a. Actividad onírica en pacientes no neuróticos
Propuesta N° 0008
2020-11-10 / 17:00:00

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Presentan: Adela Victoria Siebzehner (APA), Isabel Eckell (APA), Marta Márquez (APA), Graciela Fondovila (APA), Ana Mattenet (APA) y Lidia Marticorena (APA).
Conducción: Alejandra Gómez
Coordinación: Fernando Nievas



Abstract:

El propósito de este trabajo es reflexionar acerca de los interrogantes que nos plantea la actividad onírica de los pacientes no-neuróticos, entre los cuales están los psicosomáticos. En primer lugar nos referimos a los aportes de algunos autores que se ocuparon del tema para luego ilustrarlo con una viñeta clínica. Presenta: Grupo de investigación "Aportes de autores contemporáneos a la Psicosomática".

 

 

 







Texto breve:

El propósito de esta comunicación es reflexionar acerca de los interrogantes que nos plantea la actividad onírica de los pacientes cuyo funcionamiento mental es a predominio no-neurótico, entre los cuales se hallan los que presentan patología psicosomática.

En primer lugar nos referimos a los aportes de algunos autores que se ocuparon del tema para luego ilustrarlo con una viñeta clínica.

 Pierre Marty es un referente indiscutible de la Patología Psicosomática, por lo tanto haremos un pequeño comentario de lo que él nos transmite sobre los sueños de estos pacientes.

  Son personas que dan la impresión de no soñar, lo cual es discutible como dice el propio Marty, o más bien podríamos considerar que no recuerdan sus sueños. En ellos las excitaciones pulsionales se abren paso por otras vías que no son las de la representación y la elaboración onírica.

 También nos habla de los sueños operatorios. Se trata de sueños que repiten  los actos de la víspera. En ellos no se puede hablar de verdaderas asociaciones ya que ligan el contenido del sueño a la más próxima realidad. No hay huellas del inconsciente ni originario ni reprimido. No hay manifestaciones pulsionales.

 Asimismo nos describe los sueños repetitivos, donde domina la excitación corporal. No hay pensamientos latentes en asociación.

Y por último se refiere a los sueños crudos, así llamados porque figuran en escenas directas la realización de los fines pulsionales. Es tan poco notoria la deformación que se podría pensar que el sueño presenta cierta fotografía del inconsciente tanto del reprimido como del originario.

 Otro autor que se ocupó del tema es Green quien plantea que los sueños de pacientes no-neuróticos en general no expresan cumplimiento de deseos sino que su función es evacuativa, sirven para descargar el aparato psíquico de estímulos penosos. Agrega que rara vez dichos pacientes traen sueños  y que si lo hacen no ofrecen asociaciones. No se caracterizan por la condensación sino por la concretización.

Ampliando esta perspectiva y acordando con ideas de Ferenczi, Martín Cabré plantea que una definición más completa del sueño incluiría una segunda función, la función traumatolítica que sería la de disolver y deshacer las experiencias y vivencias traumáticas. De manera que el sueño desde su perspectiva, además de la función de realización de deseos inconcientes, tendría el papel de recuperar, a través de vivencias sensoriales y corporales,las huellas mnémicas de un lenguaje enmudecido.

A partir de las ideas de estos autores podemos concluir que esos sueños crudos, evacuativos o poco simbólicos requerirán un mayor trabajo de la mente del analista, una mayor creatividad o capacidad de ensoñación.  Así lo hemos observado en nuestra labor psicoanalítica.

 Viñeta Clínica

Ana es una paciente de 63 años que retoma el análisis después de 5 años de haberlo interrumpido.

En aquella oportunidad había consultado por su gran angustia. En este momento el motivo fue “prepararse para lo que venía”. Su marido padecía una enfermedad neurológica progresiva invalidante. A pesar de este sombrío pronóstico este señor vivió 3 años más en un estado muy penoso, razón por la cual Ana deseaba que el sufrimiento terminara pronto. Estos deseos la llenaban de culpa y temores. Ana se preguntaba como haría en el futuro para dormir sola. Sin embargo después de la muerte del marido, Ana siguió manejando el negocio que habían emprendido juntos y además se mudó a un departamento más pequeño en el que se siente más cómoda.

En esta segunda etapa de análisis que está enmarcada en la situación de pandemia, tuvo lugar la muerte de un amigo de la pareja. Esto incrementó sus temores hasta desembocar en francos ataques de pánico, con marcado componente somático, como sensación de muerte inminente, taquicardia ahogo, falta de aire, etc. a lo que se le agregaron trastornos digestivos con presunción de celiaquía, patología ésta última que no fue confirmada. Nos muestra con  estas diversas manifestaciones su vulnerabilidad somática.

Respecto a su historia la paciente nos habla de un muy mal vínculo con su madre. La describe como una persona narcisista, infantil, y demandante. Ana fue enviada a casa de su abuela y tía para intentar corregir su trastorno alimentario. Esta última la sometía a castigos corporales como método coercitivo para exigirle que comiera. No tener hambre era probablemente una respuesta somática a su intenso estado de angustia. Otra manifestación de su gran angustia infantil fue tal vez el marcado retraso en la adquisición de la marcha, que ocurrió a sus 3 años. Un dato no menor de su historia es que su padre era alcohólico.

Pensamos en Ana como portadora de una historia de abandonos y maltrato, que dejaron en su psiquismo huecos y vacíos representacionales. Ana hace una descripción de sus dolencias físicas como algo literal y concreto, que pareciera no quedar vinculado con nada significativo de su historia.

 En esta paciente coexisten dos funcionamientos psíquicos diversos. Por un lado uno psiconeurótico que alude a su pedido de consulta con la intención de hacer el duelo por la muerte de su marido y por otro lado el funcionamiento no-neurótico donde se expresan sus manifestaciones somáticas.

Ahora veamos lo que planteábamos respecto de los sueños.

Un primer sueño es que está cruzando en auto un puente maltrecho con alguien que le decía que él la engañaba (marido).

Ante el pedido de asociaciones Ana repite el sueño. Este muestra características de literalidad y concretud.

En una sesión posterior Ana refiere que a la tardecita se angustia. Es el momento en que se cierran los negocios y esto la remite a su vulnerabilidad y soledad, su vacío. Sin embargo pensamos que esta angustia tiene una connotación diferente a otros episodios anteriores. Esta vez no lo adjudica a motivos físicos sino que lo relaciona con su soledad. Al admitir que se angustia si está sola opta por estar acompañada, aunque sea por sus nietos.

Relata un sueño.

 El resto diurno es que había visto una serie española.

 “En el sueño estábamos de viaje por España con un matrimonio amigo (aclara que siempre salían juntos). Había un negocio en un lugar descubierto con todo colgado en las paredes. Una regalería. Había un pasillito angosto, muy chiquito, había que pasar de costado. Llego a un lugar donde veo una hebilla para un cinto toda calada brillante muy hermosa y yo dije ¿se la llevamos a F? (yerno). Agrega: estoy de buena onda con F parece! . “Me recuerda los viajes que hacíamos, compraba regalitos para las chicas”…Asocia con que el viaje a España puede ser por la película.

En este sueño ya vemos algunas asociaciones de la paciente como es el recuerdo viajes, y con la película española que había visto.. Lo cual nos hace pensar que se está  iniciando en Ana un cierto nivel de psiquización. Podemos considerar así que la paciente va ampliando su funcionamiento psiconeurótico Estos avances sólo fueron posibles a partir del trabajo de la analista con su contratransferencia. Tal como sostenía Winnicott: con este tipo de pacientes  que asocian poco y presentan un lenguaje y un funcionamiento concreto, es importante que el analista logre mantenerse vivo, sano y despierto. Lo que en palabras de Green sería que el analista pueda seguir pensando.