b. La pandemia desde el Capitulo de Accidentología Psicoanalítica de la APA
Propuesta N° 0007
2020-11-12 / 15:00:00

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Presentan: Carlos Gibert (APA), Marta Hojvat de Facorro (APA), Graciela Matías (APA), Miguel Padilla Quirno (APA y Luis Oswald (APA).



Abstract:

Desarrollamos diferentes aspectos de la Teoría del Accidentarse de nuestro maestro Julio Granel con las opiniones de los integrantes actuales del Capítulo. Puntualizaremos también casos clínicos referidos al accidentarse y sus consecuencias.

 

 

 







Texto breve:

Contribución de Carlos Gibert  A partir de la observación de que con la restricción de la cuarentena disminuyeron notoriamente los accidentes de tránsito surgen temas:

Es cierto que el conflicto accidentogeno nació estudiando un accidente de tránsito de una pareja, tal lo relatado innumerables veces por Julio.

Es cierto también que por su cantidad, se ha producido un deslizamiento: considerar el accidente como equivalente de  accidente de tránsito, pero la realidad es que el accidente de tránsito es sólo una de las formas en las que se manifiesta el conflicto accidentogeno. Y sobre ese punto es que quiero hacer hincapié en los accidentes domésticos, que seguramente deben haber aumentado en la estadística y en los contagios de Covid 19 producidos por torpezas, descuidos, imprudencias, que, como factores facilitadores, prestan su colaboración para que la fantasía de accidentarse se active en casos donde el conflicto específico de cambió este presente. Tengamos presente que el fenómeno de la vida nunca entra en cuarentena, solo cambian las condiciones del ambiente en que se desarrolla.

Otro elemento para tener en cuenta es el del encierro producido por la cuarentena. Desde el punto de la psicología del accidentarse, la condición de reclusión favorece la regresión y la reactivación de los conflictos primarios como el trauma del nacimiento y las  ansiedades vinculados al mismo: salir al afuera amenazante, quedarse en el útero hogareño y exponerse a la acción silenciosa del instinto de muerte.

Nos hemos convertido en equivalentes de los habitantes de las estaciones espaciales. Estos tienen el privilegio de conocer el espacio y acceder a nuevos conocimientos pero tienen que estar atentos a la osteoporosis y otros inconvenientes de la ingravidez. En nuestro caso la ingravidez esta sustituida por la pérdida de contacto con el exterior y la falta de estímulos para la mayoría de nuestros sentidos, con consecuencias que habrá que evaluar.

Contribución de Luis Oswald

En el deseo de accidentarse, se mueve detrás una fantasía universal inconsciente de accidentarse, que puede manifestarse y hasta tener aspectos conscientes-preconscientes (en el proceso de escenificación del deseo). Esto ocurre cuando el sujeto, se halla en un Conflicto de Cambio, es decir en una encrucijada dolorosa en la que enfrenta un cambio dilemático que no está en condiciones de asumir. Entre las situaciones típicas de cambio-contracambio que atravesamos los humanos, nacimiento, bipedestación y c. de  Edipo, se ponen en movimiento ansiedades de: “adentro”, “tránsito”, “afuera”, “de separación”, “de reunión”, “de abandono”, produciéndose un cambio masivo de catexis (decatexis, recatexis) que producirían el accidente. Hoy con la Pandemia vemos que se producen menos accidentes viales, de tránsito por la prohibición de circular en el afuera, pero se observan el incremento de otros accidentes, como por ejemplo los domésticos en el adentro. La pandemia puede ser considerada como un “cambio catastrófico” individual y social en términos Bionianos: a) subversión del sistema (Continente-contenido), b) violencia, c) invariantes. En este sentido habrá que observar el resultado del proceso al finalizar la restricción. Recordando a Julio, cuando un individuo no puede hacer una psicosis o una enfermedad psicosomática, restituye penosa y fallidamente en un accidente.

Contribución Miguel Padilla

Accidentes y Pandemia

Durante la pandemia hemos visto decrecer el número de accidentes de tránsito, pero han aumentado los domésticos, sea por quemaduras, caídas, sumersión, etc. Cambia el escenario, no es en el afuera, es adentro, las ansiedades pueden cambiar, pero no dejan de ser lo que son. En lugar de ansiedades de alejamiento, serán de encierro, de atrapamiento, de asfixia, etc.

Un paciente que veo con su pareja, me cuenta que intentando arreglar algo con el pegamento de la gotita, sale más pegamento del necesario, y le cae entre los dedos, y estos se pegan, con la angustia que le generó de no poder separarlos más. Si bien este episodio lo contaron entre risas, y casi que pasaba desapercibido, me llamó la atención justamente por esto. Esta persona, es muy activa en su trabajo, en realidad tiene varios trabajos, y uno de los motivos de consulta tenía que ver con que estaba poco en la casa. A raíz de la cuarentena, no le quedó otra que trabajar desde la casa. El accidente muestra el conflicto entre quedarse con su mujer, pegado, o salir y despegarse,  también coincide con que pronto le llega la edad jubilatoria.

Relacionado con el tema de la cuarentena y el virus, un paciente de 7 años, tiene problemas para dormir, se levanta varias veces a la noche con pesadillas, le pregunto a que le tiene miedo, me dice a los ladrones. Y me cuenta que sueña con unos ladrones que entran a la casa por el piso, por debajo de la casa con un gran taladro. Es ahí donde le digo que tiene que ver con el miedo a que entre el virus a la casa, la madre es cardióloga y ve pacientes graves casi todos los días. Por otro lado, ella es el sostén afectivo de la familia, ya que el marido, si bien es colaborador y sostiene desde lo económico, es una persona muy frágil, ha tenido varias internaciones.

 

Contribución de Graciela Matías

Durante la cuarentena disminuyeron notablemente los accidentes en la calle pero aumentaron los accidentes domésticos. En mi experiencia clínica no he registrado ningún caso de accidente pero si fue notable la frecuencia con la que los pacientes recordaban y traían a sesión sus sueños. La mayoría de ellos fueron sueños de angustia. Como soñar ser un indigente, sueños de catástrofes, derrumbes etc., ser perseguidos por animales, tener la cabeza llena de piojos, sueños de perdida como perder el celular, elemento fundamental en la cuarentena para estar en contacto con los afectos, para verse en una video llamada. Todas estas pesadillas estimuladas por la realidad.

Dice Granel: Al igual que en los sueños los accidentes son un producto psíquico provisto de sentido.

Las personas que pudieron soñar seguramente evitaron un accidente  Dice Granel a diferencia de la vigilia, la motilidad esta abolida. La excitación no puede progresar hacia la acción. Experimenta un reflujo y emprendiendo un camino retrogrediente retorna al polo sensorial, alcanzando el sistema de las percepciones. Y así se construirá el sueño.

En una observación realizada con personal de salud, en algunos casos se comprobó que a veces el contagio (Covid) viene por el contacto social entre compañeros o simples descuidos.

Dice Granel en su libro “Un médico puede atravesar por un momento de alta tensión y distractibilidad y cometer un error “como por ejemplos accidentes con agujas.

Pensando en una relación entre covid y accidente recordé que en los comienzos de la cuarentena, cuando había muy pocos autos circulando por la ciudad, un automóvil choca a una ambulancia.

Contribuciones de Marta Hojvat de Facorro Pandemia -Cuarentena - Consecuencias mentales Observaciones en mis pacientes de análisis Al contrario de los comentarios en radio y televisión, que refieren la aparición de patologías graves, mis pacientes mantienen sus sesiones por computadora y por  teléfono y el bienestar posible en el encierro prolongado en casa.

Los síntomas que describo son relativamente leves, con mayor presencia en los primeros tiempos del aislamiento; Exceso de cuidados, cierta reactivación del tabú de contacto. (Loschi, Ateneo de Cipea) Pocos recaudos certeros. Y precauciones excesivas, supuesta desinfección de objetos, pisos, alimentos, etc.

El cuidado básico, (distancia de 1.50m y barbijo, no más de 15 minutos) es negado o desmentido.

Exceso de información, durante gran parte del día, de otro lado incompleta, con acento en el número de personas fallecidas, si relacionarlo con el total de habitantes en nuestro país.

Sentimientos de pánico con dificultad de tomar distancia de la información, y pérdida momentánea del pensamiento autónomo y crítico. Avasallamiento del yo por vivencia de catástrofe. Sin embargo, paulatinamente surgen críticas a las medidas de encierro e insistencia en la responsabilidad y cuidado personal.

Insomnio. Pérdida de la noción de tiempo, paso del tiempo, confusión de horarios