Propuesta Nro. 044 / Taller de Puntuaciones de ideas
Idea 1. Didier-Weil introduce al Superyó en una perspectiva nueva al afirmar que “el mandato del superyó no representa un significante para otro significante” introduce así, un superyó sin inscripción simbólica, que podemos ubicar como un Real pegado a un imaginario. En tanto el Superyó se piensa como heredero del Edipo, algo del Edipo se resuelve en términos imaginarios.
Idea 2. Se pregunta Freud, ¿el superyó es palabra o es otra cosa? Si bien no desaloja en su respuesta al Superyó de ser palabra, en la melancolía se presenta como puro cultivo de pulsión de muerte, como un superyó que surge directamente de lo Real tomando a lo imaginario para acceder al estatuto de palabra que da Freud da en la neurosis, la fuerza en cambio la toma el superyó de la libido del Ello. Una parte del Superyó no ha pasado por el Edipo.
Idea 3. Dirá Lacan “las palabras pueden sufrir ellas mismas las lesiones simbólicas (…) puede convertirse en objeto imaginario, y aun real…” Palabra del orden imaginario que que adquiere estatuto de verdad en los discursos fundamentalistas o la psicosis, o en el patriarcado. Aquí no es fruto de un grupo en particular sino de la sociedad toda como consecuencia en lo social de lo psíquico, que toma al imaginario social como verdad. Valga la circular paradoja.
Casi podríamos armar una serie que incluye al yo moi, al ideal del yo y al superyó en ese registro imaginario, que acá ponemos en cadena con la creencia en un padre del patriarcado como hombre hegemónico todo falo, ideal social de lo heteronormativo cis que no existe. El superyó imagen, no freudiano porque no es conclusión de un Edipo. Es un superyó que toma el imaginario social para para instigar al sujeto, en un “tendrás que ser, jamás podrás ser… más que imagen” que no termina de no inscribirse en lo simbólico. Patriarcado que se hace aquí imaginario social.