Propuesta N° 054
Introducción
El presente trabajo surge en el marco de una investigación vigente de CECyT (2019-2022) de la UNC. En este recorrido es que se resuelve precisar la especificidad que comporta el concepto de paranoia dentro de las diversas estructuras.
Luego de una revisión bibliográfica y estudio del tema se evidencian dificultades para precisar el diagnóstico de esta entidad clínica y surge la necesidad de ahondar en el tema. En este marco, delimitamos el problema de investigación: “¿Cuál es el mecanismo que produce el desencadenamiento paranoico en las diferentes estructuras clínicas?”
Ya que en los manuales de DSM desapareció la paranoia como estructura, nos interroga el modo de manifestarse el desencadenamiento paranoico vinculado a las distintas estructuras y fenómenos clínicos.
Poder discernir estos fenómenos, desde el andamiaje teórico psicoanalítico, nos abre la puerta a un amplio espectro de posibilidades de intervención.
El estadio del espejo es la matriz de la estructura paranoica del yo, y la cadena significante, siempre abierta al malentendido, instala la sospecha sobre el sentido de las palabras del Otro que conciernen al sujeto. Así, hay una paranoia normal, exacerbada en el discurso contemporáneo, que trasciende a la paranoia clínica y que permite localizar en el corazón de la subjetividad la desconfianza relativa a las intenciones del Otro.
En el estadio de Espejo se demarca una relación dual, ¿qué ocurre en las diferentes estructuras con esta fase cuando la subjetividad trastabilla? Ocurre con el efecto paranoico o como algunos psiquiatras llamaban reacción paranoica.
El reconocimiento que realiza el niño en el espejo, señala la radical exterioridad de la imagen en la configuración de un yo que de entrada es exteroceptivo y donde el Otro funciona como espejo. Hay una fuerte diacronía en juego, pues la anticipación está presente en la fascinación por la imagen del otro, donde lo que "no puedo realizar ahora", "lo veo realizar en el otro". El bebé sonríe a la sonrisa de la madre, contemplada en la mirada, donde anida un elemento esencial de este punto de inflexión teórica: la evidencia del investimento libidinal, del que lo mira/mirarse, que conduce al júbilo del niño ante el espejo "La libido es la condición misma de la identificación simbólica" (Lacan,1936).
En este contexto altamente libidinal, es donde acontece un gesto fuertemente significado: el niño vuelve su rostro hacia la mirada de la madre que lo mira mirarse en el espejo.
El espejo es una metáfora que se revela en la transferencia analítica, en donde cuenta la imagen del otro visto como semejante con la mirada de reconocimiento que emerge sin saberlo desde su deseo inconsciente (Otro). Imaginariza bien esta peripecia estructural, "de la insuficiencia a la anticipación" y señala la impronta del a posteriori para toda operación psíquica.
La paranoia.
Sobre la concepción de la Paranoia de Lacan, encontramos que el autor considera a la misma como un estado nativo del sujeto, es decir entiende a la Paranoia en un sentido amplio, al avanzar en sus obras desarrollará a la misma en el fantasma de la neurosis y el mecanismo delirante en la psicosis paranoica.
La paranoia es una patología sin embargo Lacan dice también que la personalidad como tal es paranoide, es imposible ser alguien sin ser paranoico. (Miller, 2009)
Freud dice en 1919 que el doble es un reaseguro frente al sepultamiento del Yo, “... un enérgico mentís ante la omnipotencia de la muerte”. Imagen especular cuyo destino es la defensa ante el sentimiento de aniquilación del Yo, imagen que, aun en su carácter de “siniestro” (P. 96), conduce a un cierto grado de enlace modelando así la percepción, la cual adquiere entonces un valor identificatorio.
Estos conceptos nos llevaron a plantear un proceso paranoico en diferentes cuadros clínicos o sucesos desubjetivizantes como lo son los estados depresivos o melancólicos, las crisis de ansiedad o los llamados ataques de pánico, o situaciones traumáticas en general. Se puede tomar en consideración la idea, muy recurrente tanto en bibliografías psicoanalíticas como literarias, y otras sobre la temática del doble. Decimos esto, pues en esta etapa paranoica, la figura del doble cobra particular relevancia al estar asociada a la otra parte del yo, el yo como disociado, etapa narcisista que comprende la dificultad de la diferenciación en este mismo espacio con la madre, al decir de Sami Ali.
En el caso de la depresión hay un ámbito paranoide, manifestado por ejemplo, por el hecho de que los otros lo quieren perjudicar. Si la agresividad es muy grande por una fuerte paranoia es más difícil la terapia, transitando esta por un hilo delicado de abandono de la misma. La integración del self constituye un acto de hostilidad hacia el yo, y nuestra mirada se basa en una mirada paranoide, psique y soma no están unidos al comienzo. La desintegración se presenta como un fenómeno regresivo, y en momentos de frustración surge la defensa esquizoide. (Winnicott, 1953) La etapa paranoide es vivida como un sentimiento de persecución, por quien se siente desubjetivado.
Estos estados persecutorios condicen con lo que Lacan plantea sobre el duelo vinculándolo con la persecución. Esta última tendría la función de defensa frente a la angustia ante la idea de la muerte, de esa forma uno estaría solo frente a la angustia ante la vida, según Lacan, por temor a vivir, temor a enfrentar el propio deseo, lo que este autor llama cobardía moral. De allí que los estados persecutorios los relaciona con los duelos, luego de una etapa anterior con temores hipocondríacos, a la manera de delirios que esconden el temor frente a la muerte. Una idea de muerte que, estaría asociada a quienes han vivido alguna experiencia de muerte. Dicen que uno se convierte en adulto cuando ha sufrido alguna pérdida. En esa instancia se ha tenido que preguntar sobre la muerte sin poder albergar temores a vivir la vida. La persecución regula la relación del sujeto con la muerte, puede civilizar lo que Aries plantea como “muerte salvaje”, por lo que lo imprevisible, lo no manejable posiblemente haga que cada uno se esconda tras alguna religión o credo.(Aries, p.255) La familiaridad de todos y cada uno con la muerte, es constitutiva de la vida, en relación a una vida deseante, se obtiene a costa de haber sabido señalar lo que persigue a cada cual, de allí que la persecución, le brinda una base como algo previo a duelo y melancolía.
Lacan pone de relieve la función subjetivante del duelo: lo paranoico, las persecuciones y temores siempre están asociados a lo depresivo, a lo melancólico. Pero lo ve como angustia frente a la vida, como modo de defensa frente al duelo, al dolor.
Modificación subjetiva, lo peor es sentir que no se vivió lo suficiente. ¿Cómo se hace duelo de lo que no se ha vivido? No está lo simbólico de lo vivido, aparece como un agujero en lo real. El sacrificio gratuito en el transcurso del duelo le pone término a la persecución. Se prestó a ella y sobrevino la locura con los síntomas, se pierde la mirada, se aísla, y sacrifica gratuitamente un pequeño trozo de sí, de modo que su duelo lo vuelve deseante.
Para ir concluyendo.
Cuanta literatura se basa en este postulado, el mismo Freud no pudo sustraerse nunca de este principio. El ser humano, el homosapiens para incluir a los primates se constituyen, se desarrollan a partir de la noción del doble. Me doblo por lo que hace el otro, le copio, imito, me identifico, me constituyo en relación con el otro. Cuando esto de lo siniestro del doble como lo hablaba Freud en aquello familiar y a la vez extraño,… hummelich. De allí que el doble igual a mí pero a la vez muy diferente, la alteridad absoluta. Lo paranoico aparece como terror del doble, cuando aparece como personaje siniestro, sólo en esta cualidad del doble se convierte en persecutorio. Cuando sólo hay un lugar en este doble, entonces se convierte en uno u otro. Alguien debe ser eliminado, no hay lugar para los dos. Así es que el doble aparece por un lado como la mayor intimidad y como la alteridad absoluta por el otro. Por eso se explica que cuando se sale del espacio de intimidad con un otro significativo, cuando queda fuera del campo, fuera del entre, queda merced a lo que se llama el ataque depresivo y dentro de este lo descrito como momento o etapa paranoica. (Aris Yosifides, 2017) O sea que cae preso de un delirio persecutorio por sentir que aquello que era tan familiar, íntimo, que conformaba un nosotros que a la vez lo conectaba con el mundo social, o por lo menos sentía que pertenecía al mismo, ahora estaba fuera. Me quieren hacer daño, todos los males sobre mí, los otros o yo. El mundo de las relaciones o yo.
Bibliografía
Freud, S. (1996 [1914-16]) “Introducción del narcisismo”. Obras Completas.Volumen XIV.
Amorrortu editores. Buenos Aires.
Freud, S. (1981). Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia
paranoides). S. Freud: Obras completas. Madrid: Biblioteca Nueva.
Lacan, J (1979). Seminario 3: La Psicosis. Barcelona: Paidós.
Lacan, J. (1949): “El Estadio del espejo como formador de la función del Yo tal como se nos revela en la experiencia analítica”. En Escritos 1, México, Ed. Siglo XXI
Miller, J.-A., “La salvación por los desechos”, en El Psicoanálisis nº 16, Revista de la ELP. Noviembre 2009, Barcelona, España, págs. 15 a 23.
Pichot, P., Aliño, JJLI y Miyar, MV (1995). DSM-IV. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editorial Masson, SA Primera Edición. México.
Yosifides Aris, (2018). Micro ataques depresivos en la vida cotidiana. Recurrentes y solapados. Editorial Brujas.