b. La clínica vincular en la pandemia
Propuesta N° 0009
2020-11-12 / 17:00:00

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Presentan: Rosalìa Alvarez (APA), Alicia Lotufo (APA), María Fernanda Rivas (APA), Liliana Solari (APA). Marita Dalvia (APA) y Silvia Piskorz (APA).



Abstract:

En estos días estamos inmersos en una realidad compartida con todo el mundo: la pandemia de coronavirus. Entendemos que es una herida narcisista que nos recuerda nuestra fragilidad y hace presente la amenaza de castración.

 

 

 







Texto breve:

En tiempos de incertidumbre y desesperanza es imprescindible gestar proyectos colectivos desde dónde planificar la esperanza  junto a otros.  -Pichon Riviere

Estamos inmersos en una realidad compartida con todo el mundo: El Corona.

Le habrán llamado así por el poder que ejerce con el humano?

Mejor entonces llamarlo covid 19.

Qué nos provoca emocionalmente el hecho de compartir esta amenaza?  Acaso disminuye el miedo?

Es una herida narcisista para la humanidad que nos recuerda nuestra fragilidad y castración.

Dicen que estamos en el mismo barco. Creo que no es así , ya que a pesar de ser una amenaza mundial, “quedáte en casa”, en principio señala a aquellos que poseen una casa.

Mantener una distancia entre yo y el otro de 1m y medio tampoco es siempre posible en algunas realidades habitacionales. Entonces No estamos en el mismo barco.

Tampoco los médicos que están en el frente están en el mismo barco. Los aplaudimos, consideramos que están en un lugar heroico, lo relaciono con lo que le pasa a los chicos que necesitan a los superhéroes para sentirse protegidos.

Sin embargo no es sólo Eros, aquí también está presente lo tanático. Necesitamos cuidar a los que cuidan aumenta el síndrome de burn-out.

Los psicoanalistas pensamos si es una neurosis de guerra o una neurosis actual?  Es necesario desmentir un poco la realidad para apalear la realidad que nos enferma.

Con nuestros pacientes: familias, parejas, familias, grupos estamos viviendo mundos superpuestos; la cuestión aquí es qué afectos le despierta a cada uno, caso por caso.

Surge la necesidad de comunicarnos  y la conciencia de la vulnerabilidad y de futuro incierto.

Estamos inmersos en un evento acontecimental; no es semejante a nada, no hay un lo mismo que nos abre al futuro, no solo no remite a lo anterior, al pasado. Padecemos de incertidumbre.

Hay excesos de  ofertas para llenar el tiempo, parece remitir a la sensación de vacío que debemos cubrir.

Parece que la solidaridad es el anticuerpo del Covid, la distancia es la vacuna y la vuelta al adentro, esta frase ingeniosa la escuchamos al actor y autor Pinti y nos la apropiamos.

Una pandemia saca lo peor y lo mejor de cada uno, como por ejemplo el altruismo del personal sanitario y tantos otros. El odio clasista de algunos; que en salud y educación no hay inversión, etc.

Podemos pensar que las condiciones en que estamos padeciendo la pandemia fueron en parte creadas por los recortes en la salud pública.

Qué es el Covid para los chicos? Entre otras respuestas posibles la presencia de la posibilidad de muerte de sus abuelos, de sus padres.

El padre que sale tiene temor a traerlo y el hijo teme. Es el otro que necesitamos el que me puede contagiar. Los padres intentan funcionar como barreras protectoras frente a los estímulos externos.

Estamos viviendo una amenaza global que parece dar lugar a una solidaridad global. Parece ser un  Virus democrático , pues no distingue entre pobres y ricos, ni entre estadistas y ciudadanos comunes.

Sólo estamos seguros en la realidad virtual, a la cuál hemos tenido que adaptarnos no con pocos Inconvenientes. Sabemos de quienes se angustian frente a las pantallas pues  son  testimonio de lo que está aconteciendo.

El aislamiento es dañino psicológicamente, lo que es bueno para la salud pública es malo para lo psíquico. Esta pandemia dificulta el mecanismo básico de segregación que nos constituye.

Hoy el comienzo de la vida, los partos con el covid, tener que discriminar si el bebe lo tiene, si le dan de mamar o mejor no, una mamá a la cual no se le ve el rostro y quizás hasta la mirada está cubierta por seguridad, sin acompañamiento.

Hay hambre de piel, falta de abrazos, de besos. Pasa a primer plano la importancia de los vínculos en el equilibrio mental.

Parece que parte de nuestro yo comienza a robotizarse. En algunos casos el encierro pone de manifiesto encierros previos.

Es indudable que nadie sabe las consecuencias a posteriori en los niños, en los adolescentes, en los adultos mayores, en los adultos. Lo que no dudamos es que las habrá.

A los adolescentes los toma justamente en el momento de la salida a la exogamia. Debemos intentar que no pierdan el horizonte, el proyecto.

La incertidumbre económica se suma al miedo a la enfermedad, a la muerte, al futuro incierto.

La vida con otros y los rituales domésticos regulan los tiempos biológicos y los emocionales.

Aquellos que viven solos necesitan de los otros en nosotros para reducir la angustia de la soledad, y de haber tenido un buen apego previamente.

Observamos mucha sobreadaptación, pero también sentimiento de sometimiento por el aislamiento obligatorio, impuesto, con el agregado del sentimiento de la falta de libertad.