemos una pausa, antes de continuar el recorrido. Nos acompaña Saramago:
“El viaje no acaba nunca. Solo los viajeros acaban. E incluso éstos, pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vió, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vió de noche, con el sol lo que antes se vió bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino "
José Saramago. Viaje a Portugal
Bibliografía
Fernández Mouján, O. La creación como cura. (1994) . Paidós
Fiorini, H. El Psiquismo creador. (2010) . Lugar editorial
Morin, E. (1993). El método; la vida de la vida. Cátedra, Madrid
Propuesta formalizada a partir del Capítulo de Investigación de la APA Zeitgeist Analíti@, nos proponemos este ejercicio dialógico desde distintas geografías para pensar y dar lugar a ideas acerca de la influencia de las tecnologías en la produccón, control y dominio de subjetividades, tomando como centro el postulado de Pcihon Riviere acerca de que el sujeto es un sujeto producido, extendiendo el mismo a la máxima freudiana que señala que la psicología psicoanalítica debe entenderse, desde el principio, como psicología social.
Se expondrán algunos emergentes de encuentros previos.
Los invitamos a esta actividad del Instituto de Formación Ángel Garma.
Temas a considerar en la exposicion de Eduardo Drucaroff
-Lugar qué ocupa lo grupal en psicoanálisis.
-El grupo como contracara reprimida de la invención del psicoanálisis. (Kaës).
-Psicoanálisis, psicoterapia y campo de lo grupal.
-Diversas denominaciones de la psicoterapia grupal psicoanalítica; -Las tres definiciones de Freud para lo que es el psicoanálisis en su vertiente terapéutica de investigación y de teorización.
-La perspectiva intersubjetiva: condición indispensable para pensar los grupos desde el psicoanálisis.
-Las tendencias gregarias en las investigaciones post-freudianas.
-Los grupos de reflexión y las supervisiones grupales.
-El grupo como "microcosmos social" (Yalom).
El psicoanálisis es siempre un proceso de subjetivación,
de separación, de trabajo de duelo.[1]
Omar es un joven médico sirio que huyó de la guerra con su esposa después de haber perdido, primero a su madre y posteriormente a su padre por enfermedades terminales. Vive en Europa.
Severamente traumatizado por los horrores de la guerra, consulta porque se siente desesperado por maltratos recibidos por ser inmigrante.
Al momento de la consulta sufría repetidas hospitalizaciones por diversas causas y recordaba continuamente los sucesos trágicos de la guerra.
Actualmente tiene un trabajo estable como auditor médico, no trabaja en su profesión porque no puede revalidar su título universitario.
Ha podido formar una familia. Mantiene la ilusión de volver a la hermosa Siria de su infancia.
Lleva varios años de terapia. A pedido del paciente se realiza online por mensajería instantánea escrita.
Lo infantil edípico
Las pérdidas
En este trabajo nos centraremos en algunos aspectos de su vida infantil, dejando de lado, para esta ocasión, las posteriores situaciones traumáticas de guerra.
Después de varios años de tratamiento, Omar manifiesta, haber mantenido “colecho” con su madre. Dice haber dormido, siendo hijo único, hasta los 12 años en lo que él llama “la cama familiar de los árabes” hasta que sus padres lo mandaron un tiempo a un internado en un colegio inglés lejos de Siria. Él percibe el colecho como un hábito cultural.
Analizando el colecho de 12 años desde un punto de vista edípico, pensamos que el haber estado apegado a su madre durante tantos años, lo predispuso a entrar en una depresión profunda cuando ella muere, al punto de enfermarse físicamente y ser hospitalizado, presentando ideas suicidas.
Luego, fallece el padre cumpliendo su fantasía inconsciente de dar muerte al padre para poseer a la madre. Ese mismo día empieza la guerra en Siria y en su vida.
Pasa un tiempo y se casa. A partir de la guerra todo a su alrededor se destruye. Vive situaciones horrorosas y nuevas pérdidas. Tiene que escapar de su país para salvar la vida de su esposa, quien queda en shock por la caída de bombas. Se reprocha haber huido de esos horrores dejando su legado y seres queridos (muertos) en Alepo, en especial a su madre, y manifiesta querer volver con ellos, pero no puede porque sería juzgado por traición a la patria.
La guerra -evento traumático- simula ser el desencadenante de la depresión y de la imposibilidad de resolver duelos, pero esos graves traumas de guerra, en realidad, profundizan lo anterior, lo infantil.
Hablamos de un “duelo imposible” que nos “pone, (…) sobre la pista de un objeto primario demasiado presente o demasiado ausente, pero que, en todo caso, no permitió al sujeto, hacer la experiencia de un autoerotismo de buena calidad, ni procurarse los recursos de su subjetividad. Así se comprende la experiencia de una precariedad de existir sostenible sin llegar al caos, y sin tener que producir soluciones extremas de todo o nada, del orden del aferramiento al objeto (…) o del refugio en una neo realidad delirante.” (Baranes, p. 193)
Omar: ¿Qué hice mal en mi vida para tener todo este dolor? ¿Cuándo terminará todo esto?
Analista: Tu pérdida es tan profunda que preferirías morir para estar como los que perdiste.
Omar: Perdí todo y sigo perdiendo. Quiero llevarme a mi familia y esconderme de la vida, pero ¿cómo?
Analista: Pienso que estabas tan apegado a tus padres que esto habría sucedido incluso sin guerra
El superyó
Nos preguntamos si el colecho, factor que refuerza aún más el haber deseado a su madre y la consiguiente represión necesaria, podría haber esbozado un superyó más sádico y cruel, ya que su padre, al parecer, no imponía el límite.
Freud detalla (1923. b) “el ser humano, mientras más limita su agresión hacia afuera, tanto más severo —y por ende más agresivo— se torna en su ideal del yo. (…) tanto más aumentará la inclinación de su ideal a agredir a su yo...” (P 55)
¿Es culpable de haber deseado a la madre o es inocente, ya que sus deseos incestuosos quedan justificados porque, debido a costumbres culturales, se le permitía acceso a la cama de la madre? Recordamos a Edipo, culpable del incesto, pero inocente por haber sido víctima de la maldición de Pélope a Layo.
Omar, al igual que Edipo, ¿estaría siendo víctima de una transmisión (en este caso, cultural) alienante?
Freud, (1923. a) refiere: “(…) la represión (esfuerzo de desalojo) del Complejo de Edipo, no ha sido una tarea fácil (…). El superyó conservará el carácter del padre y cuanto más intenso fue el Complejo de Edipo y más rápido se produjo su represión (…) tanto más devendrá después el imperio del superyó como conciencia moral, quizá también como sentimiento inconsciente de culpa sobre el yo (p. 36)
Thanatos, Compulsión de Repetición.
La siguiente viñeta muestra cuando Omar se siente compelido a volver a Siria donde sigue la guerra, arriesgando su vida y la de su familia. Escinde la realidad, cae ciegamente en la compulsión de repetición y tropieza con un universo pesadillesco, alejado del entorno y de los peligros de regresar a Siria.
Omar: Ayer sentí que es mejor volver. Por eso quiero luchar por lo que queda, por mis hijos, Samira, mis padres y mi tía. Estoy intentando, estoy posponiendo y también tengo miedo. (Tensión entre pulsiones)
Analista: Tus hijos, tu esposa y tú, están vivos. Tus padres y tu tía no lo están. No viven en las cosas que poseían. Viven en ti y en tus hijos, lo que realmente puede ser destruido debido a la guerra si vuelves a Siria.
Omar: Esas cosas son mi seguridad, más allá de ser cosas.
En las siguientes viñetas apreciamos que cuando Omar se acerca a alguna situación placentera, regresa a una posición melancólica con profundo sentimiento de culpa. Simula ante sí, estar muerto, engañando al superyó tanático para poder seguir viviendo
Sesión A (disfrute)
Omar: Fue difícil para mí, durante unas horas olvidé que estamos aquí. Incluso hablé en árabe con el camarero sin darme cuenta.
Analista: Parece que fue bueno para ti.
Omar: No me importaba si hacíamos un poco de ruido. Solo quería que el tiempo no pasara.
Sesión B (sentimiento de culpa- simula estar muerto)
Omar: Me veré egoísta si digo que no deseo estar en esta vida, pero es demasiado. Solo quiero dormir con millones de miedos en mi cabeza. Digo, sin
(Observemos el acto fallido, la tensión entre pulsiones. El sentimiento de inconsciente de culpa no le permite sentirse mejor)
Analista: ¿No quieres?
Omar: Sí. Me siento muerto de todos modos.
Sesión C (sentimiento inconciente de culpa)
Omar: El dolor es enorme, siempre quise sentirme bien. Pero ya ves cómo nos trata la vida. Me siento estresado de sentirme un poco bien, ya que sé que sucederá algo terrible.
Sesión D
Omar: Lo que está sucediendo no puede ser verdad. ¿Ya no hay cosas buenas en la vida para nosotros? Cada vez que recibo un mensaje en mi teléfono, me olvido de las buenas noticias.
Analista: Incluso si no hubiera sucedido la guerra, no habrías querido sentirte bien sin los que perdiste.
Pulsión Securitaria
Dice Recalcati (2019) sobre la pulsión securitaria: ′′Todo ′′Más allá del principio de placer′′ insiste inequívocamente en este punto: la tendencia auto conservadora de la pulsión, si se empuja a fondo, se convierte en afirmación de una vida muerta o, mejor dicho, de una vida que usa la muerte contra la vida, que no tolera la trascendencia de Eros y ′′ elige ′′ - contra esta trascendencia - la potencia mortificante de la destrucción, la coincidencia con cero, la coincidencia de la vida con la muerte.”
En la siguiente viñeta vuelva a estar “entre los muertos”.
Omar: Estaba buscando trabajo para el fin de semana para sobrevivir al menos en este período. Encontré un trabajo de tiempo completo y pedían un médico, pero el trabajo es con personas muertas.
Analista: Explícame
Omar: La gente se registra y paga mensualmente, cuando mueren les sacamos la sangre y les inyectamos algunos líquidos y luego los conservamos en nitrógeno líquido a -170 hasta el día que se pueda devolverlos a la vida. Tendría que preparar el cuerpo para ser preservado. No quiero, pero estoy pensando en el salario. Creo que eso matará mi parte viva.
Analista: Estás manteniendo vivos tantos cadáveres. Esas personas muertas, las que están en tu corazón y tu mente y que no puedes dejar ir, están matando la parte de ti que está viva
Eros
Omar está en continua tensión entre Eros y Thanatos. Entre quedarse a vivir en Europa renunciando a la bella Siria de su infancia y aceptar la angustia de la falta, o volver a vivir (morir) a Siria con sus muertos.
En estos casos, el terapeuta sólo puede trabajar desde Eros, porque como dice Recalcati (2019) “la única resistencia a la pulsión de muerte es Eros
Palabras claves: Lo infantil. Thanatos. Superyo. Compulsión de Repetición.
Bibliografía
Baranes, J. J.:” Devenir sí mismo: Avatares y estatuto de lo transgeneracional” en Transmisión de la vida psíquica entre generaciones (R. Kaes, H. Faimberg, M. Enríquez, J.J. Baranes). Amorrortu Editores 1996
Freud, S.: (1923. a) “El yo y el superyó (ideal del yo) Cap III de El Yo y el Ello. Tomo XIX. Amorrortu Editores. 1984
Freud, S.: (1923. b) “Los vasallajes del Yo”. Cap. V de El Yo y el Ello. Tomo XIX. Amorrortu Editores. 1984
Recalcati, M.: ′′Las nuevas melancolías. Destinos del deseo en el tiempo hipermoderno ", Rafael Cortina, Milán 2019.
[1] Recalcati. Clases Magistrales APA mayo 2021.
Introducción:
Examinaremos un fragmento de sesión de un paciente adulto sirio, viviendo en Europa a raíz de la guerra que enfrenta su país, y cuyo análisis se realiza hace varios años por texto escrito enviado por dispositivo digital. El tema de esta sesión es una mala noticia que recibe cuando está viajando por vacaciones familiares. En este fragmento, analizamos los deseos y defensas manifestados en las escenas transferenciales del paciente. El análisis se realizó con la plataforma web Análisis de Texto Asistido (ATA), diseñada para sugerir deseos en los actos de habla del discurso.
El ATA se basa en el método ADL de Maldavsky (2013), que, a su vez, se basa en los conceptos de Liberman quien, en 1960-70, describió los matices verbales, o estilos expresivos verbales, de pacientes y terapeutas. Maldavsky relaciona distintos niveles del discurso verbal, como el de palabras, actos de habla y relatos con los deseos que estos manifiestan. La clasificación de deseos de Maldavsky sigue la de Abraham. Distingue oral primario (de succión) y secundario (sádico), anal primario (expulsivo) y secundario (retentivo), fálico uretral y genital, además de libido intrasomática, que Freud (1926d) menciona apenas al pasar y es el deseo del yo realidad inicial, cuya defensa es la desestimación del afecto. Siguiendo los conceptos de Maldavsky, el ATA sugiere un deseo dominante en cada acto de habla que surge de cada unidad de análisis, y, además, suma técnicas de Machine Learning, que estamos implementando, con el fin de refinar estas sugerencias. El investigador puede concordar con las sugerencias o no hacerlo, registrando su elección en el combo diseñado a este fin.
Utilizamos el ATA para el presente análisis pues este instrumento está probando ser de utilidad en los encuentros que mantenemos hace un año con distintos terapeutas para revisión de sus casos clínicos. En estos encuentros, analizamos con el ATA los deseos implícitos en el discurso transferencial, en los actos de habla, tanto del paciente como del analista, e inferimos sus respectivas defensas.
Viñeta
A la pregunta de la psicoterapeuta respecto de cómo está, el paciente responde: Todos estamos respirando. Lo siento, pero el dolor es enorme. Siempre quise sentirme bien y compartir contigo algo positivo, pero ya ves cómo nos trata la vida. Me siento estresado por sentirme un poco bien ya que sé que sucederá algo terrible. Esperé años por estas vacaciones y justo recibí esta noticia. La vida nos golpea duro cada vez. Tal vez no pueda. Es lo que sucede cada vez, aunque traté de no creerlo. Siempre me sorprende cómo las cosas van de mal a peor para nosotros. Es un hecho con el que tengo que vivir. Me siento viviendo en la oscuridad. Di todo lo que pude para sobrevivir hasta hoy, pero no tengo más.
Análisis
Freud (1918b) denomina corrientes psíquicas a los sectores u organizaciones psíquicas que se articulan entre sí, por ejemplo, armonizando, complementándose, o bien entrando en conflicto mediante contradicciones o subordinaciones. En cada corriente psíquica predominan ciertas defensas. Analizamos los deseos en las distintas corrientes psíquicas expresadas en la viñeta, y las defensas propias de cada corriente.
La corriente del yo realidad definitivo está al servicio de encubrir los sentimientos del paciente, que este justifica y explica para darles credibilidad. Dice: es un hecho, sé que, aunque traté, es la verdad. La argumentación y explicación reiteradas demuestran la eficacia del deseo anal secundario. Por otro lado, el deseo fálico genital, al servicio de exagerar y disfrazar su sentimiento, se expresa en a) énfasis y exageraciones, mediante expresiones como: siempre, cada vez, b) en la exhibición, como cuando dice: ves cómo nos trata la vida, y c) en el ofrecimiento de un regalo a su terapeuta (dice: siempre quise sentirme bien y compartir contigo algo positivo). Inferimos que estos deseos están al servicio de reprimir los afectos de furia y rencor del paciente, que se siente victimizado. La represión es exitosa.
La corriente del yo placer purificado se manifiesta, primero en el deseo anal primario, cuando al paciente le fracasa la represión de la corriente del yo realidad definitivo y el paciente admite su resignación ante el adversario, que es él mismo pero que proyecta en la figura de la vida. Dice: la vida nos golpea duro. Y agrega: tal vez no pueda. Se reconoce impotente ante su derrota, lo cual profundiza su sentimiento de desesperación y de no ser. Dice: me siento viviendo en la oscuridad, y combina la expresión de lamentos y autorreproches con una escena sacrificial, diciendo: di todo lo que pude para sobrevivir. La expresión de lamentos, autorreproches y sacrificio son propios del deseo oral secundario. Para ambos deseos de esta corriente mencionados, cobra eficacia la desmentida fracasada, ya que la vida del paciente no parece ser tan mala como él la percibe, pues dice: me siento estresado por sentirme un poco bien. Finalmente, en esta corriente cobra eficacia el deseo oral primario cuando dice: me sorprende cuando las cosas van de mal a peor para nosotros, a modo de desconocer los acontecimientos que lo afectan, y también como pensamiento mágico, al que recurre para intentar dar sentido a su lamento y victimización, cuando dice: sé que sucederá algo terrible. El fracaso de la desmentida de que su verdadero rival es él mismo y no la vida, de que sus lamentos y sentimiento de victimización son infundados (recordemos que a veces se siente bien), y de que su pensamiento es mágico y no lógico, promueve la regresión al yo realidad inicial, que es el yo en que se desafían pulsión de vida y de muerte.
La corriente del yo realidad primitivo se manifiesta inicialmente en la referencia del paciente a estar respirando, cuando dice: todos estamos respirando, como prueba de vida, aunque esta prueba de vida implica solo a su cuerpo y no a su psiquis. Esta corriente vuelve a manifestarse al final del fragmento analizado, en la pérdida de energía, la desvitalización, el sopor del paciente, que caracteriza la victoria de la pulsión de muerte sobre la pulsión de vida. Dice: hasta hoy, pero no tengo más. La defensa, la desestimación del afecto, en estado mixto al inicio, fracasa al final.
Resultado
El análisis de las corrientes psíquicas permitió dar cuenta de la heterogeneidad de deseos manifestados en esta viñeta, así como de la relación conflictiva entre las defensas empleadas,lo que permitió destacar la complejidad de los matices psíquicos del paciente, en apenas un corto fragmento. Por ejemplo, el análisis muestra que el paciente presenta un yo oficial en la corriente del yo realidad definitivo, que distorsiona su yo, recurriendo a la exageración y a las dedicatorias, o bien al razonamiento lógico, mediante la represión. El yo que lo gobierna, en cambio, está asentado en la corriente del yo placer purificado. Este yo desmiente que su rival es él mismo y no la vida, que su resignación y pasividad esconden rencor y furia por sentirse victimizado, y desconoce el criterio de realidad recurriendo al pensamiento mágico. Al fracasar la desmentida de esta corriente, que es sostén junto con el yo oficial, del yo que lo gobierna, el paciente sufre una regresión al yo realidad inicial, yo en el que tiene eficacia la pulsión de muerte.
Discusión
Concluimos remitiéndonos a Winnicott, Green y Maldavsky. Winnicott señala que la desvitalización y el sentimiento de irrealidad, o de falso self, es propio de los estados en que el individuo ha sido desinvestido, desalojado por el otro. El vacío que lo habita se expresa como sentimiento de irrealidad, futilidad, como sentimiento de no ser. Green, por su parte, habla de depresión primaria y señala que la desinvestidura radical que produce estados anímicos en blanco, sin afecto, puede orientarse hacia una reinvestidura de la realidad o hacia un sentimiento de no existencia, de futilidad, en el que el vacío del yo es más real que cualquier logro. La dificultad de conectarse con los propios sentimientos y el dolor se corressponde, según Maldavsky, con la falta de energía y la apatía. Los sentimientos, en estos casos, dice Maldavsky, se manifiestan despojados de cualidad. Está ausente la subjetivación o hay una claudicación de esta. Es como si no hubiese un sujeto del dolor. La tendencia es la disolución, la deconstrucción de la pulsión de vida, la inercia. Green y Maldavsky ven en estos pacientes la eficacia de la pulsión de muerte. En cambio, Winnicott atribuye la problemática a traumas severos en la infancia temprana. Sea como sea, se desprende que la tarea del analista con estos pacientes es compleja.
La imagen que mostramos permite una visualización rápida de la plataforma virtual ATA. Fue de utilidad en el análisis de este fragmento acotado de sesión pues nos orientó en la indagación de los deseos manifestados en los actos de habla de las unidades de análisis examinadas, y de sus respectivas defensas. Terminamos diciendo que las sugerencias del ATA constituyeron el punto de partida de las decisiones que tomamos para hacer este análisis, en conformidad con la grilla de actos de habla del ADL.
Referencias
Freud, S. (1918b) De la historia de una neurosis infantil, AE, XII
Freud, S. (1926d). Inhibición, síntoma y angustia. AE, XX
Maldavsky, D. (2013) ADL. Algoritmo David Liberman. Buenos Aires. Paidós
Lo que viene de tierras lejanas (...) ciertamente no vive del todo heimelig ...con las gentes. Freud, Lo ominoso
En tiempos de cierre de fronteras y de paralización global por los cuidados de salud es notable que los desplazamientos migratorios humanos siguen ocurriendo. Por diversas causas una fuerza impulsa a sujetos o grupos a dejar su tierra natal para buscar un mejor porvenir o huir de un peligro que atenta su existencia.
Nos preguntamos: ¿Qué pérdidas el psiquismo acepta afrontar en el proceso y cómo lo realiza? ¿Ocurre una reestructuración del mismo en base a nuevas identificaciones? ¿Qué condiciones sociales favorecen u obstaculizan la adaptación al nuevo medio?
Si reflexionamos sobre las pérdidas que debe afrontar el migrante, observaremos que son múltiples y dolorosas: familia, amigos, posición socioeconómica, profesión, costumbres, pautas culturales, la patria y hasta a veces el idioma, algunas serán superadas y otras no.
Silvia Bleichmar menciona que “hay en la infancia un sentimiento de desvalimiento que da lugar a la más profunda de las angustias: se trata de la sensación de “des-auxilio”, des “des-ayuda”, de sentir que el otro del cual dependen los cuidados básicos no responde al llamado, es sometido no solo al terror sino también a la desolación profunda de no ser oído”, esta sensación viven los migrantes y creemos que es la base por la cual la gran mayoría en sus primeros momentos, en su lugar de arribo se abandonan a un ostracismo.
La fantasía juega un rol fundamental ya que antes de partir, el destino parecería ser la promesa de cumplimiento de todos los deseos, como lugar maravilloso y próspero, la garantía futura que se dejarán atrás todos los males, pero al llegar, ese borde se corre constantemente como el horizonte y esa ilusión cae.
En el texto lo ominoso, Freud escribe: “Mientras mejor se oriente un hombre dentro de su medio, más difícilmente recibirá de las cosas o sucesos que hay en él la impresión de lo ominoso” y ese el trabajo que el migrante tendrá que abordar, a partir de identificaciones y desindentificaciones, ir haciendo propio o familiar este nuevo destino.
Guadalupe, 30 años, Mexicana residiendo hace 6 años en España: “Pensaba que quería volar sola sin mi familia, pero ahora no estoy segura de eso. Me gusta mi vida aquí, me ha hecho crecer, aunque a veces me pregunto si hubiera crecido igual en México.
La cultura diferente que existe, al principio me parecía un poco tosca, pensaba que eran personas groseras ya que en México somos más cálidos y dulces, pero en realidad son personas directas. No se andan con rodeos y eso me hizo también ser así, en parte me gusta porque digo lo que pienso y soy, sin sentirme mal y darle tantas vueltas a todo; pero a la vez me da miedo perder esa dulzura, esa cercanía y ese toque de humor que hace que la vida sea más fácil. He tenido la suerte de conocer gente de todo tipo, sobre todo que le guste el arte, que ve más allá y tratan temas más profundos que se cuestiona uno en la vida. En México la gente es superficial y consumista, se deja llevar por películas y ese “queda bien” que al final no puedes mostrar quien eres de verdad. A veces tengo miedo que nada de esto valga la pena y que mi familia que es la que realmente me conoce me olvide. Y creo que eso es lo importante, no lo que estoy logrando profesionalmente ni la gente interesante que conozca en el camino que luego ni se si se acordara de mi…”
Según Freud, “el duelo es por regla general la reacción ante la pérdida de la persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.” El examen de realidad demuestra al sujeto, que el objeto amado ya no está, por lo que intentará quitar toda libido que lo vincule a él.
En la melancolía la relación con el objeto no es simple, la complejiza el conflicto de ambivalencia. Cada batalla parcial de ambivalencia afloja la fijación de la libido al objeto que queda desvalorizado, se termina entonces el conflicto en el inconsciente al desahogar el yo toda su furia o al resignar al objeto por carente de valor, poniendo fin así a la melancolía. Podemos observar que Guadalupe se encuentra todavía en la etapa de ambivalencia a pesar de haber migrado hace 6 años
Carlos Vispo estudia las fantasías del migrante desde bases teóricas como las de final del complejo de Edipo con la consecuente organización del sistema Superyo- Ideal del Yo entendiendo que en la integración del mismo tiene un lugar de privilegio la internalización cultural, y que todo proceso migratorio lleva a alguien con determinada cultura a otro ámbito cultural, con todo lo que ello implica: otras pautas, prohibiciones y aspiraciones, formas de comunicarse. Por lo tanto el proceso migratorio requiere que el final del complejo de Edipo haya alcanzado su culminación para que se pueda promover una modificación en la estructuración psíquica.
El proceso ocurre en dos etapas: emigrar (irse), e inmigrar (llegar para quedarse), en el caso del exilio, a veces el proceso es solo de emigración, uno se va sin llegar nunca a ningún lado. Otras veces se necesita un espacio de transición. Quien enfrenta el exilio, requiere una reafirmación de su identidad, retrasando el cambio psíquico que requiere la migración.
Esto lo vemos ilustrado en la entrevista a joven sirio que migró a Bahía Blanca, por el Programa Siria Argentina y fue alojado por la Sociedad Cultural Sirio Argentina: “Salimos como salimos de la panza de mamá, sin nada” Salir de la panza de la mamá implica una partición, del adentro al afuera con la esperanza de que la función de maternaje ofrezca el alojo necesario para la supervivencia en principio y para dar lugar a la vida intrapsíquica luego a través de lo inter y transubjetivo, esa función en este nuevo afuera que es Argentina, la cumple una institución y algunos de sus integrantes, quienes le ofrecen una nueva lengua y un nuevo sustento. El “Allá no hay vida” también remite al parto, ya que si un bebé no nace, está destinado a morir.
Trae consigo las huellas de la guerra, en la piel las marcas de las balas recibidas, no sabemos qué profundas o dolorosas serán las psíquicas.
“El ver por un minuto antes de dormir, como una película la guerra” da muestra de lo traumático y “yo no me voy a olvidar de nada...estoy empezando una vida nueva, limpia y tranquila, pero con el pasado” da cuenta de las posibilidades de superar ese trauma, sin perder sus orígenes.
Orígenes que comparte con los miembros de la institución que lo aloja, donde se juega lo transgeneracional de otras migraciones donde el origen está en otro lugar y hay otro lugar a hacer propio.
“Para vivir bien y trabajar...empezamos cocinando” Tuvo la posibilidad de obtener su sustento a través de la comida tradicional de su cultura. “Yo me quedo acá por la gente” evidencia sus nuevas identificaciones y la trama que pudieron armar con las personas que lo cobijaron, para dar lugar a una creación compartida en relación al concepto aportado por Zukerfeld y Zonis.
“La vida psíquica misma supone la institución y... ésta es una parte de nuestra psique” Kaës
René Kaës enuncia que “la institución nos precede, nos sitúa y nos inscribe en sus vínculos y sus discursos... la institución nos estructura y trabamos con ella relaciones que sostienen nuestra identidad...fomenta nuestra actividad creadora, protegiéndonos de la locura y la desposesión”.
La viñeta del joven sirio da cuenta de ello ya que fue una institución más allá de sus miembros la que le prestó sostén y posibilitó sustento económico a través de algo de su cultura. Le brindó la posibilidad de aprender una nueva lengua, transformándose en una institución alojante a partir de una cultura compartida, favoreciendo el tránsito de la emigración a la inmigración como un canal de parto, aquí el grupo es estructurante y dador de palabras.
El concepto de la lengua madre a la lengua síntoma, fue acuñado por Romina Alvez, retoma a Lacan quien potencia los afectos transmitidos por la lengua como parte de la constitución subjetiva, en algunos migrantes ocurre un borramiento total de la lengua madre que ocasionalmente aparecería en manifestaciones del inconsciente haciéndola síntoma en un olvido y en algunos casos hasta desconocerla, como si quedara escindida.
Nuestra oportunidad como psicoanalistas será acercarnos a la complejización de Eros, sobre la desestructuración de Tánatos colaborando en transformar la situación disruptiva de la migración en el inicio de una aventura vital al decir de Grinberg.
Bibliografía
Alves, R. J (2016). Migración y exilio: de la lengua madre a la lengua síntoma. Reflexiones posibles sobre algunas problemáticas de los sujetos migrantes. VIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXIII Jornadas de Investigación XII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires.
Bleichmar, S (2002) Dolor país. Libros del Zorzal.
Freud, S. (1917 [1915]) Duelo y Melancolìa-T XIV Ed.Amorrortu p 237-272
Freud, S. (1919) Lo Ominoso T XVII Ed.Amorortu p 215-251
Grinberg, L. y Grinberg, R. (1984) Psicoanálisis de la migración y el exilio. Ed.Alianza.
Leguizamón, S (2016) La violencia cultural y el dolor psíquico resignificados durante la migración: Nuevos desafíos técnicos y metapsicológicos de la problemática transcultural del dolor psíquico. Revista de Psicoanálisis Vol 73, nro 1 (marzo 2016), Asociación Psicoanalítica Argentina, p 129-142.
Quinteros, Y. (2021) Tesis: Refugiados sirios en Argentina. Programa Siria Argentina. Programa de Desarrollo Humano. Maestría en Desarrollo Humano. FLACSO
Vispo, C.A y Podruzny, M (2002) Cambios de la estructuración psíquica en la migración. Revista Psicoanálisis APdeBA - Vol. XXIV - Nº 1/2
Zukerfeld, R, Zonis Zukerfeld, R (2016) Procesos Terciarios: de la vulnerabilidad a la resiliencia. Lugar Editorial.
Webgrafía
Nistal, R (el 25 de septiembre de 2021) Sobrevivió a la guerra: un sirio refugiado en Bahía. https://www.facebook.com/NistalRodrigo/videos/587762022582940/
Alves, R Migración y actualidad. Invitada Mag. Romina Alves desde Madrid. (30 de septiembre de 2021). Disponible en el canal de youtube SIN PEROS!!! La Propuesta Radio Streaming. https://youtu.be/5olF4c8O5Nk
En PSICOLOGIA DE LAS MASAS Y ANALISISIS DEL YO, Frued muestra a mi modo de entender que la oposición entre psicología individual y la de las masas que en principio parecieran dos territorios del saber muy diferentes no lo es tan así.
Estas reflexiones de Freud me llevaron a pensar si la teoría psicoanalítica y su clínica pueden dar cuenta de los fenómenos sociales y operar terapéuticamente en las situaciones traumáticas que aparecen en la población general ,donde eros ees arrasado ocupando Thanatos y sus efectos el lugar de las pulsiones vitales, es el tema que desarrollaré en el escrito.
Si uno se pone a estudiar el actuar de la subjetividad social frente a hechos colectivos aparece permanentemente lo intersubjetivo ,lo intrasubjetivo y lo transubjetivo que Freud dejó plasmado en el desarrollo de la metapsicología.
"Es verdad que la psicología individual se ciñe al ser humano singular y estudia los caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus mociones pulsionales .
…rara vez, con determinadas condiciones de excepción, puede prescindir de los vínculos de este individuo con otros. En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con total regularidad como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso mismo desde el comienzo la psicología individual es Psicología Social….”.
La relación del individuo con sus padres y Hermanos , con su objeto de amor, con su maestro, y con su médico, vale, decir todos los vínculos que hasta ahora han sido indagados por el psicoanálisis, tienen derecho a que sean nombrados como fenómenos sociales . También hace referencia a otros fenómenos“... que hemos llamado narcisistas, en los cuales la satisfacción pulsional se sustrae a la presencia de otras personas o renuncia a ellas”. También determina los conglomerados de masas que se organizan desde posiciones narcisistas donde se confunde el yo ideal con el ideal del yo, siempre aparecen Eros y Thanatosinteractuando donde una primera mirada hace pensar que los dichos y los actos en dichos movimientos de masa están desarrollándose bajo la égida de las pulsiones, de vida y en realidad actúan desde las pulsiones destructivas, sostenidas desde la desmentida de la percepción de la realidad , por ejemplo las manifestaciones de los grupos anti vacuna contra el Covid.
Escribiendo estas reflexiones que me surgen desde mi entendimiento del pensamiento freudiano no puedo dejar de pensar cuando en "Introducción al Narcisismo" toma Freud la metáfora biológica de los unicelulares que mueren intoxicados en sus propios deyectos y los pluricelulares que en la unión celular se enriquecen y expulsan sus deyectos sin autodestruirse conservando la vida y la posibilidad de intercambios vitales.
Por lo tanto la psicología de las masas , pienso entre otros aspectos, trata al individuo como miembro de un linaje , de un pueblo, de una casta , de una institución también como integrante de una multitud organizada en forma de masa durante cierto lapso y para un determinado fin.
Estas posibilidades de unión de las células darían existencia al triunfo de la pulsión social representante de Eros; que luego desarrollaré con el concepto de Kin Ship y el encuentro de lo interdisciplinario.
En cambio hablar del odio (Thanatos) es hablar de la aversión lindante con el deseo de muerte del otro, de la violencia, de la destrucción, seguramente del goce sádico; de cómo diversas formas de la agresión son constitutivas de la especie humana en tanto partícipes del mundo animal, pero fundamentalmente como ser parlante y consciente, hoy incluso de su propio inconsciente sexual, "...toda esa destrucción-J.Aleman- se macera exponencialmente en las entrañas del capitalismo contemporáneo".
La reflexión permanente sobre cual es el lugar del psicoanálisis en la elaboración de conceptos que den cuenta , desde su saber, sobre los efectos de fenómenos sociales donde queda comprometida la salud mental , física y social de poblaciones enteras no puede dejar de interrelacionarse con otros saberes que también buscan conceptos que den cuenta de los estados de sometimiento al que son llevadas sociedades enteras como por ejemplo desde las ideologías que sostienen el neoliberalismo.
En esos encuentros de los diferentes saberes intercambiando cada uno desde sus espacios de investigación se constituye a mi modo de entender el camino a la interdisciplina cuyo fin no es solamente mezclar y desmezclar conocimientos sino en esa práctica poder encontrar caminos transformadores del abatimiento y los procesos de desidentificación individual y grupal al que son sometidos procesos de identificaciones primarias y secundarias como instrumento de poder.
Debemos pensar lo traumático en el campo social y como en ésta cuando predomina lo mortífero en su organización desencadena procesos regresivos traumáticos en la población general y en lo individual, vaciando lo psíquico de mundos significativos generando la inermidad psíquica donde eros no puede ser representado.
La producción de estados traumáticos colectivos generados por el terror , el amedrentamiento, la vulneración de las identificaciones secundarias y primaria generan estados de desvalimiento con el fin de desarticular los lazos sociales, puntos de pertenencia y referencia produciendo vacío psíquico y desesperanza que pasa a ser rellenado por un discurso hegemónico creador de nuevas subjetividades carentes de representación.
Los diálogos conceptuales empiezan teniendo nombre y apellido , referentes que van organizando el curso del pensamiento sobre un tema pero pasa el tiempo y pasa el tiempo y los diálogos se mantienen y uno empieza a darse cuenta que ya no dice como lo dijo tal sino que en los intercambios aparecen un cúmulo de pensamientos que nos representan como grupo y se transforman en expresión de una identidad colectiva que se fue construyendo en esa práctica del intercambio de ideas y se transforman en una expresión de una nueva percepción de una subjetividad grupal y respuesta sobre los efectos que la relidad genera en el colectivo social.
Para finalizar, haré referencia al concepto de Kinship trabajado por Freud en" Totem y Tabu"
Tal vez una de las memorias a lo que somos llamados los psicoanalistas en el campo social, en momentos de crisis social, es a reconstruir aquello que unía a los primitivos que era el linaje (Kinship), el origen, la pertenencia comunitaria totémico, el otro humanizado en esa pertenencia en común que la simbolizaban en el banquete.
El nombre que recibían los comensales era el de “ Kin” ,” …, un grupo - S. Freud-de personas cuya vida está ligada de tal modo en una unidad psíquica que se los puede considerar como fragmentos de una vida en común”Kinship es tener parte en una sustancia común” (Pag.137, “Totem y Tabú”, Obras completas, Sigmund Freud,1913, Amorrortu editores)
Desde mi modo de entender marca el sentido de pertenencia a una nación( ser parte de la misma sustancia) y aquel que no era parte de esta sustancia era vivido como extranjero.
La globalización en su teoría de des subjetivación y deshumanización donde el otro pierde la categoría de lo humano y por lo tanto es matable sin culpa transforma en extranjeros a los habitantes del Kinship, rompe el banquete totémico, a través de la banalización de los símbolos culturales que operan como identificaciones secundarias creando una subjetividad deshistorizada, generando procesos de desarticulación colectivos, al hacer desaparecer la convivencia con el semejante y ubicándolo en el plano de lo siniestro, dé ser extranjeros entre sí . Lo familiar se vuelve extraño, no identificable, en vez de poder pensar al otro desde el Kinship.
En la especificidad de intereses del Psicoanálisis contemporáneo, uno muy importante es dar cuenta de tres malestares: a-en la cultura contemporánea, b-en la subjetividad contemporánea y por tanto en el Psicoanálisis contemporáneo o crisis del Psicoanálisis tradicional.
Desde este lugar me dispongo a tratar dos cuestiones: 1- tanto la vigencia de conceptos como los de Eros y Thanatos, su fortaleza e importancia clínica y teórica, cuanto la implicancia que esto conlleva en nosotros como psicoanalistas contemporáneos, muchas veces porta voz de la crisis del Psicoanálisis que ya anunciara Green (1975) en el Coloquio de Bonneval y ratificara en los albores del siglo XXI.
La mitología, la filosofía, la cibernética son materias de lo humano donde causalmente busca la pluma psicoanalítica apoyatura. Me he preguntado (Hamra, 1994; 2002/2003) como lo hago hoy: ¿porqué habrá elegido Freud entre los Dioses del amor a Eros como nombre de la pulsión de vida? ¿Solo por el acento en el factor fundamental de la sexualidad? Imaginaré, atribuyéndole mi pensamiento a un supuesto pensar de Freud hoy. Siguiendo la obra de Freud este nunca habló de Thanatos. Sí Lacan en sus Seminario. Sin embargo la tradición impuso a este Dios menor como nombre de la pulsión de muerte o para mejor pulsiones de muerte. El nombre deste Dios es además un concepto filosófico de Empédocles de Agracanta, para nominar al elemento muerte.
Eros no fue el único dios griego del amor. Ágape, respecto de la humanidad y Philia al amor fraterno constituyen la principal trilogía. En los dos últimos el amor es absoluto. En Eros el amor es relativo. Eros amaba a su madre Afrodita mas no temió luchar contra la magnánima Diosa, ante todo en favor de su amada Psiqué, odiada y perseguida por la Olímpica envidiosa de la belleza de otra. Eros, un dios menor era un kerr o malignidad alada (Erro, A, 2015): con sus flechazos con puntas encendidas de fuego de amor, incendiaba mortalmente los corazones de los enamorados. Eros padre del enamoramiento, otrora mal de amores. Propongo pensar que Eros ilumina el camino del amor en psicoanálisis pues contiene en sí ambivalencia, base del conflicto pulsional/afectivo.
Hades y su esposa Perséfone (Dioses y reyes del inframundo). Hermes, suspicaz, malvado y mentiroso, y ante todo las Keres (hermanas de Eros, Kerr) eran espíritus. Endiosadas femeninas de la muerte violenta de: la Tristeza (Ezis), Discordia (Eris), Vejez (Geras) y de la Venganza (Némesis). Aparecían ante todo en las batallas, son Diosas de la muerte pura, dolorosa, implacable. Thanatos en cambio, era el Dios de la muerte sin violencia, hermano gemelo de Hipnos, hijos de Nix, la noche, habitantes de los confines de la tierra. Ambos discutían y se reconciliaban: Hipnos dormía a la víctima, Thanatos la mataba con piedad. Durmiendo. Otra vez la ambivalencia.
Estos modelos mitológicos nos muestran aquello citado por Freud (1917), como querella y reconciliación pulsional, cupla de trabajo psíquico en transferencia contratransferencia psicoanalítica. Ambivalencia innata y adquirida nos invita a pensar Freud (1913) mientras nos guía como desafío la idea de Pichon Riviere (1995) de divalencia simultánea en casos graves (simultaneidad de objetos y sentimientos parciales) que infiere allí de Melanie Klein, idea que estimuló en mí pensar otra forma propia de la divalencia en la psicosis que es alternante no simultánea, trabajos con los que otros autores me honraron incorporar conceptualmente (Basili, et al, 2003). Aquí el trabajo es intentar llevar en el análisis esta divalencia a unificarse afectivamente con un objeto (de simultánea en dos objetos a un mismo objeto) y de alternante en un mismo objeto a sentir amor y odio simultáneo. Así se habilita la querella y reconciliación en el análisis entre Eros y Thanatos, eje del trabajo del conflicto psíquico.
Finalmente considero que la ambivalencia afectiva, la contratransferencia-transferencia, la querella entre Eros y Thanatos que en ella se debaten de un Eros que no es a puro hedonismo, ejemplo típico del malestar en nuestra cultura contemporánea, como sí lo representa en absoluto hedonismo el Dios romano Cupido (Deseo). Se trata, parafraseando a Green, de un Eros ampliado a formas algo más sublimadas del amor, inclusivas de Ágape y Philia, del amor al prójimo, a los hijos, al otro en su condición de semejante.
Habilitados a pensar que el psicoanálisis contemporáneo consiste en: 1-una revisión de su metodología clásica, y ante todo, 2-que el trabajo del analista en el ejercicio de su función analítica y como persona: conlleva a que sean “dos singularidades”, dos intrapsíquicos quienes que con-forman (intersubjetivo) el campo analítico.
Dice Marucco (2006): “…El psicoanálisis contemporáneo enfrenta el desafío que presentan tres clases de repetición: la “representativa” (edípica), la de aquello “no representado” (narcisista) que puede adquirir representación, y la de lo así llamado “irrepresentable” (huellas mnémicas ingobernables que a veces se disfrazan como destino). Frente a esta última repetición varían a su vez las posiciones del analista, que oscilan entre considerar las “neurosis de destino” como límite, o bien como nuevo desafío para el análisis…” Mi aporte, que pretende estar en el alma de esto escrito, es que la permanente y morigerada querella entre Eros y Thanatos es la base del conflicto psíquico. Esta cupla de trabajo analítico que puede verse dificultada en pacientes graves de funcionamiento limítrofe o psicótico por formas de divalencia simultánea (dos afectos opuestos en dos objetos distintos, propio en funcionamientos límites) o de divalencia alternante (un mismo objeto al mismo tiempo puede a una distanciaestá lejos, ser de amor y a otra distancia, al acercársele, ser odiado.
Tanto lo no representado narcisista cuanto lo irrepresentable que conlleva la patología grave como la patología de destino interpela al analista en su trípode formativo permanente plasmado en su contratransferencia en el encuentro con representaciones activándose la apuesta pulsional del analista que desde años leemos y estudiamos muchos en el Seminario de Marucco, desencadenando una apuntalada querella entre ambos dioses en el análisis con su consecuencia directa que es el incremento cuantitativo y cualitativo de pensar los pensamientos (Bion, 1962) y tolerar el sentir.
Biblografía
Basili, R.M.; E.D. Hamra e I. Sharpin de Basili (2003); Eros y Tánatos en conflicto de diambivalencia: su trabajo y desarrollo en la relación de objeto: aplicabilidad en pacientes graves. En Revista de Psicoanálisis Vol. 60. 2003. Biblioteca digital de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Bion, W.R. (1962) Learning from Experience. London: Tavistock.
ACERCA DEL VINCULO FRATERNO
Grupo de Investigación: Diferentes observaciones sobre la clínica psicoanalítica
Coordinador: Dr Carlos Emilio Antar
Secretaria: Lic Beatriz Gardey
Integrantes: Dr Marcelo Halfon; Lic Maria Ines Iribarren; Lic Beatriz Levy;
Dra Alicia Lotufo; Lic Marta Nusimovich; Dr Carlos Pachuk; Lic Ricardo Spivak
I-Resumen del cuento La Intrusa de Jorge Luis Borges.
En esta historia Borges relata la relación entre dos hermanos y la tensión que se genera ante la presencia de una mujer.
Ellos eran tan unidos, que enemistarse con uno era ganarse dos enemigos. El barrio les temía. Cristian, el mayor era quien tomaba las decisiones, Eduardo era el menor.
Fornidos, los llamaban los colorados por su melena rojiza,
Fueron troperos, cuarteadores, cuatreros, alguna vez tahúres y no es improbable que tuvieran alguna deuda de sangre. Los hermanos vivían solos y defendían su soledad, eran calaveras, pero sus episodios amorosos siempre habían sido de zaguán o de casa mala.
Este cuadro cambió cuando Cristian llevó a Juliana Burgos a vivir a la casa. La llenó de baratijas horrendas y la lució en los bailes. Este desequilibrio intentó ser reparado por Eduardo quien trajo a otra mujer a la casa. No funcionó, la echó al poco tiempo.
El hermano menor también deseó a Juliana, y ella pareció corresponderle y hasta privilegiarlo.
Surge la primera solución: compartirla. Borges escribe “nadie sabrá los pormenores de esa sórdida unión”…“que ultrajaba las decencias del arrabal”.
Segunda solución: Juliana es vendida al prostíbulo. Se trampean, van a buscarla uno y otro; lo saben. Finalmente la vuelven a comprar y traer a la casa.
Tercera solución: Cristián, el mayor y responsable de las decisiones optó por mantener la sólida unión entre los hermanos y matar a la intrusa. La llevaron a enterrar en la oscuridad de la noche, se abrazaron casi llorando. “Ahora los ataba otro vínculo: la mujer tristemente sacrificada y la obligación de olvidarla”.
II-En relación a La Intrusa:
Se ensambla una descripción social y una particular relación fraternal, que en pos de mantenerla, se precipita un descenlace sin recursos simbólicos. Celos de hermanos frente a la figura materna y una ley frágil que no los protege.
Esta historia dramatiza el lugar del otro, como aquel que nos incomoda en la diferencia. La presencia de lo ajeno que irrumpe en una relación. El lazo erótico que se generó con la intrusa, implicó el riesgo de ruptura en la intimidad del vínculo fraterno. No había Dos, eran Uno. La mujer aparece como carente de subjetividad, se usa y se descarta La muerte se impone como destino. El UNO debía preservarse a cualquier precio. ¿Surge en ellos el insoportable dolor de la herida amorosa?
Esta historia nos permite observar diferentes aspectos de la interacción entre los hermanos, que por su asimetría manifiesta se podría pensar como pasional; por su presentación, sería alternante y por su dinámica , fraterna.
III-Algunos conceptos:
Los llamados vínculos fraternos exceden largamente cualquier referencia a lo biológico (como cualquier acontecer humano) aunque este aspecto, si tenemos en cuenta la carga genética, nunca es despreciable.
Estos vínculos se constituyen en un complejo entramado psíquico atravesados por lo histórico vivencial.
El advenimiento de un hermano, es un jalón importante en la vida de todos, como también lo es, en este sentido, el concertar un lazo de amistad, el pertenecer a una institución o a cualquier congregación humana que nos provee la cultura. En general suelen idealizarse los aspectos amorosos y tiernos de la fraternidad, sin embargo, los afectos que se despliegan son diversos, intensos y en ocasiones contradictorios.
Los celos siempre fueron descritos como una parte importante del complejo fraterno: el hermano mayor viendo al pequeño recién nacido en el pecho de la madre fue descrito por San Agustín, y esta imagen tomada por Lacan en su libro La familia. La herida narcisista y el dolor concomitante requieren un proceso de duelo. Será llevado a cabo según las posibilidades que ofrezca “la ecología familiar”, al decir de Winnicott, sea cual fuera la constitución de esa familia particular.
En la vida adulta, represión de por medio, se manifestarán como competencia, envidia o como formación reactiva con actitudes protectoras.
Tomando en cuenta consideraciones teórico clínicas pensamos que: el concepto de vínculo tiene diferentes líneas interpretativas. Algunos autores, consideran que entre semejante y diferente se establece un vínculo dado que es pasible de representación. Para otros, con el ajeno se establece vínculo, ya que lo irrepresentable del otro demanda un trabajo vincular de representabilidad.
Lo vincular implica el aspecto itinerante entre lo intrasubjetivo de la fantasía edípica y la interacción que se puede desplegar y producir en la dinámica “original” con el otro.
Puede pensarse lo fraterno en referencia al Complejo de Edipo, y también fuera de él. De ser así, se abren interrogantes en cuanto a la metapsicología psicoanalítica.
Moguillansky, (2003): comenta “ Baranger (1944) por su parte ha sugerido que el complejo del semejante (Freud, 1895) tiene dos aspectos que no se superponen en su origen. Uno es el que auxilia y previene del desamparo. El otro es la imagen especular que permite al sujeto percibirse como totalidad. Propone que este doble especular, este gemelo, es el punto de partida de lo fraterno. En consecuencia, el hermano sería un semejante demasiado semejante y a la vez la primera aparición de lo extraño”.
Recalcati , plantea que la posibilidad para que se establezca un vínculo fraterno está en relación con la aceptación de la diversidad, y en la realización de un duelo no de ser el único para la madre
Esta renuncia narcisista de ser el objeto erótico privilegiado de la madre, es la que Cain no ha podido realizar, (Eva dice que dio a luz “un hombre”, no un hijo), sintiéndose despojado por su hermano Abel, el preferido de la madre y de dios.
Al no interceder la palabra del Padre, el duelo no tiene lugar y la injuria narcisista genera violencia y el asesinato del hermano. Recalcati diferencia entre ser el “hijo único” y ser el “único hijo”. La historia de la fraternidad comienza con un fratricidio. Al igual que la historia de la vida erótica: el odio fue el comienzo.
Para Freud la rivalidad fraterna es por un lado el inicio de la separación y a la vez la entrada al progreso social. Lacan en “La Familia” denominó “Complejo de la Intrusión” al sentimiento que surge al comprobar que se tiene hermanos. Según su llegada al grupo familiar, será reconocido como heredero o usurpador. Considera los celos infantiles en la génesis de la socialización.
Se podría pensar que junto a la complementariedad entre los sexos y conexión entre generaciones, un tercer tipo de relaciones son las que se establecen entre hermanos, las cuales remiten a la igualdad.
Por otra parte, la base para entender aquellas relaciones de tipo artificial y vertical (ejército e iglesia) se encuentran en el vínculo paterno-filial. Mientras que el vínculo entre hermanos permite entender las relaciones grupales de carácter horizontal y darían lugar a la cooperación y las rivalidades.
Freud señala que el mítico asesinato del padre de la horda primitiva dará origen a la fratria , la que a su vez influirá en la constitución subjetiva y del lazo social. Se materializa el pasaje de la Naturaleza a la Cultura. El juego entre Eros y Thánatos dará origen a movimientos de alianzas y diferencias, rivalidades, envidias , identificación etc. El otro, en su doble vertiente : semejante y ajeno con la particular connotación de siniestro.
En las instituciones o partidos políticos se observa una dificultad para el reconocimiento de los conflictos, lo cual puede ser un impedimento para el encuentro fraterno. En relación a esto, diríamos que es poco probable la permanencia en una institución sin que se constituyan “enemigos, excluidos o diferentes”.
IV-La Deconstrucción del complejo fraterno
Los importantes trabajos de varios autores estaban bajo el esquema de la familia tradicional de matrimonio heterosexual con hijos biológicos o bien adoptados. En el campo de la diversidad el panorama se ha ampliado y los cambios en el origen y las nuevas familias y sexualidades nos interrogan. En la diversidad de composiciones famliares ¿que fraternidad se establece? ¿cómo se deplegará lo fraterno en familias con un hijo único?
¿Cómo considerar lo fraterno en familias con hijos que son producto de ovodonación, embriones congelados o inseminación de esperma anónimo?
Bibliografía :
-Borges, José L. La Intrusa (1970) Obras Completas, Emecé E, Tomo II, pág. 403
-Freud, S Totem y Tabú (1913)TXIII Obras completas, Amorrortu, Buenos Aires
-Freud, S Psicología de las masas y análisis del yo (1921) Tomo XVIII Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires
-Freud, S Moises y la religión monoteísta (1934-1938) Tomo XXIII Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires
-Lacan, J, “La Familia” (1938) 2-Complejo de la intrusión. Los celos, arquetipo de los sentimientos sociales. Ed. Argonauta, 1978, Buenos Aires/Barcelona
-Moguillansky, R “Narcisismo, Complejo de Edipo y Complejo Fraterno” (2018) www.psicoanalisisapdeba.org.ar
-Recalcati.M “Fratellanza”-( 5-11-2020) www.youtube.com/watch?v=KoGB77Q0CpM&t=388s
Palabras clave. Fraterno- Ajeno/Semejante-Intrasubjetivo/vincular
En la actividad habrá una breve introducción de apertura, que estará seguida de los contenidos de la actual edición de la Revista Moción:
– Editorial.
– Autores invitados: breve reseña de sus escritos.
– Dialogando con:
- Gustavo Corra.
- Liliana Denicola.
- Haydeé Faimberg.
- Massimo Recalcati.
- Julio Rusconi.
– Agradecimientos.
La dinámica será convocar en torno al primer número de la revista y partir de los invitados que reseñarán las ideas de artículos de su autoría publicados en OUT. Se introducirán preguntas relacionadas a la temática que permitirán luego el intercambio abierto al publico.
ACTO
- "¿Por qué hacer una obra cuando es hermoso tan solo soñarla?"
(Il Decameron. Paolo P. Pasolini -1971)
- ¿El arte produce un giro de enlace de la pulsión de muerte con la vida en su función creativa?
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Comité editor OUT
Directora Creativa: Lic. Chiara Bille.
Editora: Lic. Romina Jennifer Alves.
Jefes de contenidos: Lic. Gabriela Piacquadio, Lic. Javiera Marqués Rosas.
Tres novelas de suspenso cuyo tema principal gira en torno a las dificultades con la maternidad.
“El quinto hijo” (1988) de Doris Lessing, británica, que nació en Irán y vivió mucho tiempo en África. Se casó, tuvo dos hijos muy joven, separándose del marido y de los hijos, siguiendo sus ideales marxistas. Se casó nuevamente con Lessing y tuvo otro hijo. Se separó del marido, pero se quedó con el hijo y cuando recibió el premio Nobel, a los 88 años de edad mencionó que tenía que cuidar a su hijo discapacitado.
“Tenemos que hablar de Kevin” (2005) de Lionel Schriver, estadounidense que actualmente vive en Inglaterra. No quiso tener hijos.
“El instinto” (2021)de Ashley Audrain, canadiense. Era directora de publicidad de Penguin en Canadá y abandonó su profesión y trabajo para cuidar de su hijo menor enfermo.
Es interesante conocer esos detalles de la vida de estas escritoras porque condicionan sus escritos.
A pesar de que en estas novelas el acento está puesto en la patología y maldad del niño/a, en las tres historias hay una muy intensa ambivalencia de aceptar un hijo. La dificultad de una madre que se encuentra con un niño/a que la decepciona, que no es el bebé que ella esperaba y que presenta muchas complicaciones en su crianza.
Nunca llegan estos hijos a instalarse como “His magesty, the baby” y se genera un círculo tanático imposible de ser revertido.
El quinto hijo de Doris Lessing (1988)
Harriet y David se aman, se casan y se preparan a vivir apaciblemente al amparo de un hogar y cuatro hijos felices. Sin embargo, un nuevo embarazo, no deseado de Harriet y la espera de su quinto hijo introduce una nota de desasosiego en la familia.
El bebé se mueve en las entrañas de Harriet demasiado pronto y con demasiada violencia. Después de un parto difícil, el niño se desarrolla de forma inusual y se convierte en un extraño para los hermanos, que lo evitan, la paz que David y Harriet habían cultivado con tanto esmero se diluye así en una atmósfera tensa donde hijos y padres revelan el lado oculto de su personalidad.
Doris Lessing, mujer atenta a los trabajos de la mente y del alma, nos propone en esta ocasión un retrato de familia insólito que mucho nos dice de la insolidaridad humana.
Hay en esta historia una crítica sutil pero no por ello menos potente a la responsabilidad materna y paterna que solemos atribuir en el devenir del hijo. Lessing nos presenta a una pareja sólida y que ha demostrado saber ejercer debidamente su rol parental se enfrenta a una nueva situación irresoluble. Si la primera lectura llevaba a preguntarse cuánto del ADN de dos individuos lleva latente una parte del “monstruo”, y de ello infiere la responsabilidad para con los seres que traemos al mundo, la segunda lectura resulta más bien liberadora. Ben, el quinto hijo, es un niño y después un joven que destruye el hogar física y moralmente, a pesar del amor de sus padres y hermanos, a pesar de la ayuda de las instituciones. Nada se puede contra ello. Los primeros en entenderlo son sus pares, los hermanos, que no cargan con el peso de la culpa ni de la mirada social. Son también los únicos capaces de liberarse de ello. El destino de los padres: Harriet y Daniel será oscuro y distinto.
Nuestra lectura nos coloca frente al dolor de la destrucción de un ideal. Nos obliga también a entender que madre y padre confrontan siempre lo desconocido y en el ejercicio de su rol deben lidiar con lo peor y lo mejor de sí mismos, pero sobre todo con sus propios límites. En esta historia, Lessing describe, a través de la lucha cotidiana de Harriet y Daniel por intentar salvaguardar el bienestar de sus hijos, sobre todo el del quinto hijo, cuán errado puede ser también el sacrificio ciego.
En otra posible lectura de “El quinto hijo” partimos de un conflicto aparentemente familiar para reflexionar sobre cuestiones universales que siguen siendo al día de hoy fuente de sufrimiento, desigualdad y abuso. El (no) lugar para el diferente. Aquel que no se ajusta a los estándares pre establecidos (en este caso, Ben, el quinto hijo) carece de lugar en la sociedad, tanto desde el punto de vista físico como funcional e ideológico. Ignoramos al diferente y, cuando eso no es posible, entonces lo apartamos
Tenemos que hablar de Kevin de Lionel Schriver (2005)
Eva es autora y editora de guías de viaje. Casada desde hace años con Franklin, un fotógrafo de publicidad, decide, con muchas dudas, cerca de los cuarenta años, tener un hijo. Y el producto de tal indecisión será Kevin. Desde el comienzo, nada se parece a los mitos familiares de la clase media urbana y feliz.
Se cuenta toda la trayectoria de vida de Kevin a partir del punto de vista de Eva, la madre.
Antes del nacimiento de Kevin, Eva era una mujer exitosa, viajera, independiente y enamorada.
A partir de la concepción de Kevin vemos que todo ha cambiado, no sólo por el hecho de que la maternidad cambia la vida de cualquiera, sino porque nos encontramos a un niño extraño, que no para de llorar cuando es un bebé, que no juega, que parece disfrutar haciendo daño.
Cuando va creciendo parece cada vez más extraño, más impenetrable y más temible.
Sabemos que Kevin es el causante de una matanza escolar, dos días antes de cumplir dieciséis años y somos testigos de su desarrollo hasta llegar a ese día.
Descubrimos a un niño frío y despiadado, perfectamente capaz de llevar a cabo su obra, y lo escalofriante es que se nos presenta real. Esta ficción aparece con una alarmante frecuencia en la vida real.
Eva, en una carta, recuerda porque decidieron buscar un hijo después de muchos años de casados sin deseos de maternidad. “...que compartían muy pocos temas”. “Debían tener un hijo para tener de qué hablar”
“La ironía fue que en mi deseo de tener un nuevo tópico de conversación perdí al hombre con el que más disfrutaba de conversar.”
Es una historia muy compleja en la que podemos reconocer:
Un extraño juego entre la madre y el hijo, donde a la frialdad inicial de Eva le responde una primera actitud defensiva y luego abiertamente combativa del hijo problemático.
A lo que se suma Franklin, el padre sobreprotector de Kevin y cómplice ¿involuntario? de sus maldades.
En Tenemos que hablar de Kevin" hay hechos graves consumados, cosa que en "El quinto hijo" son sólo temores que no pasan del plano psicológico. Aunque ambas novelas traten el mismo tema lo hacen de manera distinta.
El instinto de Ashley Audrain (2021)
Una madre. Una hija. Una historia con dos caras.
Blythe, la madre, ya no sabe qué es verdad y qué es mentira: ¿está viviendo la vida feliz que siempre deseó, con un marido perfecto y una hija angelical? ¿O está repitiendo la sórdida historia de su madre y su abuela, marcada por el desapego y el maltrato? ¿Es Fox, su marido, el compañero y padre ideal, o tiene una vida paralela que cada día lo aleja más de su casa? Su hija Violet ¿es una niña brillante y complicada, que sólo quiere que su madre le preste más atención, o es malvada de nacimiento? Depende del momento y de cómo se mire, todo y nada puede parecer verdad o parecer una trampa.
El drama de una mujer cuya experiencia de la maternidad no tiene nada de sus mejores sueños y demasiado de sus peores pesadillas.
El instinto es una novela de exploración del origen de la maldad y del modo ominoso en que los traumas familiares se transmiten de madres a hijas.
El libro nos relata la historia de Blythe y lo hace de una forma muy especial, a través de un manuscrito ella le cuenta su vida a su marido, en primera persona, con un toque muy personal, sus dudas, sus miedos y también se intercalan capítulos del pasado de su abuela Etta, de su madre Cecilia y de la misma Blythe de pequeña. Su abuela y su madre tenían una relación muy complicada y lo mismo sucedió entre su madre y Blythe. Todo aquello se reeditó en el vínculo de Blythe y su hija Violet.
FINAL
Estas tres autoras no son complacientes con nada ni con nadie. Esa mirada descarnada y despiadada nos señala los tabúes y las hipocresías de nuestra sociedad.
Estas historias se ocupan de poner en escena los mecanismos de silencio que impone la sociedad –y que cada uno de nosotros se impone, reproduciendo el mandato–. Hay cosas que no está permitido decir. Hay cosas que nadie quiere escuchar. Hay silencios que explotan de tan llenos. Y hay artistas –como Doris Lessing, Lionel Schriver y Ashley Audrain que se atreven a posar sus ojos justo allí. En aquello que preferiríamos no ver.
Desde el punto de vista del psicoanálisis amar se presenta como problema inacabado que atraviesa el abismo de las antinomias de la existencia humana. Esencialmente el amor es tema de naturaleza contradictoria dado que se ama no por lo que se tiene sino por lo que se carece.
En el inconsciente coinciden los opuestos y la consciencia extrema las oposiciones, generando un principio general de unión y separación que permite registrar en la transferencia el complejo nudo de interrelaciones referidas a las pulsiones de Vida y de Muerte.
La vida civilizada se funda en el principio, "ama a tu prójimo como a tí mismo”. Civilización en la cual cuando la esperanza de sostén se desmorona surge la indignación, la cólera, el enfado y en el entretejido de los equívocos del amor aparece el odio.
La literatura permite poner palabras siguiendo las combinaciones antitéticas del amor y todas las expresiones del arte juegan con la cooperación de fuerzas opuestas.
García Márquez, en El amor en los tiempos del cólera, presenta la pugna entre un amor secreto que culmina en la muerte y un amor que hace frente a la vejez y al deterioro despertando el deseo de juventud. Trabaja con el término “cólera” una espléndida alusión al juego significante entre la epidemia y la emoción referida al estado del ánimo.
El amor sin contratiempos, el permitido, el oficial, podría parecer insulso o sin sentido o mera hipocresía, como demuestra el primer casamiento de Fermina Daza, permitido por su padre. Contrapone el amor autorizado versus el amor a contracorriente. La viudez le permite acceder al hombre imposible de su juventud, pero ambos en el fin de sus vidas, vivirán un amor con inmensa intensidad, sobre el fondo de la muerte. No es un amor juvenil sino lejos del tiempo de placeres y seducciones.
El término cólera, referido a la enfermedad que por aquellos días diezmaba a la población, abre un juego de significados contrapuestos muy interesantes que explica cómo se traficaba en el río Magdalena aprovechando la epidemia, “unos, en pos del amor oculto y otros detrás del lucro surgido a causa de la enfermedad misma”.
Ejemplo también del amor al prójimo que algunas veces se expresa en las calamidades mientras en otras se agota cuando más se lo espera, sea en la consideración social, el auxilio a las víctimas o el brote de egoísmo que surge con la misma intensidad que la epidemia.
Amor y muerte, confrontados mientras los amantes se creen inmunes, tanto como algunas personas se creen inmunes a las epidemias.
En Romeo y Julieta, Shakespeare presenta amor y cólera como afectos extremos, que enceguecen e impiden ver otras tonalidades de la realidad.
En boca de Tybaldo dice “mi paciencia y mi cólera se juntan", "la presencia de este intruso”, refiriéndose a Romeo, “parece dulce ahora, pero pronto va a convertirse en una amarga hiel".
Cualquier clase de oposición, no cesa de traer conflictos. En el intervalo, la contradicción impone la diferenciación desde un abismo, que da apariencia de realidad a la inmensa ilusión de totalidad que genera el amor.
Sabemos que se quiere lo que no se tiene. Reducido a estos términos, el amor sería una enfermedad, que no espera que ocurran los hechos, sino que los provoca.
Se presenta como una vereda opuesta al trabajo analítico, una ilusión de síntesis que proviene de lo consciente para sortear la brecha, entre las antinomias, ratificando que aquello que más le gusta al enfermo es lo que alienta la enfermedad. Freud sospecho del amor de transferencia y dejó la tensión de las posiciones contrapuestas como regla fundamental, para trabajar en relación a la diferencia de posiciones entre atención flotante y asociación libre.
Si se extingue la contraposición y no se ponen de manifiesto las oposiciones no resultaría atractivo o no despertaría a los poetas hablar de amor.
Goethe, dice que "todo organismo ha nacido de Ia cooperación de fuerzas formadoras opuestas". En Shakespeare, las distintas expresiones del amor juegan con la doble faz de significados antitéticos, mostrando el punto más alto de comprensión al que pueda llegar el entendimiento.
La máxima altura del amor en Occidente posiblemente está representada por los amantes de Verona. Los sueños y las obras literarias exaltan las antítesis. Así el intenso amor entre Romeo y Julieta juega sobre el fondo de odio de las familias a las que pertenecen, dos grupos que se disputan el poder político, "llevando a las nuevas generaciones a Ia autodestrucción y a Ia muerte”. Pone de manifiesto una pugna entre amor y poder.
Sobre la base ingenua de un sublime amor, se oponen "deseo y cultura". "Por mala estrella de estos enemigos nacieron los amantes desdichados", repite el coro." Nada sino Ia muerte de los hijos puede llevar a los padres a la paz”. “¿Cambiar por puro amor ese odio de familias?''. EL antagonismo de Montescos y Capuletos, sirve para potenciar las formas del amor ligado al odio y Ia persecución. Se presenta el amor filial y el filicidio expresados en Ia frase. "Ellos solo buscaron el amor, la diferencia ajena los llevó a la muerte".
El pensamiento consciente extrema las oposiciones, pero el inconsciente da relieve a las expresiones artísticas que juegan sublimando las polaridades.
"Ha nacido lo Único que amo de lo Único que odio”, o "soberano amor que me hace amar al odiado enemigo", dice Julieta.
“Soy deudor de mi vida a una enemiga" replica Romeo, y se pregunta “¿por qué el amor que parece tan dulce cuando se prueba es áspero y tirano?", " ¿el amor es rudo, brutal, violento y clava como espina?". "Dentro del tierno cáliz de esta flor residen el veneno y la salud, como en la planta viven en el hombre, dos fuerzas, la bondad y la dureza. Si en ellos predomina lo peor, el cáncer de la muerte los devora". "Hasta lo que odio lo agradezco si el odio se desata por amor". "Mi paciencia y mi cólera se juntan" dice Tybaldo.
“El amor es una enfermedad que pone a la razón en tinieblas”. Cuando cae la ilusión, en los intersticios de la realidad aparece la furia, la cólera, que no es contra el otro sino contra la misma realidad que al aparecer desvanece la ilusión.
En Romeo y Julieta, Shakespeare aludiendo al amor, dice "Estábamos los dos en una casa ya contagiados por la peste negra". "No vida, sino amor en la muerte". ¿Porqué el cielo dispuso que el amor aniquiló vuestra alegría?", hacia el fin Capuleto dice "pobres víctimas del odio nuestro" y termina la obra diciendo, “De los que del rencor participaron unos tendrán perdón y otros, castigo”, “jamás se oyó una historia tan doliente como esta de Julieta y su Romeo".
Examinar los hechos, libre de prejuicios y sin distorsión, al comprender que el amor se presenta en medio de los sufrimientos y agrados que aporta la existencia. A diferencia de las idealizaciones de la ciencia, o la educación que no han podido traer la totalidad anhelada, mientras que el dolor sigue agobiando Ia existencia humana. El amor o la violencia en medio del júbilo o la pasión no se sienten, pero estas emociones no pueden sostenerse por mucho tiempo e inevitablemente aparece lo real.
En la serenidad pueden captarse las antinomias tal como se presentan en las obras de arte. La mente las acomoda a placer del amor y la realidad presenta su contraste.
Observar estos matices literarios tal como Freud lo demuestra permite una visión despierta, incisiva e inteligente. “La enfermedad avanza sobre el tejido sano como el amor pasión avanza sobre la razón”.
Amar efectivamente es una capacidad superior que se destaca por sí misma habiendo sublimado el odio y la cólera que saca al amor de su atadura al placer.
La expresión de Lacan, "dar lo que no se tiene", alude a un amor libre de la dependencia al placer y a la ensoñación.
El amor sueño al verse por definición incumplido trastoca en cólera en contacto con la realidad, "su amor es ciego y busca las tinieblas" y "si el amor es ciego no dará en el blanco".
El amor que tiene un fin superior recae sobre el que ama y no sobre el objeto amado y sus cualidades, tal como dice Lacan, busca “en tí más que a tí". Aquel sublime amor incondicional tiene en cuenta sólo el bien del amado.
Si la distancia entre ilusión y realidad no ha sido tan grande, el amor crece, como el ser solidario que ofrece ante las condiciones adversas de la epidemia, aun más y más.
Bibliografia
García Márquez Gabriel, El amor en los tiempos del cólera. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2005.
Lacan Jacques, Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis, Seix Barral Editores, Madrid.
Shakespeare William, Romeo y Julieta. Barcelona España. Editorial Losada.
Freud planteó al psicoanálisis como una ciencia; con sus propias reglas, premisas y métodos de investigación. Su pensamiento sería: la academia necesita de nosotros, no nosotros de la academia. Una nueva ciencia debe "entrar" en la academia, una vez establecida ante sï misma como tal.
En la época de revoluciones científicas de su tiempo, genios como Einstein o Planck, se comportaron de la misma manera. Crearon sus propias herramientas. La ciencia en su conjunto se comporta tiene el mismo proceder: ha de crear nuevos campos de conocimiento.
El psicoanálisis como ciencia en desarrollo tiene vecindades con múltiples campos del saber. Sus zonas de interacción son diversas y difíciles de deslindar. El psicoanälisis se ha nutrido de ellas.
Una de ellas es la topología. Ya desde la primera tópica, Freud introdujo el topos dentro de la teoría. Luego sigue con otras formas de expresión teórica, como los que encontramos en el Proyecto (1895), El Yo y el Ello (Freud, 1923), entre otros. La clínica es la base de la teorización.
La escuela lacaniana ha desarrollado concepciones que remiten al sujeto lingüístico acústico. Son bien conocidas y caben, por decirlo de alguna manera, dentro del “Manuscrito G “ y su diagrama de la sexualidad, como pertenencias del yo. El “objeto a” y su RSI están contenidos en la expansión que genera el cuadrante superior derecho –mundo externo -, y lo contiene a su vez con su base representacional del cuerpo. Los dos cuadrantes del lado derecho del diagrama, uno mental y otro corporal ( los dos representacionales).
Aunque la lînea horizontal es denominada "frontera somato psiquica", mi opinión es que todo el esquema se refiere a lo representacional del mundo psíquico..
La topología es solo una de las geometrías. En otra de ellas, la geometría proyetiva, se estudian las figuras en función de sus transformaciones “proyectivas”, es decir, se considera una figura como perspectiva de la otra, con un fuerte basamento en las líneas rectas. En la topología, en cambio, no se considera la condición de recta o curva de una línea. Así, dos superficies son equivalentes, o más precisamente "homomorfas". Las figuras que se estudia son bidimensionales, aunque pueden a veces "sumergirse" en un espacio que parece de tres dimensiones. La tópica freudiana es enriquecida por Lacan por la topología.
Desde la psicología gestáltica, K. Lewin (1936) aborda el tema con su libro Principios de psicología topológica. Postula el concepto de "espacio vital" como espacio matemático, topológico. Dicho espacio abarca al individuo tanto como a su entorno, incluido lo social y, naturalmente, lo familiar. Encontramos aquí fuerzas y vectores. El tema de las "superficies", entre otros, es desarrollado por María Inés Sarraillet (2015) en un trabajo sobre el tema.
Propongo encarar el esquema de la sexualidad del manuscrito "G" mediante una de las geometrías que mencioné, la geometría proyectiva, que trata de la perspectiva y los efectos y los efectos que de ella se derivan.
Gerard Despegue en 1632 inicia con sus publicaciones los fundamentos matemáticos de los métodos de la perspectiva desarrollada en el Renacimiento por los pintores de la época −que debe haber provocado, según ciertos historiadores-, algunos insomnios a Descartes.
Desde sus primeros escritos y también en el esquema de la sexualidad, Freud plantea el tema de la cantidad "Q", que queda plasmado como tal en el Proyecto de psicología (Freud, 1895).
Si fuera posible aplicar los principios de la geometría proyectiva al esquema de la sexualidad, quizás sería factible, teniendo en cuenta que dicho concepto, "Q", no fue abandonado por su autor sino que, por el contrario, forma parte crucial de su metapsicología, "la bruja" −como dio en llamarla aludiendo al personaje “La Bruja” del Fausto, de Goethe−, ello ayudaria a comprender mejor los fenómenos del sexo, la agresión y el amor, tanto de sus impulsos fusionados como defusionados, entrelazados o excluīdps entre sī en variaciones continuas.Estamos asī ante el gran capitulo que podriamos denominar "agresión" y "autoagresion", "amor" y "amor endógeno",y "sexo" y "sexo endógeno", que asola al mundo desde épocas inmemoriales (Falcone 2004).
De esta manera, el psicoanálisis establecería quizás limites más precisos con otros campos del conocimiento, lo que permitiría a su vez, desde su desarrollo, encarar un estudio que explique, y a la vez, investigue y teorice, previniendo, como lo ha hecho hasta el momento, con su pràctica y sus propias herramientas, ciertos aspectos de la vida de los individuos que lograron resultados sobre la realidad individual y social de las culturas, y, especialmente de los fenómenos violentos de las épocas en que se desarolló.
El siglo XX perpetró con ferocidad lamentable la hecatombe humana del Holocausto y el peligro de la destrucción de la vida en la tierra debido al riesgo nuclear, que continuamente hemos tenido en ciernes debido al infantil y psicótico "play" de los gobernantes de las superpotencias, adoctrinados por el creador de la teoria de los juegos, Von Neumann, por el cual, se equilibran dichas fuerzas, enterrando ojivas nucleares o aerotransportando bombas sobre nuestras cabezas en cantidades exorbitantes, en un desafïo mutuo y especular cada vez mas peligroso para la humanidad. Pareciera que hasta el momento hay una imposibilidad irreductible de desarrollar instituciones supranacionales -como fueron los deseos pacifistas de Einstein-.
Volviendo al tema de la violencia en relación con el Manuscrito G., vemos que, sorpresivamente, el esquema de la sexualidad está inserto en el manuscrito que Freud dedicó a la melancolía.
Allí la describe como anestesia, sexualidad rudimentaria, "falta de apetito" −como ocurre en las anorexias de la adolescencia, y en la falta de deseo, tanto para la mjer como para el el varón-. En el esquema de la sexualidad, la falta de "apetito" se expresa por las líneas punteadas y en negrita (las demás son todas en rojo y convergen sobre el objeto). Este objeto, ya sea hombre, mujer o esclavo, en el cuadrante superior derecho, se ve impedido de sentir las sensaciones normales sensuales que dicho "objeto" está preparado para desarrollar si éstas sensaciones llegaran al mundo interno a través del Grupo Sexual Psíquico, en el cuadrante superior izquierdo, y a los grupos Excitación Sexual Somática y Órgano Terminal, del cuadrante inferior la misma mitad del esquema, izquierda de la frontera del yo, de la linea vertical del cuadrante.
Considero, como dije, que todo el esquema de la sexualidad es representacional, aûn la parte inferior de frontera somato fisica -que corresponde a las reprentaciones que del cuerpo fîsico hace el aparato mental-. En este sector del esquema ubica Freud al OBJETO EN POSiCIÓN FAVORABLE. O sea, practicamente dentro de la representacion que de lo corporal hace el aparato mental.
Propuse en mi trabajo anterior presentado en FEPAL 2020, para entender los fenómenos de violencia humana, considerar agregar al grupo sexual psiquico, otros dos, de las mismas caracteristicas (ubicados a la izquierda de la FRONTERA DEL YO, y conectados con la fuente somática), decïa, incluir un grupo "amor" y otro "agresión", interactuando de manera simultánea con el grupo sexual, dirigiendo sus respectivas cantidades "Q", hacia un punto focal, que puede conducir tanto al amor, al sexo, como a la agresión, entrelazados de diversas maneras dirigidas hacia el sector derecho de la FRONTERA DEL YO, hacia el mundo externo, o inviertiendo la direccion hacia su pasaje a las representaciones de las fuentes somáticas. Expresión (mundo externo) o impresión (mundo interno),
En la actualidad, con los cambios sobre la identidad sexual autopercibida y los excesos provocados por la explotacion sexual o la esclavidad, podremos también referir este OBJETO EN POSICION FAVORABLE, a todo OBJETO, degradado a tal posición, sea mujer, hombre, niño, o persona en situación de vulnerabilidad.
Ejemplos siniestros de los excesos a que lleva la desmezcla de impulsos, son temas continuos en la primera plana de los diarios. Uno tremendo de estos momentos es el del padre que asesina a su hijo (crimen vicariante, como eufemísticamente se los denomina en España), para luego matarse con el fin de agredir de la peor manera posible a su madre: asesinar ese hijo, y luego suicidarse.
Volviendo al Esquema de la Sexualidad: el detalle llamativo de que Freud haya delineado de color rojo todas las demás líneas del esquema, menos la punteada que va desde el objeto sexual a la fuente somática -en negrita- creo que muestra la intención de Freud de señalar aquello que luego denominará como “yugulación de los afectos” en escritos posteriores, y que conduce al objeto, objeto de objetalización, a ser obligado a caer en la condición de "objeto sometido en posición favorable e imposibilitado de sentir".
Desde la "anestesia" y “falta de deseo” que menciona Freud, habrá derivaciones posibles hacia las enfermedades psiquicas del campo de lo mental, así como del campo de lo somatopsíquico.
La internalizacion de la agresión como su exteriorizión, provocarán consecuentes dolencias.
El objeto en posición vulnerable esta "en la mira" del sujeto que apunta -derramado en un todo- hacia el disparo de la agresión. La agresión hacia el mundo exterior, tamién puede desarrollarse en la mujer, dirivándose hacia sus hijos, como en el caso -absolutamente menos frecuente- de la mujer despechada. Medea, en la tragedia griega, dirige hacia los propios hijos, que mata, el odio hacia su marido infiel.
La agresión intrafamiliar es origen de un alto porcentaje de patologîas y crîminalidad sistémica endofamiliar.
La terrible organizacion mafiosa de la cûpula ubicua del Poder mundial estä compuesta por hombres y mujeres, que podrïamos denominar como “hombres y mujeres de guerra”, encastrados en sus propias identidades duales.
Mi opinión sobre los derechos de los varones, si es que existen, es que no son defendidos -por lo menos hasta el momento-, con la garra que lo hicieron las mujeres en los años que nos preceden. Creo que se encuentran lamentablemente fuertes escollos en la psicologîa del varón, cultivada y vinculada desde hace milenios en el desarrollo de la agresividad. En tanto que la femenina fue lograda, cultivada en la "paz" del hogar y la crianza de los hijos.
Para evolucionar como lo han hecho las mujeres desde no hace mucho tiempo, Los hombres debieran tramitar un duro y propio camino, como es el de renunciar a "guerrear". El desafio es enorme. El hombre para la guerra y la mujer para la paz, llevaron a la situación catastrófica actual.
Seguramente impulsadas por la complejidad que implica tanto la fecundidad del cuerpo femenino como la crianza de los niños llevaron a la mujer a tomar responsabilidades alejadas del tráfago destructivo de Marte, dios de la guerra.
Algunos consideran que la máxima revolución de los siglos XIX, y XX es la revolución llevada a cabo por las mujeres. Claramente, afortunadamente, muchos varones y personas del llamado moviemiento LGTB, toman para sî estas responsabilidades parentales.
En el campo de las ciencias duras, los dos sexos estän a la par, y en muchos casos, el papel de la mujer cientīfica fue usufructuado por sus compañeros de ruta.
Bibliografía:
juanjosefalcone.blogspot.com.ar
Freud, Sigmund. (1895) “Manuscrito G”. Amorrortu Ediciones, tomo I, Pag 239.
Sarraillet, Marïa Inés (2015). ‘La topologia censurada en la enseñanza de Lacan”. Recuparado de:
https://elreyestadesnudo.com.ar/wp-content/uploads/2015/09/REY4_8-Topolog%C3%A- Da-censurada-MIS.pdf.
Palabras claves: Metapsicología, autoagresión, agresión.
La situación que estamos atravesando me lleva a la siguiente reflexión: cuando comenzó la pandemia consideré que para con respecto al escribir, acerca de lo que estaba sucediendo tanto en la clínica como en nuestras vidas, sólo podíamos dar testimonios, juntarlos, atesorarlos. Y que la reflexión acerca de los hechos vendría después, en el “a posteriori”.
Me sorprendía la cantidad de trabajos escritos por mis colegas, las compilaciones, las invitaciones a escribir…
En un trabajo para un reciente Congreso que titulamos “El exilio del lenguaje”, un colega al leerlo, me dijo que el final de mi escrito le recordó la frase de Freud “Navigare necesse est, vivere non necesse!”, cuya traducción es “Navegar es necesario, vivir no lo es”.
Le pregunté ¿por qué?, y él me contestó: -porque terminas diciendo “en análisis seremos siempre viajeros”.
Al recordar el lugar de la cita, que está es el ensayo II Nuestra Actitud ante la muerte, del texto “De guerra y muerte. Temas de actualidad” (Freud 1915), me convocó la lectura de todo el artículo. Me impactaron algunas consideraciones que señalaré por su actualidad, en relación a la traumática situación que estamos viviendo con el Covid, la pandemia, y que dan cuenta de la tensión constante entre Eros y Tánatos.
Freud escribió los dos ensayos entre marzo y abril de 1915, a los seis meses del estallido de la Primera Guerra Mundial. Hoy escribo al año y medio de la irrupción de este Real que a todos nos atraviesa.
Le solicito a los lectores me disculpen por extraer frases donde me otorgo la licencia de hacer recortes que a algunos les resultarán irreverentes porque los saco del contexto. Cito:
“Hasta la ciencia ha perdido su imparcialidad exenta de pasiones”
“El individuo se siente confundido”
“Creo que dará la bienvenida a cualquier pequeño consejo que le facilite reencontrarse en su propio interior”
“La desilusión que esta guerra ha provocado y el cambio que nos ha impuesto; como lo hacen todas las guerras – en nuestra actitud ante la muerte”
Lo señalado en el último párrafo al cambiar la palabra guerra por pandemia, lo destaco porque no es un hecho menor aquello que escuchamos en nuestra clínica; me refiero al profundo sufrimiento que provocó el no poder despedirse de seres queridos, desde quien sufrió por no estar acompañando al padre en sus últimos momentos, hasta quien no pudo asistir al entierro de un amigo. Aquéllos momentos en que antes de la aparición de las vacunas, los hijos eran privados de visitar o atender a los padres mayores, los abuelos no podíamos encontrarnos con nuestros nietos. Emergió la situación enloquecedora del temor al contagio. Cuidar a los padres y los padres cuidarnos de los hijos.
Vimos también el peso y la vigencia de fantasías sumamente primitivas, en el decir de diversos analizantes: “Maté a mi padre…” o “Por fin se morirá mi madre así no me tendré que ocupar” o “Al final enfermó mi hermana y quedo yo, como hija única para ocuparme de mi madre” o “Nunca más podré visitar a mi hija que vive afuera”.
El clima de desesperanza y desolación nos abrumaba, la esperanza estaba puesta en que hubiera vacunas.
“Y resulta que la ciencia había perdido imparcialidad…”
“El individuo estaba confundido”
“Cada pequeño consejo….”
Nosotros como analistas éramos testigos, todo se daba en un presente continuo, fuimos escuchando y con cada uno tratando de atravesar eso traumático que seguía siendo, tan difícil de ser historizado, para que deje de ser trauma. También intentando que cada “pequeño consejo” que recibían nuestros analizantes por fuera del análisis, no perturbara el trabajo analítico. Sabemos que en momentos de máxima angustia, individual o social, se recurre a aquello que cada uno puede… Es que acechan ofertas variadas para aliviar el sufrimiento, desde recetas mágicas hasta terapias con robots…
Freud señala en este texto “No hay desarraigo alguno de la maldad” nos dirá que las mociones pulsionales del hombre son de naturaleza elemental y buscan satisfacción, las clasificamos en buenas o malas según la relación que tengan con “las exigencias de la comunidad humana”. Entonces por formación reactiva el egoísmo se convierte en altruismo. Observamos la “ambivalencia de sentimientos”, agregará que es fácil observar como dos sentimientos contrapuestos toman por objeto a la misma persona. ¿Cómo explicar sino que a los mismos médicos que se les aplaudía a las 21 hs, no se los dejaba habitar sus casas en el edificio? Observamos la plena vigencia del Tabú que tan bien conocimos en el texto de 1912, Tótem y tabú.
Considero que por temor a la acechanza de la muerte cercana han aflorado manifestaciones pulsionales, que como en aquél momento le hicieron decir a Freud, que juzgamos a los hombres “mejores” de lo que son. Pero aquí hago una diferencia importante, aunque usamos términos que se usan en la guerra cuando hablamos del virus y la pandemia, hemos visto respuestas diferentes; nuestros científicos luchan denodadamente por buscar remedio para tanto malestar. No todos se hacen eco de las teorías conspirativas. Algunos estados se solidarizan con otros y envían vacunas. Los analistas nos manejamos con mayor plasticidad, se borraron fronteras y atendemos pacientes de otras geografías.
Pregunto, ¿respecto de nuestra actitud ante la muerte, pensamos como señala Freud que “era algo natural incontrastable e inevitable”? Él afirmó “Hemos intentado matarla con el silencio” ”La muerte propia no se puede concebir”
Siempre se trata de la muerte del otro, aunque sólo los niños, pueden con frescura hablarle de ello a la persona querida, recuerdo a uno de mis nietitos al preguntarme mi edad y yo contestarle, me pregunta: ¿cómo abuela y todavía no te moriste?
Esto marca que se trata de ubicar la muerte como una contingencia, ya sea por edad, enfermedad grave, accidente. Pero es diferente cuando muere un ser querido, en primer lugar porque no hay sustitución posible para dicha pérdida, y segundo y no menos importante porque muere aquello que fuimos para el otro. ¡Qué decir cuando por efecto de esta pandemia no se pudieron cumplir los rituales del duelo!
Pero la divisa decía “Navigare necesse est,vivere non necesse!” Navegar es necesario, vivir no lo es. Pero resulta que tenemos una sola vida… y seremos viajeros...
Es así que, “en la vida haya de suceder lo que en ajedrez, donde una movida en falso puede forzarnos a dar por perdida la partida; y encima con esta diferencia: no podemos iniciar una segunda partida, una revancha.”. Este párrafo me parece muy significativo, como advertencia a todos y cada uno de nosotros y a quienes nos gobiernan, en el sentido de cuidarnos con las medidas preventivas que nos aconsejan y con la necesaria responsabilidad individual para con nosotros y con nuestros semejantes.
Freud convocaba en ese artículo a modificar el tratamiento convencional que le dábamos a la muerte: “… es preciso creer en ella. Esta ya no se deja desmentir (verleugnen)”. “… Los hombres mueren realmente; y ya no individuo por individuo, sino multitudes de ellos, a menudo decenas de miles un solo día.”. Lo dijo en referencia a la guerra del 14, hoy a partir del 2020 es también “un tema de actualidad”.
La emergencia del Covid convertido en pandemia reedita el “oscuro sentimiento de culpa”, esa culpa primordial, “culpa de sangre que la humanidad ha echado sobre sus espaldas”.
“No fue el enigma intelectual ni cualquier caso de muerte, sino el conflicto afectivo a raíz de la muerte de personas amadas, pero al mismo tiempo también ajenas y odiadas, lo que puso en marcha la investigación de los seres humanos. De este conflicto de sentimientos nació ante todo la psicología. ”
“¿No sería mejor dejar a la muerte, en la realidad y en nuestros pensamientos, el lugar que por derecho le corresponde, y sacar a relucir un poco más nuestra actitud inconsciente hacia ella, que hasta el presente hemos sofocado con tanto cuidado?”
“… tiene la ventaja de dejar más espacio a la veracidad y hacer que de nuevo la vida nos resulte más soportable. Y soportar la vida sigue siendo el primer deber de todo ser vivo. La ilusión pierde todo valor cuando nos estorba hacerlo.
Recordamos el viejo apotegma: ‘Si vis pacem, para bellum’: Si quieres conservar la paz, ármate para la guerra.
Sería tiempo de modificarlo: ´Si vis vitam, para mortem´: Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte.”
Así concluye Freud su ensayo Nuestra actitud ante la muerte, dando cuenta de la tensión constante entre Eros y Tánatos. Pregunto: ¿Qué enseñanza nos deja la tremenda experiencia de esta pandemia? ¿Cuánto de nuestro desamparo pudimos resignificar? ¿Qué será esto de prepararse para la muerte? Siendo lo más convocante para mí el considerar “la partida de ajedrez”, preparándonos lo mejor posible para jugarla.
La biblia hebrea empieza con la palabra (Breishit) cuya letra primera es la bet (B) y termina con la palabra (Vaial) cuya letra última es la (lamed) (L) si cambiamos el orden tenemos la palabra leb (corazón), esto se puede hacer porque no hay vocales en este alfabeto. El valor numérico de estas letras es 22, que es el número de letras que tiene el alfabeto hebreo. ¿Por qué señalo esto? Diré que si juntamos el corazón y las letras, algo se escribirá e inscribirá de esta experiencia que estamos atravesando, para jugar de la mejor manera posible esta difícil partida de ajedrez que nos toca vivir.
Bibliografía
Freud, Sigmund
“De guerra y muerte. Temas de actualidad” (1915), A.E., Tomo XIV, 1984
"Totem y tabú" (1913). A.E., Tomo XIII, 1986
Desde el contexto actual de Pandemia, recortamos otra epidemia que coexiste junto a lo alarmante del cambio climático: el Burnout, como fenómeno visible y expresión de una destructividad disfrazada con un traje que brilla y atrae.
El Burnout es un síndrome que nos confronta con la tarea de resituarlo dentro de un orden socio-político-cultural, que implica diferentes discursividades.
Si lo analizamos como síntoma social, es importante partir del concepto de discurso mítico de Lévi-Strauss donde la verdad solo puede ser pensada como una construcción colectiva, efecto del consenso y del devenir. Y es Deleuze que analiza la cultura y dice “el occidente convierte en acto los temores que todas las formaciones sociales tuvieron: quedarse sin códigos, de ahí su aparente exceso” y continua diciendo que el capitalismo se ha constituido sobre el quiebre de todos los códigos y se ve claramente que lo que está en la base del mismo es una conjunción de flujos desterritorializados y decodificados. El exceso de consumo, desde la conceptualización de Jean Baudrillad…” ha devenido la moral de nuestro mundo y él está en tren de destruir las bases del ser “ser humano”. Antes la sociedad de la edad media se equilibraba sobre el Dios y el Diablo, ahora nuestro equilibrio esta sobre el consumo y la denuncia. Hay una negación de la otredad y se instituye como forma constitutiva de la ética moderna.
La sociedad busca lideres que sean “padres de la horda”, Nos preguntamos si es una sustitución sintomática de la perdida de las tradiciones y que Freud llamaba malestar en la cultura; definiéndola en 1930 como “aquello que comprende todas las normas necesarias para regular los vínculos recíprocos entre los hombres y en particular en la distribución de los bienes asequibles”. Es frente a este escenario que todo se vuelve arbitrario; se pulveriza el amor, la familia y hasta los bienes, es a lo que Bauman llama “la sociedad liquida” donde toda la tradición se vuelve obsoleta, aunque sabemos que no es lo mismo dejar caer lo obsoleto que los reparos identificatorios. Cuando se atenta contra esto bajo la apariencia de una completud absoluta, la tradición pasa a ser anquilosante pero sabemos que se está atentando como en el síndrome de Estocolmo contra el sentimiento de estima de si, pilar del yo que deviene precario al perderse el anclaje cultural.
Es esta cultura la que no solamente narcotiza sino que necrologiza el placer estacionándonos, al decir de Marta Gerez Ambertin, bajo la apariencia de una elección de vida en el masoquismo estructural, propio de la construcción del psiquismo, Cultura hipnotizada, como hace el líder con las masas por la pulsión de muerte, ella exige poder y desubjetivacion porque no nos permite ligar ni pasar al plano simbólico.
Hay un ardid de la nuliubicuidad del deseo y de la ley, hay que maquinizarse al costo de someterse al comando insensato del superyó, que exige el pago de una obediencia incondicional al Otro que se torna cada vez más ¡voraz! Y logra ligar la prohibición con la satisfacción pulsional haciendo del mandato superyoico (que prohíbe gozar) el goce mismo (M.G.A “Imperativos del superyó” Pag.97).
Nos preguntamos entonces como en este “más allá de la cultura” se torna presente “el arsenal nuclear del superyó” (MGA) poniendo en tensión al yo ideal con el ideal del yo, manifiesto en las identificaciones primarias y secundarias
Si esto es así como psicoanalistas es ahí, en ese punto, donde podríamos encontrarnos con el deseo y “negociar” con los ataques o estragos superyoicos, de una cultura donde los pasajes al acto son premiados-
Deberemos entonces trabajar desde lo individual en lo trófico del narcisismo y desde “El discurso actual y la ética narcínica” al decir del Colette Soler.
La autora acuña un nuevo término: narcinismo como característica propia de la época actual y del discurso contemporáneo, definiendo al sujeto en la actualidad como un sujeto narcínico. Este neologismo es rico en significaciones por su novedad en relación al resto de los significantes de la lengua. El narcinismo no resulta de la simple suma del narcicismo de los ideales y del cinismo clásico, es más bien, un discurso donde se confunde el lugar de mando con el de producción, al originarse un cortocircuito entre ambos. Confusión que lleva a que los objetos manden más que aquellos por quienes se producen, es decir, este discurso hace síntomas.
El Burnout, “el estar quemado” declarado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) epidemia mundial, nos muestra que la cultura exige producir por sobre el sujeto y desmiente catástrofes como el cambio climático y el covid 19, manifestaciones donde emerge la angustia frente a un acontecimiento de lo real.
Vemos como este desbordamiento de lo real sobre lo imaginario, sin mediación simbólica produce una destitución subjetiva, destitución del yo que sabemos es la sede de la angustia, porque se experimenta en el yo solo y a condición de que se fragmenten los marcos que lo sostienen.
Es así que el discurso contemporáneo es angustiante dado que en su empuje por eliminar diferencias lo que promueve es la segregación de lo diferente, no dándole ningún lugar en el nuevo orden, salvo identificarse con lo excluido, empujando al sujeto a la homogenización de su goce, es decir, a la globalización producto del mercado que supone imponer a todos los mismos modos de satisfacción. Y es ahí, en este caldo de cultivo, donde la pérdida de ideales comunes, son sostenidos con la particularidad de cada sujeto, donde se sustituye por la sintomatología característica del Burnout.
Planteando una soledad que falsea la soledad estructural, que es la que empuja al sujeto a la creación de vínculos con el otro y a salir de la mítica completud narcisista sostenida por los objetos del mercado.
Es en la clínica donde encontramos una multiplicación de los síntomas, que parecen tener todas las dimensiones del acting out, de una puesta en escena que privilegia la imagen a la vía de la palabra. Y siendo que somos sujeto del lenguaje es entonces que este andamiaje perverso arrasa con el sujeto y con el Otro.
Consideramos al Burnout, como el extremo sintomático de una época que alimenta y actualiza la promesa de felicidad por lo “adquirido”, sobre lo que se apoya la mayor parte de las políticas actuales.
Rastrearemos además, las causas singulares a las que apela el psicoanálisis poniendo en juego la “extensión” de este, no solo como difusión “… sino como una cuerda que se extiende hasta su límite de lo posible de tratar”: generar cambios e intercambios.
El Burnout muestra la paradoja de la gratitud, le otorga un “lugar” que genera un sentimiento de agradecimiento aun “a costa de una libra de carne”.
Así como la neurosis es el reverso de la perversión, el Burnout posee una doble cara y/o su reverso, planteado este, como el lado oscuro que es sostenido desde un ideal del yo cultural que se complementa, desde lo singular, con el yo ideal intra-psiquico. Podríamos decir que esta situación puede resumirse en una formula “… el objeto se ha puesto en el lugar del ideal del yo…”,
Cultura - Goce - Sintomas Actuales
Ambertin, M.G (1993): Las voces del súper yo. Buenos Aires. Editorial Manantial.
Soler, C (2000-2001): Declinaciones de la angustia. Curso Colegio Clínico de París.
Freud, S. (1927-1930): El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura. (2º Ed., 2ª reimpresión). Buenos Aires. Amorrortu Editores.
La tensión Eors Thanatos ha encontrado hoy una significativa vehiculización en la adolescencia a través del aumento registrado de conductas de auto-agresión, ideas, intentos y del suicidio mismo. ¿Cómo pensarlo hoy teórica y/o metapsicológicamente? ¿Cómo abordamos hoy este grave problema con las herramientas que nos provee el psicoanálisis contemporáneo?
Integrantes del grupo 1 (Comisión de Cultura): Coordinadora: Dra. Alicia Killner Lic. Norma Cavalieri (secretaria), Lic. Adrián Augspach, Lic. Alejandra El Assir, Lic. María Isabel Pazos Winograd, Dra Amalia Socci de Gómez, Dra Sara Zusman de Arbiser.
Por este grupo tomará la palabra inicial Mabel Alicia García
Integrantes del grupo 2 (Claustro de Candidato): Coordinador: Lic. Christian Lopardo Lic. Paola Basavilbaso, Lic. Laura Blumenfarb, Lic. Juan Buccheri, Lic. Florencia Camozzi, Lic. Vanesa Carrena, Lic. Paula Cerutti, Dr. Hernán de Arriba, Lic. Veronica Dreusi, Lic. Mabel Alicia García, Lic. Laura González, Lic. Karina Meccico, Lic. Gabriela Piacquadio, Lic. Teresa Roux, Lic. Miriam Santibáñez y Psic. Juan Francisco Solari.
Por este grupo iniciará el diálogo Juan Solari.
MAS ALLÁ DE FREUD. MÁS ALLÁ DE LAS NEUROSIS es un libro que da cuenta de nuestra práctica actual tanto clínica como teóricamente. Sus autores ofrecen una riqueza de historias clínicas diferentes que exigen la creatividad del terapeuta, así como la apoyatura teórica que de cuenta de ellas. Sus abordajes si bien se fundamentan en Freud y en otros autores destacados, van más allá creando hipótesis nuevas que son su brújula para abordar los pacientes no neuróticos de nuestros días, intentando una comprensión de sus duelos y traumas tempranos. Lo hacen desde líneas teóricas diversas que amplían su mirada sobre estas problemáticas tanto en adultos como en niños. El libro cuenta con un Prólogo de la Dra Elsa Aisemberg. El libro será presentado por algunos des us autores y comentado por el Dr. Teodoro Devoto.
El film relata la historia de Clara, mujer madura, viuda y escritora, que goza de su amada casa frente al mar, su música y su sana rutina, en un edificio de Recife, Brasil. Un día irrumpe el poder corrupto de otros para desalojarla: Una empresa quiere comprar el edificio y hacer uno nuevo y para lograrlo utiliza diferentes medios intimidatorios, para que Clara decida venderlo.
En el inicio, se canta una canción de cumpleaños donde lo central es la casa, el hogar para cada uno, que nos introduce en el tema de lo privado, el domicilio, la casa que ilustra la relación con el Otro, el lugar donde nos sentimos alojados en el Otro social.
Aparecen síntomas clínicos o signos, aspectos de la psicopatología de la vida cotidiana ligados al sentimiento de intromisión en el domicilio: situaciones de angustia, llegar a su casa y encontrar su propio lugar tomado por otros, como la “Casa tomada” del cuento de Cortázar y en el que la amenaza (ruidos extraños) aparece como algo interno o externo, donde las hipótesis coinciden en el elemento dual, evasión-expulsión, como central del relato, aspectos que ponemos en relación a lo privado y a tener o no un lugar en el Otro. La “morada de la alegría” se ha vuelto amenazante. Reaparece lo siniestro en el sueño…el despojo.
Pues ¿qué pasa cuando ese Otro expulsa, desalojando a seres humanos, a la naturaleza, como le ocurre a Clara, poniendo en tensión su lugar, su sentirse alojada en ese otro acogedor, en el entorno de la naturaleza que ella habita y el entorno social que incluye? Se plantea esa tensión, estrés, entre ese otro que por puros intereses de mercado, intenta anexar y arrasar con la subjetividad de Clara.
Ella luchó de joven contra un cáncer de mama y lo ganó y así se convirtió en una mujer ya mayor, pero atractiva, sexy, culta y enamorada de la vida; ella da vida y energía a este personaje que no tiene miedo y no está dispuesta a dejarse vencer; es una mujer independiente y fuerte pero que no por eso deja de necesitar esa conexión íntima o la presencia más asidua de sus hijos y de su entorno. Su comentario sobre la tía,: “ya no se hacen Mujeres como ellas “ delinea una imagen de mujer que no deja de serlo por perder una parte esencial de su cuerpo, pelea por lo que le parece justo contra un sistema de privilegio y conserva su sexualidad, a pesar de su edad, los roles de madre y abuela. Clara es producto de un ambiente hostil, que enseña con su resiliencia su libertad y su fuerza, es la líder de todos ellos, persiguiendo no riqueza ni venganza, sino calidad de vida.
El film permite considerar el conflicto entre subjetividad y el paradigma de la época actual: una mujer de carácter, que sobrelleva con dignidad su cuerpo mutilado y la vigencia de su deseo, enfrenta con tozudez y determinación al imperativo del sistema, ya infiltrado en su propia familia que la conmina a abandonar su lugar y con él su historia. Así, confronta la alternativa entre alienación y sometimiento.
Se exhiben diversos aspectos metafóricos de los arrasamientos, de lo descartable, de nuestra naturaleza, nuestro medio ambiente en la civilización actual. Y advertimos su vigencia en cuanto a la pandemia, el medio ambiente y la explotación desmesurada que el neocapitalismo impone en este momento civilizatorio. El uso actual del concepto de libertad, solo compatible con un aparato psíquico absolutamente estresado, en tensión consigo mismo y nunca a la altura de las obligaciones del Super Yo imperante, obliga a cumplir a expensas de transformarse uno mismo en su propio explotador. Un poder político y económico, dirigido por Amos anónimos o algoritmos, definen una alianza estrecha con la pulsión de muerte, pero nuestra apuesta como psicoanalistas, es a que no puedan manipularla, ya que existen en los sujetos como Clara, deseos, que son los únicos capaces de organizar acciones simbólicas y un “itinerario simbólico”, con la posibilidad de ligar a la pulsión de muerte desatada. Es la primera vez en la historia de nuestro planeta, que padecemos una epidemia mundial y que existe la amenaza real de extinguir la posibilidad de vida.
Pues para poder definir qué compone la matriz inconsciente tanática o erótica de una sociedad, deberíamos acordar no solo en términos de vida o muerte sino en términos de calidad de vida.
¿Qué debemos incluir en la matriz erótica?¿ El amor ,la solidaridad, los afectos con interacción presencial, el quererse?
Clara representaría la oposición a los cambios tanáticos. No se trata solo de un caso de patología Yo contra El Mundo, sino la resistencia a un cambio en la calidad afectiva del vivir.
Estos valores deberían defenderse de todo aquello que podría hacerlos desaparecer tal como señalan los filósofos actuales: los derivados de la velocidad, que ataca la posibilidad de disfrutar de los afectos que no admiten reducción temporal, la tecnología que posibilita compras a distancia y el trabajo domiciliario atentando contra la presencialidad y el compañerismo, el predominio de la velocidad mental sobre el tiempo del cuerpo.
Si el discurso capitalista del sistema anarcoliberal va cercando brutalmente a Clara al lazo social que la atosiga, ella lo padece haciendo síntoma en su intento de sustraerse de quedar atrapada entre los engranajes del sistema (como en Tiempos Modernos del genial Chaplin) y también logra hacer síntoma al Amo que supone siempre ocupar el lugar de la verdad.
También podría pensarse en el carácter simbólico inconsciente de lo que representa la casa/departamento para la protagonista, tal como señalaran Augusto Piccolo e Eileen Weller, en un artículo de la Revista de Psicoanalisis, describiendo un caso clínico: “la casa y el auto a menudo representan el aparato psíquico de las personas”. En este sentido, podría pensarse que ella es la que arrasa con su subjetividad primero y, que después escinde, reprime y proyecta sobre el mundo externo, su cuerpo, sus hijos y demás.
Aunque no es solo la casa el tema de la película, sino la lucha de una mujer que fue importante crítica musical y escritora, contra la furiosa insistencia de una empresa constructora para que abandone su casa en pos de un emprendimiento inmobiliario.
Son tres tiempos en la vida de Clara: El pelo, El amor y el Cáncer.
En cada uno de ellos libra batalla con entereza y rigor. El primero, un cáncer de mama la muestra con su pelo creciendo después de la quimioterapia, rodeada de su familia y amigos.
El segundo, viuda hace 17 años, es del reencuentro con su sexualidad activa. Dueña de su cuerpo no quiso colocarse una prótesis y es rechazada por su compañero ocasional que advierte la ausencia. Pero no cede y contrata un joven con quien tiene un apasionado intercambio, con disfrute manifiesto.
Su pelo es ahora una cabellera poderosa.
El tercer tiempo, del desenlace, en el que la intentan atenazar para que se avenga a la entrega de su casa, es el de toda la fuerza de su condición femenina en lucha contra la ironía estúpida y el narcicismo del blanco poderoso, que encuentra el recurso de crearle un “cáncer” que carcomerá sus intenciones.
Clara reacciona de modo no convencional frente al atropello que implica la decisión de otros, que movidos por la voracidad de la ganancia arrasan con subjetividades ajenas. Es poco convencional, porque no suele pasar, pero precisamente la película muestra lo que sucedería si alguien se rebelase frente a poderes económicos omnipresentes: la soledad, la desesperación, el hostigamiento, la incomprensión, todo ello oculto en aquellos que no reaccionan y que no por ello salvan sus vidas, como sabemos de tantos casos que cedieron abandonando sus afectos, su espacio, su vida armada en un lugar. El imperativo de nuestra época condena esta actitud como si implicase no aceptar la realidad, no adaptarse, pero si la adaptación se transforma en imperativo categórico pierde sus propiedades, se desvirtúa ya que no se trata de adaptarse a cualquier cosa y menos contra la propia voluntad obedeciendo la de otros.
Existen casos como el de una ciudad europea en la que había una granja, la última que quedaba; quisieron sacarla para hacer edificios; los vecinos se opusieron y tuvieron éxito; actualmente los granjeros además de trabajarla hacen visitas guiadas para los chicos.
No es el caso de Clara, que debió enfrentar sola a esa parte de la sociedad que arrasa y acorrala las individualidades que se oponen a sus fines utilitarios. Así verá actualizada su soledad amorosa y conflictiva con sus hijos: el reproche. La discrepancia en la visión de la realidad hace eco en el ámbito social: pregunta en torno al conflicto doloroso, si saben lo que es sentirse loco sin serlo, porque la locura está afuera. Locura y marco social son temas que nos ocupan. Aquí la familia como contención y refugio ha cesado en su función. Sobrevivir resignificando los vínculos que entraman la historia de la “casa-departamento” sea tal vez su nuevo desafío.
La pandemia ha provocado tensiones inevitables en los seres humanos, que nos lleva a reflexionar qué sucede en la dinámica grupal e individual de quienes experimentan una vivencia que pone de manifiesto la vulnerabilidad de su existencia.
Las particularidades de hospitales monovalentes que atienden a pacientes crónicos hacen que ante la pandemia se presenten protocolos de atención que implican el traslado de pacientes contagiados a hospitales de agudos que cuentan con el cuidado adecuado. Al mismo tiempo, las salas de internación que presentan pacientes con contagio son asiladas y reciben solamente la atención básica de control de las personas que se encuentran en ellas.
Quienes estuvieron aislados en una sala de hospital esperando presentar o no síntomas que dieran cuenta del contagio actualizaron sentimientos de vulnerabilidad debido a la amenaza de la pérdida de la vida y del contacto con la familia, con compañeros de sala y equipo tratante.
¿Cómo afrontar el miedo a morir, la intolerancia al aislamiento, a la incertidumbre y a la convivencia?
A partir de un vínculo psicoterapéutico con una de las pacientes de una sala en aislamiento, se narra una experiencia grupal donde se observan estados confusionales y ansiedades de muerte. Se evidencia cómo el grupo atravesó distintas transformaciones que dieron lugar a diversas dinámicas que modificaron la convivencia y permitieron ampliar y crear nuevos modos de relación.
Proponemos reflexionar y dialogar sobre el despliegue de los supuestos básicos, la función de cooperación, el grupo de trabajo y la acción de Eros y Thanatos.
Bibliografía:
Bion, W. R. (1948). Experiencias en grupos. Barcelona, España: Paidós.
Bion, W. R. (1991). Memorias del futuro. Julián Yébenes.
Bion, W. R. (1996). Cogitaciones. Valencia, España: Promolibro.
“La primera vez que fui al Paraíso
de los comedores de opio,
conocí allí a la droga celestial.
Esta era la panacea de todos los males humanos;
aquí estaba, descubierto de un golpe,
el secreto de la felicidad sobre el que
disputaron los filósofos a través de las edades;
la felicidad podía comprarse por un penique
y llevarse en el bolsillo del chaleco.
Sólo tú haces estos regalos al hombre
y posees las llaves del Paraíso,
oh justo, sutil y poderoso opio!”.
Thomás de Quincey (1821)
Este trabajo es producto de una experiencia clínica con un paciente adicto, al que llamaré Sebastián.
Lo dramático de su situación se hizo claramente visible desde la primera entrevista. Planteaba dos mundos, uno para consumir sustancias, aunque su cuerpo estuviera dañado; y otro, su trabajo para solventar la droga. Sabía, por la entrevista previa que tuve con sus padres, que tenía indicado un trasplante cardíaco. Veía en sus piernas dos extensas cicatrices, secuelas de las intervenciones quirúrgicas que le hicieron como consecuencias de las lesiones originadas por las drogas.
Seis meses antes, estando solo en el exterior del país, tuvo otro episodio de sobredosis, sus intensos dolores en las piernas, lo pusieron ante un dilema extremo, o se arrastraba hacía los opiáceos y así terminar con su vida, o llamar a emergencia, lo que finalmente hizo.
Es un joven que, transitando su adolescencia, comenzó tempranamente con su adicción. A medida que transcurrieron algunos años, mientras estudiaba en el exterior, fue incrementando el consumo con drogas “más pesadas” hasta llegar a los opiáceos Se sentía “manipulado” interiormente a seguir consumiendo, sin importarle el detrimento de su cuerpo. Aparecer “matado”.
Freud, en su carta a Fliess el 22 de diciembre de 1897 decía: “Se me ha abierto la intelección de que la masturbación es el único gran hábito que cabe designar «adicción primordial», y las otras adicciones sólo cobran vida como sustitutos y relevos de aquella (el alcoholismo, morfinismo, tabaquismo, etc.)”
A través de las sesiones con Sebastián, fueron evidenciándose los pensamientos que aparecieron prematuramente en su infancia que lograba mitigarlos cerrando sus ojos. “Sentimiento raro, ser un animal, me sentía incómodo en el cuerpo, manos, pies, ser primate, muy bizarro. No es que odio como me veo. No me gusta el cuerpo humano”. Luego, esos pensamientos se hicieron continuos y ese recurso no le resultó útil. Fue cuando apeló a las sustancias. “Mi gran ilusión, mi fantasía, ser un pensamiento, no ser físico.” A la par de sentir rechazo a su cuerpo, prefiere ser un espíritu y observa el cuerpo de los otros, en forma fragmentada.
Paralelamente su funcionamiento psíquico mostraba una clara escisión, su discurso era sorprendentemente “normal”, con capacidad de estudio y de trabajo.
¿Nivel psicótico encubierto por las drogas y también posiblemente favorecido por el uso de las mismas con una fuerte muralla defensiva, sustentada en la escisión?
¿Cómo entender esta persistencia de apelar a las sustancias como solución, cuando a la vez son las que lo conducen a la muerte? ¿Cómo se ha gestado está prevalencia de Thanatos como trasfondo subyacente? ¿Es sólo algo constitucional o situaciones traumáticas infantiles se han sumado para generar esta compulsión repetitiva? ¿Cuánto ha sido ignorado por sus padres ese padecimiento infantil? ¿Cuánto se desmintió la importancia de su ennuresis hasta la pubertad ,? ¿Cuánto se negó el nivel de exigencia y expectativas desmedidas, cuánto se desatendió lo que implicó en plena adolescencia, que para cursar su formación terciaria, tuviera que trasladarse al exterior?
Se agregó un manifiesto sentimiento de culpa por no haber suministrado las sustancias a un amigo, quien recurrió a otro adicto que sí le proporcionó la droga, que lo condujo a la muerte. “Quiero extirpar pensamientos que sólo traen tristeza, depresión… ser un ciego mental”. “Con sustancias se apaga, desaparece, especialmente con opiáceos …”.
El aporte pulsional del analista encuentra una fuerte actitud resistencial, qué desmantela una y otra vez la fuerza de Eros. Sólo concebía “ser con las sustancias” para no ser, que así respondía a las expectativas de un ideal del yo inalcanzable. “Nunca sentí estar viviendo mi propia vida”. “Nunca me gustaron los recuerdos, … yo viviría cada segundo sin haberme acordado de lo que hice”.
“Mis padres en su cabeza, pensaron que hicieron todo impecable, … el éxito es su guía …yo siempre sentí la presión…”.
Freud en 1920, en “Más allá del principio del placer”, desarrolla su concepción acerca de Eros y la pulsión de muerte, de la discordia entre ambos, y del entrelazamiento pulsional. Discordia, que etimológicamente significa: dis, disentir, cord, cordis que alude al corazón, ia, a la existencia.
Discordia entre el paciente y sus progenitores que derivaron en la sobredosis, y en su notoria insuficiencia cardíaca que lo dejaron ante la proximidad del trasplante.
Tiene limitadas posibilidades de expresar su agresividad. Siempre se manejó solo, tratando de no mostrar lo que sentía. Derivó en romper paredes pegándoles con el puño y dañándose su mano. Si su adicción fue un modo de que sus padres lo “escuchen”, fue a través de la autoagresión.
Si bien con sustancias de menor alcance, tales como benzodiacepinas, Sebastián ha relapsado en varias oportunidades. Cuando concurría a su trabajo, hacía el esfuerzo para mantenerse abstinente. Aunque generaba dudas acerca de la veracidad de su relato, estuvo sobrio aproximadamente 100 días.
Consecuentes con Green, podemos considerar que Sebastián, defensivamente, desobjetalizó a sus objetos primarios y regresó a su autoerotismo, al tiempo preverbal de su desarrollo psíquico, al cuerpo fragmentado que refiere en sus percepciones visuales. No ha encontrado objetos que pudieran conformar una estructura encuadradora. Esto quedó evidenciado por el limitado espacio psicofísico que sus padres le ofrecieron cuando retornó al país.
Citando a Winnicott, Green dice: “…la ausencia de madre, equivale a la muerte”. “Para estos niños, la única cosa real es el agujero (a gap), la muerte, la ausencia … o la amnesia”. (Green, A. 1995). Sebastián dice tener, refiriéndose manifiestamente a la memoria, “tengo varios agujeros, de los últimos 3 años”.
Pareciera que la sustancias cubren todos los agujeros narcisistas. Se constituyen así en objetos idealizados, capaces de evitar toda posibilidad de sufrimiento psíquico. Objeto de placer, objeto de deseo, que pasa a ser objeto de necesidad y de alivio de tensiones insoportables. “Efecto de sustancias, me daban estar fuera de mi”.” Los psicodélicos me ayudaban a desaparecer un poco”.
La afectación psíquica remite a momentos primordiales en los que la palabra no era todavía un recurso expresivo. Etimológicamente adicción significa sin dicción, sin palabra. . A la vez addictus significa adjudicado o heredado. Los addictus eran los esclavos que luego de la guerra eran otorgados a los soldados que habían tenido un buen desempeño en la lucha. De modo tal, que también la etimología nos conduce a encontrar la esclavitud, como un aspecto significativo presente en toda relación adictiva.
Así, la dualidad pulsional vida-muerte, se hizo evidente en la secuencia de consumo- rehabilitación- relapse, con una limitada capacidad de libidinizar otros objetos. Lo que pudo quedar resguardado, mientras se mantuvo su análisis fue su estado cardíaco, dado que se fue descartando la necesidad del trasplante. La presencia del analista, como constancia objetal, conjuntamente con el trabajo analítico, parecen haber contribuido a esa significativa mejoría.
Escribía en inglés las letras de canciones alusivas a la muerte, al suicidio, a la melancolía, todo lo que disgustaba a su padre.
Fue necesaria su internación, dado que era imposible para sus padres mantener el control que requería.
Relapsar es una clara expresión de la compulsión de repetición y un intento de volver a un estado anterior, “La meta de toda vida es la muerte; y retrospectivamente: Lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo. “. Se trata del principio de Nirvana, de la pulsión de muerte, de destrucción, que requiere ser dirigida hacia afuera. (Freud, 1920).
La pulsión puede también manifestarse a través de el propósito de apoderamiento del objeto, como es en la actitud de Sebastián, que buscaba más que nada la conquista de los otros, y particularmente con las mujeres, seduciéndolas, sin ningún interés en mantener relaciones sexuales.
Contratransferencialmente es habitual, registrar sentimientos de frustración y de impotencia ante la “expectativa” del analista “deseante” del desprendimiento del objeto de la adicción. La “resistencia” narcisista se evidencia claramente en la dificultad de duelar, dado que el objeto anhelado se mantiene “siempre vivo”, a pesar de los intentos de “declararlo perdido, muerto”.
Es necesario sobreponerse a los sentimientos contratransferenciales tendientes a abandonar el propósito analítico, lo que implica una adecuada elaboración de las propias heridas narcisistas.
El riesgo contratransferencial es contraidentificarse con la presión ambiental o los ideales familiares y tratar de apresurar el proceso.
Bibliografía
Freud, S.: (1920): Más allá del principio del placer, AE, T XXIII, 1979
Green,A.: (1995): La metapsicología revisitada. Eudeba, Buenos Aires, 1996
Stisman, A.: (2005): Contratransferencia, subjetividad y deseo del analista. Los vínculos adictivos. XXXIII Congreso Interno y XLIII Symposium APA. 2005
Gozar la pérdida
Alicia Hendel
Freud (1900) ubica el punto de partida del psiquismo, en la inscripción de la vivencia de satisfacción. Al nacer, todo niño requiere de un adulto que interprete y responda por sus necesidades, aportando los cuidados y los objetos indispensables para darle alivio. De este encuentro, va a quedar inscripta una mítica primera vivencia de satisfacción y cada vez que se renueve el estado de necesidad, el sujeto tendrá el impulso de investir de modo alucinatorio la huella de esa satisfacción primera, irrecuperable como real ya que sólo puede recuperar su huella, culminando el intento indefectiblemente, en una decepción. Lo trascendente del planteo freudiano, es que el objeto deseado, es aquel que se inscribe como perdido y que, precisamente por faltar, se vuelve depositario de una satisfacción que se fantasea absoluta. Esa pérdida, se transforma en la causa de la subjetividad que, a partir de ese momento, sólo puede desear. Este será el modelo al que va a apuntar, toda búsqueda de satisfacción posterior y es el movimiento psíquico al que Freud denominó deseo inconsciente.
El deseo entonces no se dirige hacia un objeto determinado, sino hacia un “reencuentro” con una satisfacción que nunca se alcanza y su meta es reanimar esa ilusión de goce absoluto. Es por este motivo, que podemos entender que, en la concepción freudiana, el deseo se realiza en la fantasía, pero no se satisface; es tanto búsqueda como desencuentro. El goce es entonces mítico, toda satisfacción es siempre incompleta y deja un remanente de frustración. Se trata de un encuentro imposible para el ser hablante, dado que entre el sujeto y el objeto se interpone el lenguaje y al carecer de instinto, ha perdido el registro de la satisfacción natural. Toda experiencia va a ser significada con un más o un menos de satisfacción, suponiendo siempre la gestación de un conflicto en la relación del sujeto con el objeto.
Según Lacan, el trabajo freudiano se orientó desde un comienzo sobre el fenómeno de la repetición, al descubrir las características que asume el deseo inconsciente en su desplazamiento de un significante a otro. Este desplazamiento, se origina en la búsqueda fallida y repetitiva del objeto añorado y la satisfacción imposible que quedó ligada a él. Síntomas, sueños, transferencias, son retornos de lo reprimido, modos de tramitar deseos que escenifican esa búsqueda en satisfacciones sexuales y narcisistas imposibles de plasmarse en la realidad por su carácter incestuoso y displacentero para el yo, pero que en la fantasía inconsciente proporcionan alguna satisfacción.
Posteriormente, con el concepto de pulsión de muerte, Freud (1920) introduce lo que denomina “compulsión a la repetición”, que consiste en el impulso irrefrenable a repetir vivencias dolorosas. Hasta ese momento, Freud sostenía que sólo se repetían deseos edípicos prohibidos que daban placer a nivel inconsciente, proporcionando la ilusión de un encuentro con lo deseado. A partir de este descubrimiento, entiende que lo que el psiquismo repite es el desencuentro traumático con el objeto, lo que resalta entonces, es el fracaso y no el éxito de la repetición.
Según Lacan (1959-60, es el orden simbólico lo que engendra la necesidad de repetición y resalta la condición traumática que implica el hecho de que no hubo objeto en el origen. El objeto para el ser hablante, surge y se inscribe cuando se lo representa como ausente, cuando se lo puede simbolizar. Lo que el sujeto encuentra cuando lo busca, son sólo las huellas significantes del mismo, el objeto se pierde en tanto real y de este modo se inscribe una pérdida de goce.
En el origen hay nada, das Ding, que queda recubierto por la ficción del deseo edípico, que reitera infructuosamente la búsqueda de un encuentro gozoso y de esa forma, sostiene la actividad psíquica que recubre el vacío de lo real. Al neurótico le resulta imposible resignar la expectativa de un goce pleno y por este motivo, resalta penosamente de sus vivencias, aquellos aspectos que lo conectan con sentimientos de pérdida, frustración, insatisfacción o impotencia, para tratar de encontrarle un sentido a esa inevitable pérdida de origen. Minimiza aquellos aspectos del objeto que le proporcionan placer, para acentuar el sufrimiento. En ocasiones, busca activamente frustrarse, para que se revele la tragedia de lo que le falta, donde está capturado su goce. Lo paradójico es que, en el movimiento de reiterar la vivencia de pérdida, subyacentemente se intenta evocar un encuentro sin pérdida. A mayor repetición de lo doloroso, más se hace visible ese objeto que podría dar la satisfacción ansiada, más se convoca su presencia.
Una analizante repite la vivencia de enamorarse de hombres muy seductores, abandonantes e infieles. La insistencia en armar parejas tan frustrantes, se apoya en la fantasía de que, si el hombre que está con ella la eligiera en forma definitiva, ya “no necesitaría nada más”. Mientras disfruta imaginándose elegida, se reitera el sufrimiento de no serlo, pero una vez que se siente abandonada, tras cada separación, si la llaman, vuelve. El análisis fue revelando que, para ella, sufrir por amor torna más auténtico lo que siente y cuando se da lo contrario, cuando se siente valorada y necesitada por un hombre, suele dudar de sus sentimientos hacia él y lo rechaza.
La dificultad de consumar un deseo propio y la búsqueda activa de la insatisfacción, rasgos típicos de la estructura histérica, está presente en este fragmento. También se pone de manifiesto de manera muy clara, la experiencia de la pérdida de objeto que determina la repetición traumática. Su madre, vivía sufriendo por las continuas infidelidades de su marido, de quien, sin embargo, permanecía enamorada. Ante esta mamá y un padre siempre tentado con la infidelidad, ella quedaba muy en segundo plano. La salida bien podía ser entonces, amar ese tipo de hombres para repetir la vivencia de exclusión y pérdida. Permanecer con un hombre infiel, es su modo de recrear el lazo edípico con el padre y la madre, al revivir con él la pasión que unía a sus padres en un vaivén constante de encuentros y desencuentros, que se inscribe dentro del principio del placer. El repetido trauma de quedar excluida, en cambio, se presenta como lo que está “más allá” del principio del placer.
Mientras sufre la ausencia del ser amado y lo sigue esperando, se pone de relieve la dificultad de duelar aquella vivencia edípica, en la que el deseo de sus padres le resultaba frustrante e incomprensible. ¿Qué extraño deseo los mantenía unidos? ¿Qué lugar ocupaba en el deseo de ellos? Frente a la expectativa de alcanzar un encuentro apasionado y absoluto con el objeto de amor, lo no logrado de ese encuentro, sigue siendo lo más buscado en la reiteración de la experiencia de exclusión. Mientras más sufre, más puede evocar lo que le falta, más puede soñar con un encuentro que no le haría faltar nada. En la repetición, se pone de manifiesto que aquello que se ama en el objeto con más pasión es lo perdido, lo que no pudo dar, lo que no se pudo significar del lugar que se tuvo para el deseo del Otro. Situación que conduce a que el ser hablante goce de reiterar la pérdida, para insistir con que hubiera podido no faltar nada, como modo de eludir el encuentro con la castración.
La tarea de un análisis entonces, más allá de descifrar el mensaje inconsciente del síntoma, es realizar un duelo paulatino, no solamente por la pérdida de un objeto que se tuvo y se perdió, sino fundamentalmente, por la satisfacción imposible en torno a un encuentro que nunca existió.
Bibliografía
-Freud S. (1900) "La interpretación de los sueños", cap. VII. T V. Ed Amorrortu. Buenos Aires, 1984.
-Freud S. (1905) "Tres ensayos de teoría sexual". T VII. Ed Amorrortu. Buenos Aires, 1978.
-Freud S. (1920) "Más allá del principio del placer". T XVIII. Ed Amorrortu.Buenos Aires 1984.
-Lacan J. (1954-55) Seminario II. "El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica". Ed Paidos. Buenos Aires, 1977.
-Lacan j. (1959.60) Seminario VII. "La ética del psicoanálisis". Ed Paidos. Buenos Aires, 1991.
-Lacan J. (1962-63) Seminario X. "La angustia". Ed Paidos. Buenos Aires, 2006.
Si el estilo de Lacan está fundido con la poesía no es para hacer de él un poeta sino un analista, dado que “la clinicidad del estilo” es el índice del deseo del analista, eje de cada cura psicoanalítica. Erik Porge.
EFECTOS DEL “ESTILO LACAN”. TESTIMONIOS DE DOS PACIENTES: PIERRE REY, GERARD HADDAD
Lic. Graciela Lanfir, Lic. Etel Novacovsky[1].
Partimos de diferentes intervenciones de Lacan que pueden aproximarnos al “estilo” como operador clínico y sus efectos en la experiencia analítica.
Trabajamos el estilo en Lacan, no como modelo sino como “maestro”, en tanto nos causa, nos motiva, nos hace trabajar y el desafío es que también los cause a ustedes, los oyentes.
Ponemos el foco en las intervenciones, interpretaciones y actos del analista porque producen “estilo del analista”, aclarando que hay un estilo del sujeto, tema que no desarrollaremos.
Lacan dice: “es el objeto quien responde a la pregunta sobre el estilo. Nos interrogamos si hablar de diferentes concepciones de objeto conduce a pensar distintos estilos psicoanalíticos.
¿De qué objeto hablamos en relación al “estilo” en Lacan? Lacan inventa un objeto, el objeto “a” y nos dice acerca de él, es “mi estilo”. En la clínica surge como un efecto del discurso analítico que devela el anudamiento entre saber y goce. En la experiencia analítica es esencial el lugar y posición que ocupa el analista. Desde una posición de vacuidad, abstinencia, el eje de la cura psicoanalítica gira alrededor del “deseo del analista”. En las intervenciones del analista la escucha de cadenas significantes produce un efecto sujeto. Desde el lugar del analista hay distintos tiempos de sostener en la transferencia el lugar de Sujeto supuesto saber hasta el de semblantear el objeto a. Hace falta para esta operación un psicoanalista que no se la crea, un psicoanalista sin infatuación.
Podemos hablar de acto psicoanalítico como acto que es singular, es un hecho significante, un saber hacer ahí.
El acto psicoanalítico solo puede llegar a producirse al precio de que el analista pueda él mismo llegar a soportar la función del objeto “a”. ¿Qué queremos decir? Poder sustraernos del campo del sentido, poder entrar en el juego de los significantes, del medio decir y del equívoco.
En el texto sobre la Obertura en el cual Lacan hace referencia a la frase de Buffon “el estilo es el hombre… al cual nos dirigimos”, no podemos menos que pensar en sus intervenciones: como recibe a sus pacientes en sus diferencias, sin dejar de resaltar que ninguno de ellos deja de ser alojado en la función de la palabra.
“Todas las palabras tenían un peso, objetos preciosos, le gustaba también mucho escucharse. Decía las palabras importantes para cada uno, decía que era nuestra música, esa forma tocaba siempre un núcleo que el registraba” (Un paciente).
A partir de los testimonios de pacientes de Lacan, Pierre Rey y Gerard Haddad, pensamos sus diferentes intervenciones moduladas por su posición y el deseo del analista, acercándonos así al estilo de Lacan en su clínica.
Pierre Rey[2] “Una temporada con Lacan”
Pierre Rey en este libro relata a modo de novela teórica su análisis con Lacan de diez años, casi a diario. Sufrimiento, incertidumbre, vacío lo empujan al análisis: Lacan responde de inmediato al pedido inicial de hora de consulta.
Ante las reiteradas expresiones del paciente “no tengo dinero para otra sesión”, Lacan responde “venga mañana”.
“El dinero era un simple derecho de entrada para el goce del juego”.
Lacan sopesaba el cobro para que cada paciente pudiera sentir en aquel hecho el apremio y de este modo, volver a lo real.
“Él sabía que yo me levantaba tarde”.
No había “oiga” que valga…. Con la cuestión del tiempo también Lacan buscaba molestar.
”No tenía elección”, el vínculo transferencial tiene tanta fuerza que es imposible interrumpir. Las certidumbres se resquebrajan. El analizante también.
“Un día caí enfermo. Se lo comuniqué para anular la visita del día siguiente…organizó instantáneamente que se ocuparan de mí, y de una forma milagrosa,… empezaron a tratarme como si fuera para ellos un bien infinitamente preciado”.
Habla de su posición como analista en tanto sostener a un analizante que atraviesa una situación de necesidad.
“Al principio Lacan me dejaba hablar todo lo que yo quisiera…En una segunda fase, como yo deseaba sobre todo no oír lo que él tenía que decirme, era yo quien le cortaba febrilmente apenas quería interrumpirme. Luego me sometí a su ley: la verdadera elaboración del trabajo se hacía sobre todo en los intervalos que separaban dos sesiones… en seguida comprendí lo que quería decir escandir, una palabra…hasta que revelaran fulminantemente una interpretación.”
Me llamaba la atención que Lacan se levantaba bruscamente. Era allí donde yo debía buscar, en aquel punto preciso de suspensión... En cualquier momento cuando algo de una salida se insinuaba, Lacan se echaba para atrás con un suspiro de agonía que era habitual en él. ¿Diez segundos, veinte minutos? Lo ignoraba. El tiempo introducía la noción de incertidumbre…
Poco antes me administró una lección magistral. Cierta tarde, exasperado por alguno de sus silencios - o tal vez por una de sus raras intervenciones- le solté rabiosamente: ¿Imagina acaso que no soy tan inteligente como usted?
Me miró con una mansedumbre que desarmaba, lanzó un suspiro de fin del mundo y murmuró: ¿Quién le ha dicho lo contrario?
Se acabó el adversario: …A partir de ahí acepté mostrarme desnudo, lo único que quería era comprender. Por desgracia, cuanto más avanzaba menos comprendía.
“No podía esperar de él ninguna ayuda…Cada respuesta conducía a otra pregunta… Con la ayuda del tiempo lo descubrí por mis propios medios: cuando yo poseía la buena respuesta la pregunta vaciada repentinamente de toda sustancia, perdía su razón de ser y desaparecía por sí misma…ya ni siquiera tenía que pedir la opinión de Lacan: lo sabía”….Esto era lo que Lacan me había proporcionado una capacidad de hacer mío lo que me preexistía…
Gérard Haddad
Con el título “El día que Lacan me adoptó” Gérard Haddad publicó el relato de su análisis con Lacan, brindándonos un testimonio exhaustivo. Nacido en Túnez, comienza su tratamiento psicoanálitico que durará once años en 1969 cuando todavía trabajaba como ingeniero agrónomo. La queja por la incomprensión paterna, la lucha con su padre, atraviesa su análisis.
Un día en que “estaba en un estado deplorable”, Haddad llama a Lacan y atiende su secretaria Gloria. Le paso con el doctor.
- Escuché entonces la voz de Lacan, que parecía siempre llena de bronca:
- ¿Cuándo lo puedo ver?
- Enseguida.
Apresuradamente, me metí en mi coche. Nunca anduve a tanta a tanta velocidad por París. Lacan me recibió con mucha calidez. Su humor había cambiado de repente.
- Entonces, ¿qué es lo que le pasa?
Me toca a mí hacerle la pregunta:
- ¿Por qué me trata con tanta brutalidad, cuando usted conoce el afecto que le tengo?
- Precisamente, encuentro este afecto totalmente excesivo.
Interpretación, acto analítico que da cuenta de la posición de Lacan intentando desarmar la transferencia excesiva, buscando ocupar el lugar de semblante del objeto a.
Y cuando el malestar se le presenta a Haddad del modo más dramático, para colmo, Lacan, simplemente lo confirma: Al final de una sesión particularmente breve, experimento una angustia infinita. Me dispongo a ponerme el sobretodo, cuando de repente la idea de irme de esa manera me parece insoportable, imposible. Decido, por un impulso incontrolable, en vez de salir a la calle, volver a la sala de espera, manteniéndome parado, con una actitud amenazadora. Lacan ya había hecho pasar al paciente siguiente. Algunos minutos más tarde, se asoma a través de la otra puerta, siguiendo la ronda loca de sus consultas. Se percata de mi presencia.
- ¿Qué quiere? –me pregunta, un tanto inquieto.
- ¡Hablar con usted!
- Venga. ¿Qué pasa? –preguntó cuándo ya estábamos en su consultorio, parados cerca de la puerta. Parecía irritado, fuera de sí. Entonces, yo largo estas palabras sin pensar:
- ¡Me siento jodido! –le digo.
- Usted no se siente jodido, usted está jodido. Y agregó en seguida
- Lo veo mañana.
Por más paradójica que pueda parecer la situación, este “usted está jodido”… me trajo alivio. Esta frase hasta provocó en mí una sonrisa.
Un amigo de otra corriente me preguntará años más tarde.
- ¿Usted no cree que Lacan intervino demasiado en su análisis? Estas intervenciones sabiamente repetidas a lo largo de los años darían por resultado un estilo, mi estilo….”
Palabras claves: estilo, intervenciones del analista, acto analítico, testimonios.
Bibliografía:
- Haddad, Gerard: El día que Lacan me adoptó. Mi análisis con Lacan. Ed. Letra Viva 2009.
- Porge, Erik: Trasmitir la clínica psicoanalítica. Ed. Nueva Visión 2007.
- Rey, Pierre: Una temporada con Lacan. Ed. Seix Barral 1992.
[1] Integrantes del grupo Estilo: Marcelo Toyos (coordinador), Carlos Barredo, Graciela Campins, Gloria Cordeu, Graciela Lanfir, Mary Long, Etel Novacosky, Laura Palacios y Liliana Pérez.
[2] Pierre Rey (1930- 2006) autor de novelas y periodista nace en Courtherzón, Francia
Uno de los objetivos que decidimos encarar a fines de 2020, en el Departamento de Psicoanálisis y Sociedad, fue trabajar sobre el tema Medio Ambiente y Psicoanálisis, entendiendo la participación del psiquismo humano como el principal componente de la situación ambiental; la velocidad de los acontecimientos mundiales confirmó la urgencia de tratarlo y esta presentación refleja parte de lo que venimos trabajando sobre el tema, todo este año.
Cosimo Schinaia, psicoanalista, miembro de Sociedad Psicoanalítica Italiana y de la IPA, invitado para nuestra actividad del Departamento y de la Red Iberoamericana de Ecobioética el 21/9 último, en una entrevista dada a Dimitris Malidelis de la Sociedad Psicoanalítica Helénica “La Psicoanálisis di fronte alla crisi ecológica” señala:
. “Estamos rodeados por el medio ambiente, respiramos el medio ambiente, dependemos del medio ambiente, pero al mismo tiempo lo guardamos dentro de nosotros, en nuestros sueños, en nuestros conflictos en nuestra mente, en nuestras ansiedades, en nuestros miedos.... , el psicoanálisis puede ser… un valioso recurso … para profundizar en el estudio de los mecanismos de defensa individuales y comunitarios frente a la toma de conciencia de los graves problemas ecológicos de hoy, las catástrofes ambientales que necesariamente reorientan el pensamiento sobre el psiquismo y su dinámica… No se trata del viejo concepto de psicoanálisis aplicado,…… sino, como diría Lacan, de un psicoanálisis implicado, capaz de confrontarse con otros lenguajes científicos, de escuchar a los expertos en el campo que va a investigar....Cuando estoy en la sala de análisis, la relación analítica con los pacientes está necesariamente en relación con las fuerzas externas, en primer lugar los cambios climáticos y la forma en que se registran consciente o inconscientemente en nosotros. Janine Puget y Leonardo Wender (1982), hablan de mundos superpuestos , el del paciente y el del analista, ambos atravesados por contradicciones sociales, por ideologías, por lo que no es posible referirse a una dinámica aséptica de transferencia-contratransferencia desligada de los referentes culturales y ambientales de cada uno de los dos, que muchas veces son los mismos…. se refieren al concepto de vinculus, introducido originalmente por Enrique Pichon-Rivière (1971), … idea de que la realidad externa e interna no son entidades opuestas, sino que están en una relación dialéctica continua, un movimiento en espiral que determina el funcionamiento mental. Por lo tanto…. incluye lo interno, lo externo y un tercero original, compuesto por ambas realidades…
Los beneficios de la tecnología en continuo avance han implicado la explotación de los componentes bióticos y abióticos que conforman la biósfera generando calentamiento global, contaminación de suelos, agua y aire, deforestación, desertificación, etc.
Ante esta realidad surge la pregunta: ¿Esas actividades al servicio del ser humano, siendo eficaces son eficientes?
“…la crisis ambiental y ecológica es fundamentalmente una crisis de planteamiento ético de nuestras relaciones con el progreso científico, con los demás seres vivos y con nuestro mundo”( Van Rensselaer Potter, 1975).
La contaminación ambiental y sus severas consecuencias ya no se pueden soslayar; nuestra especie, parece ser la única que destruye su hábitat ya que a pesar de su alta complejidad aún es incapaz de vivir sin depredar.
Desde distintas vertientes científicas e ideológicas se proponen diferentes soluciones de difícil instrumentación, por su naturaleza imperativa que apuntan a cambios conductuales urgentes, que ni los intentos mundiales de los gobiernos lograron con la pandemia de COVID 19. Cada una de ellas propone desde su área de conocimiento, y nosotros como psicoanalistas estamos abocados a pensar la relevancia y los límites del nuestro.
Nos convoca la urgencia de la situación, la necesidad de pensar sobre cierto tipo de funcionamiento psíquico reflejado en la conducta hacia el planeta y que ha contribuído, cuando no determinado, cierto trato a la naturaleza y sus recursos, oscilantes entre admiración y envidia, temor y búsqueda, voracidad y necesidad, protección y desconsideración, cuidado y maltrato. El balance, a juzgar por los resultados alarmantes es negativo y las consecuencias de la visión positivista, de dominio de la naturaleza, ha causado estragos desde fines del siglo XIX acelerando los procesos y evidenciando que solo era alarde humano frente a algo considerado siempre muy superior. Todo lo cuál aumentó la ansiedad persecutoria y la voracidad por la ganancia en detrimento del cuidado del medio ambiente.
Esta actividad de hoy se inscribe en esta búsqueda, y de ponernos en marcha para contribuir como psicoanalistas, a su difícil pero no imposible resolución.
"Ataque de pánico" suele ser una carta de presentación para muchas de las consultas que recibimos actualmente. Nos preguntamos si no se trata de un problema que ya Freud había teorizado y que hoy se presenta con nuevas modalidades. Fueron nuestros referentes teóricos los autores que vinimos trabajando a lo largo del año: Winnicott quien con su aporte sobre "miedo al derrumbe" plantea que suele suceder que el derrumbe tan temido ya ha tenido lugar en momentos primordiales de la estructuración psíquica. Otro de ellos es Martin Cabré que nos habló de la "experiencia traumática" para referirse a la complejidad del inconciente donde coexisten una parcela reprimida y otra no reprimida que afecta a ambos integrantes de la pareja analítica y se manifiesta en el eje transferencial-contratransferencial. Muy valiosos nos resultaron también los aportes de Roberto Losso y otros con su concepto de "procesamiento de los duelos a lo largo de las generaciones", para mencionar sólo a algunos de los autores que nos ocuparon durante el año.
Integrantes del grupo "Aportes de autores contemporáneos a la Psicosomatica": Claudia Dibar, Isabel Eckell, Graciela Fodovila, Frida Hutnik, Susana Krell, Marta Márquez, Ana Mattenet, Adela Siebzehner (coordinadora)
Integrantes del grupo invitado "Grupo de investigación sobre Psicosomatica de APA": Elsa Aisemberg (coordinadora), Teodoro Devoto, Isabel Eckell, Adela Siebzehner, Alberto Stisman.
Lic. María Laura González y Lic. Miriam Adriana Santibáñez
A partir de la discusión de un material clínico que pone en tensión las ideas de la RTN como empeoramiento de los síntomas y como interrupción del tratamiento -concepción generalizada en nuestro ámbito, pero que Freud no sugiere-, surge este trabajo, relacionado con la destructividad y articulado con el concepto de ‘lazos’.
En la actualidad, algunas patologías observadas en el consultorio, llevan a pensar que, por sus características autodestructivas, favorecen la manifestación de la RTN, poniendo en jaque al lazo terapéutico.
La ‘reacción terapéutica negativa’ es un fenómeno que Freud describe como hallazgo clínico en algunos análisis; un tipo de resistencia -del superyó- singularmente difícil de vencer, que se halla en los límites de lo analizable. Pensamos que se presenta como ‘acto’ en la escena de la transferencia, como una de las manifestaciones clínicas de la destructividad.
La primera observación que Freud hace de este fenómeno se halla en el historial de Hombre de los Lobos, de 1914, donde la menciona como una “reacción negativa pasajera”.
Sin embargo, la descripción más detallada, luego de introducir en su obra el concepto de pulsión de muerte, aparece en el capítulo V de El yo y el Ello donde dice:
“Hay personas que se comportan de manera extrañísima en el trabajo analítico. Si uno les da esperanza y les muestra contento por la marcha del tratamiento, parecen insatisfechas y por regla general su estado empeora. Al comienzo, se lo atribuye a desafío, y al empeño por demostrar su superioridad sobre el médico. Pero después, se llega a una concepción más profunda y justa. Uno termina por convencerse no sólo de que estas personas no soportan elogio ni reconocimiento alguno, sino que reaccionan de manera trastornada frente a los progresos de la cura. Toda solución parcial, cuya consecuencia debiera ser una mejoría o una suspensión temporal de los síntomas, como de hecho lo es en otras personas, les provoca un refuerzo momentáneo de su padecer; empeoran en el curso del tratamiento, en vez de mejorar. Presentan la llamada reacción terapéutica negativa.”
Este empeoramiento ‘momentáneo’, ¿es una defensa? ¿Es una descarga pulsional? ¿Ambas? Mejorar o curarse es vivido como un peligro. Mas… ¿En qué consiste ese peligro? ¿Por qué el paciente se defiende del analista y/o de sus intervenciones? ¿Por qué no puede permitirle ‘entrar’ en su mundo interno? ¿Qué tipo de transferencia ha surgido entre paciente y analista? ¿Es esto un lazo?
‘Lazo’ es un concepto amplio que generalmente se asocia con diferentes formas de conexión entre los seres humanos.
¿Cómo pensar este término en relación a la RTN? Es posible hallar una pista a partir de considerar la transferencia-contratransferencia. La transferencia como lazo amistoso, positivo y también como hostil, negativo.
Las palabras del analista permiten unir, ligar, tramitar lo pulsional, y, en tanto llevan a la posibilidad de cambio, en algunos pacientes devienen peligrosas, pues podrían desarmar su organización yoica precariamente construida. Así, a modo de defensa, queda obstaculizada la acción del análisis.
Los pacientes con predominio de características narcisistas utilizan mecanismos que también se encuentran en la RTN: manía de grandeza, omnipotencia de las ideas e idealización.
En ellos, la resistencia resulta invencible: carecen de capacidad de transferencia o sólo la poseen en grado insignificante. Rechazan las intervenciones del analista a veces con hostilidad y otras con indiferencia.
Más allá de la inaccesibilidad narcisista, la actitud negativa frente al médico y el aferramiento a la ganancia de la enfermedad, la necesidad de mantenerse enfermo es un obstáculo poderoso que halla satisfacción en la enfermedad y se niega a renunciar al castigo del padecer. Es la resistencia del superyó que devino sádico y cruel; de allí se infiere el sentimiento de culpa inconciente o necesidad de castigo, que surge de la tensión entre el yo y la conciencia moral.
El superyó debe su posición respecto del yo a la identificación inicial con los padres de la filogenia, cuando el yo todavía era débil, endeble, dependiente -yo ideal-, y como heredero del complejo de Edipo - ideal del yo -. Hunde sus raíces en el ello y de este modo porta sus contenidos y obtiene la energía para sus investiduras.
Podría pensarse la dificultad en el trabajo con la RTN por la confluencia de estas dos fuentes -superyó y ello-. Lo no representado se manifiesta en un acto: ‘empeorar momentáneamente’. En la escena transferencial-contratransferencial paciente y analista actúan personajes; son ‘tomados’ por los influjos pulsionales no enlazados -o con enlaces precarios- con representaciones. Se impone así la repetición de la tragedia edípica- descarga pulsional proveniente del Ello-, donde el paciente-hijo se rebela, se subleva, y cargado de odio y destructividad mata al analista-padre, dejándolo impotente, castrado, aburrido, aletargado, sin posibilidades de analizar. En ese momento, es juzgado por su superyó feroz y sentenciado, por ser culpable, al padecimiento como castigo. El paciente no se siente culpable, sino enfermo. El lazo terapéutico queda bajo amenaza.
El asesinato del padre de la horda llega a todos nosotros por los contenidos del ello, la herencia arcaica, lo filogenético, que se expresa en el fenómeno estudiado.
También el masoquismo moral queda ligado a esta manifestación. Lo que importa es padecer, no quién provoca el padecimiento. Se afloja el vínculo con la sexualidad en esta forma de masoquismo.
Se entiende la necesidad de castigo como resultado de la desmezcla pulsional entre Eros y la pulsión de destrucción. En el caso de la RTN, ¿cabe suponer un incremento de hostilidad que no pudo ser neutralizado por la pulsión de vida?
La destructividad resulta acrecentada por la vuelta de la agresión dirigida hacia afuera y sofocada, que regresa al yo por medio del sadismo del superyó.
Nos dice Freud en El malestar en la cultura (1930) que la agresión es una disposición pulsional autónoma, originaria, del ser humano, retoño y principal subrogado de la pulsión de muerte que está junto al Eros desde el comienzo de la vida.
Por otro lado, en Esquema del Psicoanálisis (1940 [1938]) conjetura que “lo vivo advino más tarde que lo inerte y se generó de esto”, por lo tanto, la pulsión de muerte, muda, aspira a retornar a ese estado anterior a la vida siguiendo la tendencia conservadora de las pulsiones. La pulsión de vida se expande, logrando unidades cada vez mayores. Pero siempre queda un resto de muerte en el interior del individuo que, podría pensarse, son los restos de los yoes de la filogenia que se expresan a través de la compulsión de repetición, resistencia del ello que, unida a la del superyó, torna más difícil hacer conciente el contenido de una RTN.
Las sucesivas reacciones terapéuticas negativas no analizadas en profundidad pueden derivar en una transferencia negativa que desembocará finalmente en una interrupción del tratamiento.
La pulsión de destrucción es un subrogado de la pulsión de muerte que se hace visible a partir de la agresión dirigida hacia un objeto externo o un objeto interno.
Desde Freud, se entiende por ‘destructividad’ esa pulsión de destrucción vuelta hacia adentro, hacia el propio yo, que retorna por no hallar objeto para su descarga o por ser inhibida por las imposiciones de la cultura al servicio de Eros, y que entra en consonancia con la pulsión de muerte libre en el mismo. Y, por ‘agresión’, cuando esa pulsión de destrucción va hacia el exterior, hacia los objetos.
En esa necesidad de estar enfermo o padecer, evidenciada en el empeoramiento momentáneo que implica el fenómeno de la RTN, se infiere la destructividad.
Si el analista consigue captar eso que se está desplegando en la escena transferencial, y tomando en consideración su contratransferencia -sensaciones, afectos y ocurrencias-, logra entender y poner palabras a lo que está sucediendo allí entre él y su paciente, puede elaborar una intervención -construcción en este caso- con elementos conjeturados, que posibilitaría el ingreso de ese contenido al mundo simbólico, para ser pensado, analizado.
De este modo, la palabra enlaza la pulsión. Liga contenidos no representados permitiendo así, generar representaciones. Eso no representado se presenta como vivencia, como sensación, como acto, como compulsión… Cual ancla que inmoviliza, que detiene el análisis, que imposibilita las asociaciones. En tanto hay representación, estamos en el campo de lo yoico lo que facilita un lazo con un otro -sujeto-, otorgando movilidad libidinal a esos contenidos.
La pulsión, ese estímulo para lo psíquico, preocupó a Freud desde sus primeros trabajos que en la primera tópica coloca bajo el imperio del “principio de placer”. Y a las pulsiones desde una dualidad que no abandonó nunca. Resolviendo en aquellos tiempos lo sintomatológico a partir del vencimiento de las resistencias yoicas, en que la aparición del recuerdo develaba la escena traumática.
Hasta que … – “Hombre de los lobos”– por su cuadro de una profunda dependencia con pérdida de autonomía lo llevan a titular el caso como una neurosis infantil. Mostrando el paciente –ya un hombre– una “resistencia a la cura”, con la impronta de un comportamiento pasivo imposible de revertir a pesar de los empeños.
Y en “Recapitulación y problemas”, Freud descubre la existencia de los “schema” congénitos por vía filogenética qué , como… “unas categorías filosóficas procuran la colocación de las impresiones vitales” …siendo “unos precipitados de la historia de la cultura humana”, en que el complejo de Edipo sería el mejor ejemplo. Corroborando además en el niño la presencia de un saber pre existente, desde sus núcleos instintivos que se comportan como en los otros seres vivientes.
Historial que da a luz a la segunda tópica, con un aparato psíquico compuesto por instancias y las dos resistencias que definen la trascendencia del descubrimiento. Las del sentimiento inconsciente de culpa del superyó y la compulsión de repetición del ello, marcando el rumbo de los análisis.
El recóndito ello inconsciente, no dará tregua ni descanso, el fragor de la vida impone repeticiones y reproducciones que en ocasiones confunden al yo y le impiden percibir la realidad. En un torbellino enajenante de miseria neurótica, reconoce lo propio, sin sorprenderse que “ es más de lo mismo”. Y vislumbra al presentirlo el mandato de algo impredecible como destino, motivo del análisis. Y que sólo la revitalización yoica a partir de la alianza terapéutica en lucha permanente contra tánatos, concientizará fragmentos del ello. Con las identificaciones masivas, previas a toda catexis de objeto, de los yoes que anidan en esa “vieja provincia psíquica” pretendiendo retornar.
Es desde aquí donde se comprende que los recuerdos ya no son la llave que abre lo inconsciente, y que en su reemplazo aparece la pulsión con un único afán: la descarga.
En que “eso” (lo indiscernido) a través de la pulsión, será lo que íntimamente permita la descarga doblegando al principio de placer. En que el recuerdo, al que se acudía en la primera tópica, con la interpretación, cede lugar al acto ejecutando una escena que el paciente “desconoce”. Y que sólo puede armarse a partir de la construcción y reconstrucción, apelando no sólo a la transferencia sino a la contratransferencia o transferencia recíproca. Mientras el analista se prepara a ser partícipe de una historia, que se repetirá en la neurosis transferencial. Involucrándose en las vivencias del paciente de acuerdo a roles. Rescatándolo y rescatándose de la vorágine que alienta la repetición, reproducción, que afecta a ambos
La causa por la que en “Más allá del principio de placer” la tríada transferencia, sueños de las neurosis traumáticas y el juego de un niño, le develan esa resistencia que denomina compulsión de repetición imperando en la provincia psíquica más antigua.
Momento en el que agrupa las pulsiones de la primera tópica dentro de Eros, las que conglomeran y hacen bullicio, oponiéndose al silencio tendiente a la desagregaciónde Tánatos.
Tánatos y la pulsión que nunca muere incomodan en la clínica… Deslizándose la técnica hacia la construcción y reconstrucción del material de análisis, para dilucidar lo que es imposible interpretar.
Al sadismo de 1914, una mezcla pulsional con manifestaciones estrictamente libidinosas se lo muestra como representante de la pulsión de muerte en sus aspectos agresivos. Y en su vuelta contra el sí propio, se alinea el masoquismo, considerado enigmático, por su tendencia al placer por el dolor y buscar la muerte como último recurso. Y su resultante: ser condición erótica y expresión de la naturaleza femenina. Sólo sintomático en el hombre, bajo el rótulo, “de masoquismo femenino en el hombre “
Desde la biología incide con insistencia en la mujer, localizándose la pulsión erótica en mezcla con la tanática, en la función materna, siendo imposible sin este complemento. Bajo la égida del dolor se consuma el proceso de la maternidad, por su naturaleza como eslabón femenino en la cadena de la especie. Tendiente a un bien mayor: la concepción del hijo. En un suceso que exige a la madre entregarse a las necesidades del descendiente en desmedro de sus propios ideales que se doblegan ante los de su criatura, indefensa y dependiente de la díada.
En el artículo “Pulsiones y destinos…” tánatos en mezcla con Eros, buscan al objeto hacia el que se dirige esa “fuerza que tiende hacia”. Representando el concepto límite entre lo psíquico y lo somático, la medida de la exigencia de trabajo que el soma le imprime al alma y finalmente la expresión de un representante psíquico de los estímulos provenientes del interior del cuerpo.
Y es en la segunda tópica donde la definición “pulsión memoria de la especie” alcanza su óptima acepción.
Definiciones que apuntan al soma, en especial a la pulsión agresiva, la primera que se expresa en razón del absoluto desamparo de la criatura al momento de nacer. Agresión como “eso” irracional, que emerge desde la autoconservación y comparte con el resto de los seres vivos; aunque la crueldad humana exceda a veces al de muchas especies.
Y es en el “Yo y el Ello” en que se subraya a la pulsión con su afán de descarga como primordial. El objeto es lo de menos. Nada hay más satisfactorio para la economía anímica que la descarga pulsional frente a una frustración, deparando un goce (o un placer displacentero). Atado a la omnipotencia del narcisismo primario, previo a toda catexis de objeto. Hasta que el sentimiento de culpa, la cuestión más importante del desarrollo cultural, emite la sanción respectiva.
Nombrar a tánatos como “pulsión de destrucción”, es un resultante descriptivo. Al que su opuesto con la vuelta hacia el sí propio, Freud designa como “auto aniquilación”.
La exigencia de la renuncia a lo agresivo, es imperativo de la cultura por el proceso de humanización del infante para quién el mundo es un ámbito plagado de peligros, la causa de su agresividad. De la que aprenderá a defenderse con el crecimiento, pero que de niño sofocará por imperativo de la educación.
Siendo la angustia frente a la pérdida del amor de los padres y los reclamos del superyó, la promotora de la vuelta contra el sí propio en la auto aniquilación.
La conciencia moral, la fuerza demoledora que anida en las entrañas yoicas (superyó), por sus raíces hundidas en dicha instancia, castigan al yo por los vicios y el desenfreno pasional que estructuran al ello desde los tiempos primordiales. Resultado exclusivo de su constitución edípica. Ansias incólumes mientras se permanezca sobre la tierra, marcadas genéticamente en la descendencia por la pulsión.
” Pulsión, memoria de la especie” definición que nos introduce en la comprensión de ese supuesto que Freud denominó pulsión en “Pulsiones y destinos de pulsión” y que tiene una especial significación a la hora de explicar los fenómenos indescifrables de muchas conductas. Implicando al decir “memoria de la especie” eso que traemos insertos en la herencia al arribar a este mundo controvertido que cimentaron nuestros ancestros.
En “Esquema del Psicoanálisis” Freud termina por llamar a la dupla Eros/Thanatos, como Eros y pulsión de destrucción. A la que se agregaría la pulsión de auto aniquilamiento, impuesta en la necesidad de castigo del yo desde mandatos que es necesario rastrear en las generaciones precedentes. Difíciles de comprender y que revelan la participación de escenas y representaciones del pasado que no se extinguen a pesar de la muerte de sus protagonistas.
Compulsión de repetición, la responsable de la destitución del recuerdo como llave para concientizar lo reprimido. La compulsión a partir del ello inconsciente – proveniente de la represión- defiende al yo con la repetición y desde el ello pulsional con las neurosis de destino mediante la reproducción…(3)
Al ser esencia intrínseca de la pulsión, con su repetición y/o reproducción, se desplazará por las distintas generaciones. Y los arquetipos del ello ancestral, conservarán en cada uno de nosotros sus virtudes, sus defectos. Y como seres errantes a través de los tiempos difundirán las consecuencias de la tragedia edípica que nos distingue como humanos. Situaciones en que la pulsión de destrucción se adelanta a la erótica, impidiendo la ligadura con los objetos, desde un yo debilitado al servicio de la reanimación de un pasado edípico que lo consume en las vicisitudes de la existencia desdichada del masoquismo moral. Hasta la instalación de la neurosis de transferencia generando ese reino intermedio entre la enfermedad y la vida…
Ana María del Pilar Bidondo
Bibliografía
Cesio Fidias, “La actual neurosis”. Ed.La peste de Tebas. CABA.2010
Freud S, Obras Completas. E.A.
Giménez Noble F. Compulsión de Repetición. Ed. eXel.Publishing U.K2014,
Introducción
Si damos crédito y hemos de confiar en los recuerdos que vuelca el discípulo de Freud Hanns Sachs en su libro “Freud. Maestro y amigo” (1944), el concepto de sublimación le es revelado al creador del psicoanálisis al ver una imagen de un semanario. Dice Sachs:
“(…) Sucedió mientras estaba [Freud] hojeando una historieta en un periódico humorístico (Fliegende Blätter) que mostraba la carrera de una chica en dos etapas subsecuentes. En la primera, ella estaba arreando una bandada de gansos jóvenes con una vara y en la segunda se la mostraba como una institutriz dirigiendo un grupo de jovencitas con su sombrilla. Las chicas de la segunda imagen estaban dispuestas exactamente de la misma manera que los ansarones de la primera (…)” (p. 99)
Considerando estas palabras podemos buscar la imagen, dar con ella y así encontrarla en el número 2324 del año 1890 del semanario alemán Fliegende Blätter. (Ver anexo)
Tengo motivos para confiar en el recuerdo de Sachs. El primero quizás sea el más evidente, Sachs fue discípulo de Freud desde los primeros años que se conformó el “círculo de Viena” y al residir en la ciudad compartía tiempo y encuentros con Freud de modo habitual y cotidiano a diferencia de los discípulos que estaban en otras ciudades de Europa, quizás una excepción sea Otto Rank. Segundo, el hecho de que la primera aparición del concepto conocido hasta el momento sea una carta a Fliess en el año 1897, y en su obra publicada la referencia primera se encuentra en “Tres ensayos…” (AE 7 p. 142) ya con el sentido con el que conocemos al concepto, ambas en años posteriores a la de la publicación del semanario. Por último, decir, que la obra de Freud contiene variadas referencias del semanario y de los ilustradores que acompañaban al mismo, de la cual era asiduo lector como muchos de sus contemporáneos, lo cual no resultará extraño que una imagen le permita a Freud pensar un concepto.
Si todos estos argumentos no fueran válidos y aun persistiera la duda respecto de lo fidedigno del recuerdo eso no invalida el hecho de que la imagen sea una excelente representación visual del concepto y en lo que a mí respecta me contentaré con ello.
Dicho lo cual valen unas breves palabras sobre el semanario, la imagen y su autor previas al desarrollo del artículo.
Acerca del semanario, la imagen y su autor
Fliegende Blätter fue un semanario alemán humorístico y satírico donde además de encontrarse chistes e historietas había acertijos y juegos de palabra que apareció ininterrumpidamente entre 1845 y 1944. Sus imágenes han sido realizadas por los mejores ilustradores de la época, muchos de ellos citados por Freud, quizás el más renombrado sea Wilhelm Busch, autor de Max und Moritz.
Hans Schliessmann fue un ilustrador nacido en Alemania pero que su familia se mudó a Austria siendo esté un niño. Allí contribuyó con dibujos e historietas en los periódicos y semanarios más prestigiosos de la época y en donde por supuesto participo en Fliegende Blätter. Se destacó por sus dibujos sobre la vida cotidiana en Viena, siendo sus personajes predilectos los músicos y los deportistas. Son reconocidos sus dibujos de siluetas-sombras como también la famosa caricatura de Gustav Mahler dirigiendo una sinfónica. Fue un artista tan popular en su época que ilustró una baraja de cartas de Tarock, el juego predilecto de Freud, con los personajes y escenas típicas de la Viena de ese momento.
La imagen a la que alude Sachs es una obra de este autor y tiene por título “La chica de los gansos y el filántropo (una breve historia de vida)”. En su recuerdo Sachs indica las viñetas 1 y 7 de la imagen. En la primera se observa a una niña descalza y vestida con ropas sencillas guiando con una vara a unos gansos en fila a la vez que es observada por el filántropo a lo lejos. En el último recuadro la sublimación ya está lograda, la ahora joven docente -con gesto adusto y vestimenta reglamentaria- guía con un paraguas cerrado a un grupo de niñas como otrora a los gansos.
Llamativamente olvida Sachs aludir a las viñetas 2, 3, 4, 5 y 6, los puntos intermedios de la sublimación donde se observa el factor externo que incita la misma y el proceso de cambio de meta. Una observación rápida nos dirá que en ellas se ve como la joven es abordada por el benefactor quien la acerca a la formación educativa. Al respecto, sobresale en la tercera viñeta el gesto del hombre, señalando con el dedo índice el futuro de la niña. A medida que va creciendo y accediendo a las diferentes materias y al mundo social la ahora joven se transforma en la docente. En la viñeta sexta ella es introducida a las futuras alumnas que observan la bienvenida dada por la directora. Concluida la sublimación y la identificación es ella ahora el filántropo que impartirá educación a las niñas.
De la sublimación como represión
Considero que sigo las conceptualizaciones de Freud cuando afirmo que la sublimación pasó de ser, en su obra y desarrollo teórico, un destino ponderado, buscado y anhelado a un modo de represión, por así decir, disfrazada, que cuenta con el beneplácito de la sociedad. Dicho de otra manera, que los que en un comienzo fueron destinos bien distintos y disimiles de la pulsión terminaron, de acuerdo a las circunstancias, siendo pensados por Freud mismo como las caras de una misma moneda.
Quizás sea en el texto sobre “Leonardo” donde la teorización de la sublimación adquiere para Freud mayor valoración, exaltando a la misma y ponderándola como el destino pulsional anhelado y buscado. Explícitamente allí la define como el destino “más raro y perfecto” (AE 11, p. 74) que permitiría, en cierto modo, eludir la represión y lo liga a la pulsión de investigar diciendo:
“(…) La libido escapa al destino de la represión sublimándose desde el comienzo mismo en un apetito de saber sumándose como refuerzo a la vigorosa pulsión de investigar (…) Empero, dentro de sí da razón de la represión de lo sexual que lo ha vuelto tan fuerte mediante el subsidio de una libido sublimada, al evitar ocuparse de temas sexuales. (…)” (p. 74- 5)
Sin embargo Freud, en simultaneo, no solo conceptualiza la pulsión que logro ser desviada hacia otra meta sino también la necesidad de satisfacción directa de la misma y las consecuencias de su denegación.
“(…) Una cierta medida de satisfacción sexual directa parece indispensable para la inmensa mayoría de las organizaciones, y la denegación de esta medida individualmente variable se castiga con fenómenos que nos vemos precisados a incluir entre los patológicos y displacentero en lo subjetivo.” (…)” (AE 9, p. 169)
Es a partir de 1920 con la inclusión de los conceptos de ideal del yo o superyó, mezcla y desmezcla pulsional y sobre todo la noción de instinto de muerte que permiten suponer a la sublimación no ya como un mero desplazamiento de la libido sino, y sobre todo, como una renuncia producto de la represión, siendo a expensas de la libido, de la satisfacción directa que se logra la sublimación. Lo cual es agravado por el visto bueno de la sociedad, dando como resultado el “malestar” en la cultura. En su artículo “El yo y el ello” (AE 19) de modo manifiesto Freud alerta sobre el peligro que corre el yo en la sublimación sin satisfacción directa:
“(…) Mientras más un ser humano sujete su agresión, tanto más aumentará la inclinación de su ideal a agredir a su yo (…) Tras la sublimación, el componente erótico ya no tiene más la fuerza para ligar toda la destrucción aleada con él, y esta se libera como inclinación de agresión y destrucción. Seria de esta desmezcla, justamente, de donde el ideal extrae todo el sesgo duro y cruel del imperioso deber-ser (…)” (p. 55)
El yo se encuentra frente a una disyuntiva, tiene que arreglárselas tanto con Eros como con el instinto de muerte, y ante estos no se mantiene imparcial;
“(….) Mediante su trabajo de identificación y de sublimación, (el yo) presta auxilio a las pulsiones de muerte para dominar a la libido, pero así cae en el peligro de devenir objeto de las pulsiones de muerte y de sucumbir el mismo. A fin de prestar ese auxilio, el mismo tuvo que llenarse con libido, y por esa vía deviene subrogado del Eros y ahora quiere vivir y ser amado.
Pero como su trabajo de sublimación tiene por consecuencia una desmezcla de pulsiones y una liberación de las pulsiones de agresión dentro del superyó, su lucha contra la libido lo expone al peligro del maltrato y de la muerte (…)” (p. 57)
La menor ligadura del instinto de muerte al liberarse en la desmezcla pulsional producto de la sublimación, pone en riesgo al yo. El sometimiento al ideal del yo da por resultado la sublimación a expensas de Eros, hay una renuncia a la satisfacción instintiva que se encuentra en las bases del malestar en la cultura. En este sentido, y como ya mencioné, la sublimación solo se diferenciaría de la represión en que el primero de estos destinos es ponderado por la sociedad.
La pertenencia implica un costo, pertenencia que se transforma en una exigencia; la renuncia pulsional. La sociedad, de ese modo, pide sublimación. Se puede decir más, no se contenta solo con pedir, también impone sanciones para los incumplidores.
Antes de concluir vale volver a la imagen citada por Sachs. Las viñetas intermedias son especialmente interesantes porque muestran el “pedido social” por la sublimación y la renuncia. Mencioné supra que resaltaba la figura del filántropo en la viñeta número 3. Si se me permite la inferencia, luego de lo expuesto, podemos ubicar en el gesto de señalar con el dedo índice una amenaza acorde el deber-ser propio del superyó. El personaje vuelve a aparecer en la viñeta 6 cuando introduce a la ahora docente con la directora que le da la bienvenida al mundo social deja en claro su valoración. La otrora niña con satisfacciones egoístas es ahora un elemento más de una cadena social.
PCoord.: Silvia Leguizamón
Liliana Revuelta, Alejandro Trapani,
María Luz Gonzáles, Nila Parente, Romina Rossi.
En el presente escrito reflejamos el trabajo desarrollado en los últimos dos cuatrimestres de nuestros seminarios del 2021, “Pensar la clínica Actual desde Lo Siniestro. Una revisión bibliográfica con motivo de la pandemia”.
Comenzaremos con el juego del “fort da” que nos describe Freud en “Más allá del principio del placer” (1920). El mismo se compone de dos tiempos ligados por la elaboración del trauma a través del juego. El juego mismo incluye el fort, el alejarse, el sentirse abandonado por el objeto, seguido del da, el regreso, un segundo momento que permite la elaboración de la situación traumática del abandono. Pero para eso se requiere de una relación sujeto-objeto, un intersubjetivo, un vínculo que deje las marcas de la satisfacción por el encuentro, que se transforme en proceso elaborativo en la repetición de una relación de confianza, en la cual el abandono, el desamparo y la soledad, se reparen a través del segundo momento de reencuentro, la posibilidad de crear una ligadura simbolizante en la vuelta del objeto que protege del desamparo original. Pero que también no protege, dejando el resto de una ausencia, de una herida narcisista como testimonio de un desamparo inicial revivido en la presencia inconstante del objeto protector, vivido como abandono, abandono que inevitablemente retornará como lo siniestro.
Si luego pensamos en Winnicott que nos habla del juego y nos dice: “Al jugar, (el niño) manipula fenómenos exteriores al servicio de los sueños, e inviste a algunos de ellos de significación y sentimientos oníricos” (p. 97). El juego en su función elaborativa presenta los dos movimientos que nos propone Freud, el Fort y el Da, que entran en el campo de lo transicional, según Winnicott. Ese espacio de confianza con la madre que le permite descubrir la realidad a través de la ilusión-desilusión, un reflejo de su mirada que reasegura y protege, salvando y soldando los momentos de desilusión y frustración en tolerables, bajo la mirada protectiva de un objeto suficientemente bueno que anida, escucha y protege al niño. Un pasaje de los objetos objetivos a los subjetivos, pero con un residuo en lo transicional, de ese yo no-yo que heredará la cultura, que marcará la aceptación de alianzas inconscientes previas y futuras, que determinará pertenencias, y que se constituirá en ligadura directa a través de la sublimación y será la vía regia a lo arcaico. Ello le permite al sujeto desplegar una investidura narcisista estructurante, que signifique afectivamente el espacio externo como apropiación, filiación y afiliación, el ingreso a la familia, la comunidad y la cultura en que vive, como reflejo del espacio transicional que contiene aún pedazos de las relaciones primitivas. Entre la apropiación y la alienación se juega el destino del individuo, desde las identificaciones posibles y desde la conformación de su narcisismo.
Tomamos luego a un autor más reciente, Massimo Recalcati, que nos habla de las fallas en los procesos precedentes. Describe una pulsión neoliberal característica de la clínica del vacío, y de una pulsión seguritaria propia de las nuevas formas de melancolías, como forma de retiro libidinal con tendencia al encierro. Y nos dice que en el tiempo hipermoderno la dialéctica entre el Fort y el Da no se dan, transformando el juego elaborativo en un simple fort absoluto y un da absoluto. Ello implica la imposibilidad de un duelo, ya que la ausencia del objeto se cubre con un exceso de objeto inanimados, que no simbolizan, pura acumulación consumista sin sentido, propia de la pulsión neoliberal, que sería el Da absoluto. Y por el otro lado, la pulsión seguritaria que promueve un encierro pseudodefensivo que deja al individuo fuera de la vida misma, desmintiendo la ausencia. En ambos casos la ausencia traumática intolerable no encuentra la salida elaborativa y el goce fija ambas posiciones fuera de un sufrimiento psíquico que lo empuje a la consulta, constituyéndose en destino de Soledad.
Esto nos enfrenta con la idea de lo Siniestro, un más allá en la estructura narcisista del sujeto, que ahora se revela el residuo en el yo de otro que no protegió, dejando solo, inerme, indefenso frente a la pulsión de muerte. Freud nos dice en “Lo ominoso” (1914) “A lo nuevo y no familiar tiene que agregarse algo que lo vuelva ominoso” (p. 220). “(…) la identificación con otra persona hasta el punto de equivocarse sobre el propio yo o situar el yo ajeno en el lugar de propio -o sea, duplicación, división, permutación del yo-, y, por último, el permanente retorno de lo igual” (p. 234). “(…) el doble fue en su origen una seguridad contra el sepultamiento del yo, una enérgica desmentida del poder de la muerte” (p. 235). “Entonces, el carácter de lo ominoso sólo puede estribar en que el doble es una formación oriunda de las épocas primordiales del alma ya superadas” (p. 236).
El doble, el otro, eso que quedo dentro del psiquismo se transforma en predominio de soledad y encierro. Ya no es la autoridad de padres rígidos que organizan el superyó del niño, sino padres frágiles y desdibujados (adulticidio de Hilda Catz, Conferencia APA 2021), que no dan al hijo suficiente sostén, no son suficientemente buenos para favorecer el contacto con la realidad y la relación con el otro a través del vínculo, dejándolos atrapados en la repetición proyectiva narcisista de las primeras relaciones, repetición de vínculos tóxicos tempranos, de frustración, constitutivos del narcisismo primario marcado por identificaciones primarias pasivas (Marucco, 1980) que lo alienan e intoxicado en su propio odio (Faimberg, 1987). Como consecuencia, el hijo buscará alejarse de cualquier vínculo, quedando inmersos en la soledad y el encierro.
Podemos retomar a Recalcati que nos dice: “En un primer tiempo, el niño aleja el carretel de sí, haciéndolo desaparecer, repitiendo de este modo, el alejamiento de la madre (Fort, andá). En un segundo tiempo, en cambio, lo llama para que se presente (Da, aquí), exorcizando su desaparición. Entonces, mi tesis es que en el tiempo hipermoderno esta dialéctica si fracturó despedazándose en un fort absoluto o en un da absoluto. Por una parte, el fort del rechazo, de la sustracción, de la desaparición, del repudio, de la ruptura sin mediación de la relación; por otra parte, el da que exige la presencia absoluta e incestuosa del objeto-Cosa, la necesidad del soporte analítico del objeto, su eterna presencia” (2019, p. 29-30). O sea, por un lado encontramos los efectos de la pulsión seguritaria como expresión del aislamiento y el encierro: fort absoluto; y por el otro, de la pulsión neoliberal consumista, como respuesta a la imposibilidad de simbolizar: un da absoluto. Dentro de una estructura melancólica, él propone un remodelación de la sintomatología a través de expresiones pulsionales que determinan posiciones absolutas con hacen referencia al desdoblamiento de un juego elaborativo, como lo es el juego del carretel.
Como nos dice Marucco, durante la pandemia la libido, que no es inagotable, esta ocupada en los cuidados protectores, distrayendo las cotidianas investiduras eróticas. El peligro es que el analista, en su afán de protegerse y proteger al paciente, pueda transformarse de protector de la vida en peligro de muerte, aumentando la angustia y el desamparo del paciente. Revertir la formulada de cuidado por la investidura del paciente en análisis, un análisis que trate de dar alivió al sufrimiento, darán una primera clave para el trabajo en pandemia.
Bibliografía:
Freud, S.: (1919) Lo ominoso. En Obras Completas, Vol. 17. Amorrortu editores, Buenos Aires. 1993. (p. 215-251).
Marucco, N.: (2021) El encuentro con lo siniestro y sus efectos en la clínica” en XXXIV Simposium de las Américas, Sociedad Psicoanalítica de Guadalajara. Marzo 2021.
Recalcati, M.: (2019) capitolo I: Le nuove melancolie. In Le nuove melanconie. Destini del desiderio nel tempo ipermoderno. In Raffaello Cortina Editore. Milano, 2019 (p. 1-42).
La envoltura psíquica del encuadre y del sueño en un tratamiento psicoanalítico de pareja
Ezequiel A. Jaroslavsky[1]
"Para mí, un trabajo de tipo psicoanalítico se debe realizar allí donde surge el inconsciente: de pie, sentado o tumbado; individualmente, en grupo, o en una familia; durante la sesión, en el dintel de la puerta, al pie de una cama de hospital…”
Didier Anzieu (2001)
Didier Anzieu (1976) fue el primero que desarrolló el concepto de envoltura psíquica. Didier Houzel (1987) denomina envoltura psíquica al plano de demarcación entre el mundo interior y el mundo exterior, entre el mundo psíquico interno y el mundo externo.
El concepto adquiere importancia cuando nos encontramos con patologías fronterizas o déficits en la constitución del narcisismo, y, también, en el trabajo con familias y grupos, donde adquiere relevancia pensar en el continente del psiquismo individual e intersubjetivo (familia, grupos etc.), más que en el análisis clásico de los contenidos.
Freud (1895), en el proyecto de psicología para neurólogos define una instancia, el yo, que establece límites y es continente del psiquismo. En el Yo y el Ello (1923), escribe lo siguiente: “el yo es sobre todo una esencia-cuerpo; no es sólo una esencia-superficie, sino, el mismo, la proyección de una superficie”. Agrega en una nota al pie “…El yo deriva en última instancia de sensaciones corporales, principalmente las que parten de la superficie del cuerpo. Cabe considerarlo, entonces, como la proyección psíquica de la superficie del cuerpo, además de representar (…) la superficie del aparato psíquico”.
Según Anzieu (1993), la noción de envoltura psíquica es más abstracta y general que la metáfora del yo-piel; incluye varias ideas, como bolsa que contiene; borde que delimita; interfase que pone en contacto dos realidades separadas; frontera que filtra el pasaje; esfera autosuficiente y dominio manifiesto de los afectos latentes (poder contenerlos). Cada idea positiva remite a un reverso negativo, por ejemplo, la envoltura bolsa es lisa, homogénea y sólida y su reverso es estar perforada, tanto en la normalidad (orificios naturales), como en lo patológico (bolsa rota o agujereada).
Podemos pensar junto con Anzieu y Missenard (1987) que el sueño es un saco contenedor, una barrera de protección y una membrana activa.
Al ampliarse el psicoanálisis clásico con otros dispositivos, como el psicoanálisis familiar, de pareja, de grupo, y de instituciones, para tratar los sufrimientos psíquicos que tienen su origen en los trastornos de los límites, tanto internos como externos del aparato psíquico, (los estados límites) tenemos que tomar en cuenta las envolturas psíquicas supraindividuales y sus patologías.
Nos encontramos con una nueva realidad psíquica y un espacio psíquico, que no se reduce a considerar a sus integrantes en forma individual. El espacio onírico en el cual se desarrolla el sueño, no es un espacio cerrado, está abierto a tres espacios: al psíquico individual y corporal; al intersubjetivo (familiar o grupal, etc.): y al socio-cultural.
Pareja Amanda y Roberto
Amanda comienza la sesión: “tuve un sueño, tenía una bolsa rectangular, de un color azul fuerte, que contenía comida, una bolsa de supermercado de tela, y súbitamente descubro que está vacía, que ha desaparecido la comida, y me angustio”
(Se queda en silencio angustiada)
Roberto, (sorprendido): “yo también tuve un sueño, soñé con mi mochila, de repente la miro y noto que desapareció la notebook”. (Habitualmente concurre con una mochila muy cargada, donde lleva sus libros de matemáticas y su notebook).
Terapeuta (sorprendido por la coincidencia): “¿recuerdan algo más?”
Roberto: “la mochila era rectangular como la bolsa de Amanda”.
Terapeuta: Señalo la similitud de la forma de la mochila y la bolsa en ambos relatos del sueño, y que los dos mencionan cosas que se pierden o desaparecen. Seguidamente ambos hablan de la hija de Amanda de su primer matrimonio.
Amanda: Mi hija tuvo una relación con otra cantante, fue pareja de ella hasta el año pasado. Era una relación tormentosa, terminó, pues, ella decidió separarse y a partir de ahí mi hija entró en crisis, angustiada y muy depresiva.
Varios meses antes, en una sesión conmigo, la hija llamó al celular de Amanda muy angustiada, y en ese momento se enteraron de la ruptura. Aunque me habían contado que tenían temores que su hija se suicide, no le dieron mucha trascendencia a esta noticia. Les mostré, entonces, la negación de la importancia del llamado, sugiriéndoles que la acompañaran, pues, la hija vivía una situación de desapuntalamiento psíquico producido por la separación. Ambos decidieron invitarla a pasar unos días en su casa, a pesar de que la convivencia es difícil con ella.
Luego, cuentan que la esposa de una pareja amiga, tiene a su madre con un cáncer terminal a quien le dieron un mes de vida y ya pasaron 6 meses, causándoles gastos de enfermeras y cuidadoras que no pueden solventar. La madre no acepta ser internada en un establecimiento, lo que les aliviaría los gastos, pues, ellos están en una situación económicamente muy precaria, y sus amigos le han organizado un festival musical para ayudarlos. La hija de Amanda participa como cantante y ellos pensaban ir también.
Su hija al enterarse que su ex pareja va a ir al festival, y que su madre no va a ir, se angustió, y le reprocha diciendo “no me apoyás”, generando un escándalo, e insultándola.
Roberto, por su parte, comenta que también la hija lo llamó y que se enojó con él, al enterarse que apoyaba la decisión de Amanda (si bien no es el padre biológico, es considerado afectivamente como un padre por ella).
Terapeuta: “Mencionaron pérdidas en el relato de sus sueños, pues, tienen temor, por la crisis de su hija, y también porque temen perder la estabilidad que lograron”.
Al promediar la sesión Roberto menciona: “Vinimos a verlo porque la anterior terapeuta de pareja desapareció. Teníamos una sesión con ella, tocamos el timbre y no contestó nadie. Durante quince días llamamos sin repuesta. Después supimos que se había ido a Brasil, pero nunca nos llamó lo que vivimos con angustia”.
Al despedirnos Roberto comenta: “la vi hace unos meses por la calle, no me reconoció, yo sí, estaba aquí en Buenos Aires”.
Algunas consideraciones
En el relato del sueño, la bolsa del mercado y la mochila vacíos del contenido, simbolizan sus envolturas psíquicas frágiles, sumiendo a Amanda y Roberto en una desestabilización con intensa angustia. El encuadre cumple una función de envoltura psíquica continente de ambos y también del analista. Allí se depositan, según Bleger (1966), los aspectos más simbióticos o indiscriminados del psiquismo, lo glischocarico o sea el meta-yo del paciente (también del analista). El encuadre es la fusión más primitiva con el cuerpo de la madre, yo agregaría la envoltura psíquica materna.
El encuadre proporcionado por el analista es una envoltura que restablece la simbiosis original con el fin de modificarla. Subraya Bleger (1967) que “la dependencia y la organización más primitiva del paciente solo pueden ser analizadas dentro del encuadre del analista, que no debe ser ni ambiguo, ni cambiante, ni alterado”.
En la vida de ambos hubo pérdidas. Amanda vivió situaciones de desestabilización económica, dificultades alimentarias, y de vivienda, en su infancia. Frecuentemente vivían en pensiones y les faltaba la comida. El padre era un jugador compulsivo que se gastaba el dinero en el juego, y la madre no tuvo trabajo, y no sabía, por sus falencias psíquicas, cómo resolver las situaciones de fragilidad económica y afectiva en que vivían.
En el caso de Roberto la notebook y los libros de matemática que le sirven para sus clases y que lleva habitualmente en su mochila, son muy valiosos. Se ha refugiado en las matemáticas que le han brindado un espacio de reconocimiento (es profesor universitario) y estabilidad económica. En su pueblo natal sufrió situaciones de descuido y desamparo. Al venir a estudiar a Buenos Aires vivió en situación de calle durante un tiempo, con grandes carencias económicas.
Durante las sesiones, el relato de sus sueños y sus asociaciones (cadena asociativa vincular), reviven angustias relacionadas con situaciones desestabilizantes y traumáticas de su infancia y adolescencia; y en relación con la hija de Amanda (tuvieron temores a su suicidio); que se actualizan en el espacio transfero-contratransferencial de esta sesión.
El espacio común y compartido de las sesiones les posibilita apuntalar su psiquismo en la estabilidad del encuadre y la persona del analista, Roberto al referirse a la desaparición de su anterior terapeuta dijo: “Con usted no pasa esto. Usted está siempre, no tenemos problemas”. El encuadre estable (no rígido) es una envoltura psíquica continente, en la cual se puede apuntalar el psiquismo de ambos. Al depositar sus aspectos simbióticos (no yo) en el mismo, (Bleger 1966), posibilita los procesos de simbolización y ensoñación, el relato del sueño en sesión, y permite la elaboración psíquica a través de sus sueños compartidos y su elaboración en el espacio (envoltura) continente, de sus carencias afectivas reactualizadas en la sesión.
Bibliografía
Anzieu D. (2001), Psicoanalizar, Biblioteca Nueva, pág. 530, Madrid.
Freud S. (1923-25) El yo y el ello, pág. 27- 28, Amorrortu.
Houzel (1987), Las envolturas psíquicas. Amorrortu.
El dialogo entre las teorías del psicoanálisis, la identidad y las subjetividades se propone pensar la discriminación que surge de los choques culturales las conquistas y las diferencias de poder.
Si bien no se reconoce hoy, en lo contemporáneo una identidad integral ni en el origen ni en algún destino, sino que se la considera como fluyente en constante deconstrucción y deconstrucción, desde las disciplinas que van ganando lugar en lo contemporáneo, se le da lugar lo que conforma el germen de alguno de los problemas más actuales, como la discriminación y la violencia que se presenta sobre grupos identitarios minoritarios. A la manera de “barbaros” se excluye las identidades de fuera de cierta frontera, y a manera de degradación del objeto a minorías que quedan dentro de las fronteras.
Estas identidades otras, en la practica exceden lo que podríamos entender como la agresividad que teoriza Lacan en relación al semejante a partir del esquema del espejo que conforma al Yo. Las practicas con las identidades otras exceden también las teorizaciones del sadismo y masoquismo freudianas. En muchos casos la identidad una, llega a conformar discursos fundamentalistas que someten bajo una guerra justa parafraseada de la peor manera a sus mismos pares identitarios. Entre una y otra se pretende su unión para solo realizar un encuent4ro con mecanismos psíquicos de Asimilación, o resistencia; alienación o forclusión.
Surge una pregunta, Podemos relacionar la degradación del objeto erótico con la degradación de la identidad otra? Hay lazo detrás del odio que causa la discriminación?
Tomamos como ejemplo de pertenencia cultural dos cuentos, Paco Yunque, de Vallejo, y Alienación, de Ribeyro.
Tanto Paco Yunque como Alienación son una muestra de como durante años se le ofrece un contrato viciado a gran parte de la población peruana. El Perú es un país multicultural, de razas, lenguas, costumbres y tradiciones múltiples, pero por siglos, desde su creación como estado, ha prevalecido en el poder la cultura occidental impuesta por españoles durante la colonia y que representa la segregación cultural de las culturas unas sobre las otras.
La actividad presenta la propuesta de iniciar una investigación respecto la identidad en psicoanálisis, que se abre en el departamento de "identidades y psicoanálisis de la comisión de investigación en Psicoanálisis contemporáneo y/o Lo disruptivo para el Doctorado en Psicología USAL. sEn los inicios de esta investigación comenzamos por preguntarmos sobre los efectos de las identidades culturales y raciales. Se procederá a leer un texto teórico respecto de las identidades y el choque cultural en la colonización.
Luego se leera un texto referente a dos experiencias que hablan de dos posiciones posibles respecto al ser colonizado.
Luego un invitado realizara sus comentarios.
Finalmente se dará lugar a un dialogo entre los presentadores y posteriormente con el públíco
Presenta material la Lic. Laura Blumenfarb, analista en formación de la APA. La conducción de la actividad estará a cargo de la Dra. María Ester Hodari.
El analista supervisor invitado es el Lic. Jorge Mosner, siendo los comentadores la Lic Ana Terán de Corniglio, el Dr. Norberto Marucco y el Dr. Raúl Tebaldi.
Escenarios del poder en la supervisión
La formación psicoanalítica, ese imposible de circunscribir, no es sin la pertenencia institucional. Sabemos que hacerse analista implica un riguroso y sobre todo responsable y comprometido pasaje por el trípode, que pone en jaque la subjetividad de aquel que lo transita. Las múltiples transferencias se despliegan en un escenario en el cual la diversidad de saberes en las instituciones pluralistas, como la que nos alberga, hace a la riqueza del psicoanálisis. Ahora bien, en la supervisión así como en el análisis, las transferencias que se van sucediendo en el proceso de formación analítica, se interfieren y compiten inevitablemente.
¿Cómo opera su poder en los diferentes dispositivos del trípode, en tanto las inherentes y necesarias posiciones asimétricas, ofrecen oportunidades de desvíos?
Lacan, preocupado por la formación de los analistas, investigó las cuestiones del poder en la Dirección de la cura, preocupado porque, la ausencia de argumentación con respecto sus principios, suele favorecer que se decidan aspectos relativos a la técnica a partir de un criterio dogmático. Sea este ejercido por un analista, supervisor, maestro o Institución.
Curioso juego de lazos sociales bajo el mismo techo institucional, en el cual la red de transferencias devela y oculta al mismo tiempo, juegos de poder.
Análisis de control o supervisión, son significantes que no eluden nombrar una cuestión que hace al poder en tanto implica la búsqueda y el ejercicio de un saber en transferencia a un Otro. Es necesario dilucidar en cada caso cómo opera ese poder que puede tanto obstaculizar como facilitar una adecuada posición analítica.
Lacan afirmaba: “…la propia experiencia debe estar orientada pues sino se extravía”.[1] El trípode da herramientas para tal orientación y a la hora de descubrir escollos, la supervisión y el análisis personal, son la vía regia.
Ahora bien, a la encrucijada de la supervisión se puede arribar desde el sometimiento y la sumisión idealizada a los dichos del supervisor. O, en el extremo opuesto, desde la autonomía extrema que implica quedarse en un autoanálisis o auto-supervisión, si se me permite el término, narcisista y estéril. Comprobamos así la presencia de la omnipotencia ejercida por unos y otros.
En nuestro caso, la supervisión está institucionalizada, no hay lugar a opción, por lo tanto el desafío es sortear el peligro de su burocratización. Que las resistencias inherentes a su puesta en marcha puedan ser transformadas en gusto por el descubrimiento.
Aún en los casos en los cuales el supervisor hace una adecuada abstinencia del poder, y desea realizar una transmisión de saber, si su figura está idealizada, si la pasión transferencial, imaginaria, es excesiva, el supervisando puede otorgar al supervisor poderes casi mágicos. Ilusión de que el Otro puede, sabe y da amparo. De esta forma, superyó mediante, el sometimiento puede transformarse en el mayor obstáculo para desplegar la capacidad de escucha. Estos intensos lazos transferenciales interfieren los más horizontales vínculos societarios y amistosos. No olvidemos que en las Instituciones se juegan cuestiones de prestigio entre colegas y el premio suelen ser las derivaciones de pacientes.
Ahora bien, ¿Tiene poder el supervisado?
A simple vista parece ser que solo tiene el humilde poder de demandar y recibir. Sin embargo el supervisado porta el poder de erigir con su elección al supervisor e interpelarlo en su función y más oscuramente tiene el poder de abandonarlo y o develar los secretos de su práctica, en el contexto en el cual la institución psicoanalítica funciona como un panóptico. Además es preciso subrayar cómo, cuando en las asociaciones se les da lugar, los analistas en formación son los que no se quedan reducidos a presentar materiales clínicos, tarea poco frecuente entre los “mayores”. Los analistas en formación, suelen ser los que traen los cuestionamientos más novedosos y creativos, como se dio este año en el marco de OCAL.
Por su lado, los supervisores aprueban, premian, habilitan, o no, en un ejercicio más vertical del poder, los supervisados en un ejercicio más horizontal, pueden favorecer o impedir las posibles transferencias al supervisor.
Comprobamos así la presencia de la omnipotencia que puede ser ejercida por unos y otros. Guy Le Gaufey ha estudiado extensamente este fenómeno en la constitución de la figura del gran Otro, dice así: “la omnipotencia tiene, ahora y siempre, un brillante futuro.” [2] Freud, señala un camino para entender este fenómeno en sus orígenes. En El Porvenir de una Ilusión, hace referencia al desamparo estructural y ubica la posición religiosa como la necesidad de constituir un gran Otro que de amparo, al cual se le atribuye una ilusoria omnipotencia.
Desamparo que podemos reconocer como constitutivo de la posición del analista.
Y aquí los riesgos a los que estamos expuestos unos y otros en el afán de “resolver” ese insoportable desamparo. Así como los analistas en formación suelen ampararse en la garantía que dan los maestros y supervisores, formando grupos endogámicos, los “analistas confirmados” suelen ampararse en reglas institucionales y saberes dogmáticos, transmitidas como incuestionables promoviendo así sumisiones y saberes acríticos. Así circula la omnipotencia entre unos y otros.
¿Será posible una transmisión de saber que se aleje de las tentaciones del poder y tome en cuenta la dimensión de imposible y el riesgo de perpetuar los saberes instituidos?
El supervisor en posición y posesión del saber, enseña un saber hacer al supervisando, pero las resonancias de su intervención pueden ir en dos direcciones: a favor de cierto ordenamiento y esclarecimiento de la dirección de la cura y hasta del análisis del supervisando, o puede comandar la cura, ocupando una posición de evaluación. También es necesario considerar que la intervención del supervisor varía si su posición es de garante de la norma institucional o si su orientación va en dirección de promover el discurso analítico. Es decir, si el cumplimiento de la norma se antepone o se propicia llegar a una adecuada posición analítica.
La palabra enunciada y escuchada en una posición ética que no hace gala del poder, posibilita la investigación acerca del paciente y podrá ir dando herramientas al supervisando para ir creando su propia forma de intervención. El saber hacer de la dramaturgia de la supervisión, qué decir y cómo decirlo, es responsabilidad del supervisor, atento y advertido de que su voz es una voz autorizada que puede trabajar en favor de la idealización o aspirar a que el candidato llegue a tener una posición clínica y crítica. En el analista en formación, la vía de acceso a una palabra propia, implica el acotamiento de la pasión por esperar del Otro el complemento que colme su falta en ser.
No olvidemos que el supervisor, como el analista, son testaferros de un saber supuesto y operativo, porque promueve el trabajo en transferencia, pero ese saber, no debe superar el tan productivo no saber “que pone a la par al veterano curtido como al novicio, y, por consiguiente, tanto al analista que controla como al controlador.[3]”
Sin embargo, en la transmisión de una generación a otra, observamos que se repiten dos características: en las presentaciones clínicas, los supervisandos no incluyen las supervisiones. Se apropian del saber del supervisor, silenciando sus intervenciones, como si tal práctica pudiera quitarles mérito. Los supervisores, por su lado, no dan cuenta de su práctica como tales, no hay relatos de sus inquietudes e incertidumbres que podrían dar lugar a derribar espejismos. También podemos preguntarnos hasta dónde la institución da lugar a la incertidumbre e interrogación tanto de los que ocupan el poder como de aquellos que están formándose. Recuperar la dimensión de angustia como afecto que no engaña frente a las cómodas certidumbres sería una buena orientación. Los institutos de enseñanza no pueden garantizar la transmisión de la experiencia del Inconsciente, pero deberían buscar las condiciones más idóneas para su producción.
En la formación en los institutos de IPA, no sólo se exige que se supervise, sino también que se dé cuenta de la experiencia, a través de informes escritos que testimonian el pasaje por la supervisión. Sin embargo, poco conocemos del trabajo del supervisor, de su posición clínica en ese dispositivo particular en el cual su escucha se dirige al paciente del supervisando así como a los escollos en la escucha de quien conduce la cura. Poco sabemos, de cómo llegó a ocupar su lugar de supervisor, cómo se fue habilitando, cómo es su forma de intervención, la razón de sus impases, sus inquietudes e incertidumbres…
Para que estas cuestiones se clarifiquen, y pueda realizarse una transmisión en y de las supervisiones que trascienda el ámbito privado, los testimonios de los supervisores serían una buena herramienta que permitiría investigar sus múltiples y complejas aristas.
En la actualidad comprobamos que en el escenario de la cibersupervisión, el dispositivo on line nos ha permitido derribar muros y acercar distancias con resultados muy prometedores. ¿Qué piensan Uds.?
Cecilia Lauriña
Referencias bibliográficas:
Lauriña Cecilia: La supervisión psicoanalítica y los principios de su poder. (en prensa)
Le Gaufey Guy: Una arqueología de la omnipotencia ¿De dónde viene el Otro barrado?
Safouan Mousthafa: Malestar en el Psicoanálisis. El tercero y el análisis de control.
Palabras claves: Formación Psicoanalítica- Supervisión- Poder -Transferencias -Institución
[1] Lacan J. Seminario de la angustia. (P. 264)
[2] Le Gaufey G. Una arqueología de la omnipotencia ¿De dónde viene el Otro barrado? ( P. 136)
[3] Safouan M. Malestar en el Psicoanálisis. (P. 64)
“Un acontecimiento es algo que hace aparecer cierta posibilidad que era invisible o incluso impensable… No es por sí mismo creación de una realidad, es creación de una posibilidad. Nos propone algo. Todo dependerá de la manera en que esta posibilidad propuesta por el acontecimiento sea captada, trabajada, incorporada, desplegada en el mundo. Esto es lo que yo llamo procedimiento de verdad. (...) Aquí se trata de las consecuencias que produce en el mundo real esa ruptura que es el acontecimiento (...) Lo posible va a serle arrancado a lo imposible.’’ (Badiou, Alain: “La filosofía y el acontecimiento”, 2013)
Este texto se origina a raíz de la invitación recibida desde el comité organizador de la XIV Jornada Lacan en IPA; ‘’París-Caracas-Buenos Aires. Derivas de un desembarco’’, al Claustro de Analistas en Formación de APA. La propuesta: introducir al diálogo a partir del video ‘’Lacan en Caracas’’.
El desembarco
Dicho video testimonia su primera y única visita a nuestro continente, en 1980 -un año antes de su muerte- y los efectos que eso produjo. Desembarca en una América Latina convulsionada por cuestiones políticas y por la rivalidad entre psicoanalistas, varios de ellos exiliados.
La experiencia ¨Lacan en Caracas¨ presentifica la mencionada rivalidad, definida como ¨locura narcisista¨ por uno de sus protagonistas. ¿Es el fenómeno que produjo y sigue produciendo la enseñanza de Lacan? ¿Cómo podemos pensar hoy la visita de Lacan a nuestro continente? ¿Como un hecho simplemente histórico? ¿Como un acontecimiento que hace marca?
Siguiendo a Badiou, acontecimiento no es meramente un evento importante o significativo que pueda ocurrir. Sino que es un quiebre del campo del saber de una situación, porque emerge allí una verdad no considerada por el saber de la situación misma. Entonces: ¿Se puede pensar como acontecimiento la presencia de Lacan en Caracas?
Entre los concurrentes coincidieron los alumnos de sus seminarios - discípulos directos- y sus lectores americanos -seguidores-, inmersos en querellas por la sucesión y en una lucha fraterna por el liderazgo. Venía de disolver su escuela en París y a presentar la Causa Freudiana.
“Vine porque me dijeron que era el lugar propicio para convocar a mis alumnos de América Latina. No lo prejuzgo, porque a mis alumnos suelo educarlos yo mismo. Esto no da siempre resultados maravillosos.Ustedes, al parecer, son lectores míos. Sobre todo, que nunca los he visto escucharme”.
El día que Lacan se hizo Real.
La presencia del otro como cuerpo, la extimidad: ese otro irreconocible que nos habita, que hace vacilar la identidad del sujeto, la agita y suscita el odio, el odio pulsional.
De la transferencia con el texto a la presencia del autor en su corporeidad. Ese Otro que produce fascinación si está lejos, a la distancia; y cuando está cerca, no es posible reconocerse en él, se pasa a vivirlo como amenazante y atentatorio a la unidad yoica. Amor y odio. Odio que responde a la lógica según la cual el sujeto siente que ese otro goza excesivamente, pero además, a su costa; siente que el Otro viene a aprovecharse de lo suyo.
¿El cuerpo real pone coto a lo imaginario? La presencia real de Lacan logra que se junten los grupos a escucharlo atentamente. Pero ni bien se retira, emerge nuevamente la fantasmática hostil, de rivalidad, en la que quedan envueltos sus seguidores y discípulos.
La ‘Dis-Solución’
La tensión entre las cuestiones del poder y la transmisión del saber sumado al efecto de encolado -resultado del entrecruzamiento de identificaciones pregnadas de viscosidad- que se había producido en su Escuela, lleva a Lacan a decidir su disolución.
Este movimiento, enunciado por él mismo como “d’ecolage”, tuvo valor de acto analítico tendiente a ‘solucionar’ la cuestión sintomática inevitable, inherente a la transmisión del discurso psicoanalítico. Cabe recordar que Freud define al psicoanálisis como una de las profesiones imposibles, junto a gobernar y educar.
En el Seminario 27, Lacan refiere:
¨...Esta enseñanza me es preciosa. Yo la aprovecho. Dicho de otro modo, yo persevero. (…) Si yo padre-severo, es que la experiencia hecha reclama contra-experiencia que compense. (…) Los abandono a fin de que me muestren lo que saben hacer, aparte de molestarme, y aguar una enseñanza en la que todo está pesado…¨
La cesión del legado da lugar al mantenimiento de la letra viva, de la relectura singular que cada uno esté en condiciones de hacer poniendo a jugar su deseo. ¨Lo que has heredado de tus padres, adquiérelo para poseerlo¨.
“...Hay un problema de la Escuela. Esto no es un enigma. Por lo tanto, yo allí me oriento, no demasiado pronto. (…) Ese problema se demuestra tal, por tener una solución: es la dis - la disolución…
…Que baste con uno que se vaya, para que todos estén libres, es, en mi nudo borromeo, verdadero de cada uno, es preciso que este sea yo en mi Escuela…’’
Lacan plantea un retorno al espíritu freudiano “que restaure el filo tajante de su verdad” - la del psicoanálisis- que con una crítica asidua denuncie las desviaciones que podrían degradar su empleo.
“Es por esto que yo disuelvo. Y no me quejo de los llamados ‘miembros de la Escuela Freudiana’ -más bien les agradezco, por haber sido por ellos enseñado, de dónde yo, he fracasado- es decir me he embrollado”.
Lacan insiste en el trabajo del inconsciente, disolviendo su escuela y advirtiendo sobre el encolado al modo de la Iglesia, para que el psicoanálisis no sea tomado como una religión. Marca un movimiento de ruptura de sentido, tratando de ir contra un efecto de soldadura, al cual se tiende irresistiblemente, por el hecho de ser parlêtres.
No hay un saber único, no hay un Otro que garantice. El desafío sería que el saber no se cristalice en relación a una identificación con un autor o teoría que sea cerrada en sí misma, sino que permita una apertura a la posibilidad de criticar, cuestionar y crear, siendo atravesados por los efectos de nuestro propio inconsciente.
Entre el parlêtre y la Causa Freudiana
Cuando Lacan lee su discurso de presentación omite ciertas frases del escrito enviado previamente:
“…Vengo aquí antes de lanzar mi Causa Freudiana. (Omitiendo: Como ven no me desprendo de este adjetivo, sean ustedes lacanianos si quieren.) Yo soy freudiano…”.
Nos queda resonando… ¿Será que estas omisiones se conectan con el ‘correrse’ y dar lugar a sus ‘herederos’? ¿Lo dicho es una forma de reconocer a sus lectores latinoamericanos, a sus alumnos y relanzar la Causa Freudiana?
¿Podría pensarse la disolución de la escuela como una puesta en acto del encuentro con cierta imposibilidad en la transmisión del psicoanálisis, ligada a la identificación con el ideal?
Lacan como sujeto, atravesado por su propio inconsciente, se ‘embrolla’ por el hecho de ser parlêtre y, reubicándose en su posición de analista, se barra, permitiendo que el deseo de saber circule. Ocupando el lugar del muerto, habilita que la teoría y la praxis puedan ser trabajadas más allá de él. Un ‘saber hacer’ con la enseñanza que deja.
Lacan, ¿extranjero?
Nos preguntamos: ¿por qué Lacan en IPA? En esa forma de nombrarlo, ¿ subyace la marca de la expulsión-excomunión? ¿Como si fuera un extranjero o un invitado? No hablamos de esta manera cuando nos referimos a otros autores posfreudianos. ¿Por qué no reconocer que es un autor de la casa? ¿Acaso no abrevamos de su obra continuamente?
Esa imposibilidad en la transmisión, donde no todo puede ser dicho, nos invita a reflexionar sobre la propuesta de Lacan, acerca de la necesidad de repensar, revisitar la obra que este autor nos lega, intentando eludir el efecto de dogma religioso que se podría generar obturando la posibilidad de esa transmisión. Un desafío para toda institución psicoanalítica en la cual el discurso de Lacan esté presente.
Bibliografía
Badiou, Alain (2013) La filosofía y el acontecimiento. 1ª ed. Buenos Aires: Amorrortu..
Basavilbaso, Paola, Bretz, Karina, Lopardo, Christian, Piacquadio, Gabriela, Prada, Verónica, Rossi, Romina (2021) ¨Formación terminable e interminable¨. En CAP Mesa Argentina. Rosario.
Lacan, Jacques (1979-1980). Seminario 27, Disolución. Traducción Ricardo E. Rodríguez Ponte. En <www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanseminario27.html>
Formación terminable e interminable[1]
Entrelazando experiencias institucionales
"Un heredero no es solamente alguien que recibe, es alguien que escoge y que se pone a prueba decidiendo". Derrida, 2003
“Lo que has heredado de tus padres adquiérelo para poseerlo”. Goethe [2]
El título del escrito alude, claro está, al trabajo de Freud “Análisis terminable e interminable” (1937). Nos pareció un buen comienzo de lo que quisiéramos exponer, que en términos amplios remite a la idea de aquello de la formación que se presta como terminable y aquello que continúa y se expande más allá de la formación reconocida oficialmente en una institución psicoanalítica.
Distinguimos lo que viene predeterminado por estatutos, normas, convenciones, etc, de lo que es distinto para cada quien que transita la formación psicoanalítica. En otras palabras, los contenidos que son por así decir “obligatorios” de una formación: como una cantidad x de seminarios, de supervisiones y años en análisis, (lo que se llama el trípode), y aquellos otros contenidos difíciles de asir, intangibles. Esto responde a la imposibilidad ya referida por Freud de gobernar, psicoanalizar y educar e incluye las identificaciones y la transferencia con el analista, con el supervisor, la institución, los colegas en formación y “las marcas” que van dejando cada uno de ellos. Para favorecer que la trama se pueda seguir tejiendo y sobrehilando, estas identificaciones simbolizantes facilitarían la expansión y desarrollo tanto del cuerpo teórico como el enriquecimiento personal de quienes lo portan.
Freud reconoció que no estaba solo al vincularse con un grupo de colaboradores dispuestos a continuar la investigación, confiando en que ellos promoverían la teoría, a partir de la clínica, no dando por concluido el desarrollo de su obra. Tantos años más tarde los psicoanalistas, incluidos los que vamos deviniendo, nos encontramos en esa trama que da cuenta de la sucesión, con la posibilidad de tomar ese legado.
En este sentido, ¿podemos pensar una diferenciación posible entre herencia y donación?
Devenir analistas implicaría que algo de la historia psicoanalítica institucional sea donado para posibilitar la apertura transferencial, permitiendo así el enlace con la cadena de eslabones de lo transgeneracional. Este ceder sucedería a través de un proceso de adquisición y transformación subjetiva, previo pasaje por la castración. La transmisión implicaría la producción de un efecto sorpresa al modo en que surge en el análisis tanto para el paciente como para el analista. Esa irrupción daría cuenta de la experiencia del inconsciente. Esta modalidad se distancia de la educación universitaria. A partir de la transmisión podremos, como analistas, hacer nuestro propio y singular camino. Entendemos que así como Freud presentó su teoría como inacabada, también lo es nuestro devenir analistas.
La transmisión del discurso psicoanalítico, de lo que depende la cesión del legado, surge del mantenimiento de la ‘’letra viva’’, de la relectura singular que cada uno esté en condiciones de hacer poniendo a jugar su deseo. La transmisión del psicoanálisis no puede quedar por fuera de lo que trae siempre de nuevo, es decir de sus propios postulados, la transferencia como novedad. Así es como Donald Winnicott en una carta a Melanie Klein pone de manifiesto cuando le dice que: ‘’es muy importante que la obra suya sea re-enunciada por personas que hagan los descubrimientos a su manera y que presenten lo que descubren en su propio lenguaje. Sólo de este modo se mantendrá vivo el lenguaje. Si usted estipula que en el futuro sólo su propio lenguaje debe ser utilizado para la enunciación de los descubrimientos de otra gente, el lenguaje se convertirá en un lenguaje muerto, (...) Sus ideas perdurarán en tanto y en cuanto sean redescubiertas y reformuladas (...)’ y agrega que salirse de la doctrina, de un fenómeno artificialmente integrado es lo que posibilita el propósito constructivo.
Es interesante destacar la lectura de lo mencionado en la cita: re enunciar puede escucharse como renuncia y como una nueva enunciación. Renuncia en tanto estar dispuestos a deponer ciertos ideales, sea nuestro lugar, el de didactas o el de candidatos, en pos de una abstinencia de poder, tanto dentro como fuera del consultorio en nuestro constante devenir analistas. ¿No es acaso de lo inacabado de la teoría y su lectura, de la escritura, o de lo nuevo que observamos en la clínica de lo que nos nutrimos? ¿No es a la luz de una época que resignificamos postulados? ¿Cuando aparece la tendencia a las doctrinas -personales o institucionales- que hacen obstáculo, podemos decir que el psicoanálisis es resistido?
Lo anteriormente mencionado nos recuerda la idea de matar simbólicamente al padre donde ese movimiento es doble: por un lado donar, ceder y por el otro recibir, haciendo propio aquello que desea transmitirse, con la abstinencia necesaria para que el otro pueda recrear, en este caso la teoría.
En nuestra institución, la Asociación Psicoanalítica Argentina, el sistema propuesto para la formación de la libre elección de seminarios permite la oportunidad de que los analistas en formación puedan llevar a cabo su propio devenir al modo del cartógrafo. La tarea del cartógrafo no consiste en captar para fijar, congelar aquello que explora sino que va creando un territorio a medida que lo recorre. El mapa resultante de ese entramado –en el devenir analista- se va construyendo en una deriva singular que lo sostiene y que se hace al mismo tiempo que los movimientos de transformación del paisaje -lo contemporáneo-. Así la formación se transforma en un campo dinámico donde el analista en formación va trazando su propio mapa cartográfico, es decir su propio itinerario. El movimiento trazado por el viajero que así se aventura al encuentro contingente con el otro, vía relación transferencial. Devenir analista es el efecto de una operación subjetivante que implica la caída de los ideales y las identificaciones alienantes para converger en una marca que precipite la identificación a la función analítica.
Para concluir, en relación a la actualización de los Institutos de IPA atendiendo a la situación epocal, queremos referirnos a la experiencia de la filial de Bahía Blanca, primera en el tiempo y la más lejana en la geografía.
Después un largo periodo de no presentar analistas en formación ante el Instituto, debido a una multiplicidad de variables en juego que lo obstaculizaban (económicas, geográficas, institucionales) el trabajo sostenido en distintos niveles (IPA., APA, Filial) posibilitó la creación de un modo de formación mixto presencial-virtual sostenible en el tiempo, ampliando así el territorio susceptible de armar nuevas cartografías. Las posibilidades alcanzadas hasta ese momento, si bien eran beneficiosas, al mismo tiempo tendían a demarcar un despliegue transferencial acotado, tanto con los miembros como con los colegas en formación.
El movimiento comienza a desplegarse con las transmisiones de las actividades de la Secretaría Científica en 2015 y marca un hito con la autorización de la primera experiencia online en la formación del Instituto Ángel Garma, cuyo primer seminario fue por Skype en 2017[3] y acercó a didactas y analistas en formación de geografías muy distantes. Las nuevas tecnologías crearon un ambiente facilitador que permitieron el desarrollo de un histórico incremento del número de candidatos en dicha filial. En el inicio de este viaje desde el sur, se fueron convocando didactas que abrieron sus seminarios aceptando esta novedosa aventura que, de acuerdo a las circunstancias, se va trazando en distintos modos de encuentro.
Al comienzo de la pandemia en marzo de 2020, nuestra institución ya contaba con cierto recorrido en el pasaje de la presencialidad a la virtualidad requerido por la inédita coyuntura.
El traspaso de toda la actividad a la virtualidad amplificó sustancialmente las posibilidades de elección de los seminarios ofertados y de inserción en la vida institucional favoreciendo el despliegue de nuevas transferencias y descubrimiento de nuevas oportunidades. El acercamiento al espacio de analistas en formación permitió establecer nuevos lazos, promoviendo el armado de una trama intersubjetiva de cuya existencia dan testimonio estas líneas.
Las instituciones entonces:
¿Podrán escuchar aquello de lo que da cuenta esta experiencia?
¿Se transformarán en obstáculo?
¿Facilitarán aperturas institucionales que favorezcan las transferencias?
[1] Presentado en el Congreso Argentino de Psicoanálisis 2021, “Límites. Transgresiones. Transformaciones”. Taller de analistas en formación: “Como se hace (nace) un psicoanalista”. Transferencias institucionales, devenir de un deseo. Modalidad virtual
[2] Frase tomada de Goethe por Freud en Totem y Tabú . (Fausto. Parte I , escena 1 ).
[3] Seminario vía Skype en el segundo cuatrimestre de 2017 a cargo de la Dra Silvia Leguizamón; "Encuadre, transferencia y regla fundamental en las variaciones de frecuencia de las sesiones y en el análisis online a través de un seminario online".
El aparato psíquico procura alterar el mundo externo para obtener satisfacción a las demandas de lo pulsional y así cancelar la tensión de necesidad en su fuente corporal.
Este funcionamiento constituye memorias que en cada sujeto componen un acervo singular de recuerdos y experiencias que quedan ligados con representaciones palabra o vivenciados en lo entrañable de lo afectivo.
Sabemos a su vez, que el afecto es un proceso de descarga somático cuya intensidad es inversamente proporcional a la eficacia de la satisfacción alcanzada para la necesidad.
Sabemos también que la pulsión cuenta con un componente eidético, la “agencia representante/ representación”, que proviene del conjunto de huellas mnémicas. La importancia de la representación consiste en su cualidad de elemento rector para orientar al psiquismo en su procura de satisfacción o descarga.
En la personalidad del artista, una de las características más remarcables es la profusión de imágenes en su mundo representacional.
El proceso creativo constituye una modalidad sublimatoria que procura un alivio de la demanda pulsional por una vía indirecta, con sucesivas transferencias en lo endopsíquico hacia nuevas representaciones transaccionales sustitutivas.
El propósito de esta concatenación es promover un avance en la cadena asociativa cumpliendo con la condición de conservar cierto grado de “desfiguración” para sortear el escollo represivo.
Cada sujeto satisface o no las exigencias de su pulsionalidad según circunstancias vinculadas comúnmente con su estructura caracterológica. Es notable que ciertas personas tienden a producir cortocircuitos impulsivos en tanto que otras evidencian marcadas inhibiciones.
Podría describirse que la insatisfacción, salvo que sea claramente impuesta por la realidad externa, en general podría atribuirse a interferencias ligadas a razones éticas o estéticas, propias del funcionamiento superyoico.
Freud planteó que la frustración produce infelicidad, pero no necesariamente enfermedad. La patología es testimonio de un fracaso para derivar estas demandas en una aceptable proporción de sublimación y descarga vicariante.
En el creador literario y el fantaseo, Freud, (1908e) compara la creación artística con la ensoñación diurna o el juego infantil. Señala, además, que quienes son dichosos, no fantasean, ya que las fuerzas impulsoras de las fantasías son los deseos insatisfechos.
Agrega además que estos deseos varían según sexo, carácter y circunstancias, pero fácilmente pueden agruparse en dos grandes grupos. Se trata de deseos eróticos o de exaltación de la personalidad.
Posteriormente, en El interés por el Psicoanálisis (1913j) reafirma que las fuerzas impulsoras del arte son los mismos conflictos que “empujan a la neurosis a otros individuos y han movido a la sociedad a edificar sus instituciones”. En general, el artista procura una auto liberación que por identificación alivia también a su público.
La obra de arte desfigura aspectos chocantes, disimula lo personal de los contenidos y con miramiento estético favorece cierta liberación pulsional, alivia el displacer por su estasis y compensa deseos humanos.
De este modo (Id.) “el arte constituye el reino intermedio entre la realidad que deniega los deseos y el mundo de fantasía que los cumple, un ámbito en el cual, por así decir, han permanecido en vigor los afanes de omnipotencia de la humanidad primitiva”.
En función de estos conceptos, y en cuanto a la personalidad del artista, es posible comprender que un impasse que afecte su posibilidad creadora ocasionará un significativo malestar, que podría expresarse de diversas maneras que no pretendemos enumerar, pero entre los cuales destacaremos la enfermedad somática.
En este caso podemos describir que la descarga pulsional se encontraría interferida por efecto de la represión. El fallo intrínseco en este proceso radica en el hecho que, si bien puede desalojar de la conciencia la representación penosa, por otra parte, fracasa en su propósito de evitar una manifestación somática, el montante de afecto.
Chiozza explica que se produce una descarga vicariante del afecto por medio de la sobrecarga en alguno de los componentes somáticos de la clave de inervación, manifestándose a la consciencia como un trastorno somático, que el sujeto considera como despojado de sentido.
Ejemplificaremos este modo de manifestación presentando, a modo de viñeta, una síntesis del film “The wife”, protagonizado por Glenn Close y Jonathan Pryce, dirigida por Björn Runge sobre la novela de Meg Wolitzer.
La presentación de este material, al modo de un disparador para favorecer el intercambio entre los integrantes de la mesa y a los asistentes, procura brindar representación a la singularidad de la presentación cardiaca de la patología del protagonista, así como se propone discurrir acerca de las consecuencias del bloqueo en el proceso creativo.
De la mano de la inteligencia artificial es posible comunicarse con una persona como si estuviera viva.
Su hermano murió hace mas de un año. pero ella asegura que tiene conversaciones cada vez que quiere con el. para eso, no apela a ninguna metodologia esoterica ni espiritual, mas bien es todo lo contrario. simplemente recurre a la tecnologia basada en inteligencia artificial(ia) que permite interactuar con aquella persona fallecida como si estuviera viva. alli cuando nos llega la mortalidad terrenal, aparece la eternidad virtual. aparentemente la ansiada reencarnacion solo esta a un clik de poder concretarse con el surgimiento de tecnologias que permiten recuperar el archivo digital de una persona muerta para continuar generando conversaciones con ella como si todavia viviera. de eso se trata, precisamente los griefbots (robots de duelo) capaces de rastrear e imitar la forma y modismos de la persona que partio para hacer muy realista esa "conversacion". sin duda, el avance de la tecnologia sobre la muerte plantea un sinfin de preguntas dificiles de responder, muchas de ellas al limite de la etica. ¿son realmente utiles para hacer el duelo? ¿sirven para que otros que no pudieron relacionarse de manera real con quien murio: nietos con sus abuelos, puedan conocer quien fue aquella persona que partio antes de que llegaran a relacionarse con ella? . Para los programadores Eugenia Kuyda y Muhammad Ahmad, creadores de la polemica tecnologia la respuesta es si. Estos jovenes comenzaron a desarrollar la idea de los griefbots cuando ella perdio demasiado pronto a su mejor amigo en un accidente de transito y el a su padre. Kuyda, de origen ruso, cuenta que logro “revivir” a su amigo tres meses despues utilizando mas de diez mil mensajes que habian intercambiado entre si y a su vez, que el le habia mandado a familiares y a otros amigos. El bot tenia instrucciones de hablar como su amigo a traves de Replika. Se trata de una app y sitio web que permite crear compañeros virtuales con los que conversar. Ella lo hizo con Roman, su amigo fallecido. Si bien su sitio web aclara que “no es un ser sensible, ni un profesional de terapia” asegura que es posible “formar una conexión emocional” y que “cada Replika es unico, al igual que cada persona que lo descarga”. Kuyda agrega que el griebots con su mejor amigo la ayudo hablar sobre el tema y atravesar el duelo porque le permitio poner en palabras todo lo que sentia con respecto a su partida. Por su parte, Ahmad sostiene que creo el griefbot de su padre, que enfermo antes de que tuviese hijos, para que sus futuros niños pudieran “conocer” a su abuelo. Y empezo a desarrollar un chatbot que simula ser su padre. Lo que hace -explica- es ofrecer una experiencia interactiva directa que las clasicas historias y anecdotas sobre quien fue el. ¿”porque no podemos crear simulaciones de personas para que puedan interactuar con otras cuando ya no esten”? se pregunto Ahmad. El bot creado para recordar a su padre aprende de transcripciones de conversaciones que tuvieron e intenta construir respuestas predictivas a determinadas preguntas que puedan surgir.
Edic. del articulo de Laura Reina 25-82021 La Nacion
Metodología: Tres integrantes del grupo Debates plantean ejes de discusión de 5 minutos cada uno. Luego se abre el diálogo entre el grupo y el público.
Se pasará un video sobre la cultura de la cancelación.
Introducen al diálogo: Mirta Goldstein (APA), Cristina Salas (APA) y Marcelo Toyos (APA).
Con la participación de: Abel Fainstein, Carlos Antar, Jorge Canteros, Victoria Korin, Jeanette Dryzun, Mónica Hamra.
Se realizarán breves introducciones de los compiladores del libro "On Training Analysis. Debates”, Alberto Cabral y Abel Fainstein, y de Leopoldo Bleger, Claudio Eizirik y Norberto Marucco, tres de los autores, para dar lugar luego a un intercambio de ideas entre los presentadores y la audiencia.
Coordinadora Lic Cristina Rosas de Salas
1) Subcomisión de Escritos Breves de Secretaría científica APA
2) Grupo Contemporánea APA Filial Junín. (Grupo de Investigación)
La presentación de cuatro cartas urgentes escritas por psicoanalistas, cien años después de la comunicación de Freud, resultan una excusa para hablar de transferencia-contratransferencia, lugar del analista, sexualidad, diversidad y género. La Sub-comisión Escritos Breves y el Grupo Contemporáneo de Junín destejerán y volverán a tejer estas cartas con final abierto.
La actividad se desarrollará partiendo de las cartas, con una relectura del caso clínico de Freud e incorporando la Biografía escrita por las dos periodistas: Inés Rieder y Diana Voight, que entrevistaron a la protagonista de esta historia durante sus últimos 10 años de vida: "Sidonie Csillag, la joven homosexual de Freud", con una mirada desde el año 2021.
Parafraseando a Elizabeth Roudinesco podemos titular a esta actividad: "La joven homosexual en su tiempo y en el nuestro".
Integrantes de la Comisión de Escritos Breves: Osvaldo Canosa, APA, médico psicoanalista, osvaldocanosa@yahoo.com, María Inés Cittá, psicóloga Psicoanalista APA Filial Bahía Blanca, mariainescitta@gmail.com, Andrea Ines Iriarte, APA Filial Bahía Blanca,Psicóloga Psicoanalista, aniriarte@hotmail.com, Cecilia Inés Matheu, Psicóloga Psicoanalista APA Filial Junín CEP, cecimago@gmail.com, Miriam Pena, Psicóloga Psicoanalista, APA Filial Junín, CEP
Integrantes del Grupo Contemporáneo: Raquel Petraglia, CEP, Psicóloga Psicoanalista, APA Filial Junín, CEP, María Graciela Presa CEP, Psicóloga, Psicoanalista, mari_apresa@hotmail.com, Mariana Sinisi CEP, Psicóloga, Analista en formación, mariana_sinisi@hotmail.com, Cecilia Repetti CEP Psicóloga, Analista en formación mcrepetti@hotmail.com, Guillermo López, Psicólogo, invitado del grupo CEP
A. Desde Espacio Winnicott y autores contemporáneos
1) A cargo de Gustavo Finvarb
La clínica actual ha considerado con respecto a años anteriores y más aún la pandemia por covid 19, con sus contagios, fallecidos y secuelas, implicando nuevas demandas de atención y tratamientos.
Hemos tenido que aprender el papel constructivo que puede tener el desorden, la incertidumbre y la no linealidad.
Nos encontramos en una época donde sufrimos de un exceso de realidad que tiende a construir una subjetividad fragmentada y vulnerable en las relaciones filiales, fraternas y sociales en general con un importante aumento de la violencia familiar, de género, abuso y maltrato infantil, adicciones, suicidios, etc.
Lo traumático de la realidad conlleva al desamparo y al desvalimiento, apareciendo la angustia automática en un más allá de la representación palabra.
Observamos por otro lado que el complejo de Edipo como organizador del psiquismo ha debido ceder su protagonismo a procesos más temprano ligados al vacío, que constituye en cuanto a seres marcados por la finitud, la sexuación, la lengua y la falta de redes o urdimbres que ha dado paso a un entramado , a un rizoma donde no existe la discriminación entre sus distintos integrantes, llámense referentes familiares y/o adultos con funciones de protección y sostén que posibiliten un crecimiento y desarrollo adecuados.
El sufrimiento del cuerpo y del aparato psíquico está relacionado no sólo con la enfermedad o el trastorno si no también provocando la movilización del mundo del sujeto y su familia.
En esta perspectiva clínica el sujeto se manifiesta como un sujeto de enunciación por el habla, el discurso, y sujeto de intención, por la presencia del deseo, inscripto en un contexto témporo-espacial y social, que pretende una singularidad en su devenir.
Sería muy interesante poder leerles algunos párrafos de un artículo publicado en la Revista del Hospital de Niños firmado por el Dr. Estevez encargado del Consultorio de Enfermedades Nerviosas de 1904 donde hace un pormenorizado análisis de las patologías infantiles atendidas y las dificultades con las que se encontraban fundamentalmente para tratamientos y rehabilitación.
Según datos de Unicef recientes en estos últimos años 1 de cada 7 niños y adolescentes padecen un trastorno de salud mental.
Teniendo consecuencias de estigmatización y falta de financiación para planes de protección, tratamientos y rehabilitación; faltando en sus primeros años la protección, los cuidados afectuosos, la seguridad y las relaciones positivas.
En el espacio del Symposium se ilustrará la exposición con viñetas clínicas.
2) A cargo de Esther Romano y Karen Wohlwend.
Se expresan elementos teórico-clínicos relativos a falencias tempranas y reconocimiento de efectos psicopatogenéticos a corto, mediano y largo plazo.
Las ejemplificaciones estarán basadas en experiencias diagnósticas de infante y adultos ilustrativas de intervenciones con propósitos terapéutico y preventivo en que se implementaron como dispositivos psicodiagnósticos el test de Rorschach y el Modelo Estimulativo Perceptivo - MEP.
Dichas experiencias estarán ligadas a la adopción desde contextos psicojurídicos por requerimiento de informes sobre la indicación de condiciones favorables a dicho recurso ante autoridades judiciales. Además se ejemplicará con un caso clínico las fallas tempranas y su evolución.
La perspectiva psicoanalítica interdisciplinar sustentada en una impronta winnicotiana y el campo diagnóstico con las figuras geométricas sencillas del MEP son integradas con breves aportes desde los marcos jurídico-pediátrico- evolutivo enmarcado en lo socio-ambiental.
Junto a:
B. Grupo de formación en observación de bebes Método Esther Bick del Centro de Estudios Dr. José Bleger- APA con Susana Awiron y Josefina Saiz Finzi.
En cuya propuesta de Entramado grupal destacan el lugar de la observación psicoanalítica dentro de la complejidad clínica y diagnóstica en un contexto social actual de precariedad maternal-ambiental.
Se considera transformador para la mente del profesional-observador ser continente de las vicisitudes de las pulsiones vida-muerte en la relación intersubjetiva mamá-bebe: el bebé junto a los deseos de ser contenido para vivir, sentir la organización del self, el desarrollo del yo, siente la sensación de desintegración si el sostén materno no se cumple. Dramáticamente aparecen ansiedades de caída, vértigo, emociones de peligro de catástrofe psíquica.
Desde la indefensión real del recién nacido, el observador con su sensibilidad percibe al bebé en su búsqueda incansable de sostén, sus ojos se prenden, adhieren al cuerpo de la madre: la piel de la madre y su piel son una sola cuando se tocan, se miran, se escuchan, se huelen. La primitiva identificación adhesiva según Bick, expresión de la pulsión de auto conservación y las identificaciones proyectivas comienzan la comunicación sensorial durante las mamadas, los gestos acariciadores, el calor del contacto, intercambio de sonrisas, interconectividad de la mirada.
Las habilidades del profesional fruto de su formación en observación, representan una clave en las intervenciones clínicas: ya sean las adopciones, riesgo de vida durante la concepción- post –embarazo, así como los signos de vincularidad desorganizada.
Dinámica
Se realizará una breve introducción .
Grupo A : Se utilizará como activadores de la discusión trabajos elaborados acerca de producciones en el terreno de la música, la literatura, usos retóricos para la creación y la poesía en circunstancias límites con la muerte.
Grupo B : Producción conjunta sobre la creatividad, acto creativo y sublimación en conceptualizaciones en torno al lugar de lo real, el cuerpo y la performance en el arte contemporáneo a partir de un video. Estas producciones de los grupos A y B se utilizarán como disparadores para el diálogo.
¿Qué nos concierne de la literatura? Si Freud construye su edificio teórico sobre un basamento literario, ¿no debemos transitar de nuevo ese camino para retomar la inacabada comprensión de la psicosis, ese enigma siempre vivo? Con tal pretexto los tres grupos pusimos a trabajar dos relatos: "El arrebato de Lol V. Stein" de M. Duras y "Amor" de C. Lispector, que sumergen a quien los lee en los misterios (y los desvelamientos) de lo femenino y sus desvÃos.
Luego de una introducción desde el campo literario a cargo de las profesoras Camila do Valle y Lucia Vogelfang acerca de la escritura de Clarice Lispector y Marguerite Duras, los grupos del Departamento de Psicosis y de la Comisón de Cultura harán un intercambio centrándose en los relatos "Amor" y "El arrebato de Lol V. Stein", y las articulaciones con los desencadenamientos de la psicosis y su relación con lo femenino y el fenómeno del amor.
Entramado:
Dto. Psicosis, Comisión de Cultura
Grupo de Investigación: Presentaciones clínicas de las psicosis en la actualidad
Atrapados por la época de las “redes” con los gadgets condensadores de goce que nos impiden el contacto con el otro, en una pausa presencial, estamos en el marco del Simposio 2021, en una lógica que nos permite estar juntos on line.
Hoy estamos listos a trabajar el Departamento de Psicosis, el Grupo de Investigación sobre las Presentaciones clínicas en la actualidad y la Comisión de Cultura de APA en un enlace que nos alegra.
Nos serviremos de dos escritoras y dos escrituras. Marguerite Duras y Clarise Lispector quienes exploraron de distinto modo la temática de la locura en la dimensión del amor en la mujer; y anudar sus estragos a la clínica actual.
Marguerite Duras, “El arrebato de Lol V. Stein”
Esta novela describe la historia de Lol, joven adolescente que conoce durante un verano de quien se enamora perdidamente cuando éste le propone matrimonio. Concurre con él y su amiga Tatiana a una fiesta, su novio la deja sola, baila y se va de la reunión con otra mujer. Lol contempló toda la escena impávida, sin enojarse, como si no sufriera. Los siguió con la mirada mientras se marchaban y cuando deja de divisarlos, se desvanece.
A partir de ese momento se desencadena su “enfermedad”. Permanece postrada por un largo período. Al poco tiempo deja de quejarse, de hablar, parece no tener fuerzas y no esperar nada. No habla ni contesta preguntas.
Su amiga sostenía que Lol había “incubado” antes esta enfermedad y no la había exteriorizado “daba la impresión de soportar con un sosegado fastidio a una persona a la que debía parecerse, pero de quien se olvidaba a la menor ocasión”. Bonita, los muchachos se la disputaban, pero enseguida “se les escurría como el agua en la palma de la mano”. Estaba “en nada, exactamente en nada”, “era el corazón de Lol lo que no estaba ahí”, “era esa zona del sentimiento lo que la diferenciaba de los demás”.
Una noche sale sola, conoce a Jean, comienza una nueva vida. Se casan, tienen hijos y conviven diez años.
Es en apariencia otra persona, Lol imitaba, ¿a quién? A los demás, al mayor número posible de personas. Lol jamás habló de su relación anterior, ni de la escena del baile, era como si nunca hubiera existido.
Tiempo después, Lol observa a una pareja pasar desde su jardín y oye la expresión de la mujer: “Muerta, quizá”. Al poco tiempo comienza a dar largos paseos. Divisa a un hombre, lo sigue, y descubre que éste entra a un hotel de citas para encontrarse con su amante. Comienza a pasar el tiempo observando desde lejos la ventana donde el hombre aparece y ella sabe que está con su amante, Tatiana.
Si bien el discurso capitalista excluye el amor, nosotros los psicoanalistas lo palpamos en cada encuentro con el analizante o sea que el psicoanálisis lo mantiene vivo. En nuestros encuentros del Departamento nos internamos en la cínica de la psicosis amasando la dimensión del amor y sus síntomas.
Analizaremos y pondremos en debate lecturas psicoanalíticas de este cuento desde las conceptualizaciones teóricas de distintos autores como Green, Winnicott, Freud y Lacan
Integrantes de la Comisión de Cultura: Dra Alicia Killner (Coordinadora) Lic.Norma Cavalieri (Secretaria). Coordinadora de la actividad. Lic Adrián Augspach Lic Alejandra El Assir Lic María Isabel Pazos Dra Amali Socci Dra Sara Zusman de Arbiser
Departamento de psicosis Grupo de investigación sobre presentaciones clínicas de las psicosis en la actualidad: Coordinador: Álvarez Alberto Secretaria: Dra. Alejandra Gómez Dra Claudia Selener Dr Rodríguez, Atila; Lic.Liliana Solari Dra. Susana;.Boz, Lic.Margarita;Pavón, Lic Ruth Ini de Molchuski, Lic. Ana Krieger Dr. Ricardo Frigerio Dra. Claudia Abadi, Dr.Maximo Kogan Dra. Perla Wernick Dr.René Flugelman, Lic. Ana Rozenfeld Dra. Susana Pedernera.
La teoría de la representación, en los albores del psicoanálisis, surgió con una característica aun vigente en las conceptualizaciones contemporáneas de nuestra disciplina: la de ser mediadora entre las múltiples instancias heterogéneas que conforman el psiquismo, bien sea desde una acepción que considera a la representación como una objetivación cuyo destino es subjetivarse -haciéndose carne-, mientras que la pulsión se contiene y se transforma, o bien sea desde otra vertiente que la considera -a la representación- como una delegación de cuyos contornos se sugiere algún aspecto de lo real. Imágenes que el malestar en la cultura cancela por dos vías: haciéndolas estallar en la medida en que estas no logran acotar las intensidades que la nutren o, caso contrario, desvitalizándolas, cuando todo contacto con aquel quántum que le aporta consistencia permanece execrado de sus formas.
Gabriela Goldstein y Nelson Coelho Jr. abordarán algunos itinerarios de la imagen en la intersección de una práctica clínica que igual dialoga con el canon de nuestra disciplina (Freud, Ogden, Civitarese, Lacan) que con los pensadores que han revelado otras aristas de la misma y que conciernen al quehacer del psicoanalista (Merleau-Ponty, Didi-Huberman-Aby Warburg).
La escritora francesa Christine Angot en “Un amor imposible” (2017) nos relata cómo se entrecruzan tres historias, tres vidas, tres personajes movidos por pasiones destructoras.
Retoma la narración de la relación incestuosa a la que se vio forzada por su padre desde la adolescencia, escrita previamente, aunque desde ángulos distintos al de esta novela, en “El incesto”(1999) y “Una semana de vacaciones” (2012). Estos dos relatos, sin llegar a ser el prólogo de “Un amor imposible”, forman parte de una trama autoficcional en la que la autora perfila su propia biografía marcada por el incesto a partir de sus años adolescentes.
En esta historia centra el relato en la relación entre su madre, Rachel Schwartz y su padre, Pierre Angot.
Están muy presentes la dominación masculina y la diferencia de clases sociales.
A finales de los años cincuenta se conocen Pierre Angot que pertenece a la alta burguesía católica y Rachel Schwartz que es una mujer soltera, de clase baja y de padre judío, al que dejó de ver por el antisemitismo de esos tiempos, desde los cuatro hasta los diecisiete años de edad.
Pierre no le miente a Rachel, él jamás se casará con ella y no la presentará a su familia.
La joven, profundamente enamorada, acepta esas vejatorias condiciones y de esa relación nace Christine, que el padre no reconoce ni le da el apellido hasta que la adolescente alcanza los catorce años. La reconoce por gran insistencia de la madre para conseguirlo.
Pierre ya está casado con una mujer rica y se acerca a la hija y la invita a pasar fines de semana con él. En esos encuentros la fuerza a mantener una relación sexual incestuosa.
En “Un amor imposible” la escritora nos habla de la relación entre Rachel y Pierre, sus padres, pero pone el acento, especialmente en la historia entre la madre y la hija.
La relación de los padres de Christine está marcada por la diferencia de clases, diferencia que Pierre Angot verbaliza, sin complejos, con estas palabras: “Si fueras rica, seguramente me lo habría pensado” le dice a la cara a Rachel Schwartz.
Ella tendrá que enfrentarse sola al parto, a la crianza y a la inscripción de la hija “de padre desconocido”
El eje y núcleo central de la novela es la complicada y a la vez amorosa y tierna relación entre una madre soltera y una hija no reconocida por el padre durante su infancia y temprana adolescencia. El reencuentro de la hija con Pierre, el padre, se produce cuando Christine cumple los catorce años. Pierre, que ha formado otra familia, la reconoce finalmente y le da su apellido. Pasan fines de semana juntos y en esos encuentros se produce algo que la hija oculta a su madre y que le será revelado por el primer novio de Christine: la sodomización de la hija. Un secreto desgarrador que dejó a Rachel desesperada y muy enferma.
La relación entre la hija y su madre se tornará imposible, ya que Christine la culpabiliza por no haberse cuestionado nunca nada, por no haber reflexionado sobre su propia responsabilidad y que transforma la relación madre-hija en otro amor imposible, a pesar de lo mucho que se quieren.
La novela, especialmente en las páginas finales, explora y ahonda en la lógica de la dominación. En las categorías separadas e irreconciliables del hombre que considera que, por naturaleza, le corresponde estar en lo más alto en una relación, frente a la mujer que está destinada a permanecer en lo más bajo. El hecho de tener un hijo con esta mujer pobre y judía hace más interesante y excitante para el dominador esa relación: “Voy a tener un hijo con ella, pero en lugar de auparla, la hundiré”. Mundos e identidades separadas. Un rechazo que llega al extremo de violar repetidamente a la hija porque la prohibición fundamental de que el padre tenga relaciones sexuales con sus hijos, a él no le afectaba, por ser de una clase social superior. Y eso era la distinción suprema. Así pues, también la vulneración de la norma forma parte del rechazo identitario, de la infravaloración definitiva.
Otro tema que está presente en la novela de forma reiterada, además del amor imposible entre el trío de protagonistas, es el de las esperas y las despedidas. “Siempre era igual, una llegada, una partida.”
Pierre permanecía unas pocas horas y volvía varios años después. Un permanente adiós de Pierre Angot, disfrazado por una relación epistolar que en el fondo se transforma en las ligaduras con las que el burgués que vive en París somete a la judía Rachel de una pequeña ciudad y le obliga a sostener una relación de acuerdo con sus propios intereses egoístas.
Esperas y despedidas perfectamente ilustradas en la imagen de la portada del libro.
La realidad, la propia biografía, es la materia prima que sustenta la ficción. La autora habla de su vida y de sus traumas solamente en términos literarios y resulta arriesgado dilucidar lo que hay de verdad y lo que hay de fabulación en la novela. “El espacio real y el espacio ficcional, aclara Christine Angot, están separados completamente, pero el segundo nos permite ver y oír al primero”.
El desgarro con el que escribe la narradora señala en buena medida la tonalidad de la novela, en especial cuando relata la relación de dominio y desprecio de su padre hacia su madre.
Podemos reconocer que la relación de abuso fue primero del padre con la madre, ya que Raquel aceptó el maltrato de Pierre y todas sus condiciones y consecuencias sin cortar nunca el lazo de unión con él.
Sólo pudo romper ese vínculo después de conocer la historia del incesto.
El abuso de la hija fue la continuación del abuso, vejaciones y descalificación aceptadas por Raquel, la madre, durante tantos años, por la idealización de una pasión destructiva, idealización que fue transmitida a su hija, que no pudo rechazar y defenderse del abuso del padre porque temía dejar de verlo si se negaba a sus requerimientos sexuales.
Fragmentos de la novela
“Si quisieras casarte, que lo entiendo, para una mujer es importante,
yo no pondría objeciones.
-¿Con otro hombre, quieres decir?
-Ah, eso sí. Ya te lo he dicho, conmigo es imposible. Para nosotros no cambiaría nada. Nos veríamos tanto como quisieras.
-¿No estarías celoso?
-No.
Entonces se puso a darle cachetes en las puntas de los senos, como distraído. Le dijo que se concentrara, y que gozase así. Ella hundió la cabeza en la almohada con los ojos cerrados. Después levantó la nuca, rígida. Lanzó un suspiro, la cabeza le pesó de nuevo. Permaneció tendida unos segundos. Acto seguido se sentó en la cama. Y le agarró el sexo con la mano.
-¿Has tenido muchos amantes?
-No. Sólo uno antes de ti. Pero tuve novio. Cuando era muy joven.”
…..
“Vino a vernos un día. Paseamos. Ella estaba contenta. Y triste en el momento de la partida. Toda partida era siempre la partida. La partida con P mayúscula. La de su padre en el andén de la estación de Châteauroux. Ella tiene cuatro años. Las puertas de los vagones todavía no se cierran automáticamente . Un viajero puede quedarse en el resquicio. Ella está en el andén. Mira la silueta en la puerta abierta. La mano se agita. El tren se pone en movimiento. Luego se aleja, con la silueta que desaparece. Y después nada más durante trece años. Entonces, otra vez la silueta en el mismo andén. Ella tenía diecisiete años. Él se apeó del tren, la tomó en sus brazos. Y soltó un sollozo al estrecharla.
-¿Quién es este hombre que solloza al abrazarme?
Por supuesto, sabía muy bien quién era.”
…..
“Ella estaba feliz de haberlo visto. Triste por verlo marchar. Siempre era igual, una llegada, una partida. No había nada estable. Nos quedamos plantadas detrás del coche que arrancaba, ella lloraba en silencio. Alargué la mano hacia ella. Y le apreté la muñeca.”
…..
“Se trataba de la negación automática. Cambio de punto de vista. En su caso, la prohibición fundamental ya no es la de relaciones sexuales entre ascendientes y descendientes, sino la del matrimonio desigual. De ese modo siempre estarías tú por un lado y él por otro. Dado que eso era lo que había que preservar a toda costa, para ellos constituía la regla fundamental. Él en su mundo superior. Y tú en tu mundo inferior. Con el añadido, en tu caso, en ese mundo inferior, y con el fin de infravalorarte todavía un poco más, de hacerte caer en los más bajos fondos, pues eso, para rematar, tu hija violada por su padre, y tú la madre que no ve nada, la imbécil, la gilipollas, la idiota, incluso la cómplice, vete a saber. Aún bajas unos grados más en la escala de la respetabilidad, de hecho, ya no se puede llegar más abajo. No hay nada más debajo de eso. Estoy segura de que fue así, mamá.”
Resumen
La autora se propone con Eros y Thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde realizar un aporte al Symposium APA 2021. Eros y Thánatos o el amor y la muerte son temas que le han preocupado al escritor a partir de sus estudios en literatura y bellas artes y que han coexistido en un continuo movimiento pendular durante su existencia. La autora parte de un interrogante: ¿de qué manera se vinculan Eros y Thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde?
Eros y thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde
Es complejo aproximarse a temas como el amor y la muerte. Louis Aragón, que escribió desde el amor y para el amor, decía que “un hombre no tiene nada más puro y más digno de ser perpetuado, que su amor”. Su poema No hay ningún amor feliz, dice:
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante. No hay amor que no hiera.
No hay amor que no sea de lágrimas y espera.
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor.
No hay ningún amor feliz.
Pero este es nuestro amor.
En Wilde, ¿de qué modo se vinculan Eros y Thánatos, la doble pulsión que lo mueve a la creación y a la destrucción?
Se dice que los mejores escritores nacieron en Irlanda, por ejemplo. Becket, Joyce, Yeats y Wilde. Éste último es, sin lugar a dudas, el más representativo. Tal vez porque fue el vocero del Arte por el arte así como la víctima de la sociedad victoriana que fingía un recato moderado pero en verdad era de doble moral.
En la vida de Wilde se encuentra el enfrentamiento de dos fuerzas opuestas: la pulsión creativa y la pulsión destructiva que la tradición clásica cinceló en las simbólicas figuras de Eros y Thánatos, amor y muerte. La formulación de este encuentro urdió la apasionante historia de este escritor que no sólo interpretó sino que además padeció las contradicciones de su época.
Oscar Wilde nació en Dublin en 1854 y murió en París en 1900. Fue el segundo hijo de una familia protestante, culta y liberal. La madre eligió el nombre de Oscar en honor al Rey Oscar de Suecia, a quien el padre había operado. Tuvo un hermano dos años mayor, periodista y poeta y una hermana menor, Isola, quien falleció a la edad de nueve años. El padre fue un cirujano muy respetado, poseía motivaciones literarias. La madre, feminista, escribía encendidos manifiestos para el Movimiento Young Ireland y estuvo a punto de acabar en prisión por sedición.
Wilde aprendió a hablar francés y alemán. Experimentaba admiración por la Grecia clásica, la Italia renacentista y la literatura francesa. Estudió en la Portora Royal School -donde comenzó a mantener “amistades sentimentales” con otros estudiantes- en el Trinity College de Dublin y en el prestigioso Magdalen College de Oxford.
A partir de la muerte del padre, se instala en Londres, universo de la reina Victoria, que representa el modelo de los valores inflexibles a nivel de moral personal. Su inteligencia y su charme conquistaron los auditorios de Europa y de EE UU durante la segunda mitad del siglo XIX.
En 1884 contrae matrimonio con Constance Lloyd, con quien tuvo dos hijos: Cyril y Vyvyan.
El recuerdo de los buenos tiempos de la niñez en la memoria de Wilde haría su aparición en El príncipe feliz y otros cuentos (1888 y 1895). A esta etapa resplandeciente del dramaturgo pertenece su única novela El retrato de Dorian Gray (1891), que narra la historia del protagonista, el bello Dorian Gray, retratado por el pintor Basil Halward y de Lord Henry, quien corrompe a Dorian. El personaje principal declara su deseo de no envejecer y mantener eternamente la edad en la que había sido retratado por el pintor.
Este deseo desencadena el drama. Al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, Dorian desea mantener la edad en la que había sido pintado. Se enamoró tanto de sí, que desea permanecer siempre joven a cambio de que sea su retrato el que envejezca. El joven Gray se manifiesta como el alter ego de Wilde: la forma de enfrentar el hecho traumático del envejecimiento consiste en la construcción de un personaje de ficción con el cual poder dialogar y hacer más soportable, el sentimiento de horror que le provocaba el envejecimiento.
En la cresta de la ola de su carrera como escritor, Wilde se enamora de Lord Alfred Douglas, un poeta de 21 años, hermoso, caprichoso, por el cual se sintió atraído y con quien vivió a partir de 1892. John Sotto Douglas, padre de Alfred, marqués de Queensberry y precursor en establecer las reglas del boxeo, dejó una nota para el escritor en el club de Londres que decía: “Para Oscar Wilde que alardea de sodomita”. El escritor, alentado por su amante que tenía un vínculo complicado con su padre, acusa al marqués por calumnias.
¿Qué busca Wilde con el juicio?
La demanda se volvió en su contra. El marqués fue absuelto y Wilde fue confinado durante dos años en la cárcel de Wandsworth Readingal al ser declarado culpable de sodomía .y “grave indecencia”. Sufrió la dura prisión de la época victoriana: aislamiento absoluto y condiciones de vida penosas. Me interrogo: ¿qué significó para el escritor dos años de absoluto silencio? El confinamiento le inspiró a escribir la carta en verso dirigida a su amante titulada De profundis (1897) revelaciones de un amor tóxico que terminó con la destrucción de Wilde. La carta es una sublimación de la pulsión de muerte. André Gide considera De profundis “el sollozo de un herido”. Después de la excarcelación escribe La balada de la cárcel de Reading, en cuyo estribillo plantea que todos los hombres matan lo que aman.
Wilde ansiaba reunirse con Alfred pero, después de tres meses de estar juntos, se separan definitivamente. Para desvincularse del escándalo, Constance cambió su apellido y el de sus hijos por Holland. Wilde abandonó Inglaterra para instalarse en Francia y cambió su nombre por el de Sebastián Melmoth, alter ego que alude al personaje de la novela Melmoth el errabundo.
¿Por qué darse un nombre diferente? ¿Porque no quería ser reconocido? ¿O porque no quería poner en evidencia que era un errante?
Wilde sufría de una sordera mal curada que se le agravó en la cárcel. El problema con el oído derivó en una meningitis de la que muere. ¿Hubo muerte psíquica? ¿Acaso su muerte no fue consecuencia del profundo sentimiento que profesaba a Alfred?
Wilde crea su obra literaria por el camino de la sublimación, vía salvadora en el revivir de este dramaturgo. El acto sublimatorio, ¿podría ser en parte atribuido al dominio de la identificación? Resulta atrayente conjeturar acerca del influjo de la figura materna en sus escritos. Kristeva (2009) habla del erotismo materno específico “réliance” subrayando la importancia que tiene el rol de la pasión materna como elemento presente en la constelación sensorial y de la etapa preverbal del niño.
Con respecto al padre se puede pensar que no cumplió una función de separación de la relación diádica, de diferenciación del vínculo entre la madre y el hijo, así como tampoco tuvo un lugar de autoridad y de ley para Wilde. No reguló el deseo de las pulsiones sexuales de Wilde, tampoco se constituyó como el regulador de la economía pulsional entre la madre y Oscar.
¿Es posible pensar que la potencia de la función materna saturara la función del padre?
La muerte de su hermana fue un hecho fundamental en la vida de Wilde. Escribió en su memoria el poema Requiescat. La palabra, capacidad de nombrar lo ausente, permite la creatividad. El poema, en Wilde, emerge como una fuerza reconstructiva por la capacidad sublimatoria.
En relación a su condición de homosexual, Freud (1935) definió “la homosexualidad como una variante de la función sexual, producto de una detención en el desarrollo sexual”. Con respecto a su condición de homosexual, Wilde fue discriminado, estigmatizado y penalizado por ser considerado homosexual.
¿Wilde se vivenciaba como sujeto diferente’ ¿Podía expresar su sexualidad libremente? La identidad sexual es libre pero las inclinaciones familiares ya están muchas veces determinadas de antemano.
¿Wilde fue lo que su madre deseaba o lo que la cultura permitió?
¿Amar o morir? La lucha en Wilde se dio entre Eros, que lo impulsó a la vida, a la creación, al amor; y Thánatos, que lo impelió a la destrucción, al odio y a la muerte.
Eros (amor) y Thánatos (muerte), junto con el tiempo, caminan inexorablemente.
Palabras claves
Amor. Creatividad. Muerte. Réliance. Sublimación. Thánatos
Bibliografía
Freud, S. (1920): Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina, Obras completas, Tomo XVIII, Buenos Aires, Argentina, Amorrortu editores.
Gide, A.: Oscar Wilde, Ed. Lumen.
Kristeva, J. (2009): Esa increíble necesidad de creer, un punto de vista laico, Buenos Aires, Argentina, Paidos.
“En aquella época encontré un extraño refugio. Por , como suele decirse. Pero esas casualidades no existen. Cuando alguien necesita algo con mucha urgencia y lo encuentra, no es la casualidad la que se lo proporciona sino él mismo. El propio deseo y la propia necesidad conducen a ello.”Hermann Hesse. Demian
Ocuparse de los “malestares de la cultura” y especialmente de la pandemia, lleva al psicoanálisis contemporáneo a un desafío, que implica entender la tensión entre Eros y Thanatos desde la puesta en juego de las producciones intrapsiquicas y las dinámicas sociales.
Algo así como pensar este exceso que nos imprimió mundialmente el Covid 19 y también cuales serían las condiciones necesarias de reformulación de la teoría sobre la concepción de aparato psíquico, en el devenir de las distintas subjetividades. Esto amerita un cambio de paradigma y de posicionamiento frente a las dos tópicas que no terminan de dar cuenta del movimiento pulsional, porque no solo se da entre el proceso primario y secundario sino también en el terciario, integrando así, a las nociones intersubjetivistas.
Esta presentación se basa en incluir a las identificaciones terciarias como una posibilidad de Eros que complejiza y amplia el campo representacional en proceso terciario; así como lo son los objetos transicionales, el sueño , el chiste, la fantasía y la sublimación entre el proceso primario y el secundario.
Fundamentan este nuevo concepto lo que el mismo Freud en Esquema del Psicoanálisis (1937) realiza al reformular la noción de Spaltung (escisión) cuando en su texto enuncia “Con esta escisión podemos hablar de una tercera tópica, aquí solo esbozada”
Y es de su concepción de psiquismo abierto que permite a otros autores complejizar la segunda tópica (Yo y el Ello) incluyendo además de la represión a la escisión en coexistencia, planteándolos como mecanismos estructurantes.
La noción de procesos terciarios de Green, la tercera tópica de Zukerfeld, los tres espacios de Aulagnier y el concepto de figurabilidad de Bollas, permiten pensar lo no representado donde la sensación despierta la representación, como interpretación de esta, y la representación crea la sensación como simbolización. La pulsionalidad adquiere figurabilidad y crea discursividades
Junto a las primeras identificaciones estructurantes del psiquismo, estas nuevas identificaciones permiten también poner en tensión al avasallamiento de Thanatos, de lo no representado, intentando que la fragilidad y lo efímero de las relaciones, producido por catástrofes sociales, institucionales, familiares e individuales, no cedan a la desubjetivacion.
Ya Freud en El Malestar en la Cultura, plantea la pulsión de destrucción y pone énfasis en las manifestaciones exteriores de la pulsión de muerte diciendo “…La vida, como nos es impuesta, resulta gravosa: nos trae hartos dolores, desengaños, tareas insolubles. Para soportarla, no podemos prescindir de calmantes…”
Y es Eros que posibilita al decir de Freud “distracciones” como la actividad científica y las satisfacciones sustitutivas como el arte, el humor y el trabajo, poniendo en jaque a todo lo tentador de Thanatos: sustancias embriagadoras , la religión…
Estas fuerzas destructivas aparecen a lo largo de la historia y en el presente la pandemia por Covid 19. Todas amenazan alternativamente al cuerpo, al mundo exterior y a los vínculos.
En este inédito contexto, se vivenciaron angustias primarias del orden de lo intrusivo y de desamparo. Al decir de Green “se trata de una disfunción de las fronteras del yo, incapaz este último de proteger al sujeto contra las intrusiones del objeto”… y Winicott llamó angustia de invasión, donde el sujeto se siente invadido por la psique del otro, en esta pandemia ese otro es la realidad impuesta por el covid, llegando a los extremos de la alienación.
En el caso investigado de Identificación Terciaria, llamado “Ex Cautiva”. Se describe la historia de una mujer adulta que adviene a un lugar de absoluta exclusión: expresada en el relato cuando dice: " Era la Moga…aunque fui protegida al morir mi padre a mis cuatro años, por la familia paterna de cultura machista, donde mi mamá elige instalarse. Me protegieron, aunque sentí que no tenía un lugar importante (...) mi hermano no me decía nada de los bienes heredados, ni siquiera decía que era su hermana". A lo largo de su historia queda atrapada como prótesis de la madre, hasta su muerte.
Su primo paterno mayor que ella, es la figura endogámica que le sugiere escribir la biografía del tío que la crió y la conecta con Isidoro Blaisten destacado escritor, cercano al psicoanálisis, y dice:
“Me daba una atención personalizada, me brindaba afecto y valoraba mis escritos. Me nutría con material para leer y me decía que tenía que trabajar mucho porque podía ser una buena escritora…me miraba y me valoraba…”
Este encuentro - acontecimiento la categoriza como escritora y la instala en una nueva dimensión, que despliega como proceso terciario gestado con este otro significativo de sostén. Pudo instalarse en ese lugar tan valorado singular y culturalmente, después de duelar sus pérdidas iniciales y la de su mentor.
Siendo escritora, a sus 64 años, es arrasada por el covid, y en su salida después de estar 45 días en UTI , Vuelve a la consulta… Vuelve a escribir…Vuelve a ligar…
Muñeca de Trapo
(Prosa poética)
Cuando nací me la regaló mamá y papá, desde ese octubre está a mi lado. Juega todo el día con sus piernas hechas de retazos celestes, brazos rellenos de algodón duro, torso de muchos colores, su cara es de porcelana cubierta por cabellos largos que ocultan sus pecas en el rostro vacío. Pasaron muchas tardes en las que estuvimos solas jugando. Un día cualquiera fue coronada pero en su cabeza no había coronas, mi muñeca enfermó. La tristeza me invadió, al verla partir sola al hospital de las muñecas, no pudiendo acercarse para tomarle la mano. Desde mi ventana le dije adiós cuando la subían a la ambulancia, enfermeros con trajes de astronautas que olían alcohol y desinfectantes. Ellos la cuidaron sin medir las consecuencias ni temerle al contagio. Percibía los miedos que ella tendría en la sala de guardia y en la internación. La soledad era su compañía. Pobre muñeca no respiraba, tosía mucho, el aire jugaba en su pecho, dolía. Sus piernas rellenas se rompieron, brotaban de su cuerpo pedazos de estopa maloliente, sus pecas se borraron por las lágrimas, el cabello rizado quedó en la almohada. Como la bella durmiente sintió un pinchazo.
Entró en un profundo sueño por 45 días. Voló muy alto hasta la luz más brillante como un sol de enero. No morirá, me dije. Mientras tanto el viento se detuvo, los árboles enmudecieron, los pájaros no cantaron.
Parece que juega, que se fue y no volvió. ¿A dónde va?, me preguntaba, quizás vuelva para ver cómo están las cosas. ¿Adónde va? Yo la espero, ella quiere ver qué es lo que existe después de la luz. Está medio muerta, no se quiere ir. Sabe que es nada, pero alguien dirá su nombre. Es pobre su nombre, solo el de una muñeca que no sabe adónde va. Ni donde está su alma, lejos del cuerpo, pero las muñecas no tienen alma. En un camino de retorno regresó volvió, pidiendo permiso a la vida. Hoy está en casa. La trajeron, no es la misma. Muda, mirando con un solo ojo, destartalada y sin pelos. La abrazo fuerte para que no vuelva a caer.
Y… muda no Moga… puede…
La identificación terciaria es un nueva propuesta que frente a angustias automáticas posibilitan un movimiento pulsional donde coexisten alternativamente el yo ideal(escisión) con ideal del yo(represión) , a través de un trabajo psíquico “entre” los procesos primarios y secundarios , surgiendo en un trabajo colaborativo los procesos terciarios (Green ). Es decir:
Produce transformación subjetiva dado que en el encuentro con el otro subjetivante e incondicional se captura lo escindido.
Metaboliza en esa dinámica relacional, algún resto arcaico de lo escindido, ampliando el campo representacional, saturando ciertos vacíos de representación.
Las condiciones necesarias para el surgimiento de la Identificación Terciaria son:
Objeto de sostén y/o red vincular
Captura de lo escindido, no representado.
La condición suficiente para el surgimiento de la Identificación Terciaria:
Encuentro de 1 y 2 como Acontecer
Las Identificaciones primarias estructuran el psiquismo, las secundarias lo dinamizan y las terciarias lo complejizan, hacen lazo social.
En lo que acontece en el análisis de la ex cautiva, se destaca la interinfluencia entre el procesamiento intrasubjetivo y las semantizaciones, permisos y prohibiciones de la cultura familiar.
En la clínica escuchamos desde la bidireccionalidad, donde lo resistido tanto del paciente, como del analista, puede ser pensado desde el campo psicoanalítico. Es la noción de cooperación inconsciente que fundamenta esa zona de encuentro. Se hizo del trauma y de lo no patológico, una posibilidad, apoyada en la jerarquización de lo actual.
Dejó de ser “pobre su nombre” En su encuentro a ciegas es Blaisten quien la nombra, la mira y la invita a desplegar su potencialidad, su deseo.
La excautiva puede identificarse con su ser escritora. Esta posibilidad identificatoria no la precede, es inédita.
Palabras claves: Malestar en la cultura -Intersubjetividad- Identificaciones Terciarias
Bibliografía:
Freud, S. (1927-1930): El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura. (2º Ed., 2ª reimpresión). Buenos Aires. Amorrortu Editores.
Green A. (2005): Ideas directrices para un Psicoanálisis Contemporáneo. Desconocimiento y desconocimiento del inconciente.
Moreno M.A. (2016): Las identificaciones terciarias. Una propuesta metodológica. Tesis doctoral. Universidad Nacional del Salvador.
Espacio de Autor Ronald Fairbairn de APA
Coordinador: Lic. Luis Oswald, Secretario Dr. Adrián Besuschio
Título: Eros<=>Thanatos (1)
Ante todo consideramos el Psicoanálisis, al decir de Gregorio Klimovsky, “que es mucho mejor pensar en psicoanálisis como una familia de teorías emparentadas, (…) de problemáticas cambiantes, que se van alterando a medida que se hacen los descubrimientos, (…) una cosa mucho menos rígida y más elástica” (Klimovsky, 1986, p.859). Nosotros agregamos donde se podrían comparar modelos, a veces extrapolarlos y hasta articularlos (principio de complementariedad teórica), nunca amalgamarlos.
Otro epistemólogo, esta vez Psicoanalista, Fairbairn, se refería permanentemente a Freud, algunas veces para disentir con él genial vienés como por ejemplo y especialmente en el tema que nos ocupa en “Más allá del principio del placer”: dice Fairbairn:
([1]) Símbolo extrapolado de la lógica proposicional (Bertrand Russell), Eros-Thanatos configuran un schiff bidireccional en antagonismo dialéctico complementario (concepto estructural-dialectico): no existe un miembro del par antitético sin el otro. Produciendo normalidad y/o patología. Cuanto más está alterado uno de ellos, menos hace falta la alteración del otro para producirlas.
“Si Freud hubiera definido a la libido como buscadora de objeto y no como buscadora de placer, no hubiera sido necesario ir mas allá del principio del placer para explicar los sueños de la neurosis traumática, o el fort-da de su nieto o algunos fenómenos de la transferencia y no hubiera hecho falta tampoco enunciar la compulsión demoníaca de repetición y el instinto de muerte.
En el Hombre de las Ratas utiliza los términos “querella y reconciliación” (Freud, 1909 pág. 151-185) para mostrar la ligazón al padre o a la amada, a través del conflicto de ambivalencia (“...esta furia (odio) contra la dama (amada) presta su aporte a las formaciones obsesivas aún después de la reconciliación...”) (Freud, 1909 pág. 151).
En Duelo y Melancolía es donde encuentra en el duelo patológico la “labor” del conflicto de ambivalencia “resorte” principal de dicho duelo.
En Inhibición, Síntoma y Angustia hace operar al conflicto de Ambivalencia en relación a la formación de síntomas, como bien afirma Laplanche (Laplanche 1981 pág. 22): “... sitúa las raíces del conflicto defensivo en la dinámica pulsional e induce a buscar tras del conflicto defensivo... las contradicciones inherentes a la vida pulsional...”.
El mito (o pensamiento pre-filosófico), es un intento intuitivo, imaginativo, irreflexivo y crédulo de arribar a una solución (errónea, falsa) sobre el origen del mundo (cosmogonías) y de los dioses (teogonías). Esta pseudo-solución o explicación falsa tendría puntos de contacto con las teorías sexuales infantiles que también son falsas soluciones al problema del origen (Freud 1908). Recordar el Mito de Ariadna acerca de la explicación infantil de que los niños se conciben por la boca y se paren por el ano.
Eros o Fanes, nace del huevo del mundo (Graves, 1996), puesto en el seno de la Oscuridad por la temible Noche de Alas Negras al ser cortejada por el Viento. Eros tenía doble sexo (¿bisexualidad?) y alas de oro (¿narcisismo?). Poesía: Eros tenía cuatro cabezas con las que silbaba como serpiente, rugía como león, mugía como vaca o balaba como carnero. Junto a la Noche (Noche, Noche de Alas Negras, Oscuridad: ¿Thánatos?) vivía en un cueva cuidando desde allí el Orden y la Justicia del cielo, la tierra, el sol y la luna a los cuales creó mas nunca llegó a gobernar (Graves, 1996).
Niño indómito (sexualidad infantil?), tramposo y juguetón (Graves, 1996) no respetaba edades ni posiciones sociales. Era un “Ker” o malicia alada (igual que la Vejez y la Peste: nótese que en “Narciso” se plantea el problema de la no vejez y en “Edipo” la peste) y lo era pues la pasión sexual sin freno puede perturbar a la sociedad ordenada “(¿El malestar en la cultura?)”.
Volaba de un lado a otro disparando sus flechas afiladas que “incendiaban de pasión los corazones con sus terribles antorchas” (¿pasión y muerte: ambivalencia?) (Graves, 1996), pero también sus flechas protegían la vida de los dioses Olímpicos (Eros nunca gobernó porque era “muy irresponsable”), por ejemplo cambiando la ira por lujuria (por ejemplo, si un Dios era atacado con ira el incrustaba su flecha transformando en lujurioso al iracundo y así salvaba la vida del dios), (¿odio y amor: ambivalencia?). Eros disparaba dos clases de flechas, con punta de oro,que enamoraban y otras con punta de plomo que generaban odio.
Inmoralidad infantil, pronta descarga (flechas) nos recuerda al Principio del Placer; esa tendencia constante a la descarga, al Principio de Constancia y la tendencia a retornar al estado anterior al estímulo al Principio de Inercia.
Pero su tendencia a llevar al seno de la Oscuridad (¿lo inorgánico?) a sus creaciones perturbándolas al Principio de Nirvana.
El dios “pasión Sexual reveladora” era libidinal y agresivo es decir ambivalente producto al menos de una “furiosa” (Freud, 1909 pág. 151) “querella” (Freud, 1909 pág. 185) entre la libido y la agresión en busca de una “reconciliación” (Freud, 1909 pág. 151).
Thánatos o Neikos (Océano, 1994), es un concepto filosófico pre-socrático (no de Freud) cuyo problema central seguía siendo (como para la mitología) el origen del mundo: ¿hecho de una única “argé” (sustancia)? ¿Gobernada por uno o más principios?
Así se fundaron escuelas monistas (un solo argé sin conjunción de principios) con Alcmeón de Crótona (Cerebro: órgano central de la vida) y Filolao (no geocentrismo) como principales exponentes (escuela Pitagórica).
Entre los pluralistas (conjunción de sustancias, varios principios) se destaca Empédocles de Agrigento (492-430 a.c.) filósofo mezcla de poeta y adivino que creyéndose inmortal se cae (Accidentalmente) al Volcán Etna muriendo abrasado (ambivalencia).
Define a lo existente como combinación y mezcla de cuatro sustancias fundamentales e inmutables (recordar en el mito de Eros, las cuatro cabezas) que al unirse por una fuerza agregadora (Filia o Amor) hacen que un objeto “sea” o al disgregarse por efecto de una fuerza “disgregadora” (Neikos o Thánatos, Odio) “no sea”.
Estas fuerzas hacen que los objetos cíclica y continuamente (movimiento, trabajo) se formen y se destruyan (ambivalencia) siendo “la evolución del cosmos un eterno retorno”.
Por ello para Empédocles de Agrigento, los humanos fueron ambiguos (amor y odio) (ambivalencia) hermafroditas (bisexuales) y estériles en un principio, y Thánatos los separó en masculino y femenino y el amor humano (¿pasión, Eros, ambivalencia?) les hizo emprender la búsqueda de su otra mitad perdida (Platón). Para Empédocles (como luego para Freud) (Freud, 1920), 1ro. fue la vida, 2do. Thánatos y 3ro. el instinto de vida (Eros).
Freud (desde los cuatro modelos del aparato psíquico) (Freud, 1895 [1950], 1900, 1915, 1920) (*) es un monista emergentista (materialismo mecanicista, escuela de Helmholtz): la mente deviene del cuerpo, pero en el conflicto psíquico es dualista.
Además, y pensando contemporáneamente al aparato psíquico desde la cibernética (Basili, 1974) postulamos que los dos principios, Eros óThánatos serian los que rigen al aparato psíquico y la vida, regulando los procesos de carga y descarga y la relación de objeto (Catexis, decatexis y recatexis)
(*) En sus cuatro modelos de aparato psíquico, Freud considera al cuerpo como un objeto exterior a la mente (Freud 1895: Modelo del arco reflejo) (Freud 1900: Modelo óptico telescópico) (Freud 1915: Modelo dinámico) (Freud 1923: Modelo estructural).
En el psicoanálisis por venir, esta relación de objeto estaría cada vez más distorsionada, en una sociedad actual, afectada por los residuos psíquicos heredados de guerras , migraciones obligadas, genocidios y actualmente una Pandemia, constituyéndose así en una sociedad “Borderogénica” (Basili 2003).
La escena primaria se constituiría en medio de faltas y perdidas de objeto en etapas tempranas del desarrollo psicoevolutivo, dando lugar a carencias en la constitución de mecanismos de defensa maduros. Prevalecerían entonces mecanismos primitivos de defensa como la escisión, disociación, negación y proyección primitivas.
Las permanencias de estos mecanismos facilitarían el acceso a la agresión, los impulsos destructivos, la inconstancia objetal, en una repetición de herencias psicológicas cargadas de objetos malos destinados a proyectarse en las diferentes relaciones del sujeto en su cotidianidad y comunidad.
Bibliografìa
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Palabras clave: Eros, Thánatos, Mitos, Compulsión Demoníaca de Repetición, Instinto de muerte.
<=>(1)Símbolo extrapolado de la lógica proposicional (Bertrand Russell), Eros-Thanatos configuran un schiff bidireccional en antagonismo dialéctico complementario (concepto estructural-dialectico): no existe un miembro del par antitético sin el otro. Produciendo normalidad y/o patología. Cuanto más está alterado uno de ellos, menos hace falta la alteración del otro para producirlas.
Autoinmunidad psíquica y su influencia en las enfermedades autoinmunes.
Grupo de investigación:
Dra. Estela Dorfman (coordinadora)
Dr Marcos Capriatti
Dr Kamran Alipanahi
Dr. Roberto L. Yañez
Psicologa Marite Valenti (invitada)
El objetivo de nuestra investigación es estudiar el comportamiento de nuestra psiquis, su importancia en la aparición de enfermedades autoinmunes, físicas o psíquicas.
Nuestra hipótesis se basa en jerarquizar la relación madre-bebé como constituyente de un apego seguro, importante para el logro de la autoestima necesaria para una vida satisfactoria. También jerarquizamos el tratamiento psicoanalítico, herramienta necesaria para lograr la disminución del dolor propio de la enfermedad autoinmune.
Estamos abocados a crear un protocolo de investigación basado en la historia clínica desde el primer año de vida (lactancia, sueño, nacimiento de hermanos, y otros factores importantes durante ese periodo), edad escolar, adolescencia, edad adulta y antecedentes de enfermedad familiar, tratando de relacionar hechos vitales significativos con brotes somáticos de enfermedad autoinmune.
Hemos observado que pacientes con mecanismos de defensa como la negación, desmentida, proyección, formación reactiva, represión, racionalización, conducta agresiva, violencia, déficit simbólico y fundamentalmente alexitimia, (imposibilidad de verbalizar afectos) son propensos a padecer enfermedades autoinmunes,( consideramos el componente psíquico y el orgánico en el desarrollo de un cuadro autoinmune).
Comenzamos estudiando el sistema inmunológico, hoy considerado el mas importante de nuestro organismo. Formado por una red de célula que interactúan con hormonas, neurotransmisores, medula ósea, timo, bazo, piel, membranas, mucosas y otros órganos, tiene como función defendernos de diferentes patógenos (antígenos) cuando nos atacan.
Nacemos con un sistema inmune inmaduro y la inmunidad innata es la primera línea de defensa.
La transmisión de anticuerpos a través de la leche materna (inmunidad pasiva) es importante en los primeros meses de vida. La inmunidad adaptativa se desarrolla cuando se recibe una vacuna o estamos en contacto con gérmenes. Las células inmunes autoreactivas son eliminadas, si persisten pueden atacar al organismo y desarrollar una enfermedad autoinmune cuya causa se desconoce, son crónicas y tienen brotes a lo largo de la vida. Las afecciones autoinmunes son un complejo mosaico clínico originado por factores genéticos, causas ambientales, donde se destacan principalmente las emocionales, éstas generan dependencia, dolor físico, también gran impacto subjetivo. Se deben a una desregulación del sistema inmune que ya no distingue lo propio de lo ajeno (falla de la tolerancia) se produce un autoataque, se generan autoanticuerpos. Son cerca de 100 las enfermedades autoinmunes reconocidas, pueden ser sistémicas ejemplo lupus, o tacar 1 solo órgano, diabetes.
¿Que es una enfermedad Autoinmune Psíquica?
Nos referimos a las alteraciones psíquicas que producen o desencadenan situaciones de displacer. Recordemos a Freud en su trabajo referido a Lo Siniestro, hace referencia a Schelling, que describe lo ominoso como aquello que debe permanecer oculto reprimido. “Cuando sale a la luz”, es decir, cuando lo reprimido brota, se transforma en una fantasía aterradora que causa tal angustia que es difícil de elaborar, se percibe como externo, persecutorio y su descarga puede ser corporal o a través de un acting destructivo. Freud (1919) usa la palabra Unheimlich, tiene la misma raíz que Heimlich, no siempre son opuestos. Cuando lo íntimo se manifiesta se transforma en una angustia terrorífica, lo primitivo que debía permanecer escondido es descubierto y se percibe como externo. Freud lo relacionaba con los deseos edípicos, lo ejemplifica con el análisis de 2 cuentos de Hoffman. Uno es El Arenero, interpretando el ataque a los ojos como símbolo sexual. El otro cuento, Los elixires del diablo, Freud lo refiere “al constante retorno de lo semejante, con la repetición de los mismos rasgos faciales, caracteres, destinos, actos criminales, aun del mismo nombre y en distintas generaciones” (mosaico autoinmne?). Es el mismo objeto que fue familiar, oculto, y reaparece como extraño, por momentos desaparece, pero puede volver a aparecer y se hace presente con características amenazantes (evolución de las enfermedades autoinmunes).
Menciona a O Rank al referirse al doble por su relación con lo siniestro. Rank vincula la propia imagen vista en el espejo (“la sombra”) y el miedo a la muerte con la desmentida de ese temor, para Freud, simboliza la castración.
Evaluamos otra interpretación de esa angustia terrorífica y la relacionamos con la diada madre- bebé. Si el inconsciente materno le impide leer las necesidades y emociones del bebé y contenerlo, el bebé siente miedo, desasosiego frente al objeto materno. Estas son emociones inquietantes que deben ser reprimidas, quedar ocultas, cuando retornan se perciben ajenas al Yo, se descargan en el soma originando una enfermedad autoinmune física o psíquica a través de un acting alienante.
El sistema inmune, citando las investigaciones inmunológicas referentes a la microbiota intestinal, describen que cuando la mucosa de la pared intestinal se permeabiliza, las diferentes bacterias huéspedes de la flora intestinal normal ingresan al torrente sanguíneo produciendo alteraciones autoinmunes.
También en la psiquis cuando lo interno oculto (inconsciente) deja de serlo, provoca angustia con temor a la aniquilación del Yo.
Winnicott introduce la importancia del cuidado materno “madre suficientemente buena”. El bebé necesita para su desarrollo un medio ambiente que le brinde un apego seguro, que estimule su tendencia innata hacia un crecimiento con autoestima, un narcisismo sano, que lo acredite a entablar relaciones amorosas con los demás y organizar los elementos defensivos frente a circunstancias adversas futuras. También Freud, en Tres ensayos de una teoría sexual, sostiene que “el primer objeto del bebé es el pecho de la madre” y que “todo descubrimiento posterior es un redescubrimiento”.
Joyce McDougall, Piera Aulagnier, Wilfred Bion, acuerdan en jerarquizar el primer encuentro del bebé y el objeto materno como posibilitador de transformar las emociones intolerables del bebé en menos dolorosas. Si por el contrario, la madre rechaza las identificaciones proyectivas del bebé, la capacidad de tolerancia del futuro niño será deficiente, su narcisismo tendrá características patológicas y la introyección de un objeto frustrante favorecerá la necesidad de descarga hacia la depresión o en el soma.
No existe un cuadro depresivo que no deprima el sistema inmunológico, no hay alteración inmunológica que no repercuta en el psiquismo.
Queremos compartir una viñeta de una paciente de 35 años, comenzó su análisis hace dos años y medio con 5 sesiones semanales.
Antecedentes: tiene 2 hermanos 1 mayor y 1 menor, padres separados, abuelo paterno sobreviviente del holocausto, abuelo materno muy autoritario que no soportaba ser contrariado, se tiraba al suelo y pataleaba. Abuelo, padre, 1 hermano y la paciente padecen la enfermedad de Crohn.
En ocasión de estar elaborando la preparación de unas cortas vacaciones de invierno, comienza la sesión con una verborragia confusa, mezclando desordenadamente el relato de todo lo necesario y previsto durante su ausencia, cursos, conferencias, equipaje, medicación de su madre (patología crónica) y la suya. Transcurrida más de mitad de la sesión, “le aviso que la voy a interrumpir, habitualmente se enoja cuando la interrumpo”, la respuesta fue un estallido de violencia, golpes sobre una mesa y gritos, evoque a su abuelo tiránico y despótico que se tiraba al suelo pataleando y gritando y luego quedaba mudo durante 2 o 3 días. Le interpretó su actitud diciendo que ella había reaccionado como su abuelo, y si no la interrumpía iba a tener un brote de Crohn, la paciente se calmó.
Podemos observar en esta paciente lo genético transgeneracional de su enfermedad. El retorno de lo reprimido familiar, el Holocausto vivido como terrorífico, verborrea diarreica síntoma de enfermedad de Crohn (autoinmune).
Otra paciente de 32 años atropelló y mató a 1 persona extranjera, no sufrió penalidad por ser hija de un militar reconocido muerto en la guerra de su país. En otra oportunidad, manejaba a toda velocidad con una amiga porque veía un auto que la perseguía. Segundos antes de volcar se desata el cinturón de seguridad, la amiga muere, ella salta del auto, las cámaras de vigilancia no detectaron ningún auto. Podemos interpretar al doble (auto imaginado) que la ataca como identificación con el padre muerto que retorna (duelo patológico). Después de este incidente apareció liquen plano en manos y pies.
Siguiendo a los autores antes mencionados consideramos el primer encuentro con la madre como fundante del desarrollo posterior.
Según algunos inmunólogos, es posible desarrollar una enfermedad autoinmune inclusive 20 años después de un hecho traumático.
Si bien reiteramos lo observado en nuestros pacientes con alexitimia y mecanismos de defensa negativos como desencadenantes de enfermedad autoinmune no excluimos la importancia de otros acontecimientos traumáticos, ejemplo la pandemia actual y sus consecuencias físicas y psíquicas, como posibles desencadenantes de enfermedad autoinmune.
Somos cautelosos frente al origen psicógeno de las enfermedades autoinmunes somáticas, sabemos la importancia del factor genético multifactorial.
Queremos finalizar este trabajo con una viñeta que ejemplifica nuestro pensamiento en relación a la enfermedad autoinmune y su conexión con la huella mnémica prenatal.
Sergio, 36 años, hace 1 año que se analiza. Hace poco y por razones que su diabetólogo desconoce, aumento su glucemia que no puede controlar, esta muy angustiado por las consecuencias oftalmológicas que puede padecer porque trabaja como programador y esta frente a la pantalla muchas horas diarias. Cuenta el siguiente sueño: “Estoy enjaulado con una pareja de animales, no peligrosos, no salvajes, que cuando traen la comida deben comer primero, debo esperar y comer las sobras” y lo asocia con el siguiente relato materno “Mi madre estando embarazada tuvo un periodo de intensas nauseas y vómitos, lo cual hizo temer un aborto por las convulsiones que tenia. El obstetra pudo controlar los síntomas con medicación anticonvulsionante sabiendo que podría perjudicar al feto”. “En edad escolar me diagnosticaron diabetes juvenil”. Si bien la relación de ambos hechos era clara, nunca lo había mencionado. Se puede interpretar la génesis de su patología como su predisposición a remedar la sintomatología de su madre. El análisis desde diversos ángulos permitió un mejoramiento en su salud.
Aspiramos a difundir a todos los médicos que atienden pacientes con enfermedad autoinmune la importancia del tratamiento psicoanalítico en lograr una mejoría de su enfermedad.
Bibliografia
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Wilfred Bion Aprendiendo de la Experiencia(1977)Editorial Paidos Iberica
Joyce McDougall Teatros del Cuerpo (1989) EditorialYebenes
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Donald Winnicot Realidad y Juego(1971) Editorial Gedisa
Donald Winnicot Escritos de Pediatria y Psicoanalisis Editorial Paidos