Resumen
La autora se propone con Eros y Thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde realizar un aporte al Symposium APA 2021. Eros y Thánatos o el amor y la muerte son temas que le han preocupado al escritor a partir de sus estudios en literatura y bellas artes y que han coexistido en un continuo movimiento pendular durante su existencia. La autora parte de un interrogante: ¿de qué manera se vinculan Eros y Thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde?
Eros y thánatos en la vida y la obra de Oscar Wilde
Es complejo aproximarse a temas como el amor y la muerte. Louis Aragón, que escribió desde el amor y para el amor, decía que “un hombre no tiene nada más puro y más digno de ser perpetuado, que su amor”. Su poema No hay ningún amor feliz, dice:
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante. No hay amor que no hiera.
No hay amor que no sea de lágrimas y espera.
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor.
No hay ningún amor feliz.
Pero este es nuestro amor.
En Wilde, ¿de qué modo se vinculan Eros y Thánatos, la doble pulsión que lo mueve a la creación y a la destrucción?
Se dice que los mejores escritores nacieron en Irlanda, por ejemplo. Becket, Joyce, Yeats y Wilde. Éste último es, sin lugar a dudas, el más representativo. Tal vez porque fue el vocero del Arte por el arte así como la víctima de la sociedad victoriana que fingía un recato moderado pero en verdad era de doble moral.
En la vida de Wilde se encuentra el enfrentamiento de dos fuerzas opuestas: la pulsión creativa y la pulsión destructiva que la tradición clásica cinceló en las simbólicas figuras de Eros y Thánatos, amor y muerte. La formulación de este encuentro urdió la apasionante historia de este escritor que no sólo interpretó sino que además padeció las contradicciones de su época.
Oscar Wilde nació en Dublin en 1854 y murió en París en 1900. Fue el segundo hijo de una familia protestante, culta y liberal. La madre eligió el nombre de Oscar en honor al Rey Oscar de Suecia, a quien el padre había operado. Tuvo un hermano dos años mayor, periodista y poeta y una hermana menor, Isola, quien falleció a la edad de nueve años. El padre fue un cirujano muy respetado, poseía motivaciones literarias. La madre, feminista, escribía encendidos manifiestos para el Movimiento Young Ireland y estuvo a punto de acabar en prisión por sedición.
Wilde aprendió a hablar francés y alemán. Experimentaba admiración por la Grecia clásica, la Italia renacentista y la literatura francesa. Estudió en la Portora Royal School -donde comenzó a mantener “amistades sentimentales” con otros estudiantes- en el Trinity College de Dublin y en el prestigioso Magdalen College de Oxford.
A partir de la muerte del padre, se instala en Londres, universo de la reina Victoria, que representa el modelo de los valores inflexibles a nivel de moral personal. Su inteligencia y su charme conquistaron los auditorios de Europa y de EE UU durante la segunda mitad del siglo XIX.
En 1884 contrae matrimonio con Constance Lloyd, con quien tuvo dos hijos: Cyril y Vyvyan.
El recuerdo de los buenos tiempos de la niñez en la memoria de Wilde haría su aparición en El príncipe feliz y otros cuentos (1888 y 1895). A esta etapa resplandeciente del dramaturgo pertenece su única novela El retrato de Dorian Gray (1891), que narra la historia del protagonista, el bello Dorian Gray, retratado por el pintor Basil Halward y de Lord Henry, quien corrompe a Dorian. El personaje principal declara su deseo de no envejecer y mantener eternamente la edad en la que había sido retratado por el pintor.
Este deseo desencadena el drama. Al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, Dorian desea mantener la edad en la que había sido pintado. Se enamoró tanto de sí, que desea permanecer siempre joven a cambio de que sea su retrato el que envejezca. El joven Gray se manifiesta como el alter ego de Wilde: la forma de enfrentar el hecho traumático del envejecimiento consiste en la construcción de un personaje de ficción con el cual poder dialogar y hacer más soportable, el sentimiento de horror que le provocaba el envejecimiento.
En la cresta de la ola de su carrera como escritor, Wilde se enamora de Lord Alfred Douglas, un poeta de 21 años, hermoso, caprichoso, por el cual se sintió atraído y con quien vivió a partir de 1892. John Sotto Douglas, padre de Alfred, marqués de Queensberry y precursor en establecer las reglas del boxeo, dejó una nota para el escritor en el club de Londres que decía: “Para Oscar Wilde que alardea de sodomita”. El escritor, alentado por su amante que tenía un vínculo complicado con su padre, acusa al marqués por calumnias.
¿Qué busca Wilde con el juicio?
La demanda se volvió en su contra. El marqués fue absuelto y Wilde fue confinado durante dos años en la cárcel de Wandsworth Readingal al ser declarado culpable de sodomía .y “grave indecencia”. Sufrió la dura prisión de la época victoriana: aislamiento absoluto y condiciones de vida penosas. Me interrogo: ¿qué significó para el escritor dos años de absoluto silencio? El confinamiento le inspiró a escribir la carta en verso dirigida a su amante titulada De profundis (1897) revelaciones de un amor tóxico que terminó con la destrucción de Wilde. La carta es una sublimación de la pulsión de muerte. André Gide considera De profundis “el sollozo de un herido”. Después de la excarcelación escribe La balada de la cárcel de Reading, en cuyo estribillo plantea que todos los hombres matan lo que aman.
Wilde ansiaba reunirse con Alfred pero, después de tres meses de estar juntos, se separan definitivamente. Para desvincularse del escándalo, Constance cambió su apellido y el de sus hijos por Holland. Wilde abandonó Inglaterra para instalarse en Francia y cambió su nombre por el de Sebastián Melmoth, alter ego que alude al personaje de la novela Melmoth el errabundo.
¿Por qué darse un nombre diferente? ¿Porque no quería ser reconocido? ¿O porque no quería poner en evidencia que era un errante?
Wilde sufría de una sordera mal curada que se le agravó en la cárcel. El problema con el oído derivó en una meningitis de la que muere. ¿Hubo muerte psíquica? ¿Acaso su muerte no fue consecuencia del profundo sentimiento que profesaba a Alfred?
Wilde crea su obra literaria por el camino de la sublimación, vía salvadora en el revivir de este dramaturgo. El acto sublimatorio, ¿podría ser en parte atribuido al dominio de la identificación? Resulta atrayente conjeturar acerca del influjo de la figura materna en sus escritos. Kristeva (2009) habla del erotismo materno específico “réliance” subrayando la importancia que tiene el rol de la pasión materna como elemento presente en la constelación sensorial y de la etapa preverbal del niño.
Con respecto al padre se puede pensar que no cumplió una función de separación de la relación diádica, de diferenciación del vínculo entre la madre y el hijo, así como tampoco tuvo un lugar de autoridad y de ley para Wilde. No reguló el deseo de las pulsiones sexuales de Wilde, tampoco se constituyó como el regulador de la economía pulsional entre la madre y Oscar.
¿Es posible pensar que la potencia de la función materna saturara la función del padre?
La muerte de su hermana fue un hecho fundamental en la vida de Wilde. Escribió en su memoria el poema Requiescat. La palabra, capacidad de nombrar lo ausente, permite la creatividad. El poema, en Wilde, emerge como una fuerza reconstructiva por la capacidad sublimatoria.
En relación a su condición de homosexual, Freud (1935) definió “la homosexualidad como una variante de la función sexual, producto de una detención en el desarrollo sexual”. Con respecto a su condición de homosexual, Wilde fue discriminado, estigmatizado y penalizado por ser considerado homosexual.
¿Wilde se vivenciaba como sujeto diferente’ ¿Podía expresar su sexualidad libremente? La identidad sexual es libre pero las inclinaciones familiares ya están muchas veces determinadas de antemano.
¿Wilde fue lo que su madre deseaba o lo que la cultura permitió?
¿Amar o morir? La lucha en Wilde se dio entre Eros, que lo impulsó a la vida, a la creación, al amor; y Thánatos, que lo impelió a la destrucción, al odio y a la muerte.
Eros (amor) y Thánatos (muerte), junto con el tiempo, caminan inexorablemente.
Palabras claves
Amor. Creatividad. Muerte. Réliance. Sublimación. Thánatos
Bibliografía
Freud, S. (1920): Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina, Obras completas, Tomo XVIII, Buenos Aires, Argentina, Amorrortu editores.
Gide, A.: Oscar Wilde, Ed. Lumen.
Kristeva, J. (2009): Esa increíble necesidad de creer, un punto de vista laico, Buenos Aires, Argentina, Paidos.