Participan en esta actividad Rachel GolubAPA Presentadora Tessa ZaeffererAPA Presentadora Azucena TramontanoAPA Presentadora Amalia BarreroAPA Presentadora Silvia KovalAPA Presentadora Laura BlumenfarbAPA Presentadora Ana DelgadoAPA Presentadora Marta MellicovskyAPA Presentadora Perla FrenkelAPA Presentadora Adriana VázquezAPA Presentadora Inés MosqueraAPA Presentadora |
Participan en esta actividad Perla FrenkelAPA Presentadora Inés MosqueraAPA Presentadora Ana DelgadoAPA Presentadora Rachel GolubAPA Presentadora Marta MellicovskyAPA Presentadora Adriana VázquezAPA Presentadora Silvia KovalAPA Presentadora Tessa ZaeffererAPA Presentadora Azucena TramontanoAPA Presentadora Amalia BarreroAPA Presentadora Laura BlumenfarbAPA Presentadora |
Propuesta Nro. 041 / Entramado grupal
1933
….” El camino exitoso de una mujer para acceder a una posición femenina normal es cuando el deseo de tener un pene es relevado por el de tener un niño. De esta manera la mujer- madre puede transferir sobre el hijo la ambición que ella tuvo que reprimir y esperar de él la satisfacción de todo aquello que de su complejo de masculinidad queda aún en ella. El matrimonio mismo no queda garantizado hasta que la mujer ha conseguido hacer de su marido su hijo y actuar con el como madre. Freud, la Feminidad 1933.
2024
En Japón, un grupo de mujeres lucha por el derecho a no ser madres. En un país en el que la ley y las tradiciones discriminan a las mujeres que no quieren tener hijos, varias de ellas están demandando al gobierno porque rechazan el mandato de que el cuerpo de la mujer y por tanto la mujer tiene como único destino valioso el ser madre. La Nación 22-6-24.
Actualmente, 91 años después, no podemos pensar y escuchar la posición femenina con las premisas freudianas acunadas en 1933, los cambios que fueron aconteciendo en la sociedad hicieron que las mujeres encontraran tras formas de realización, que no necesariamente pasan por tener un hijo y casarse. El pensar el deseo de casarse y ser madre, como deseo hegemónico femenino, puede hacer que la escucha analítica adopte la forma de prejuicio y no evalúe otras salidas eficientes como formas de compensación narcisista.
Nuestra propuesta como psicoanalistas no pretende describir que es la mujer, si no seguir indagando como deviene, escuchando sus angustias, su infelicidad, sus inhibiciones, sus sentimientos de culpa por falta de cumplimiento, interrogando e interpelando la categoría de “salida normal para la feminidad” que Freud planteo. Y nos preguntamos ¿cómo caracterizar hoy la femineidad con los diferentes contenidos que se encuentran en el ideal del yo? ¿Cuáles son las mutaciones y sus efectos en el devenir de la mujer contemporánea?